Just Tonight {Conneth M.}

Emoción; esa debería de ser la palabra que indica a la perfección como me encuentro.

La emoción de volver a Conneth después de un tiempo, lograba que una especie de nervios y ansias se mezclaran en mi cuerpo de manera catatonica.

Le había mandado una lechuza desde un dia antes, citandola en una de las estaciones de un metro muggle en Londres. Aun me daba gracía pensando en que la semana pasada había tenido que investigar cada sección de dicho lugar, incluso había adjuntado un pequeño mapa de como llegar.


Me recargue en uno de los postes, mirando la ropa que traía, incluso paso por mi mente que iba un tanto informal. un par de Jens, unos converse, y una camisa a cuadros roja con azul. traía unas gafas negras y el pelo un tanto despeinado. Quizá debí pasar más tiempo en mi aspecto personal, pero ya era demasiado tarde para regresar a mi casa.

Saque una dulce que tenía en mi bolsillo, lo avente hacía arriba y lo atrape con la boca, intentando que eso me relajara más.

El solo ver su desordenada letra en el sobre de la carta logró que mi día se iluminara. Tuve que esperar un día entero para verlo pero ahora que estoy a unos minutos de él, sé que mi espera valió la pena. Me alegra que Sthepen haya viajado a donde su padre, es importante para mí que él tenga una buena relación con su familia ya que yo no la tengo con la mía. Traté de lucir linda para mi novio, usando un nuevo conjunto de ropa y portando una sonrisa.

Conozco el lugar donde nos vamos a encontrar. Una vieja pero cuidada estación de tren, algo fría y misteriosa. Me agrada la idea de tener una cita y también de caminar por las solitarias calles muggles, hace tiempo que no lo hacía y el aire fresco me sienta muy bien. Mis botas resuenan en las escaleras que tengo que bajar para llegar a la estación, ya que las paredes son inmensas y el eco recorre todo el lugar.

Bajé el último escalón y lo ví recargado en un muro. Traté de no hacer ruido al caminar aun que obviamente no sirvió de nada. Me coloqué a su derecha y posé mi mano en su hombro. Hice una mueca como si fuera una niña pequeña a la que no le compraron lo que quería y susurré - Te extrañé...

Su fragancia inundo mi olfato, era inconfundible ese dulce perfume. Me giré y le sonreí abiertamente. Tome su mano y deposite un suave beso en ella.

- Yo no. - Di vuelta sobre el poste hasta quedar detrás de ella - porque solo se extraña a lo que nos abandona, yo nunca lo haría. - besé su mejilla he incline mi cabeza hacía ella. Me quede observandola, no se cuanto tiempo paso, y sinceramente no me importaba, era hermosa, y en eso podía perderme todo el tiempo que fuese.

-Te ves hermosa - dije sin pensarlo, tome su mano entrelazando nuestros dedos. Mire sus ojos y me acerque después me acerque a ella juntando mis labios con los suyos, cerre mis ojos y deje pasar ese momento. Probar sus labios era algo que me había hecho falta durante este tiempo en el que estuve ausente, es decir. ¿Cómo se puede comparar un beso de Conneth con una estadia de mi padre?... sin duda, no hay igualdad.

Me separe y bese su nariz - te tengo una sorpresa - volví a sonreí y la jale con cuidado corriendo fuera del metro, y por alguna razón reía como sino lo hubiera hecho en meses.

Reí en cuanto lo escuché hablar. Merlín cuanto extrañaba su voz. Juntó su frente con la mía y me permití largarme de este universo por unos minutos. Escuchaba como varias personas pasaban a nuestro lado y hacían exclamaciones de ternura. Reí irónicamente en mi mente y sonreí aún más. Solo faltaba que se escuchara una canción de amor de fondo para completar la escena. Sinceramente estoy orgullosa de nosotros dos como pareja porque nacimos para estar juntos.

Me dijo que me veo hermosa. No me dió tiempo de decirle que yo pensaba lo mismo de él porque acercó sus labios a los míos y nuestro beso me dejo algo sorprendida. Mordí suavemente mi labio inferior cuando se separó de mi. Al parecer nunca me voy a acostumbrar a sus besos ya que siempre siento algo distinto. Tomó mi mano y lo miré de manera suspicaz.

Corríamos por el ánden y llegamos hasta las escaleras - ¿Sorpresa?.... ¡Jerzak! - grité con todas mis fuerzas mientras reía y trataba de no caer gracias a mis botas. Traté de sostener fuerte mi bolso y al mismo tiempo tomar la mano de Sthepen. Sé que parecemos dos pequeños niños pero me gusta sentirme así.

Salimos y sentí el sol golpear mi rostro, con una mano me cubrí, me giré antes de que Conneth subiera por completo las escaleras, la bese fugazmente. Sentía aun agitada mi respiración a causa de la carrera, hice a un lado un mechón de cabello que caía de su rostro.

