Cálida Noche [Cécile + Libre]
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Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Está bien… pensaba que te había perdido… entonces vamos.
Ella utilizó su varita también para alumbrar el camino y entonces comenzamos a caminar por el largo pasadizo. No dije ninguna palabra durante todo el camino, me contentaba con sentir el contacto de su mano, escuchar su respiración y saber que la tenía a mi lado… era una sensación extraña pero agradable al mismo tiempo. Después de un largo rato de camino llegamos al final del túnel, tuvimos que subir una cuesta y finalmente había otra trampilla. Miré a Cécile y llevé mi dedo índice a mis labios para hacerle un gesto de silencio, aunque no estaba hablando. Abrí muy poco la trampilla y saqué la nariz y los ojos. La bodega de la tienda estaba vacía y oscura. Sonreí y me volví a meter en el pasadizo para susurrarle a la Hufflepuff:
- Vamos, no hay nadie…
Abrí del todo la trampilla y junté mis manos para que ella pudiera poner el pie y se impulsase para subir. Luego subí yo y alumbré la estancia llena de cajas y polvo, mirando hacia todos lados. Sonreí a Cécile y le guiñé un ojo.
- Bienvenida a la bodega de Honey Dukes…
El olor estaba impregnado por el aroma de los dulces y el de la humedad, una mezcla algo extraña pero que me pareció buena. Luego le señalé las escaleras de madera y comencé a subir por ellas lentamente tratando de que no crujieran. Me asomé a la puerta pero tampoco había nadie. Cuidadosamente fui al final de la tienda y comprobé que la puerta estaba cerrada. Agité la varita y la cerradura se abrió. Sonreí y salí al exterior, respirando el aire frío. Sentí como la poca ropa que llevaba se pegaba a mi piel y me congelaba. El suelo aun estaba nevado, debía llevar todo el día… y era una noche algo fría, pero no demasiado, aun así el golpe del frío me hizo estremecerme. Esperé a que saliera Cécile y levanté un poco mi brazo para invitarla a cogerse a él.
- Brrr… hace mucho frío, tendríamos que haber ido a por los abrigos… ¿A dónde quieres ir?
Las calles nevadas de Hogsmade estaban en silencio, iluminadas nada más por alguna antorcha ocasional y por la luna que antes habíamos visto en el techo ilusorio de Hogwarts. Traté de reconfortar mi frío buscando el contacto con la francesa, además así podría compartir también mi calor corporal con ella y estaríamos mejor. Le sonreí mientras observaba su hermoso rostro esperando su decisión.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Esperame.
Llegué a decirle y fui rápidamente hacia él, sin hacer mucho ruido. Cierro la puerta a mis espaldas, quedando sellada por acto de magia. La noche estaba muy fría, podía ver neblina por algunas partes, y también un extraño humo que salía de mi boca cuando hablaba. La temperatura era baja, por lo que era normal aquel acto. Me invita a tomarme de su brazo, y accedo, quedando nuevamente cerca de él. El frío pareció opacarse un poco, desaparecer por instantes... quizás sea por el calor que emanaba, o porque estando junto a él me sentía inmune, nada me molestaba... ni siquiera el tan desgarrador frío de la noche.
-Hubiera sido un poco arriesgado ir por los abrigos...
Seguramente con los abrigos encima no habría hecho falta caminar así, el rápido palpitar del corazón hubiera estado normal, no sentiría aquel cosquilleo que florecía dentro de mí ni sentiría que mis mejillas se sonrojaran, y no era por el frío, de eso estaba segura después de tanto.
-Caminemos.. nunca vine a Hogsmeade de noche, estás seguro que no es peligroso aquí?
Dije un tanto preocupada, pero por suerte tenía la varita cerca.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- No creo que nos pase nada... además, estás conmigo, no voy a dejarte tirada si algo nos atacara... te defendería.
Comencé a caminar lentamente mirando las estrellas para no tener que ver a Cécile por el comentario que había hecho.
- Me encanta Hogsmeade en esta epoca del año... y más de noche, está todo nevado y en silencio... además contigo mejora mucho más.
Me sonrojé un poco y sonreí, mirándola de reojo para ver cual era su reacción ante mis palabras. Seguí caminando con tranquilidad junto a ella, escuchando como la nieve crujía bajo nuestros pies.
- A esta hora ya está todo cerrado... pero... si quieres podemos ir a la Casa de los Gritos. ¿Has estado alguna vez?, ¿conoces las historias?
Sonreí levemente y extendí mi brazo para tomar su mano y enlazar sus dedos con los de ella. Caminaba casi meciendome con el suave viento, sintiendo el viento helado revolviendo mi cabello de vez en cuando y notando el frío calarse poco a poco por mis huesos. Mis mandíbulas amenazaban con castañear, pero me mordía el labio inferior tratando de que no lo hicieran... no quería que Cécile pensara que era débil.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-De acuerdo, confío en ti.
Sonreí de lado por ello y avancé junto a el Ravenclaw, mientras sentía como mis pies se sumergían mínimamente de vez en cuando en la escarcha, en ese momento odié no abrigarme más los pies. Escucho atentamente lo que me cuenta, logrando que me sonroje más y un brillo especial se destaque en mis ojos. Especulé que no se diera cuenta de ello ya que la luz no era del todo favorable... pero quien sabe.
-De no ser por ti, no habría venido jamás de noche, creo...
Dije con un hilo de voz y me aferré un poco más a él, cuando sentí que un frío viento invernal nos golpeaba la cara, mientras sentía como mis cabellos se iban hacia atrás, despeinándose un poco.
