Enfrentando el peligro [ Edward.B]

Recuerdo del primer mensaje :

Bien, ya había conseguido hacer unos cuantos amuletos mágicos. Me había costado conseguir los elementos para hacerlos... pero estaba decidida a hacer frente a lo que estaba ocurriendo. Erick, Sidilion... me habían ayudado a retomar lo que Sálazar me estaba quitando.. mi propio ser. Desde cuando era yo débil?
Me miré al espejo, descubriendo mi imagen mirándome con expectación. Al menos las ojeras habían remitido, seguía pálida y demasiado delgada a causa de la desnutrición, pero había conseguido volver a comer. Aparté mi pelo para mirarme el cuello.. la marca que había dejado el Viejo con su varita aún seguía tan vívida y morada que me dolía con sólo mirarla. Era una tortura.
Maldición.. cómo se supone que debo quitarme todos estos problemas de encima? Para colmo tener que aguantar a esas criaturas de la oscuridad cada vez que volvía a estar ciega..
Me estaba enojando por haberme abandonado sin luchar, Sálazar me las pagaría todas juntas. Empezando por haberse llevado parte de la vida de mi mejor amigo.
- Cuantas veces más voy a tener que seguir tropezando con la misma piedra? - murmuré, frunciendo el ceño sin apartar los ojos de mi misma. Ya casi nunca llevaba la túnica de mi casa, me sentía fuera de lugar.. como si mi mundo se hubiera partido y sólo pudiera vivir en el de los demás por pocos segundos. Mi mundo real se había convertido en un revuelto de sombras que me acorralaban a cada instante.
Cerré los ojos. Ahora que estaba sola ante el mantenimiento de la cámara, no iba a dar un paso atrás, me había comprometido y cuidaría de ese lugar. No dejaría que acabara conmigo, decididamente no.
Me aparté del lavabo y miré la estructura de la entrada. Sólo debía decir unas palabras para abrirla, era sencillo.. desde que se había ido Teo lo había hecho bastantes veces, pero con los ataques que sufría, cada vez más violentos.. y con mi estancia en la enfermería, había dejado pasar semanas sin volver. Llevé mi mano a uno de mis brazos, repleto de heridas que no cerraban y ennegrecían con rapidez. Estaban bajo las mangas, sólo las de las manos eran visibles.. aun asi, los profesores estaban sospechando cada vez más, aquello me obligaba a usar hechizos de apariencia.
Oí unos pasos y me quedé quieta, girando tan sólo mis ojos hacia la persona que acababa de entrar.

Escuché el comentario sobre los bosques, tenia cierta curiosidad por saber que le paso y porque no le gustan mucho los bosques, pero preferí callarme, no quería meterme donde no me llamaban.

-Pff... Si, creo que si que es capaz de saber hasta donde llega...- dije mientras miraba como señalaba una pequeña rueda que había en el amuleto. - Entonces... debo girar así .- dije mientras movía mi dedo como si estuviera girando la rueda. - ¿Pero Andrew se quedara así para siempre? O... ¿ puedo hacer que vuelva dentro de mi ?, la verdad, no me gustaría que me vieran con un clon mio... seria un poco raro. Creo que are una prueba.

Cogi el amuleto, y gire la rueda como ella me dijo, desde la piedra azul, hasta las dos piedras. [b]"Preparate..." - " En sus puestos mi señor jeje..."

Deje de girar, y gire la cabeza hacia mi derecha, me sorprendí era como si estuviera mirándome a un espejo. Alcé la mano, y Andrew me siguió, la movía haciendo círculos, y el hacia lo mismo, era gracioso porque era como si estuviera frente a un espejo.

- Es sólo temporal, durará unas horas, depende de la segunda rueda..ay!- me callé, agrandando los ojos y torciendo el gesto- perdón, me olvidé de advertirte sobre la segunda rueda que viene tras la primera. Es para controlar el tiempo del efecto.. - miré el amuleto para ver dónde había dejado la rueda.- Máximo puede durar 24 horas, la piedra roja está en el número 6, con lo cual durará...- miré el reloj, eran las cinco de la tarde- hasta las once de la noche, tranquilo, si pasa algo nos lo apañaremos para que los demás no vean que sois dos.- Intenté tranquilizar el tema aun mirándolos. Eran exactamente iguales, pero por dentro, seguían siendo muy distintos.
- Pasadas esas seis horas volveréis a ser como siempre, espero que esto sirva- dije, devolviéndole el amuleto. Luego miré hacia Andrew con curiosidad, era raro poder verlo en "carne y hueso" siendo que la mayoría de las veces actuaba como un segundo al mando en el cuerpo de Edward.
- Qué tal os sentíis, bien? - pregunté, queriendo comprobar si el amuleto era eficaz en toda regla.