El hogar de las serpientes [Alyss]

Caminamos charlando de distintos temas, pasamos pasillos, ventanas, cuadros, escaleras... hasta entrar al baño que yo tan bien conocía. Le hice una seña a Alyss para que me esperara en la entrada de la Cámara y me acerqué al retrete donde estaba la escoba, la tomé y volví donde me esperaba.

-Para subir -le indiqué cuando miró la escoba -. Ábrete -pronuncié, y al instante las serpientes de los grifos empezaron a moverse, dando paso al túnel que terminaba en las cavernas anteriores a la Cámara en sí -.¿Bajamos en escoba o te largas? -le pregunté.

Observé expectante la forma en que aparecía el tunel sin fondo ante mí, cuya terminación no era más que oscuridad inescrutable.
-Te equivocas si piensas que ahora me voy a largar-dije con una media sonrisa, mirando hacia abajo.- vamos, no puedo esperar a que me la enseñes -me aferré a él cuando subimos a la escoba.

Una vez que estábamos los cuatro sobre la escoba bajamos a la caverna. El lugar, de roca y con escombros por todas partes no daba la impresión de ser la antesala del maravilloso lugar al que estábamos por entrar.

Apenas tocamos el suelo prendí mi varita y le hice señas a Alyss para que me siguiera. Después de 50 metro llegamos a la entrada. Una pared con una serpiente gigante enroscada, que se desenroscó cuando se lo pedí y nos abrió el paso a la Cámara en sí. Dominada por la estatua de Salazar, con columnas y piso de un negro brillante. Totalmente uniforme excepto por el gran cadáver del rey de las serpientes en el centro. Habían dos paredes con serpientes como por la que entramos, una a cada lado, que conducían a otros pasadizos.

-Alyss, bienvenida a la Cámara Secreta de Salazar Slytherin...

Paseé la vista por el espacio y no pude evitar sentirme el pulso acelerado. Aquél era de verdad la Cámara Secreta...
Tragué saliva, siguiendo a Teo hasta que vi al cadáver del basilisco, tan enorme y amenazante...
- S-sabes... he leído sobre esta cámara, sobre el basilisco, incluso he leído la azaña de cómo la mataron...pero no puedo evitar tener miedo al mirar una criatura tan ancestral..- admití al tirar de la tela de su brazo para que no se alejara demasiado. Ya bastante con que estaba muy oscuro para que encima le perdiera.
- Ya no hay serpientes vivas por aqui? - pregunté mirándole con la luz azulada de su varita.

-Es muy grande como para que lo haga invisible -le dije y le apunté a la muerta bestia, para lanzar el hechizo que controlaba el olor que de ella manaba. Después moví mi varita formando un círculo y las antorchas de la habitación se encendieron, haciendo relucir el mármol negro y las baldosas, además de revelar los detalles de las paredes -. La Cámara posee muchas salas y pasadizos. Hay un sistema de defensa aleatorio, puede saltar en cualquier sala, donde las columnas se convierten cientos de serpientes y te atacan. Con Dave nos salvamos por los pelos hace unos días -le dije con una sonrisa.

Solté la manga de su ropa, contemplando con definición la gran cámara que se abría ante nosotros.
- Vaya.. ya has venido aquí con Dave? bueno, espero que no se repita...-dije mirando las columnas.- Si al menos tuviera mi propia varita no me preocuparía tanto- lamenté resignada.- Sabes el sistema de activación por el que funciona?
Comencé a caminar hacia delante. Iba calzada pero ese suelo parecía estar helado, al igual que el ambiente húmedo que se respiraba.
Ouija parecía inmóvil e inescrutable en mi cuello, como si solo fuera una bufanda sin calor.

-No he podido descubrirlo -le dije mientras avanzaba a su par -. Sale en salas distintas, sin ningún orden. Pero voy anotando, con Dave nos atrapó en un cruce de pasadizos. Estuvimos hace pocos días, tres creo. Las serpientes estaban más furiosas que otras veces. Cuando me encuentran solo, algunas me obedecen y atacan a sus compañeras, otras no. Igual, la solución es salir de la Sala donde estés. Una vez que la puerta se cierra y no hay humanos vivos dentro, las serpientes desaparecen y vuelven a ser columnas -conté, explicándole un poco el funcionamiento de la Cámara.

