And I'll try not to sing outta key — Erick Brohard

— Vamos Asael, no te voy a esperar toda la vida — giro mi rostro para verlo caminar detrás mío. Llevo una media sonrisa plasmada en el rostro, mientras camino con rapidez. Se nota mi emoción por llegar al pub. La verdad no me tiene que importar el que muchos Muggles se me queden viendo como la loca que soy por estar corriendo por la avenida principal.  He esperado por meses a que llegue esta noche. Casi puedo escuchar la voz de Fleur en mi cabeza "No corras Dominique, ¡estás usando una falda!" bueno si, esta noche uso ropa propia de una mujer, pero no me importa. — Creí que por jugar Quidditch, eras rápido — grito en dirección a Erick, solo para  hacerlo reír. Sigo corriendo, esperando que no me alcance porque entonces no tendría material con qué  molestarlo.

Agradezco a Toire por haberme gritado hace unas horas antes cuando traté de traer uno de sus bolsos conmigo. Si lo hubiera traído, ahorita estuviera muy cansada por cargar semejante bestia. Por el contrario, en mi pequeño bolso solo llevo algo de dinero, dos boletos para el espectáculo, mi varita y pañuelos por si termino llorando. Hago lento mi paso cuando ya solo queda una pequeña acera que caminar. Desde aquí puedo ver el anuncio con luces que comparten el nombre del show. Suelto un pequeño grito y me abrazo a mi blusa que muestra a los Beatles y que adoro por completo ya que fue un regalo de los Scamander. Observo a Erick que está a mi derecha — ¿Estás seguro de querer hacer esto? — pregunto, sonriendo con emoción. — Si entras, quizá tendrás que lidiar con mi llanto de fan maniática — suelto una risa y observo a ambos lados de la avenida porque tenemos que  cruzar hacia la acera de enfrente.

Fue una sorpresa encontrarme con Brohard en Londres. Se suponía que Molly vendría conmigo esta noche, pero terminó teniendo trabajo. Ninguno de mis primos quiso acompañarme - Lily quiso, pero no iba a cargar con una pequeña dinamita - así que terminé en el centro de la ciudad con dos boletos. Pensé que llegando al lugar podría invitar a cualquier persona que caminara ante mis ojos. Los Beatles son algo sagrado, nadie se iba a negar, pero por suerte me encontré con alguien conocido. Se supone que debo mantenerme lo más segura posible, así que todo resultó bien. — Tengo que decirte que tengo suerte de que me acompañes esta noche — comento con un poco más de seriedad. — Estaré en deuda contigo. Casi me prohíben venir por no tener compañía. — Llegamos al Pub, y observo que hay fila para entrar al lugar.