It's complicated, you have to use the legs [Clarisse]

La noche anterior no había logrado conciliar el sueño, en más de una ocasión me sentí tentada en despertar a Evie para charlar con ella, pero cuando me encontraba parada a lado de ella, el verla dormir tan placidamente, después de la desvelada que se pego con una tarea que prometio pasarme, no lo hice.
Así que pase toda la noche mirando el techo del dormitorio, con un montón de cosas en mi pequeña cabeza. A primera hora salí de mi cama, tome una ducha de agua helada, estaba tan helada que pegue un grito cuando la sentí en mi piel. Pero eso me hizo quedar un poco más relajada. Recorde que tenía bastante tiempo sin salir a volar, y siempre que lo hacía me sentía mejor, sentir el viento en mi cara, acompañado de una gran adrenalina me ponían de mucho mejor humor.
Saque mi escoba del baúl, tenía tanto tiempo sin usar, era una Saeta de Fuego. La tome con decisión entre mis manos y salí de la Sala Común.

Para mi mala suerte había gente en el campo de Quidditch, así que camine por el jardín un tanto cabizbaja. Llegue a un sitio muy lindo, no recordaba haber pasado nunca por aquí, aprete la escoba con fuerza, comenzaba a sentir miedo, ya que recorde la ocasión que conocí a Ted cuando estaba en primer año, tamaño susto que me pegó. Camine un poco más, a pesar de los nervios, conservaba mi espiritu inquieto, y quería saber hasta donde podía llegar... Cuando me pareció ver a alguien conocido, sonreí y me dirigi hasta él.
—Mira a quien tenemos aquí! — Le tape los ojos con mis manos —Adivina quién soy! — Pregunte fingiendo mi voz por una un poco más infantil y chirriosa a la que tengo en verdad. Me mordí los labios para ahogar mi risa.

Fruncí el entrecejo con algo de desilusion cuando adivino rapidamente quien era, aunque internamente eso era bueno, se acordaba de mí pequeña presencia. Me sonrió y yo le regrese el gesto, mire mi escoba, me encontraba con uno de los jugadores de Quidditch más valioso de los últimos tiempos, tenía que aprovechar la situación.
Se sentó en el suelo, y yo hice lo mismo a su lado, hacía buen día, debía pedirle ayuda con mi vuelo ahora o no tendría la oportunidad luego, abrí la boca para comenzar la petición, pero el se me adelanto, preguntandome que hacía en ese sitio —Pues... — Comence a acariciar mi escoba, ya tenía los nervios de punta, debía ser sutil con mi petición... —... He decidido volar un poco, pero el campo de Quidditch esta a full... — Comente con una sonrisa de lado —Así que comence a caminar y de pronto llegue hasta aquí, tuve suerte, pense que terminaría en el bosque o algo peor — Termine de explicar, definitivamente no tuve el valor de pedirle su ayuda.
Baje la mirada un poco —¿Y qué haces aquí, Krum? —

Suspire mientras escuchaba atentamente a Krum, había unos pajarillos cantando sobre una de las ramas de los enormes árboles que nos rodeaban, abrace mis piernas con ambos brazos.
—No es nada, solo tenía ilusión de volar un poco hoy, es todo — Conteste con algo de desanimo, solté mis piernas y me recosté en el césped, girando levemente en dirección a Krum.
—¡Hey! No te apetecería volar un rato por aquí? — Pregunte, claramente yo no me encontraba a su nivel, pero sería algo más como un "vuelo tranquilo".

Me puse de pie y le tendí la mano que tenía libre, ya que con la otra sujetaba mi escoba —Vamos? — Pregunté con una gran sonrisa, realmente tuve suerte, pude conversar un rato con uno de los mejores jugadores de Quidditch del mundo entero.

— Algo así... verás... es extraño para mí hablar con toda una figura del Quidditch, y pedirle consejos... pues... — Me quede callada observando el cielo, mientras me disponía subir a mi escoba — Entonces... solo volaremos? — Pregunté a Krum antes de despegar, no quería que mencionara una carrera o así, quizá jamás le alcanzaría.

Monte la escoba y me eleve unos centímetros del suelo, le sonreí a Krum y me lance al vuelo, era la primera vez que no volaba en el Campo de Quidditch, la sensación del aire helado golpeando mi rostro y haciendo volar mi cabello era indescriptible, me sentí tan libre. Pensé elevar un poco la velocidad y así lo hice, aumente la velocidad de golpe, ahora el viento era mucho más helado, sobrevolaba encima de las copas de los árboles más altos, amaba volar, realmente una de las mejores cosas de ser una bruja.