Seguí contemplando el camino que estábamos recorriendo, que llevaba al basilisco gigante, pero ya no tenía tanto temor. Era solo un cadáver. Aun así imponía por lo que había sido y lo que había representado.
- Mm.. ya veo, sería interesante ver qué ocurriría con dos personas que manejan el Pársel, no crees?- me detuve ante el cuerpo sin vida de la gran serpiente y me incliné hacia ella, estudiándola con los ojos.
Aquello de verdad estaba ante mí, nadie se había molestado en enterrar al pobre animal que sólo obedecía órdenes. El miedo desapareció, comprendí a la que antes había sido la temible criatura de la cámara gracias a Ouija, gracias a Teo.
Me levanté y miré hacia los pasadizos laterales.
-Bien, hacia donde nos dirigimos primero?- pregunté. Tendríamos primero que dejar a Ouija en un buen lugar y mi amigo era el único que sabría dónde sería.

-En realidad... antes de ir a algún lugar, vamos a hablar con nuestro amigo -le dije señalando a Ouija -. Hay cosas sobre la Cámara que no conozco, a pesar de haber pasado casi cinco años acá. Ouija, quiero que subas a la cabeza de Slytherin y explores todos los cuartos a los que se puede llegar desde ahí. Hay uno o varios sistemas de defensa activados, quiero saber como controlarlos o como desactivarlos.Cuando termines espéranos aquí.

No quería contarle a Alyss que la cabeza de Slytherin estaba hueca y que podríamos ir allí a contemplar la Cámara. Pero necesitaba darle las instrucciones a Ouija.

-¿Te parece que llevemos a Argot con nosotros? -le dije sacando al pequeño animal de mi bolsillo.

Sentí como Ouija comenzaba a desatarme el cuello y se deslizaba por mi piel hasta el brazo. Me arrodillé para dejarla en el suelo.
- Nunca se te ocurrió hacer esto antes?- dije con curiosidad. Ya que hablaba tan bien el Pársel... sería un poco raro que no lo usara en su beneficio para ayudarse a descubrir cosas nuevas de la cámara.
-Si sigues así podrías incluso escribir un libro sobre este lugar- sonreí viendo su actitud incorformista.- y...no queda remedio, me temo que no es tan bueno explorando- contesté mirando a Argot, que abría los ojos como botones.

-Lo hice montones de veces, ninguna regresó, pero tengo una especial fe en Ouija. Es un áspid, podrá arreglárselas -. Con las visitas guiadas me conformo -le sonreí -. Alyss, claro está que la Cámara es un secreto... son pocos los que traje acá, no me gustaría que el rumor se extendiera.

Le miré a los ojos ante la frase, intentando ver más a allá del intenso azul.
- Por supuesto. No diré nada. - contesté seriamente.- Lo prometo.
Comprendí cuánto significaba para él aquella cámara; podía ver en su mirada nerviosa que este sitio era su santuario. Un lugar especial para él que decidía compartir según su propio criterio.
Sonreí un poco.
- Gracias por traerme.

-Alyss -le dije -, no solo te traje, pienso enseñarte a abrirla y cerrarla. Quiero que compartamos la Cámara. Pero debo advertirte muchas cosas antes. Quiero saber si te interesa poder abrir la Cámara, y todo lo que eso atrae.

Aquello me descolocó un poco. Quería compartirla conmigo?
- Me parecería bien...que me enseñaras, siempre estaré dispuesta a aprender por mucho que haya inconvenientes de por medio..-dije sin apartar la vista, algo extrañada.- Pero creía que querías guardar este lugar como uso privado...por qué la quieres compartir conmigo? No es que lo desprecie, al contrario - dije rápidamente- sólo que.. me confundes

Si no me lo preguntaba, igual se lo iba a contar antes de enseñarle. Apunté con mi varita a la cabeza de la estatua de Salazar y atraje dos de las sillas que se encontraban dentro de ella. Las sillas plateadas con serpientes grabadas llegaron a nosotros y me senté, esperando que haga lo mismo.

-La Cámara, Alyss, es un objeto mágico, por así decirlo, tiene magia que fue acumulando con el correr del tiempo. Magia oscura, como te podrás imaginar. Cómo muchos objetos, reconoce a un dueño. ¿Y quién es el que entró todas las semanas los últimos cinco años? -pregunté retóricamente señalándome -. Es una suerte que no me haya corrompido aún. La Cámara me reconoce como su dueño, por eso es que puedo controlar a algunas de las serpientes, pero al no ser sangrepura, no puedo dominarla a la perfección, por eso me atacan los sistemas de defensa. El problema es cuando yo hablo de la Cámara como si fuera mía, cosa que trato de evitar, porque me estoy fusionando y estrechando el lazo con la magia oscura del lugar -traté de explicarle -. Además, hay una presencia acá. Yo pienso que es otro mecanismo de defensa. No se si ya lo sentirás, Dave tardó una hora en percibirla, pero yo la percibo al mismo tiempo que piso la Cámara. Esa presencia es malvada. Hace que uno saque los peores sentimientos de adentro, te desespera, te hace sentir odio, pena, dolor en el alma, ganas de matar... de matarte a vos mismo. Si fuera sangrepura, y después de cuatro años que la siento todas las semanas, ahora estaría loco. Pero me mantengo bien, aunque tengo miedo. Miedo de que la Cámara me corrompa. Ahí es donde entras vos. Si la Cámara tiene dos dueños, dos personas que la puede abrir, su poder se partirá en dos. Y ya no será un peligro. No quiero que pienses que te lastimará, es la primera vez que entras, no te afectará en casi nada. Y me ayudarías mucho. Además de tener la Cámara para vos. Eh llegado a soñar con el propio Salazar torturándome por su culpa. Pero te repito, es porque llevo mucho tiempo acá. Es para que lo pienses, no me respondas ahora. Ser amo de la Cámara acarrea responsabilidades, pero también muchos beneficios.