-Lo siento.
Logro decir cuando el viento pasa, y me separo unos escasos centímetros de él, acomodándome el pelo que se había desordenado.
-He escuchado algunas historias, pero me resulta dificil de creer, verás, si no lo veo no lo creo.
Reí al respecto, quizás sonaba algo mal lo que había dicho.
-Vayamos.
Agregué finalmente y miré a Jack, sus ojos se veían algo diferentes con la luz de la luna dándole de lleno, por un momento sentí verme reflejada en ellos, por lo que aparté la mirada, un tanto insegura.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- No te preocupes... me espero.
Me crucé de brazos para no perder calor y la observé. Aún con el pelo revuelto me parecía hermosa. Aquel cabello dorado tan brillante me encantaba. Me dijo que si no veía la casa no lo creería, me encogí de hombros sonriendo.
- Yo tampoco las creo demasiado... además dentro no se está mal, hay ocasiones que hasta me parece confortable. Tu no te preocupes de nada, yo te llevaré y te dejaré comprobar las leyendas por ti misma.
Observé como acababa de acomodarse el cabello y se quedaba mirando mis ojos. Alcé una mano y la deposité en su mejilla, acariciandola con el pulgar. Mi mano estaba algo fría pero su mejilla lo estaba más. Sonreí de medio lado. La tenue luz de la luna y las estrellas sacaban un brillo especial de sus cabellos de oro bruñido y su blanca piel parecía brillar con más hermosura que la nieve. Aparté la mano y rodeé sus hombros con un brazo por si tenía frío, mientras me volvía a poner en marcha. Las calles vacías nos llevaban lentamente hasta la Casa de los Gritos, aún a una larga distancia. Miré el cielo estrellado y volví a comenzar con las preguntas sobre su vida... aún me interesaba conocerla mejor.
- ¿Tienes hermanos o hermanas en Francia?
Sonreí y desvié la mirada hacia sus ojos. La apreté un poco contra mí cuando vino otra ráfaga de viento. Me estremecí, no por el frío sino por el contacto de su cuerpo. Continuabamos caminando y finalmente llegamos a la cuesta que nos llevaba al camino de entrada a la Casa. La señalé con la barbilla, en la lejanía se veía una casa abandonada con las ventanas y las puertas tapadas. A nuestra altura el camino que llevaba hasta ella estaba cercado y ponía un cartel de No Pasar. Salté la vaya soltando a Cécile y la ayudé a pasar conmigo al otro lado. Me apoyé en la vaya de madera y me quedé mirando a la Casa de los Gritos, perdido en mis pensamientos. En ellos aparecían los ojos de Cécile. Suspiré y con dos dedos aparté un mechón rubio de su frente. Con el corazón y las tripas encogidos me atreví a decir en un susurro:
- Yo... creo que eres preciosa...
Dejé caer la mano a un lado de mí y volví rápidamente la mirada hacia la casa abandonada, sintiendo mis mejillas teñirse de rubor.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Tengo una hermana mayor, pero es totalmente diferente a mí. Es decir, no tanto físicamente pero sí en personalidad. Solíamos chocar mucho.
Contesté con una pequeña risa al final, recordando aquellas peleas que tenía con Kateline, pero nunca eran nada graves... tú tienes hermanos?
Sentí un poco de ansiedad al estar cada vez más cerca de la Casa de los Gritos, seguro sería muy interesante. Una especie de adrenalina comenzó a recorrerme cuando nos acercábamos cada vez más. El lugar, el tiempo, la noche, y sobretodo la compañía de Jack me hacían sentir libre, capaz de hacer cualquier cosa que me ocurriese, cosa que no podría hacer en el colegio bajo tan estrictos reglamentos.
-Veamos que tan cierta tiene la historia que me han contado.
Le sonrío una vez que me ayuda a pasar la vaya, quedándome con la espalda apoyada en el trozo de madera. Esta vez pude observarla más de cerca, tétrica y misteriosa como me la había imaginado. Estaba por disponerme a avanzar y entrar allí, pero de repente un comentario de Jack hizo pararme en seco, dejándome tiesa pero con un extraño revoltijo de emociones y sentimientos que surgían de mi interior, luchando entre ellos para salir hacia afuera, gritarle, decirle que estaban allí, hacerse presentes. Ladeo mi cabeza hacia él, estaba justamente al lado mío... al parecer se dejó llevar por sus pensamientos, cosa que no me molestó. Le vi directamente a los ojos, con una sonrisa en los labios y un ligero rubor rosado en las mejillas, aún más acentuado por el frío.
-Bueno, gracias...
Dije con un hilo de voz ya que nunca sabía muy bien que responder en aquellas ocasiones, muchas veces sólo soltaba un resoplido y me alejaba, otras sólo lo ignoraba, pero esta vez había sentido algo especial. Moví delicadamente la mano que estaba cerca de él, rozando sus dedos con los míos suavemente... casi jugando con ellos. Ambos estaban fríos, pero un clima completamente distinto surgía entre ambas manos.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- No tengo hermanos, soy hijo único.
