Dony de todos los angeles...[Libre]

-Con un short negro que dejaba ver sus delgadas, delgadas piernecillas y una camisa tipo polo blanca de cuello negro, con unos lentes extrafalarios como solo el los sabia portar en Hogwarts se encamino al lago, al embarcadero para ser mas precisos y se sento a las orillas del mismo, dejando caer sus piernas apenas las puntas de sus dedos tocaban el agua y fue asi como saco su nuevo libro "Mujercitas" la legendaria obra literarias, abrio el libro comenzando a penas con la primera pagina estusiasmado iganorando uqien o que, rondara amaba leer y mas con un paisaje tan hermoso, con aquel calido aatardecer matizado en naranja y rosa

Estaba sentada en el lago con el pantalón tejano arremangado por encima de las rodillas, pues era largo y ese día invitaba a la ropa ligera. Tenía la cabeza echada hacia atrás, con el pelo bailando sobre la espalda, lo sentía en los hombros, pues llevaba una camiseta de tirantes. Con los ojos cerrados dejaba que el Sol me diese en la cara. Oí pasos cada vez más cercanos, alguien que se sentaba y, seguidamente, movimiento en el agua, muy leve.

Me picó la curiosidad así que abrí los ojos y giré la cabeza hacia la derecha para ver qué o quién había allí. Un chico estaba allí, con la punta de los pies en el agua y con atuendos… poco usuales diría yo. Me fijé en que llevaba un libro entre las manos que leía entretenido. Esbocé una sonrisa en la cara. Parecía afable y sin pensarlo dos veces le solté:

-El libro, ¿es entretenido? –le dije sonriendo con la cabeza encima del hombro.

Sin voltear,puesto que la siemple redaccion de la primera hoja era una ventana a estimular la imginacion y el hacerse unA imagen mental de la familia protagonista-
Si que lo es!
-dijo al fin volteando y viendo a aquella chica, despues palmeo el lugar al lado suyo inivtandola a sentarse-
Hola
-correspondio su sonrisa recordando un fragmento de una cancion "se demuestra la elegancia al sonreir" al ver como aquella chica sonreia tan amablemente-
Me llamo Donogan y tu?

Aquel chico, aunque parecía muy interesado en lo que estaba leyendo, giró la cabeza y me respondió amablemente. Palmeó el suelo que estaba a su lado como una invitación para que me sentara. No la desperdicié y me acerqué sentándome del mismo modo en el que estaba antes.

-Hola, muy amable por tu parte –le dije alegremente al ver lo agradable que era- Yo soy Seyer. Encantada de conocerte –acabé sonriente mientras volvía a balancear la cabeza haciendo bailar el pelo a mis espaldas- Sabes, no te había visto antes y espero no haberme entrometido en tu lectura –dije volviendo la cabeza hacia él repentinamente dándome cuenta de que no lo había pensado antes.

hola hola Seyer! mi nombre es DOnogan....de todos los angeles...
-asintio, solo sabiendo el, el motivo de "todos los angeles" si su apellido era Bathory, sonriendole bonachonamente-
que bonito cabello tienes, y no ...no interrumpiste...
-le paso el libro para que lo viera quizas le interasaria la famosa novela y estaba dispuesto a prestarselo si ella queria, fue entonces cuando desvio la mirada y vio las profundas aguas preguntadno de la nada de lo mas recondito de su retorcida mente-
y si sale el calamar gigante y nos come?

Le escuché y cuando llegó a la parte de “todos los ángeles” me di cuenta de que se trataba de algo entre él y su vida. No debía darle vueltas, pero decidí preguntar.

-Donogan, ¿a qué viene lo de de todos los ángeles? Si puedo saberlo, claro está -pregunté-. Suena un poco siniestro... -acabé diciendo a media voz.

Comentó sobre mi cabello. Enrojecí, no estaba acostumbrada a los halagos. Cogí el cabello y lo puse encima de un hombro.

-Esto... gracias Donogan –le dije sonriente y sutilmente enrojecida.

Me pasó el libro que tenía entre manos.

“Mujercitas” –me dije- “Parece interesante...”

-Donogan, ¿lo has leído ya? –pregunté pensando en que quizás no estaba bien-. Hace mucho que no leo nada bueno y si crees que es un buen libro pues... quizás me gustaría leerlo...

De repente preguntó por el calamar. Me quedé petrificada mirando hacia el agua como si esperara que de repente tuviese que salir como había dicho él. Giré la cabeza lentamente hacia Donogan y le dije:

-Sería mucha casualidad, creo –hablé sin tenerlas todas-. Y en cuanto a lo de comernos... muy poco probable. Aunque en parte divertido.

Dicho eso volví a mirar hacia el agua y retiré las piernas, que las tenía metidas hasta las rodillas, al ver que había ligeros movimientos en ella.

