Solo quería huir...[ Libre ]

El viento hacia volar mis cabellos sin que yo pusiera resistencia, aquello me calmaba un poco los ánimos. Estaba cansada, solo quería estar sola pensar, o tal vez poner mi mente en blanco y dejar de pensar. Mi confusión crecía, no sabia si lo que quería era correr o simplemente quedarme y soportar aquel suplicio que se había casi vuelto una necesidad.

Como podía incluso gustarme que lo hiciera, ser el objeto de sus burlas y sarcasmos, no era agradable, pero en aquellos momentos cuando me sentía centro de su atención, un cálido sentimiento se extendida por mi cuerpo haciéndome dudar de mi cordura.

- Estas enferma Sol...- me reproche a mi misma mientras mis pasos me habían llevado hasta aquel lago, el cual me parecía fascinante, irradiaba paz, pese a su poco hospitalario habitante que de cuando en cuando se hacia notar salpicando un poco.- Incluso ese bicho es mas agradable...- me encogí de hombros y camine por la orilla respirando aquel aroma a hierva húmeda mezclado con maderas y un toque floral.

-¿Merlín dime que quieres probar?- pregunté mientras me sentaba en el césped, abrazando mis rodillas con fuerza.

Un joven mago alto, de piel blanca un poco quemada por el sol, cabello rubio, caminaba por los terrenos cercanos al lago, el viento hacia que la túnica con el emblema de su casa se agitara con elegancia a cada paso que daba dejando ver el uniforme que portaba con elegancia bajo esta.

Su miraba recorría el lugar en busca de algo o mas bien de alguien y en la mano llevaba un par de sobres, refunfuñaba por lo bajo como si le molestara estar en ese lugar, de pronto su miraba se clavó en una bruja cuya silueta reconoció al instante, con paso firme se acerco a ella y se paro a su lado.

-No fuiste a desayunar… y no es que me importe que quieras morir de inanición pero no me gusta tener que ser tu lechuza – dijo arrastrando las palabras y estirando la mano en la cual tenia 2 sobres sellados en la espera que ella los tomara –llevamos menos de una semana en este lugar y ellos ya nos escribieron- dijo de forma seca y sin mirarla.

El silencio fue roto por aquella voz, que de primer momento me hizo casi sonreír, pero al escuchar su frialdad mis labios se congelaron en una mueca de desagrado, levante la mirada para tomar aquel sobre y se lo arrebate de mala gana sin levantarme.

-Tienes mas tipo de cuervo...- afirmé por lo bajo- pero gracias... eres tan amable...- solté en tono sarcástico, no pensaba mostrarme débil ante sus ojos...- entiendo que me extrañen a mi...- dije dulcificando mi voz mientras rasgaba el sobre- pero a ti...- solté el resto de manera mordaz.- Ya la entregaste puedes irte...- dije al ver que no tenia intención de marcharse.

Farkas soltó una carcajada - no creo que sea precisamente añoranza lo que sientan por vos... Pero si te hace feliz pensar eso…- una sonrisa maliciosa curvo sus labios – no voy a romper la ridícula burbuja en la que vives- dijo girando el rostro para mirarla sabia que sus palabras la molestaban y eso le causaba una extraña especia de felicidad, como si solo tuviera calma cuando la molestara.

El mago se sentó en cuclillas junto a Sol y acerco su rostro al oído de la bruja para hablarle arrastrando las palabras de manera peligrosa –no soy tu elfo para que me ordenes cuando aparecer y cuando marcharme- es ese breve instante el viento acaricio el pelo de la bruja un unos pechones golpearon con delicadeza el rostro del mago desplegando su perfume y turbando su mente por un segundo

-Responde de una buena vez las cartas que quiero enviarlas esta misma tarde- mustio poniéndose de pie y caminando un par de paso hacia la orilla del lago – y ni pienses en ir a otro lugar, no quiero tener que buscarte por todo Hogwats- Farkas se quedo parado a la orilla del lago con los ojos fijos en el agua pronunciando entre dientes palabras en su idioma natal

Sentí como la sangre hervía en mis venas cuando sus labios se acercaron a mi oído, un suave escalofrió me recorrió entera pero supe disimularlo, ya que sus palabras no eran para nada agradables.