Continuamos caminando en silencio y finalmente llegamos al “jardín” de la Casa de los Gritos, donde hice aquel comentario que tanto me había avergonzado. Las palabras que dijo Cécile me sorprendieron. Esperaba que me ignorara o que cambiase de tema como hacía cuando la acariciaba. Mi sorpresa se vio reflejada en mi cara mientras volvía los ojos hacia los suyos. Ella sonreía y un ligero rubor cubría sus mejillas, lo achaqué al frío y no a mi comentario. Su mano se movió con delicadeza y rozó mis dedos con suavidad. Extendí los míos. Los sentía fríos aunque los de la francesa también lo estaban. Miraba nuestras manos como si fueran independientes de nuestro cuerpo. Se rozaban delicadamente, jugando entre ellos, como si de una silenciosa y extraña danza se tratara. En mi interior me sentía increíblemente bien por aquellas caricias, extrañamente la incomodidad que surgía cuando las cosas entre Cécile y yo se ponían más “íntimas” desapareció. Subí la mirada a sus ojos y le sonreí tiernamente. Sin poder reprimirme mucho más deposité un beso en su frente y separé mi mano de la suya.
- No me des las gracias, es la verdad.
Suspiré, no sabía cuánto tiempo habíamos estado acariciando nuestros dedos. Me encogí de hombros y para evitar que temblaran me cogí los antebrazos con mis manos heladas. Señalé con la cabeza hacia la casa y miré a Cécile:
- Vamos a dentro… seguro que hará menos frío.
Corrí por la nieve sin perder de vista a la Hufflepuff, cortando el camino que había hasta la casa. Me apoyé en las tablas que bloqueaban la entrada. Miré a ambos lados como solía hacer en mis entradas furtivas a la casa desde Hogsmeade (ya que muchas veces había entrado desde el pasadizo del sauce boxeador). Quité las tablas y abrí la puerta dejando paso a Cécile:
- Adelante señorita Leblanc…
Hice una ligera reverencia mientras sonreía y la seguí al interior, cerrando la puerta. Todo estaba revuelto, oscuro y lleno de polvo, como siempre. Pero la habitación que yo prefería estaba en el segundo piso. Me acerqué por detrás a la chica y puse mis manos en sus hombros con suavidad.
- ¿A qué es genial?... vamos, subiremos al segundo piso.
Señalé unas escaleras con la madera podrida que habían a un lado de la estancia donde estábamos, en tiempos antiguos debía haber sido un salón. Me separé de su espalda y comencé a subir con cuidado. La madera crujía demasiado y como siempre amenazaba con romperse. Una vez arriba había una puerta entreabierta. Era el ático. Abrí la puerta con cuidado, como todas las de la casa también crujió. Una luz fantasmal entraba por la enorme ventana algo rota que había a un lado. El techo era inclinado, como la mayoría de los áticos y a un lado había unas butacas junto a una chimenea. Lo que más llamaba la atención era un piano de cola, muy antiguo y deteriorado con las teclas amarillas. Estaba en el centro. En las vigas había alguna telaraña. De pronto retrocedí hacia atrás. De las sombras apareció un dementor. Mi corazón iba a mil por hora, no sabía que narices hacia un dementor en mi refugio secreto. Si había entrado uno podría haber más en diferentes lugares. La figura fantasmal se acercó hacia nosotros, se lanzó hacia mí y pude ver sus labios podridos. Me sentí como si no existiese felicidad, mi cuerpo se entumecía y sentía aún más frío que antes. Mis dientes castañeaban. De pronto reaccioné. Centré en mi cabeza un pensamiento feliz y el primero que me vino a la mente fue el momento en el que Cécile había agradecido mi cumplido y había acariciado mis dedos. Extendí la varita y dije primero con duda pero después seguro de mí mismo:
E…Ex…¡Expecto Patronum!
De la punta de mi varita salió un dragón adolescente, un galés verde, que con un silencioso rugido se lanzó volando hacia el dementor y lo sacó de la casa. Una vez liberados de aquella presencia fantasmal lancé al patronus escaleras abajo y me despreocupé… si había más dementores él acabaría con todos. Me dejé caer sobre una butaca y suspiré guardando la varita y mirando a Cécile.
- Lo siento mucho… no sabía nada de esto. Es raro ver dementores, nunca había creído que Quién-tu-Sabes los hubiera reclutado realmente y los hubiera sacado de azkaban…
Suspiré sin saber porque uno de los lugares que estaban investigando esas despreciables criaturas era aquella casa. Negué con la cabeza y sonreí. La luz de la Luna entraba perfectamente y daba un aspecto genial a Cécile. Apunté con la varita a la chimenea y de la punta de mi varita salió una chispa que incendió los troncos que había. Poco a poco la estancia se fue calentando, bañando la sala con el baile de sombras que producía el fuego y daba una imagen más mística a la estancia. Me puse en pie ya olvidando el suceso anterior y me acerqué a la Hufflepuff.
- Sino recuerdo mal tenemos un asunto pendiente…
Le sonreí, apunté con mi varita al piano, que como siempre se afinó solo y comenzó a tocar por sí mismo. La música sonaba algo tétrica por la antigüedad del instrumento y había teclas que no sonaban porque la cuerda estaba rota, pero era mejor que nada. Tomé una mano de la chica y la llevé al centro de la sala. Abracé su cintura con ambos brazos y comencé a bailar lentamente con ella. Dejé mi mejilla apoyada en sus cabellos rubios y perdí mi mirada en la ventana. Disfrutando de aquel baile y de la compañía de la chica.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Gracias señor Neur... -
Asentí con la cabeza en señal de acuerdo cuando me dice que el lugar es genial, en realidad lo era, tenía una mezcla de cálido y tétrico, que sumados quedaban genial para una noche como aquella... Me dispuse a recorrer el lugar con un poco de cuidado para no romper nada, porque todo parecía a punto de vencimiento. Los cuadros, las butacas... incluso había muchos diarios amarillentos. Levanté uno del suelo, a pesar de estar un poco polvoriento, cosa que me provocó un estornudo. Lo sacudí un poco y pude leer lo que rezaba en él. Algunas noticias de Dumbledore, pero eran muy viejas... me preguntaba quién podría tachar su rostro en el diario, qué crueldad. Miré por la ventana, algo perdida en la luna cuando escuché unos ruidos extraños del ático, al parecer Jack estaba en problemas. Me doy vuelta rápidamente, sentí la presencia de una extraña figura.. la había visto antes, era un dementor. No pude evitar soltar un agudo grito mientras me llevabas las manos a la boca, dejándome caer sobre la butaca. Tenía que intentar tranquilizarme, todo había ocurrido muy rápido... de estar tranquila a sentir la más terrible amargura. Doy un suspiro un poco más calmada y veo descender un patronum en forma de galés verde, supuse que Jack había acabado con él. Yo estaba perpleja. Me paré, escuchando lo que el joven decía con cierta incredulidad y con el ceño fruncido ligeramente. Estaba igual de perdida que él al encontrarme con un dementor en un lugar así.
