Entre estrellas (Edward Nicholls)

Habíamos llegado a la entrada del castillo, en ese momento Cass me dijo que la esperara un momento, y sentí sus labios rozar con los míos en un rápido beso. Esos par de minutos se me hacían eterno, ya quería tenerla de nuevo a mi lado, era tan extraño sentirme así, pero de alguna forma me gustaba. Mientras la esperaba me puse a jugar un poco con mi varita, haciendo algunos trucos, pero recordé que estaba sudado por lo que había pasado antes en el lago, así que corrí hacia mi sala común y me cambié rápidamente de camiseta y pantalones, era una noche fría, pero el frío era algo que no me afectaba tanto, así que bajé así como estaba antes de que Cass llegara, corrí de nuevo hasta la entrada, pero por suerte Cass aún no había llegado, aunque un par de segundos después la vi venir hacia mi, traía puesto unos vaqueros y un jersey ajustado, se la veía demasiada sexy, para calmarme un poco me mordi los labios, pues mi lado animal quería salirse, - cierto, tengo que contarle acerca de mi lado animal - me recordé, pues ella sabría mis más intimos secretos. No sabía si se percataría de mi cambio de ropa, pues la mayoría de mi ropa era oscura, así que era problabe que no se percatara de eso. En el momento en que llegó me dio un gran abrazo, por necesidad también la abracé - Y yo te quiero a ti mi Cass - le dije mientras la tomaba de la mano - te ves muy linda - le dije, mientras nos dirigíamos a nuestro destino...

Al parecer si se había percatado de mi cambio de ropa, ella era bastante susceptible al frío, así que apreté un poco más su mano, quería abrazarla, pero no era el lugar, cuando estuvieramos solos la abrazaría mucho, querí ya tenerla entre mis brazos. Entonces me propuso una carrera, pero ella ya me estaba dejando atrás, - Espera, eso no se vale - le dije en tono burlón mientras corría detrás de ella, - Qué me das si te gano? - le pregunté en un tono un tanto pícaro mientras corríamos...

Off: okazz, estoy de acuerdo ^^

En el momento en que lo aceptó, se dinujo una sonrisa en mi rostro, era sorprendente la manera tan natural con la que reía cuando estaba a su lado. Se recogío el cabello para que le pusiera la cadena, me puse detrás de ella y rodeé su cuello con mis manos para poder abrocharle la cadena, me acerqué a su oído para susurrarle suavemente - Yo ya te estoy queriendo mi vida - le dije. Me puse delante de ella y la miré con ternura por un momento, - Te ves hermosa - le dije para luego darle un cálido abrazo y besar sus labios con mucho cariño, y morder levemente sus labios, - Cierto, para qué es la manta mi vida? - Le pregunté separando un poco mis labios de los suyos y habándole casi en susurros

- Te comprendo, pero cuando tengas frío dímelo, que yo haré esto - le dije dándole un abrazo y besando sus labios lentamente, disfrutando de ellos por un instante. - Claro - le respondí, sería bueno preguntar algo cada uno. - Vamos - le dije tomando su mano y dirigiéndonos hacia la ventana en la cual nos sentamos. - Entonces, creo que empezaré, te gustaría saber mi historia? - le pregunté, pues ella me había contado la suya, que fue una muy dolorosa, pero aún no le había dicho nada de la mía.

- Gracias - le dije, tomando la cerveza y bebiendo un sorbo de ella, - Bueno, mis padres eran aurores, pero fueron asesinados cuando yo tenía 2 años, así que no recuerdo casi nada de ellos, estoy seguro de que su asesinato fue cometido por los mortífagos - le comencé a contar, odía notar como mi mirada se perdía en la nada, pero aún así mis manos acariciaban tiernamente el cabello de Cass, tenerla en mi pecho me daba una gran calma, pues cada que hablaba de mortífagos me empezaba a hervir la sangre, pero con ella a mi lado eso no ocurría, - Así que una de mis metas es llegar a ser Auror, quiero cumplir con los sueños de mis padres - le dije, mientras le di un tierno beso en el cabello a Cass

Aquel beso me hizo reaccionar de nuevo y la miré con mucho cariño, - No te preocupes, no es algo por lo que deberías sentirte mal - le dije mientras acariciaba su rostro con ternura - Gracias por apoyarme, eso me hace muy feliz - le dije sonriéndole, - Y pues vivía con unos padres adoptivos, pero ellos nunca estaban en casa, así que es como si viviera solo - le dije, riendo un poco, la verdad nunca me interesé en mi familia adoptiva, - ellos me veían como un monstruo - le confesé mientras mis brazos buscaban abrazarla y apoyé mi barbilla suavemente sobre su cabecita

- No, son muggles - le respondí acariciando sus hombros y brazos, me dí cuenta de que se estaba helando, - Espera un momento - le dije y me moví a coger la manta que había traído - No quiero que te resfríes - le dije mientras la acurrucaba de nuevo en mi pecho y la tapaba con la manta - Ahora sí, ya estamos mejor - dije con una sonrisa y escuché atentamente lo que me contaba. - Vaya, pero al menos así te cuidan - le dije riendo un poco - Oclumancia, es algo complicado, apenas y la domino un poco, es realmente dificil - le dije - Tengo una novia muy hermosa y lista -le dije mientras busqué sus labios y los besé tiernamente

No pude evitar sentir la necesidad de sus labios, cada vez se hacían más indispensables para mi - Que sincera - le dije riéndome por su comentario - Bueno, la verdad es que hay algo que pocos saben de mí, cuando tenía 10 años tuve una novia, pero un día casi la atropella un choche, usé mi habilidad para tratar de salvarla, pero terminé destrozando el coche y matando al conductor - le dije y mi mirada se ponía algo sombría - En ese momento ella se asustó y me llamo monstruo, y no volví a saber más de ella - le dije con un tono algo triste, - Es por eso que esto no se lo he contado a nadie, pero quiero contártelo a ti - dije mirándola a su rostro con una sonrisa - Yo... soy un animago - le confesé, sin saber cuál sería su reacción

La melancolía que me estaba invadiendo se esfumó al instante de sentir la mano de Cass en mi rostro, estaba tan llena de ternura que no pude evitar sonreírle, su sólo tacto podía hacer que me sintiera libre de todo, sólo ella causaba esa emoción en mi - No mucho, pero eso ya quedó en el pasado - le dije con una sonrisa - Y pues me transformo en un lobo plateado, mis padres eran muy hábiles y cuando nací me dieron una poción la cual me permitió ser animago, eso es lo que decía el diario de mi madre - le respondí mirando su rostro, no podía resistirme a verlo, en ese instante tenía que decirle algo a Cass - Cass, hay algo que tengo que decirte, pero no quiero que olvides que te quiero demasiado, y que eres la personita más importante para mi - le dije mientras bajaba la mirada, no tenía el valor para verle los ojos, y no sabía que pasaría cuando se lo terminara de contar, en un momento, la atmósfera cambió totalmente...