- Eres un...- murmuré al verlo alejarse y ordenarme que me apurara con las cartas. Me puse de pie y acomode mi falda con lentitud así como mis cabellos tras mis orejas armoniosamente.- Responde tu las cartas y cuando me venga en gana responderé yo. No tenemos que hacer todo juntos Farkas...- Di media vuelta y me aleje por aquel sendero, lo mejor era poner distancia, antes que una nueva guerra comenzara.

Farkas giro sobre sus talones, al ver como se alejaba por el sendero puso los ojos en blanco, siempre la misma historia, el decía algo y ella tenia que contradecirlo, que no podía simplemente comportadse como la damita obediente que supuestamente era?

-Acaso tienes un problema auditivo o la información no llega a tu cerebro de forma completa?- dijo mientras se apresuraba en alcanzarla y la tomaba del codo para hacerla girar hacia el, cuando la bruja quedo parada frente a el, Farkas tuvo que agachar la cabeza para mírala a los ojos –Quédate cerca de mi- la frase intento ser una orden pero su vos sonó mas bien a una petición, lo que dejo a ambos jóvenes mirándose fijamente

Se perdió en su mirada por un par de segundos, pero el no se permitiría ni un solo instante de debilidad –No quiero tener que seguirte por todo Hogwats- la soltó del brazo lentamente – y sabes a la perfección que si de mi dependiera ni siquiera estaría en aquí, así que compórtate como la dama que se supone que tienes que ser y no le des preocupaciones extra a tu madre y responde la carta para que las pueda enviar de una buena vez-

Mas tardé en dar un par de pasos cuando ya me había alcanzado y se había tomado la confianza de tocarme... desde aquel punto en mi codo donde su mano hacia contacto se extendió un cosquilleo al resto de mi cuerpo, tome aire para calmarlo, pero cuando abrí los ojos ya estaba frente a mi con aquella mirada que pocas veces tenia prendada de la mía. Amague un suspiro y todo volvió a la normalidad con sus constantes groserías y su tono altanero que me crispaba los cabellos. Odiaba su actitud, me hacia sentir tan insegura.

- Yo jamas le he dado problemas a mi madre...- dije a mi defensa- Y no creo que el señor" odio al mundo" sea la persona mas indicada para darme clases de "educación".- Le sostuve la mirada unos instantes que parecieron una eternidad, sacudí la cabeza para alejar los nuevos pensamientos que comenzaba a formar mi cabeza impulsados sin duda por mis alteradas hormonas de adolescente.

El silencio se hizo presente unos segundos hasta que aquella sonrisa torcida adorno sus labios, lo cual me devolvió a la batalla.

- Deja de fastidiarme...deja de seguirme, deja de amargarme la vida...- pedí casi a gritos sintiendo un nudo que se apretaba con fuerza en mi garganta- Por que demonios no podemos simplemente fingir que no existimos, aquí nadie nos obliga a "llevarnos".- complete sintiendo aquel ardor en los ojos que precede al llanto.- Así que si no traes pluma y pergamino para responder la carta no tenemos mas opción que volver al castillo...soy una bruja, no un genio que cumple tus deseos...

Farkas bufo fastidiado y se paso la mano por el rostro como tratando de quitarse una mascara, respiro hondo antes de hablar –Bien Sol, has lo que se te venga en gana - el tono de su vos era pausado y calmo, su gélida miraba se poso en la bruja – solo asegúrate de responderlas y búscame cuando las termines – el mago paso junto a Sol dejándola atrás.

-Y si no quieres que volvamos a enviar juntos las cartas, escríbele a tu madre diciéndole eso que me dijiste a mi… que aquí prefieres fingir que no existo –se detuvo solo a unos 3 paso de la bruja – y tal vez así ellos dejen de pedirme que este al pendiente de una drágám- mustio y siguió caminando con elegancia rumbo al castillo, mientras se alejaba una pregunta taladro su cerebro ¿por que había sentido ese pequeño hueco abrirse en su interior cuando ella dijo que el le amargaba a vida y cuando sugirió lo de fingir que el otro no existía?