-No... jamás hubiera imaginado ver tal criatura aquí, has visto otras más en esta casa?
Relajé los músculos de mi rostro cuando escuché que el piano tocaba solo, ya que me dio la sensación de que nada malo podría pasar, ambos eramos brujos con algo de práctica en hechizos, por lo que no debía preocuparme demasiado. El ambiente se había tornado más cálido debido a que la chimenea ahora estaba encendida, era hermoso ver el fuego en ella bailar tan ferviente.
-Claro, no me olvido...
Me levanté de la butaca lentamente y correspondí una de sus manos. Ambos quedamos en el centro de la sala, la combinación de la música de aquel antiguo piano, el calor que emanaba la chimenea y el extraño aroma pero agradable que tenía el lugar lo hacían todo perfecto. Llevé ambas manos a sus hombros, pasando una de ellas por su cabello con anterioridad. Seguí sus pasos, era un baile lento... Sentí el palpitar de mi corazón algo acelerado, nuevamente.
-Estás bien?
Le pregunté, casi a milímetros de su oído ya que había apoyado una de sus mejillas sobre mi pelo, por lo que casi teníamos contacto piel a piel. Me habia preocupado un poco por el hecho de que estaba el dementor allí y que tuvo que haber lidiado solo con él, debí haberlo ayudado.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Piano!! :
Cuando me preguntó si había visto dementores por esa casa negué con la cabeza. Era muy raro que estuvieran allí y me preguntaba a que se debía. Pero pronto me olvidé del asunto, centrándome en la música y el baile. Si había más dementores podríamos enfrentarlos juntos, ya que ambos estabamos en los últimos cursos de Hogwarts y un patronus no era un hechizo muy difícil.
Mis brazos rodeaban su cintura casi en un abrazo. Mi mejilla apenas rozaba sus cabellos dorados, sentía el cosquilleo de éstos en el rostro y me hacían sonreír. Nuestros pasos eran lentos y relajados. Me sentía extrañamente tranquilo a pesar de los escasos centímetros que nos separaban. Girabamos con lentitud el uno con el otro, siguiendo la música que el piano tocaba para nosotros. Sonreí mientras miraba por la ventana. Un copo de nieve rompía la pacífica noche y se depositaba en aquella ventana que a penas tenía cristal. Sentía las manos de Cécile en mis hombros, antes de llegar a ellos había acariciado mi cabello, acto que me había hecho sonreír.
Ahora su voz acariciaba de nuevo mi oído con un susurro. Me preguntó si estaba bien, seguramente haciendo referencia al suceso anterior con el dementor. Asentí y acaricié su espalda.
- Sí... estoy bien, gracias. - le susurré igualmente casi ronroneando - No te preocupes, ni cien dementores podrían estropear esta noche... solo déjate llevar. - solté una pequeña risa al recordar el recuerdo que había usado contra la criatura y le susurré - ¿Sabes cuál fue el primer recuerdo feliz que me vino a la mente hoy con el dementor?... - sonreí y aparté con la nariz sus cabellos para decir muy suavemente en su oreja - tú...
Volví a apoyar la mejilla en sus cabellos y cerré los ojos para continuar con el baile, preguntandome si en aquél momento se sentía tan bien como yo... y si en ella también se despertaba esa extraña atracción que nacia de mi vientre y agradaba a mi corazón.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Cuál?
Le pregunté a Jack, provocandome una suave risa cuando me habla al oído y me responde que había sido yo.
-Ah si? Ya sé que recuerdo usar cuando me aparezca un dementor entonces...
Agregué haciendo referencia a su mismo recuerdo, seguramente sería muy útil para aquella ocasión. Seguí el movimiento de sus pies, mirando por la ventana otros copos que caían lentamente... le daba un aspecto invernal a la casa de los gritos, inigualable a otra noche.
-Al parecer esas teorías que tenía de la Casa de los Gritos no eran ciertas, creo que a partir de ahora será uno de mis lugares preferidos...
A pesar de tener un aspecto tétrico y tenebroso no dejaba de ser un tanto misterioso y agradable, seguramente lo visitaría en otra ocasión. Aparté mi rostro de Jack para verle directo a la cara, después de que terminó la música.
-Será una pena cuando amanezca y tengamos que volver al castillo, para tomar rumbos diferentes...
Bajé la mirada con un poco de tristeza, no muy notable. En el fondo no quería separarme del Ravenclaw, aunque en algún momento aquello tendría que pasar.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- ¡Qué vanidosa! ¿Dices que utilizarás el recuerdo de ti misma como recuerdo feliz para hacer un patronus?
