observando el lago de noche [libre]

Recuerdo del primer mensaje :

Salí de la sala común rumbo al lago no tenia sueño y no me apetecía quedarme dando vueltas en la cama, camine hacia el lago todo se encontraba silencioso la luna se reflejaba en el agua. Me senté cerca de un árbol recargando la espalda en su tronco disfrutando de la tranquilidad del lugar.

Levante las manos en forma de defensa-tranquila no te vuelvas a enfadar conmigo-mire al chico-¿gustas acompañarnos o tienes otros planes?

has tenido tiempo de pensar en lo que te dije? hable refiriendome a lizzie

con un movimiento de la mano hice que 3 cervesas de mantequilla aterrizaran en la mesa, y me encamine a esta

gracias -le dije al muchacho y tu te llamas?

-Kevin Donovan-dije estirando la mano-¿y tu?

Gabriel Piccard, un gusto -dije mientras me sentaba que año estas cursando?

Lo miré entrecerrando los ojos - Si, siempre hago algo productivo - le respondí lanzandole una fugaz mirada, me parecía totalmente mal educado estar hablando de algo del cual Kevin no tenía idea. Yo me hubiese sentido incómoda en aquella situación por lo que cambié el tema rápidamente - ¿Qué haces por aquí Piccard? - le pregunté aunque era evidente en mi voz que no tenía la mínima curiosidad en saber

-séptimo-respondi la pregunta de Piccard, después escuche la pregunta que Lizzie le habia hecho

no preguntes si no quieres saber... -le dije en tono de sentencia

- Como quieras - dije alzando suavemente los hombros - ¿Cómo está Logbottom? ¿Sabes algo de él? - le pregunté con una ligera sonrisa en mis labios

recuperandose, espero que al menos tengas algo de remordimiento... -dije tranquilo

Me encogí ligeramente de hombros y tomando mi jugo escondí mi rostro tras de el mientras daba un pequeño sorbo ¿ remordimiento yo? Remordimiento él, que me había golpeado en el rostro de la forma más muggle que pudo encontrar- Yo espero lo mismo de él, golpear a una chica deja bastante que desear - lo miré un segundo y luego la desvié hacia Kevin frunciendo ligeramente mis labios. Era evidente que más que el daño que había hecho en mi rostro, mi orgullo había caído hacia el subsuelo. Sin embargo le resté importancia a mis palabras, no quería volver a hablar de aquello y menos con Piccard aquí, de seguro comenzaría a defender a su compañero de casa y a atacarme a mi. - Que no se te olvide donde debemos pasar antes de irnos - le dije a Kevin con una amplia y dulce sonrisa en mis labios.

Escuchaba lo que decía cada uno de ellos y con cada palabra me confundía mas estuve a punto de preguntar algo pero decidí hacerlo después y directamente a Lizzie, después ella me recordó el lugar al que le había prometido llevarla-no lo he olvidado-bebí el último sorbo de mi copa-si quieres podemos ir ahora si ya terminaste tu jugo y de hablar con Piccard

Le lancé una mirada al Gryffindor y luego volví a Donovan encogiéndome de hombros - no tengo nada más que decirle a ese - comenté con evidente desagrado en mi última palabra y esfumando aquel sentimiento de mi palabras volví a dirigirme a Kevin- y el jugo ya se ha acabado, vamos - sonreí de forma sutil para que aquel gesto no se notase demasiado en mi rostro, no era una chica sonriente perro su compañía me agradaba y sonreír se me hacia inevitable a veces. Esperé a que Kevin dijese o hiciese algo mientras mi rostro volvía a su estado natural,frío e inexpresivo.

bueno, tengan buena noche -dije educadamente y me relaje en mi sillon

deje unos cuantos galeones sobre la mesa para pagar las bebidas, después me puse de pie y junto con Lizzie sali del bar-como lo prometi vamos a la tienda de dulces-la mire y señale el camino que recorreriamos

Me puse de pie lentamente colocándome al lado de Kevin y siguiendo sus indicaciones salimos de Cabeza de puerco, dejando atrás a Gabriel. - gracias - musité de forma tranquila y lo observé de reojo. No acostumbraba agradecer a nadie pero prefería salir de aquel lugar, después de todo lo que había pasado me sentía mucho más cómoda lejos de aquel Gryffindor.

