~Escapando de la rutina

El día estaba perfecto para una caminata.
Luego del desayuno emprendí rumbo hacía los jardines. Luego de caminar sin rumbo por gran parte del colegio, seguí derecho, esquivando a un par de revoltosos alumnos de primero que llegaban tarde a clases -amaría un poco de educación - pensé.
Seguí hasta llegar a un arbol donde podria continuar con mi lectura. Me acomode allí y tomé mi mochila, comencé a buscar el libro, plumas, tinteros, pergaminos, golosinas entre otras cosas se interponian a mi camino cuando por fin dí con el bendito libro, "'Antología de los encantamientos del siglo XVIII'", puse el libro en mi regazo y saque un par de grageas, luego lo abrí donde me había quedado, página 230.

Estaba vagando por los jardines, observando qué hacían los demás. Me senté debajo de un árbol y observé el cielo. Miré las nubes imaginando formas y, cuando me cansé, saqué el libro de pociones e hice uno de los ejercicios que teníamos de deberes. Era rápido de acabar, algo acerca del Filtro de paz.

Saqué un pergamino, una pluma y el libro de Defensa Contra las Artes Oscuras. Debía hacer una redacción y quería ver que decía el libro del tema. Lo abrí, busqué el papel de color rojo que había puesto a modo de punto de libro y empecé a leer. De repente sopló un brisa que se llevó el pergamino unos árboles más allá, justo donde había otra alumna también leyendo.

-Disculpa –le dije al llegar donde estaba ella-, ha salido volando –le dije agachándome a su lado cogiendo el pergamino.

Ya casi terminaba el libro, había adelantado algo así como setenta páginas, puse en libro encima de mis piernas y mire a los estudiantes que estaban allí, la mayoria eran de primero.
Saque la pluma, el tintentero y un pergamino y comencé a anotar algunos resumenes o ideas del libro.
La punta de la pluma se quebro debido a lo rápido que iba escribiendo "demonios" pensé y tomé otra pluma de la mochila que reposaba a mi lado.
De repente escuché la voz de una chica y la mire, luego miré el pergamino.
-No importa -dije sonriendo- me pasa todo el tiempo - me incorpore y le tendí una mano - Soy Eleanor Allen, un gusto-

Después de recoger el pergamino y de conocer a Eleanor, le correspondí dándole la mano y me presenté también.

-Encantada –dije con una sonrisa-. Yo soy Seyer Black, un gusto para mí también.

Al ver que también estaba con libros, plumas y pergaminos le dije:

-¿Estudiando también? –pregunté mirando el libro-, ¿cómo lo llevas? –y le dí unas vueltas a la pluma que llevaba en la mano.