Ensanché mi sonrisa sin perder el lento compás de la canción. Volví a la tranquilidad de antes y apoyé de nuevo la mejilla en sus cabellos, cerrando los ojos y balancéandome lentamente. De nuevo su voz susurró reptando hasta mi oído, acariciando su aliento llegaba a mi cuello y hacía que me estremeciera, el olor de sus cabellos se filtraba por mi nariz y me embargaba una agradable sensación, casi como si hubiera bebido demasiado. Me dijo que a partir de ese momento la Casa de los Gritos sería su lugar favorito. Asentí con la cabeza dándole la razón.
- Es un lugar genial… pero ahora que te he traído lo consideraré un sitio especial. Puede ser nuestro refugio… donde podemos ir a protegernos de la rutina diaria de Hogwarts.
Suspiré y alcé la cabeza para dirigirla al fuego danzante… aquella velada era simplemente perfecta y preciosa… la mejor noche de navidad. Nos mantuvimos en silencio, siguiendo con el baile y a pesar de que no nos decíamos nada y ni siquiera nos hablábamos, el contacto de nuestros cuerpos abrazados, danzando en perfecta coordinación era más que suficiente. La música dejó de sonar y Cécile se separó un poco de mi para verme a la cara. Centré mis ojos claros en los suyos y me entristecí un poco por lo que decía. La vi bajar la cabeza y me quedé un rato pensativo. Tenía razón, ambos íbamos a cursos diferentes y vivíamos en salas diferentes… era muy complicado coincidir. Pero se me ocurrió algo. Con una mano alcé delicadamente su barbilla y le sonreí haciéndola mirar mis ojos:
- No digas esas cosas, Cécile… Podemos pasar el amanecer aquí… mañana no hay clases y no creo que nadie nos eche de menos. Podemos dormir aquí y volver mañana por la mañana. Yo tampoco quiero separarme de ti… y sé que es poco probable que nos volvamos a ver. Vamos a cursos diferentes y somos de casas diferentes… no quiero que esta noche caiga en el olvido. – miré sus ojos sonriendo – Prométeme que volveremos a vernos otra noche más… podemos huir siempre que queramos aquí, a la Casa de los Gritos… a nuestra Casa de los Gritos… – sonreí entusiasmado por la idea de hacer “nuestro” aquel lugar abandonado – También tienes que prometerme que cumplirás tu palabra de llevarme a Francia… me haría mucha ilusión conocer tu familia y tu ciudad…
Suspiré y le di un largo abrazo que no sé cuánto duró. Me sentía genial con ella y de verdad no tenía ganas de que la noche acabara en el amanecer… Suspiré y la dejé ir. El piano volvió a sonar, esta vez con otra canción.
- piano:
La mire alzando las cejas y separándome levemente de ella, pero sin quitar mis brazos de alrededor de su cintura.
- ¿Seguimos bailando o descansamos?
Llevé una mano tímida a su mejilla y la acaricié perdiéndome en sus profundos ojos azules, deseando que nunca tuviera que separarme de la Hufflepuff… algo que nunca había sentido por otra persona.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
Reí también por ello, al parecer su dejo bromista lo seguí a todos lados. Continuamos bailando por unos minutos más, el contacto que había entre Jack y yo era sin dudas magia pura. Creí que podría pasarme el resto del día así, incluso hasta después de que amaneciera. Asentí suavemente cuando sugiere que la Casa de los Gritos podria ser nuestro refugio, realmente lo pensaba así. Sería genial regresar cuando estuviese harta de la monotonía de Hogwarts, en la casa embrujada algo nuevo siempre iba a aparecer. Cuando cesó la música, levanté la mirada al escuchar sus cálidas palabras.
-Tienes razón, en el colegio siempre será algo difícil encontrarnos... pero disfrutemos ahora, que aún no han comenzado las clases.
Sonreí ante ello, no habría que preocuparse de momento ya que las clases aún no daban inicio. Una mirada azul brillante surgió de mi rostro cuando escucho lo que me pide prometer. Cambio de posición mis manos que estaban entrelazadas alrededor de su nuca, para ponerlas en sus hombros, e inclino ligeramente la cabeza hacia un lado.
-Es una promesa, vendré aquí siempre que quieras y me necesites. Ah, y a Francia también... quiero que conozcas donde me crié. Tu me prometes llevarme a Irlanda?
Le correspondo el abrazo apoyando mi cabeza en uno de sus hombros, aquel abrazo había sido especial. Ell piano comenzó a tocar otro tema, igual o mejor que el anterior, por lo que continuamos bailando unos escasos minutos, y Jack se separa un poco de mí para preguntarme si prefería seguir o descansar. Siento la suavidad del dorso de su mano cuando la lleva a mi mejilla, dejé reposar mi rostro unos segundos, y luego dirijo mi mirada azul hacia él. Vuelvo a entrelazar mis brazos atrás de su nuca, y sin pensarlo me acerco a su rostro, para darle un suave beso en la mejilla. Luego de ello, sonrío, el tono rosado había subido a mis mejillas nuevamente.
-Sigamos, no estoy para nada cansada...
Desvié su mirada hacia la ventana, al parecer, el crepúsculo se estaba yendo, para dar con los primeros tímidos rayos del alba, que se asomaban casi como pidiendo permiso
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- ¡Pues claro!... en las próximas vacaciones estaría encantado de llevarte… siempre que no te molestara conocer a mis padres muggles… ni a la mitad de mis familiares que también lo son… la única bruja de mi familia que conozco es mi tía. Ella vive en Irlanda con mi abuela.
