Tarde libre [Audrey - Libre]

Era una tarde algo calurosa. La cristalería verde provocaba que los rayos del sol que se colaban por las ventanas de la sala común de Slytherin tomaran sus matices.

Estaba mal sentado con los pies sobre el descansa brazos del sofá, tenía los suficientes deberes como para pasarme toda la tarde en ellos y aún así no terminar. Pero la pereza me ganaba y no tenía deseos de comensar a escribir un ensayo de un metro sobre criaturas mágicas que aún no había investigado.

Me puse en pie y decidí buscar algo que hacer, al fin y al cabo no podía pasarme toda la tarde tirado en el sofá mirando a los otros alumnos que entraban y salían de la sala común. Me dispuse a ir a Hogsmeade, saliendo de la sala común rumbo a los portones del colegio. De vez en cuando saludaba algún conocido que me encontraba en el camino pues tenía tiempo de sobra.

Una vez afuera seguí el camino hacia Hogsmeade, podía aparecerme pero caminar era una mejor opción, así mataría el tiempo mientras pensaba en que hacer el resto de la tarde.

Sin darme cuenta estaba frente a las Tres Escobas, como no tenía nada planeado me encogí de hombros y entré al recinto empujando la puerta. El lugar estaba algo abarrotado y no había mesas disponibles así que camine directo a la barra -Una cerveza de mantequilla, por favor- le dije al tipo que estaba atendiendo mientras me sentaba en uno de los asientos libres.

En un abrir y cerrar de ojos tenía frente a mi una jarra espumeante de cerveza de mantequilla. Con un movimiento de cabeza le di las gracias al tipo y tome el primer trago mirando al frente y evaluando las botellas que adornaban la pared detrás del bartender que limpiaba copas y servia de vez en cuando un trago.

Salí corriendo detrás del pequeño uron por las calles de aquel pequeño pueblo. Había más alumnos del colegio recorriendo las calles. Menos mal que era pequeña y sabía moverme entre la gente, no era la primera vez que aquel pequeño animalejo se me escapaba de la mochila. Conseguí atraparlo en frente de la tienda de chuches. Reí cogiendo al granujilla y le eché una pequeña bronca, metiendole en a mochila de nuevo.

Me miré en el espejo acomodandome el cabelo revuelto por la carrera y sonreí mirandome. Llevaba los pantalones de cuero que solía llevar cuabdo me iba de excursión al bosque, y una camiseta amarilla de tirantes. No llevaba el uniforme ddl colegio porque es día me lo había tomado libre. Estaba poco acostumbrada a quedarme mucho tiempo seguido en algún lugar, y estos últimos años en el colegio estaban siendo superiores a mi. Comencé a andar tranquilamente por las calles hasta llegar a las Tres Escobas.

Estaba lleno, como siempre, pero no me importaba. Se me daba bien eso de ser invisible entre tanta gente. Eché un vistazo por las mesas, todas llenas, pero no reconocí a nadie. Suspiré llendo a la barra y me senté en un taburete, esquivando un camarero. Mantuve rápido el equilibrio sin molestar a nadie y reí. Saludé al camarero y pedí una cerveza de mantequilla, con un bol con comida. Saqué al uron y comencé a darle trocitos. -¿Cómo se va comportando el uron? ¿Ya no se te escapa?- Me preguntó el camarero observando al pequeño. La primera vez que entré al bar fue porque se me había escapado y había coseguido entrar en aquella taberna. Reí negando -Hace unos minutos que acabo de conseguir cogerle. Acabaré comprando una correa para animales si sigue así.- Observé el lugar mientras le daba de comer al uron.- ¿Tenías hambre? La próxima no te escapes y comerás antes.- Dije medio distraída. En eso me di cuenta de que había un chico sentado al otro lado. No me había dado cuenta y me había sentado junto él teniendo el resto de barra libre.-Oh.. Esto, perdona. Espero no molestar.- Dije sonrojandome y mirando al joven.

El calor comenzaba a hacercerse presente y a pesar de ser un buen Ravenclaw cada vez me tiraban más los pies hacia fuera del castillo que hacia la biblioteca.
Fui hasta mi sala común y me puse ropa muggle, unos vaqueros piratas y una camiseta que según mi madre debería haber tirado hace un par de años. Cogí algo de dinero y metí en una mochila un par de libros para leer en alguna parte y sabiendo que Bruno andaría con Elizabeth en alguna parte sali a tomar algo.

Hogmeade estaba llena de alumnos, saludé a unos cuantos según avanzaba, nada, solo conocidos.
Iba pensando en mis problemas, en como solucinarlos y sin darme cuenta llegué a las tres escobas.
Entré sin pensarlo mucho, observé la taberna. Me acerqué a la barra. -Derek golpee la espalda de mi amigo. Buenas tardes señorita saludé a una joven que estaba a su lado. Bonito uron, yo tengo un perro, pero es muy vago, y llegar hasta aqui le supondria casi más un castigo que algopositivo miré a Derek,¿puedo quedarme con vosotros? enl o que esperaba la respuesta pedí una cerveza de matequilla al camarero que ya empezaba a mirarme realmente mal

De vez en cuando la puerta se abría de par en par, para dejar entrar a un nuevo grupo de magos que se reunían con algunos más en las mesas. El ambiente estaba algo alegre, ya que había muchas personas agradables. Yo continúe tomando de la cerveza de mantequilla que me habían servido, ya la llevaba por la mitad.

Escuché como alguien se sentó a mi lado, al principio no le tomé mucha importancia y di otro sorbo a mi cerveza, clavando la mirada a una de las botellas más llamativas del estantero. Escuché como el cantinero se dirigía a la persona que se había sentado a mi lado, miré por el rabillo del ojo casi por instinto, era una chica de cabello parecido al color naranja que le daba de comer a un urón que debía ser su mascota. Seguramente se percató que le estaba mirando, pues se dirigió a mi algo apenada -No molestas en lo absoluto- dije negando con la cabeza mirándole bien y dirigiéndole una sonrisa amistosa.

-Es un bonito urón el que tienes ahí- señale al animal con la mirada, siempre me habían llamado la atención los urones pero nunca me había atrevido a comprar uno, seguramente por lo travieso y escurridisos que eran.

Seguidamente alguien golpió mi espalda, yo me voltié para mirar quien había sido y me percaté de que era Holmes. Le sonreí y moví mi cabeza en señal de saludo -Que tal Holmes?- Mi compañero se dirigió a la chica que tenía al lado, y preguntó si podía acompañarnos -Ya que practicamente te sentaste...- Dije haciendo una mueca, en señal de burla. Holmes era uno de los chicos con el cual tenía la confianza para jugarnos bromas de vez en cuando, así que me reí divertidamente y le di un pequeño codazo -Siéntate hombre! no tienes que ni preguntar-

Miré a la chica que tenía al laso y recordé que no me había presentado ni nada por el estilo -que descortés he sido! Soy Derek Prince por cierto- Le extendí amigablemente la mano para saludarle como debía haberlo hecho anteriormente -Y este es mi amigo Holmes- Acoté señalandolo con la mirada.