El refrescante lago [Penelope]

Estaba aburrido. No podia aguantar mas encerrado. Llevaba el dia entero en el castillo. Y aunque quisiera no tenia nada que hacer. Ya habia hecho todos Los deberes, ya habia estudiado, y encima ya habia algun trabajo extra. En la sala comun no habia nadie, así que decidí salir a dar una vuelta. Ni así. Parecía que todo el mundo se hubiera escondido en algún lado. Y no tuve más remedio que salir a dar una vuelta. Tras una larga caminata, llegué al lago. Era refrescante. Podía verme reflejado en su agua cristalina. Me senté a su orilla, cogí una piedra, y la lance al agua. podían ver las ondas que se expandían al hundirse la piedra bajo el agua transparente del lago.

No era mi estilo, definitivamente, me dije, disfrutando de la soledad me había puesto un bikini y me había metido en el lago, que se sentía muy refrescante. Tendrás un resfriado, me reprendí, pero olvide todo eso cuando vi a alguien acercarse al lago.

Obviamente, nadie podría verme así, creerían que era una desvergonzada, así que hice un hechizo de burbuja en mi boca y nariz y nade mas profundo en el lago, esperando que su paseo por ahí, fuera solo por unos momentos. Me estaba alejando de la orilla cuando una piedra rompió la quietud del lago.

Eso no estaba nada bien, nada, nada bien, fruncí el ceño y nade hacia la superficie. Saque mi rostro del agua, por lo que inmediatamente el hechizo callo y mire al chico en la orilla.

- ¿Sueles tirar piedras al lago? No es una buena actitud…- dije algo ofendida, el lago era puro y tranquilo, nada debería cambiar ese estado.

Estaba tranquilamente sentado, cuando, de repente vi asomandose una cabeza de dentro del lago. Al principio me sobresalto un poco. Oí sus palabras y por estas podía comprobar que no estaba especialmente contenta.

-Si por eso fuera, no suelo ni venir aquí - dije - además, no pensaba que por esta ridícula y pequeña alteración a la tranquilidad del lago iba a recibir una reprimenda.

Entrecerré los ojos, ofendida, me estaba hablando realmente mal y ni siquiera era de mi clase. Bufe y empecé a nadar lejos de la orilla y de él, sin querer contestarle, si podía hablarle así a una dama, no quería saber nada de él, pero de pronto, se me ocurrió una idea.

- Si tanto te desagrada estar en el lago ¿Por qué de todos los lugares has venido aquí?- pregunte con una sonrisa de triunfo mientras nadaba riendo un poco.

Me gustaba conversar con chicos de otras casas, los slytherins eran fríos… en cambio, me gustaba el suave reto de los otros chicos, como si me odiaran solo por ser slytherin. No me arrepentía, amaba mi casa era la mejor de todas, por mucho.

Después de contestarle, vi que hizo ademan de irse. Parecía que no le había gustado mi respuesta. Cuando ya había mirado al suelo para coger otra piedra, volví a oír a esa chica hablar. Creo que no me había expresado bien, pero bueno, no iba a quedarme ahí como un pasmarote sin contestar:

-Bueno...ya estaba cansado del calor y el agobio de estar encerrado en el castillo, me apetecía tomar el aire, y aquí es donde mejor se puede hacer eso- respondí, cogiendo una piedra y mirándola, lanzándola hacia arriba para que volviera a caer en mi mano, y así un par de veces.

Me quedé un rato pensando el porqué de que esa chica insistía en hablar conmigo, cuando lo normal es que se hubiera marchado bastante antes por donde había venido.