Correspondió a mi abrazo apoyando la mejilla en mi hombro. Acaricié con una mano su espalda y con la otra jugué con sus cabellos. Cerré los ojos disfrutando de aquel abrazo y escuchando como el piano comenzaba a tocar. Se acercó a mi rostro después de mi pregunta y depositó un beso en mi mejilla. Sentí como mi corazón se aceleraba y mi sonrisa se ensanchaba. Cerré los ojos disfrutando del contacto de sus labios en mi piel y luego los abrí después de ese microsegundo para ver la sonrisa que también se dibujaba en su rostro. Me dijo que quería seguir bailando, que no estaba cansada. Asentí y resbalé mis manos por su espalda hasta juntarlas de nuevo a la altura de su cintura. Los tímidos rayos del sol comenzaban a salir, al parecer la ligera tormenta de nieve ya había cesado y una brisa suave entraba por los cristales rotos de la Casa de los Gritos, agitando levemente las cortinas apolilladas y llenas de polvo, dejando ver una alfombra desteñida sobre la cual estábamos bailando, las butacas que estaban tan sucias que no se reconocía que color habían tenido y el piano, de color negro desgastado, con las teclas amarillentas y muy deterioradas. Ahora el fuego seguía danzando en la decrépita chimenea, pero sus sombras ya no eran tan impresionantes. Mientras bailaba miraba los ojos de Cécile, con seriedad. Decidí devolver su gesto de afecto y dejé mis labios en su frente durante unos segundos, besándola. Me separé y le sonreí también, sintiendo el rubor de mis mejillas.
- Parece que comienza a amanecer… – comenté con algo de gravedad.
Suspiré y me separé un poco de la Hufflepuff, cogiéndola de las manos y enlazando mis dedos con los de ella. Extendí mi brazo para hacerle dar una vuelta y luego la volvía a acercar a mí abrazándola nuevamente por la cintura. Nuestros rostros quedaron a poca distancia y apoyé mi frente en la de ella sin pudor, mirando sus ojos con intensidad. Sentía como mis labios eran atraídos por un extraño magnetismo a los suyos, pero me contenía porque sabía que no era lo apropiado… Así que seguí bailando con ella sin despegar la frente de la suya y sin apartar la mirada de aquellos ojos que captaban toda mi atención. Me daba la sensación de que no necesitaba decir nada… suponía que por mis actos dejaba bien claro mis sentimientos confusos. No tenía claros sus sentimientos hacia mí y no tenía claros ni los míos… me sentía perdido. Aunque de algo estaba seguro… en ese poco tiempo había logrado conocerla como si hiciera años que nos veíamos y habíamos desarrollado una íntima amistad… que bien podía considerarse de buenos amigos. De hecho había cosas que le había contado que nadie sabía sobre mí.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Sería interesante conocerlos... yo no tengo prejuicios.
Y estaba en lo cierto, nunca me dejaba llevar por lo que pensaban los demás, a pesar de que a veces muchas circunstancias me obligaban, no me dejaba.
La casa de los gritos comenzaba a iluminarse lentamente con los finos y tímidos rayos del sol, aquel que apenas se asomaba, así como despertándose de un profundo sueño. Salieron a la luz la verdadera apariencia de la casa, y en ese momento me pareció aun más misteriosa que cuando estabamos más a oscuras. Cerré los ojos cuando sentí los finos labios de Jack sobre mi frente, disfrutando de aquel momento. Afortunadamente, el fuego de la antigua chimenea aún no se había extinguido, por lo que seguía dando calor, aquel cálido ambiente aún no se había ido.
-Sí, tengo la sensación de que amaneció muy rápido.
Agregué, con un tono de tristeza en la voz algo notable. Desvié la vista hacia el suelo unos segundos, mientras sentía los últimos minutos del piano. Después de unos segundos sentí la frente de Jack sobre la mía, cosa que, para mi sorpresa, no me puso nerviosa.. tan sólo me dejé llevar por él. Aquel acto me confundía aún más, seguramente necesitaría muchas tardes sola para aclarar mis pensamientos. O quizás tan sólo un acto disiparía todas mis dudas. Simplemente seguí bailando con él, devolviendole la misma mirada a sus ojos azules. Una fina sonrisa se dibujaba en mis labios, en señal de que estaba cómoda. Jugué con uno de sus cabellos, con la mano que tenía mas cerca de su nuca, mientras correspondía a sus pasos de baile suavemente. Sin duda alguna Jack pasaría a ser uno de sus más intimos amigos.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Yo… Cécile… – solté un bufido porque el cansancio hacia vagar mi mente y además me sentía nervioso por su posible respuesta – Qu-quería sa… si tu… eh… no se como decirlo.
Cerré los ojos respirando hondo sintiendo sus dedos enredados en mi cabello, a mi espalda el fuego calentaba casi con fiereza y el sol iluminaba lentamente la escena con sus perezosos rayos. Finalmente dije de un tirón:
- Yo… creo que deberíamos descansar. Me parece que solo tiene una habitación accesible… ¿No te importaría compartirla, verdad?
Desvié la mirada despegando la frente de la suya, sintiendo mi corazón acelerado con adrenalina recorriendo todo mi cuerpo. Me sentía idiota por no haber expresado mi verdadera duda… supuse que era demasiado pronto para hablar de sentimientos tan cercanos como el amor, por lo que dejaría pasar más tiempo antes de llegar a una conclusión en claro, de momento disfrutaría de su amistad… y esperaría si ella estaba dispuesta a dormir junto a mí, ya que la única habitación libre de la casa que se podía acceder sin demasiado peligro de derrumbe era una gran habitación de matrimonio, con una sola cama. Sentía una sensación extraña por tener que dormir junto a una mujer, ya que nunca lo había hecho, pero de todos modos no había nada de lo que preocuparse, ambos nos conocíamos bien y habíamos bailado mucho rato sin que pasara nada, no había que preocuparse de nada.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Claro, estoy algo cansada...