Me posé detrás de ella mientras le cubría los ojos y la hacía caminar. -Espera, no los habrás aun. - dije mientras iba a la ilera de autos. - Listo, abrelos. - sonreí mientras me hacía un lado y le mostraba una motocicleta en color rojo con negro, perfecta para dos personas. - Con mí padre fui a Italia, - comente mientras tomaba su mano - Y ví a una pareja que iba por las calles en una de estas cosas- puse mis manos en su cintura y la acerque a mí - fue cuando me dije a mi mismo, "mi mismo, debes de probar eso con Conneth cuando regreses". Así que lo primero que hice cuando regrese fue mandarte la carta y después comprar la moto. Pero tranquila, no tienes de que preocuparte, porque allá aprendí a manejarla. - la solté por un segundo, y del compartimiento saque un par de cascos negros, le di uno a ella. Me subí y me puse el casco - Por cierto, no te emociones, que aquí no acaba la sorpresa. - espere a que se subiera, y no pude evitar quedarme idiotizado mirandola... como casi siempre.

Solo yo pude haber encontrado un novio tan extrovertido. No había dejado de reír desde que mis pies tocaron la calle algo atestada de personas. Me cubrí un poco del sol, ya que mis ojos sintieron el cambio de luz. Sthepen me dió un beso rápido en los labios y lo noté agitado. Coloqué mi mano en su corazón y lo miré a los ojos para que se tranquilizara.

Obviamente mi método no funcionó porque se colocó detrás de mí y cubrió mis ojos, como si fuera una niña pequeña. Escuché atentamente lo que decía a mi oído - De acuerdo... - murmuré cuando dijo que podía abrir los ojos. No dude en soltar un pequeño grito de asombro. Lo menos que me esperaba era una motocicleta. Me quedé estática, sin duda él sabe sorprenderme.

- Por merlín, esto es nuevo para mí. Te tengo confianza Sthepen, pero no quiero morir ¿de acuerdo? - dije mientras tomaba el casco negro. Él ya se encontraba arriba. Miré dudosamente el casco... me lo coloqué y arreglé mi cabello. Me senté detrás de él y lo abracé por la cintura - Lástima, con esta cosa puesta no te puedo besar - susurré. En mis labios se formó una sonrisa que él no logró ver. - Estoy lista amor - dije, ya decidida. Al fin de cuentas me gustan las aventuras. La verdad es que estoy ansiosa de saber que más aprendió Jerzak en Italia.

Conneth era de las pocas personas con las que me sentía cómodo. Pensar que teníamos tanto tiempo juntos solo me hacía apreciar el momento cada vez más.
Sonreí cuando se puso el casco y se acerco a mí abrasándome. Prendí la moto mientras me bajaba las gafas, y miraba que no viniera ningún coche. Arranque con cierta velocidad, claro, sin llegar al limite, no quería espantarla ni nada por el estilo.

Elegí esa ruta por una sola razón, todo el camino hacía nuestro destino era hermoso. Lleno de lugares construidos hace siglos, como si fuera el viejo Londres, y nosotros fuéramos intrusos de una nueva época. Era diferente a Hogsmeade, o al callejón Diagon, porque no eran casas de ese tipo, pero si se asemejaban en las tiendas. Podías ver a gente con trajes caminando con perros y con bigotes raros. Reí, Después de todo eran Ingleses...
Un luz roja nos detuvo, miré por los espejos a Conneth y sonreí, con el cabello revuelto se veía realmente hermosa. La luz verde nos dio el paso y continuamos. Pasamos por el palacio de Westminster, y continue por lo largo. Poco faltaba para nuestro destino, sonreí y mire a lo lejos. Busque un lugar dondé estacionarnos, para nuestra suerte no quedaba muy lejos. Cuando ya lo hicimos, me baje de la moto rápidamente, deje el casco a un lado y tome a Conny en brazos.
Miré hacía la enorme rueda.

-De algún modo, desde que te conocí, quise venir aquí. – La baje con cuidado, y le di n beso rápido en la frente – Vine cuando era pequeño, es asombroso, tiene una vista espectacular, espero que te guste – le ofrecí mi brazo para poder caminar.

Estar ahí arriba fue una de mis mejores experiencias, espero que pueda pasarlo ahora con Conny, después de todo, es bueno tener una historia en el mismo lugar, pero en una diferente ocasión.

No pudo escoger un paisaje más hermoso por el cual manejar. Es patético que nunca haya visitado esta parte de Londres, hasta llego a pensar ¿como pude vivir sin haber visto estos hermosos edificios? simplemente no puedo entenderlo. Dejando todo enojo de lado, me alegra visitarlo con Sthepen. Estos detalles me incitan a vivir y disfrutar del tiempo juntos. Miré sorprendida unos campos llenos de flores que pasamos justo después de ser detenidos por un semáforo. La naturaleza lo es todo, gracias a ella existimos.

Noté que Sthepen bajó la velocidad, así que relajé un poco mis brazos que practicamente estaban aferrados a su cintura. Encontró donde estacionarse y suspiré de manera exagerada. Cuando él bajó me quité el casco y me dejé llevar por sus brazos. Lo miré a los ojos y sonrio mientras lo escucho. Miré hacia arriba y reprimí un grito de emoción - London Eye - fue todo lo que pude decir en ese momento. Entrelacé mi brazo con el suyo y después lo besé en los labios rápidamente. - Aun que llevo cerca de 2 años viviendo en Inglaterra, esta es la primera vez que visito este lugar y no sabes lo especial que es para mí. Siempre logras que lo nuestro sea como el primer dia - Recargué mi cabeza en su hombro mientras caminamos. Me gustaría que todos los londinenses supieran lo afortunada que soy.