Me callé, y esperé que comprendiera porque necesitaba compartirla con alguien.

Al tiempo en que me sentaba, escuché atentamente sus palabras, analizando los inconvenientes y las ventajas que quería dejarme claros.
En realidad no me importaba tener la cámara para mí, quería ayudarlo.
- Supongo que no habrá más remedio que aceptar tu oferta - dije sonriendo divertida. - puede ser que juntos encontremos el verdadero sistema de defensa que me dices que no has podido controlar..además soy sangre pura, puede que en el próximo ataque consigamos controlar todas las serpientes y nos quitemos un problema de encima- añadí como excusa.
No hacía falta pensarlo demasiado, últimamente me estaba volviendo temeraria. Quizá el brote de libertad estaba haciendo mella en mí.

Me paré y la abracé. No lo había reflejado en mis palabras, pero me estaba sacando una presión muy fuerte. Me sentía aliviado. Estaría en deuda con ella por siempre.

-Gracias Alyss -dije volviendo a pararme -. Muchas gracias.

Me sorprendió que me abrazara, de verdad lo estaba pasando mal llevando la carga él solo. Sentí su agradecimiento en cuanto me rodeó en aquel instante, antes de que dijera nada.
- No es problema para mí, me gusta ayudar a mis amigos- sonreí un poco, desde abajo se veía más alto y me tenía que esforzar a levantar la cabeza para poder hablarle a la cara cuando se hubo separado.

-Ahora -le dije una vez que me normalicé -, tienes que conocer la Cámara -sonreí -. Como verás, hay dos puertas. A la derecha -señalé una de las serpientes -, pasadizos y salas hacia los terrenos y el exterior. Izquierda -señalé el otro portón con la serpiente -, pasadizos y salas a el interior del castillo. Tu eliges.

No medité mucho la respuesta, sentía curiosidad por los interiores del castillo.
- Vayamos por la izquierda entonces - dije levantándome resuelta y dirigiendo el paso hacia allí junto con él.
No era un lugar precisamente agradable en el sentido de que fuera confortable, pero me hacía sentir extrañamente especial, como si formara parte de la historia de la Cámara.. Ahora eramos parte de ella.

-Bien. Acá tenemos... -pensé un poco -. La fosa, la sala de las dos mesas, la sala del espejo, dos salas de torturas, un calabozo y tres salidas al castillo. Ábrete -le dije a la serpiente y se desenroscó dándonos paso, encendí mi varita y comencé a caminar por el túnel de piedra húmeda.

-Como para hacer una fiesta...-susurré bromeando al oír el recorrido.
Pasé la vista por cada piedra, tendría que recordar la visita y memorizarla para desenvolverme yo sola sin tener que depender de mi guía.
- Um... qué tal te va todo? - pregunté de repente mientras caminábamos, variando el tema para romper la tensión que había en el ambiente, comenzaba a darme cuenta de la influencia de ese sitio.

-¿Lo estas sintiendo, no? La primer vez es terrible. Trata de mantener la mente ocupada. Hablemos -la miré con una sonrisa -. ¿Dave y tú son muy unidos, no?

Mantener la mente ocupada? Eso será fácil.
- Esta bien.- asentí y luego le miré alzando una ceja- qué quieres decir? es amigo mío, al igual que tú- respondí sin dar mucha importancia a su pregunta.- os conozco a los dos desde el mismo dia y mas o menos he pasado el mismo tiempo tanto con él que contigo- fruncí un poco el ceño. Por qué le estaba explicando todo eso? Me estaba molestando que sacara conclusiones de cosas que no tenían ni idea.
Alyss...cálmate, pensé.

Reí y le sonreí. Era divertido cuando se ponía a la defensiva.

-Si me permitís decirte, hacen linda pareja -le dije sonriendo y alumbrando al frente. Al momento tomamos una curva y vislumbramos a 50 metros la primera de las mucha puertas de hierro que cruzaríamos hoy.