Mentí, no estaba nada cansada. Aún la sensación de haberme tomado mil energizantes para seguir lúcida toda la noche seguía vigente. Simplemente sonreí, alejándome unos pasos y darle la espalda, para mirar con mayor observación la sala donde estábamos, para poder encontrar la habitación.
-Tu... sientes alguna incomodidad?
No tenía miedo ni incomodidad de dormir con él, sabía que era mi amigo... bueno, mayormente se comportaba así, agregándole el hecho de que sentía que lo conocía de hace mucho, a tal punto de saber como reaccionaría en ciertas ocasiones. Me di vuelta, esperando su respuesta con las manos entrelazadas hacia atrás, con una amplia sonrisa.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Claro que no… estaremos bien.
Me acerqué a ella y le tendí una mano para que la agarrara y pudiera acompañarla a la habitación. Salimos de la estancia y bajamos las escaleras, volviendo al salón, por donde entre las rendijas de las ventanas tapadas se colaba algún rayo de luz que iluminaba las cantidades de polvo y desorden. La guié entré unos muebles tapados con sábanas blancas y abrí la puerta de una habitación, también esa puerta crujía. Inconscientemente llevé la mano que no agarraba a Cécile a mi bolsillo, temiendo que apareciera algún dementor. Pero no fue así. Solté la mano de la Hufflepuff y entré en la estancia. No tenía ventanas, pero recibía un poco de luz del salón, a un lado había un enorme armario probablemente vacío o lleno de ropa apolillada, el techo era muy alto y al otro lado había una cama. Estaba limpia, quizá lo único limpio de la casa. Le sonreí a la chica señalando la cama:
- Cómo vengo muy seguido y a veces duermo aquí me traje hace un mes algunas sábanas limpias y las voy cambiando de vez en cuando…
Me senté al pie de la cama de matrimonio y miré a una esquina, donde una araña despertaba caminando por la telaraña. Suspiré y miré a Cécile:
- Espero que no tengas frío… es una lástima que no hayamos traído el pijama… – me quedé pensativo un rato – el próximo día podríamos traer un pijama y un abrigo para dejarlo aquí y poder usarlos en caso de necesidad… así siempre que vengamos aquí no tendremos que pasar por la sala común.
Le sonreí y me tumbé bocarriba en la cama sin subir los pies, mirando el techo con los brazos extendidos.
- ¿Sabes Cécile…? Contigo me siento genial… nunca me había sentido tan bien con alguien.
Suspiré confesándole este sentimiento, creyendo que tenía derecho a saberlo. Sin mirarla seguí con la vista perdida en algún punto del techo de madera, preguntándome si ella sentiría lo mismo y esperando que se sentara junto a mí.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Sí, se nota que vienes seguido.
Comenté debido al aspecto de la cama, mientras me sentaba en el borde de la cama, el opuesto a donde Jack se había sentado. Sonrío ante sus palabras, sería buena idea traer algo de ropa en caso de que la necesitáramos, y varios abrigos por si la helada empeoraba.
-Bueno, la próxima vez ya se...
Observé los detalles de la habitación, en algunos rincones había fotografías viejas, relojes rotos, alguna que otra cómoda al punto de romperse si alguien osaba a usarla. Ambos dábamos el aspecto de no ser de ese lugar, como si invadiéramos su privacidad antigua, olvidada, resignada a quedarse allí hasta el punto de hacerse polvo.
Ladeo mi cabeza hacia él, y me siento en la cama, para no darle la espalda apoyando la palma de una mano en la cama, dejando recaer mi peso en ella. Miro a Jack desde arriba, se veía muy cómodo desde allí, me preguntaba si se iba a dormir dentro de poco. Si así fuera, tendría que fingir que duermo, era raro sentir cansancio en el cuerpo pero no mental. Siento un descontrolado rubor que sube a mis mejillas al escuchar sus palabras, bajé la vista unos instantes y sonreí.
-Creía que era yo sola quien sentía eso.
Confesé, con algo de pesadez en las palabras ya que me costaba decirlas, costaban salir aunque ellas exigieran hacerlo, quizás el miedo hacía de barrera para que se expresaran libremente. Suspiré también, y volví la mirada a Jack, el extraño brillo de mis ojos que había aparecido en algunas ocasiones con él volvía a surgir, con algunos destellos en verde.
-Podría pasar muchísimo tiempo junto a ti, estoy segura que no me aburriría de ello.
Y allí iba mi segunda confesión, esta vez se la dije mirándole directo a los ojos, como si ellos quisieran expresar algo más. Tenía unas tremendas ganas de abrazarlo fuerte, decirle que junto a él sentía algo diferente. Pero simplemente me limité a destacar mi sonrisa, soltando otro suspiro.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Buenas noches, Cécile… espero que este no sea nuestro último encuentro.
Separé los brazos de su cintura y me tapé con las sábanas , una vez cubierto me quedé mirando el techo, a pesar de que estaba muy cansado y sentía la llamada del sueño no conseguía dormirme. Saqué los brazos y soplé mirando a la chica.
- Vaya… siempre me pasa igual… cuando estoy acomodado en la cama nunca puedo dormirme…
Sonreí y me quedé mirando sus cabellos, esperando a que ella se tumbara también. Preguntándome que pasaría por su cabeza en aquel momento.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-No lo será, créeme...