“No saldrá ningún calamar” –me dije esperando que Donogan coincidiera.

Por que ya basta, aveces esulat incomodo el cargar con apodos como "maldito, perra, enano, nefasto" y todo eso, de todos los anglees suena mas lindo, no?
-se llevo un dedo a al mejilla , buscando el horizonte con su mirada, muy pensativo-
ommm...o quizas no?..
-fue cuando noto el rubor de las mejillas de la chica, por que!!? si era verdad pero beuno quizas el ponerla en evidencia la incomodaria, asi que no lo haria-
No, no lo he leido pero se que es muy interesante sobre un grupo de chicas que junto con su made tiene que salir adelante por que su padre fallece en tiempos de crisis....
-asintio un par de veces para afirmar lo que recien habia dicho-
bueno, quizas el calamar no, pero imagina que vengan esas personillas feas que viven alla abajo, y nos arrastren a su mundo submarino!!!

-Sí, la verdad es que a veces son estúpidos e incómodos, los apodos –le dije mirando el agua-. Lo de todos los ángeles suena más dulce, la verdad –le dije con una sonrisa-. Yo nunca he tenido apodo... -acabé por decirle quedándome medio pensativa.

Me contó la trama del libro-. Vaya, no parece muy alegre… -dije a medias voces-, aunque segura que es interesante ver cómo se las arreglan.
El pensar en la situación de las muchachas me hacía sentir compasión hacia ellas, quizás al verme a mí.

“Personillas feas” repetí en mi cabeza. Sólo en pensarlo se me erizaron los pelos.

-¡No quiero ni pensarlo! –dije recogiéndome en mí misma-. ¡Qué horror!... Será mejor que tengamos las varitas a mano –le dije riéndome pensando en que estaba entre lo posible y el surrealismo.

quieres uno?....
-haciendo referencia al apodo, llevandose el dedo a la mejilla, la cierto era que ssu recientes y solo por deseo a verlos sin necesidad de necesitarlos realemnte....sus nuevos brackets, aveces lo incomodaban.-
Si ademas la historia es sumament inspiradora despues que lo leas me das tu opinion....pero esas personillas feas, creo que tiene bonita voz....aunque, seran iguales a las sirenas d ela Odisea?....que opinas tu?....
-lo miro muy curioso cual niño copn mil y un dudas

“¿Si quiero uno?” pensé “Nunca lo había pensado”

-Pues... –dije con la duda-, no estaría mal. Proponme algo –dije riéndome-, a ver si se te ocurre algo... –acabé por decir sin tenerlas todas.

“Inspiradora” me dije soñadora “Es lo que necesito: que me inspiren”

-Pues si es inspiradora –le dije-, creo que me vendrá bien leerla. Ya te diré algo acerca de estas Mujercitas –acabé sonriente-. Eso es cierto Donogan –empecé otra vez-, lo de la bonita voz, digo. Siempre he querido escucharlas, alguna vez me lo he planteado...

“¿La Odisea? Pensé

-Pues... –dije también entre la duda-, quizás lleves razón. Al fin y al cabo, todo son sirenas –y después de pausar le dije divertida- ¿Y si hacemos de Ulises? El lago tiene sus misterios, pero estos nunca duran eternamente...

Pues....
-se llevo el dedo a la mejilla, aquenado el labio mirnado hacia el infinito su tipico gesto, sinonimos de etsar pensado hasta que por fin tanto pensar dio por resultado lo siguiente-
Mujercita! ese podria ser tu apodo, toda una mujercita...
-le miro sonriente y lelvo sus brazos para usarlos de soporte detras de su espalda, esucchando atento al propuesta de seyer-
De verdad quieres, hacerlo? subir a una barca y navegar hasta ver que nos encontramos?...
-ldesvio la mirada buscando uan balsa-

Me pareció que Donogan pensaba a consciencia acerca de la petición del apodo. Su cara me pareció de concentración, pensante. Finalmente se le ocurrió algo.

“¿Mujercita?” pensé “Pues no es mala idea... y más después del modo con el que le he dado conversación por primera vez...”

-Sí –le dije-, ¿y por qué no? Aunque... –añadí bromeando-, no te olvides de que sigo siendo y siempre seré y me llamaré Seyer...

Donogan pareció sorprendido e inseguro, parecía que no supiese si le hablaba en serio en cuanto a lo de hacer de Ulises.

-Claro que lo digo enserio –dije contenta-, yo voy siempre muy enserio –acabé sonriente. Aunque de repente pensé en algo, me puse seria y le dije-. Eso sí Donogan, si te apetece aceptar la propuesta, prométeme algo: que si la situación se pone fea por culpa del calamar o de las sirenas (o por cualquier otra cosa), volveremos y nos ayudaremos (nada de cobardías). ¿Aceptas, entonces?

Y pareció que Donogan ya buscaba algo con que adentrarnos en el agua.