¿Como alguien podía ser tan odiosamente encantador? Cada una de sus palabras eran como pequeñas agujas que se incrustaban bajo mi piel, en momentos como aquel lo único que se me antojaba era darle un par de bofetadas y salir corriendo, decir la mayor cantidad de palabras que podían herirle y disfrutarlo. Me dejó ahí sin poder responder a su ultimo ataque.

Lo vi alejarse clavada en aquel sitio sin apenas poder hacer mas que respirar ¿Por que dolía su indiferencia? Que era lo que quería de el...pregunta estúpida sin duda, sabia perfectamente lo que quería, aun que también sabía que aquello era imposible.

¿Por que teníamos que odiarnos? ¿Quien había tomado aquella decisión? Buscaba un motivo valido en mi cabeza y no lo encontraba...aunque yo no le odiaba, no podía, en ocasiones casi lo lograba pero algo mas fuerte me lo impedía y apocaba cualquier mal sentimiento que pudiera alimentar.

Ojala pudiera simplemente fingir que no existía...ojala pudiera hacerme a la idea de que era un simple ente que lo único que buscaba era molestarme...¿Que haría si de verdad me tomara la palabra?

Sin pensar corrí tan rápido me dieron los pies para alcanzarlo, impulsada por un sentimiento que no pude reprimir, no quería dejarlo ir, teníamos que hacer algo para dejar aquel estúpido juego de dolor en el cual ambos deseábamos lastimar lo mas posible.

Cuando estuve lo suficientemente cerca grite su nombre...- FARKAS...espera...-el se detuvo de golpe, sorprendido y giró apenas para verme, ahí, tras el, agitada y muda...¿Ahora que le diría?

A pesar de la suave y fresca brisa que mecía las copas de los árboles, el calor de los rayos solares había logrado que algunos de los alumnos se despojaran de su túnicas mientras se encontraban recorriendo los alrededores del lago, Farkas caminaba con la vista fija en el castillo como si mirarlo ayudara que el camino a este se acortara.

Sus pasos eran algo apresurados, repentinamente deseo alejarse de ese lugar y aunque la razón estaba clara el la ignoraría como siempre, el sonido de una vos familiar pronunciando su nombre lo hizo detenerse en seco, y encuadrar los hombros, giro un poco la cabeza de modo que quien lo había llamado solo vería una parte de su perfil.

-Que quieres ahora? – pregunto de manera seca mientras volvía a girar sobre sus talones, para mirarla de frente, pero sin fijar su vista en ella, se paso la mano por la cabeza desordenando un poco su cabello para luego cruzarse de brazos en la espera de una respuesta

-Te mordiste la lengua al pronunciar mi nombre? – una sonrisa burlona se formo en su rostro – cuidado no vayas a envenenarte-

Sentí como si un balde de agua fría cayera en mi cabeza, era una tonta, en que momento había pensado en hacer las paces con el. entorne los ojos intentando controlar mi enojo, apreté los puños llena de rabia por su reacción y negué suavemente con la cabeza.

- Olvídalo...- solté en el mismo tono helado que el usaba, por que yo tenia que ser diferente si el lo único que quería era ser un patán.- No vales la pena...- afirmé, mientras retomaba la marcha hacia el castillo sin mirar atrás. Las reglas del juego estaban marcadas...

Farkas enarco una ceja, el estaba seguro que Sol no tenia ni la menor idea de lo que quería, al menos no con el primero le gritaba en la cara que se fuera, luego le gritaba para que se quedara, medio segundo después lo dejaba parado a unos cuantos meros de la orilla del lago para salir prácticamente corriendo hacia el castillo.

El mago negó con la cabeza mientras la veía alejarse, su túnica se agitaba con el viento al igual que su negra cabellera, en ocasiones podría parecer tan bella, tan frágil, pero detrás de todo eso se ocultaba un pequeño huracán capas de crear verdaderas catástrofes.

Farkas camino lentamente de regreso al castillo, sus ganas de llegar lo antes posible a el se habían desvaneció