Había hecho un especial énfasis en la última palabra sin haberme dado cuenta, Jack se separa de mí por lo que me quedo mirándole, cada segundo que pasaba ese extraño cosquilleo en el estómago se acrecentaba, a tal punto de sentirme sin frío, sin hambre, sin sueño. Me quité los zapatos dejándolos delicadamente sobre el suelo, y los subo a la cama poniéndolos juntos a un costado mientras que del bolsillo de mi túnica saco una cinta azul, y me ato el pelo con ella en una cola medianamente alta. Deseé haberme acordado donde la había dejado cuando estabamos transitando ese pesado viento unas horas atrás, en las calles de Hogsmeade.
-Creí que estabas más cansado que yo.
Hice una fina sonrisa cuando me di vuelta para no seguir dándole la espalda, el Ravenclaw ya se había acomodado y tapado, su imagen daba cierto aire de niño y hombre a la vez, allí acostado y con una sonrisa que hacía palpitar más rápido mi corazón. Me deslicé hacia atrás para llegar mas o menos a su altura, y con los pies juntos y en forma de una v invertida me meto en las sábanas, una vez allí los estiré. Me parecía raro querer dormir con la túnica del colegio, pero no era del todo incómoda. Me puse del costado, del lado que estaba Jack. Di un pequeño bostezo tapándome la boca, y saqué uno de mis brazos hacia afuera, el chico parecía muy pensante mirando el techo... en eso se me ocurrió sacarme la duda que tenía hace unos instantes.
-Jack, antes de que te duermas... ¿qué querías decirme en el salón?.
Pregunté sin asperezas y a continuación lo miré, para no perderme un segundo de la devolución de su mirada, sin darme cuenta apoyé el brazo que tenía sobre los suyos, haciendo una ligera sonrisa.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Es que dormir con la túnica es algo incómodo… además tu me quitas el sueño…
Me ruboricé por aquella confesión pero mantuve su mirada para demostrarle que no me avergonzaba decirlo. Ella se deslizó hacia atrás hasta ponerse a mi altura, se metió en las sabanas y yo le cedí un poco de las que había tomado. Ella se giró hacia mí y yo sin girar mi cuerpo volteé la cabeza para mirarla. Bostezó tapándose la boca y sacó un brazo fuera de las sábanas. Después de eso suspiré y volví la mirada al techo, perdido en mis propios pensamientos. Iba sintiendo como el sueño me recogía en sus brazos cuando la voz de Cécile volvió a despertarme. Me giré hacia ella y la miré a los ojos levantando ligeramente las cejas, me daba vergüenza preguntarle aquello. Sentí como uno de sus brazos se apoyaba sobre los míos. Dejé ir el aire y cogí su mano con las dos mías, jugando con sus dedos.
- Cécile… – dije algo incómodo apartando la mirada – … quería… quería saber que sentías por mí.
Separé las manos de la suya y me di la vuelta dándole la espalda y cerrando los ojos… temiendo una respuesta en la que me despreciara o me dijera algo completamente distinto a lo que esperaba y deseaba.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Verás, me caes muy bien... y todo hay pasado bastante rápido, es decir... te he, te he tomado confianza rápido, no sé por qué.
En eso me di cuenta que repetía palabras y hacía muletillas, signo de que estaba nerviosa. Di un largo suspiro, apreté los puños junto con las sábanas y vuelvo la mirada hacia abajo.
-Creo que me gustas Jack.
Aquellas palabras las dije de un sopetón, casi todas juntas y muy rápido. De tan nerviosa que estaba no pude ver que el Ravenclaw se había dado vuelta, como si tuviera miedo de algo, ¿quizás de mi? Reí ante su comportamiento, y le di un ligero golpecito en la espalda. Ahora que estaba más clara me sentí mas distendida, como si me hubieran sacado un enorme peso de encima.
-Vamos, creo que no es tan malo. Podemos seguir siendo amigos.
Sonreí ante ello y junté mis manos en mi regazo, mientras lo miraba de vez en cuando.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- No es nada malo… yo… creo que siento lo mismo. Pero estoy confuso por la rapidez que está tomando todo, hay momentos como ahora en los que no sé cómo actuar… ¿Crees que debería besarte?
Lo dije medio en broma medio en serio, sintiendo como un nudo en mi estómago se iba deshaciendo. Acaricié su mano y la contemplé conteniendo la risa. Le había dicho que íbamos a dormir pero ya había pasado un largo rato y ni siquiera habíamos cerrado los ojos… su compañía era increíble y aún no me creía que estuviera a solas con ella en esa casa y compartiendo cama como amigos de la infancia.
Jack Neur
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
-Creo que deberías dejar que las cosas se den, siéntete libre.
Reí un poco por el comentario, sin lugar a dudas en aquel lugar, de esa forma y a ese horario eramos quienes queríamos ser.
Cécile Leblanc
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Re: Cálida Noche [Cécile + Libre]
- Entonces no te besaré… creo que ahora estoy demasiado cómodo usando tu cabeza de almohada como para separarme… seguramente esperaré un poco… a que la situación sea más propicia… mmm… quizá cuando estés durmiendo.
Bromeé mientras levantaba la otra mano y la llevaba sin mirar a su mejilla, acariciándola con delicadeza. Suspiré sintiendo aquella sensación cálida en mi pecho… afuera el amanecer era frío, pero dentro de la Casa de los Gritos, para mí, había sido la noche más cálida del año… y el día se avecinaba aún mejor.
Jack Neur
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