-no tienes nada que agradecer-dije mirando el camino pero me sentía sorprendido al escucharla darme las gracias, Lizzie no era de las personas que lo hacían pero simplemente no sentí que fuera para alardear de ello-hemos llegado-dije deteniéndome frente a Honeyduckes-¿lista para entrar al lugar más dulce de todo el pueblo?-la mire con una sonrisa

En realidad aquellas palabras habían escapado de mis labios y con seguridad podía decir que jamás volvería a escuchar aquella palabra de mi. Llegamos frente a una tienda de dulces, escuché sus palabras y lo observé abriendo los ojos con un brillo especial en mi mirada, podía olvidar todo lo que había pasado y fruncí los labios hacia un costado - Siempre estoy lista - le respondió mordiéndome el labio inferior para no sonreír.

-de acuerdo, hay que entrar por la puerta trasera es más fácil y nadie nos vería-la tome de la mano y caminamos hacia la parte de atrás de la tienda, saque mi varita y con un simple hechizo logre abrir la puerta sin activar algún tipo de alarma que los dueños hubieran puesto-después de ti-deje que ella entrara primero-Lizzie bienvenida a Honeydukes

Mi rostro se volvió inexpresivo por más que mis labios quisiesen demostrar que les agradaba estar en aquel lugar, una de sus manos tomó la mía nuevamente. Lo observé de reojo un segundo más no dije nada, no estaba acostumbrada a ese tipo de contactos pero solo lo hacía para guiarme o eso pensé por lo que no dije nada al respecto. Escuché sus palabras y entré al lugar que se encontraba bastante oscuro, su bienvenida me hizo fruncir los labios hacia un costado como una sonrisa torcida o lo más parecido a una que pudo escaparse de mis labios - Genial... - musité abriendo los ojos ampliamente, aunque no se encontrase todo demasiado claro pude ver como cientos de dulces de todos los colores y sabores se extendían delante de mis ojos.

Aun con la varita en mano alumbre un poco el lugar para poder ver mejor-¿Qué te parece?-pregunte mirándola y después pasando mi mirada hacia los estantes repletos de dulces-en lo personal elijo las grageas de todos los sabores y algunas veces una barra de chocolate-camine hacia el lugar donde se encontraban mis dulces favoritos-¿Cuáles son tus favoritos?

Estaba en Honeydukes y vi a entrar a Kevin y a una chica desconocida-el todavía no me había visto y ella pareció verme-que estará haciendo con esa chica-pensé a mi misma siguiéndolos con discrepcion

Como si leyese mi mente o por mínima obviedad Kevin alumbró el lugar haciendo resplandecer los cientos de dulces que ahí se encontraban, giré mi rostro hacia un costado para obsérvalo y con un gesto sincero le sonreí. Volví a mirar todos los estantes con rapidez, era como una niña pequeña en una dulcería aunque solo había una mínima diferencia, ya no era una pequeña infante, si no todo lo contrario aunque en mi interior sabia que seguía siéndolo. – Es genial, a mi me gusta todo – comenté un más animo y un distinto brillo en mi mirada, un reflejo especial en ella. Era extraño cuan aficionada era por esos sabores. – Aunque prefiero las plumas de azúcar hilado, los dulces la Marmita y las ranas de chocolate – le respondí analizando el lugar y luego giré mi torso, tomé su mano como él lo había hecho anterior mente y comencé a caminar – vamos – miré hacia todos lados y luego me dirigí hacia un lugar en especial, aquel sitio era bastante amplio y con demasiados estantes como para verlos todos de una sola mirada.

Me retire ella me observaba como a una niña pequeña,pero no lo era. Probé una de las chuche sin saber cual era-esta deliciosa-dije en voz baja y me acerque a ellos sin saber porque Kevin estaba con ella,parecia como su novia,pero lo que no comprendia era porque me comportaba asin-¿seran celos?¿me e enamorado?-pregunte a mi misma extrañada pero emocionada

Sentí un sonido bajo pero completamente claro que me hizo soltar a Kevin y girar mi rostro hacia el origen de aquel ruido mientras alzaba con sutileza mi varita. Tal vez en mi ilusión infantil ante tanto dulce junto me había hecho pasar por alto mi verdadero yo, aquel sonido había sido claro, alguien estaba ahí y no quería hacerse presente. Habían sido unas palabras, bajas como de alguien que se estuviese escondiendo alcé una ceja mientras mi rostro se volvía a poner frío e inexpresivo - ¿Quién está ahí? – espeté de forma segura y seria. Obviamente no era el dueño del lugar ni nadie que tuviese una clara relación con Honeydukes porque de lo contrario nos hubiese reprendido en vez de parecer una rata escondida.

Me quede callada y escondida en un hueco del estante-jajaja-rei maliciosamente