Relax en los jardines (Erick)

Era un frío día, pero igualmente aproveché para sacar un libro de la biblioteca y sacarlo para leer en los jardines. Salí del castillo y me senté con la espalda contra un sauce. Siempre me había relajado ese árbol, me recordaba mucho a una avenida de mi tierra de origen en el que habían muchos de ellos. Sinceramente, me hechizaban sus hojas y me daba una sensación de estar viendo una cascada del color de las esmeraldas. Me puse la capucha de la túnica en la cabeza y me dispuse a leer el libro. Era uno sobre cuidado de criaturas mágicas. Desde niña me habían encantado los animales, de hecho en mi habitación en la torre de Ravenclaw guardaba una foto de mi perra, a la que añoraba pues se había tenido que quedar en España. Aparte, siempre que podía aprovechaba para leer libros para aprender sobre el mundo mágico, pues soy hija de muggles, y uno de los beneficios de no haber hecho muchos amigos en siete años era que siempre sacaba tiempo para leer.

Estaba caminando por los jardines del castillo, Whisky, mi perro queria venir conmigo, pero a plena luz del dia un perro no seria bien visto en el colegio asi que termino quedandose en mi dormitorio destruyendo mi almohada como era costumbre suya...

Andaba de manera tranquila con el uniforme como normalmente lo llevaba: solo la camisa, pantalones y zapatos y el nudo de la corbata deshecho, iba y venian alumnos de casi todos los años emosionados por la idea de la copa de las casas, yo habia decidido participar y aunque lo pense bastante me decidi despejando todas mis dudas sobre el tema.

A lo lejos vi una lechuza, era inconfundible: completamente negra, con ojos azules y mirada algo gelida, al parecer tuvo un viaje largo, se poso sobre mi cabeza y me entrego una pequeña caja, le di a Let un poco de tostada que habia sacado del gran comedor y abri el paquete, era de mi madre... mire extrañado el contenido de la caja y sin darme cuenta de donde iba tropece con un arbol, pero antes de que callera ante él y sobre una chica que al parecer leia tranquilamente, pude interceptar mi brazo, recupere mi equilibrio al cabo de unos segundos.

disculpame, iba distraido le dije con una ligera reverencia...

-No pasa nada.- dije tranquilamente. Aunque me había fastidiado uno de mis capítulos favoritos, el de los hombres-lobo, no debía perder la compostura. Había aprendido a no perderla. Aparte, aquel chico no me molestaba.

Observé su uniforme. Sobre todo su corbata. Roja y amarilla, tenía que ser Gryffindor. Esos me caían muy bien, no como los de Slytherin que enseguida despreciaban a los demás, sobre todo a los hijos de muggle, "sangre sucia" para ellos. Como yo. Y eso me provocaba arcadas. Suerte tenían de que no pudiese atacar con magia a ninguno, si no ya les hubiese dado una buena paliza. Volví a observar al chico que casi se había tropezado con el árbol,eché mi trasero a un lado y le hice ademán de sentarse a mi lado, si él quería.

Mire el acto de la chica y sonrei, cerre mi paquete y e sente a un lado de ella, y mi lechuza, Let, se poso sobre mi cabeza como hace rato un buen dia para estar solo no? le dije de repente para cortar el silencio, le ofreci mi mano me llamo Erick, Erick Brohard, mucho gusto en conocerte... balbusee un poco buscando entre mis recuerdos, pero no recordaba el rostro de la chica y mucho menos lo haria con el nombre, vaya prefecto olvidadizo...

Let empezo a picotearme en la cabeza, como cualquier ave que exige comida... suspire fastidiado por el "dolor" de cabeza que e estaba dando, saque una rana de chocolate y la parti, le di medio pedazo y se subio a una de las ramas a comer tranquilamente disculpa, querida, al parecer no me sé tu nombre le dije un poco avergonzado rascandome la nuca y poniendo un gesto gracioso en mi rostro, acompañado de un poco de nerviosismo, no era exactamente mi deber saber de todos, pero aun asi preferia saber sus nombres a quedarme con cara "y tu quien eres?"...

-Falcone.-le solté secamente.

No parecía mal chaval aquel Gryffindor. No como los que había conocido de siempre. Pero tampoco nadie especial. Así que seguí leyendo mi libro mientras maquinaba qué decirle. No había tenido mucho tiempo de desarrollar mis habilidades sociales ya que me había pasado media vida en la biblioteca del colegio aprendiendo sobre la vida de los magos así que comprendía por qué no sabía hablar entre la gente. Era incapaz de socializarme. De hecho, ni siquiera hablaba en clase, así que ni en mi propia casa me conocían mucho. Pero caí en que el chico había traído a su lechuza sobre la cabeza. Pensé...

-¿No temes que tu lechuza haga sus necesidades en tu pelo al llevarla sobre la cabeza?

Baje la mano despues de que me la dejo tendida...y sonrei mas torcidamente de lo que he hecho otras veces supongo que... mucho gusto era obvio que era su apellido, bueno nunca me he acostumbrado a referirme a las personas de ese modo... en fin no hare un alboroto de esto, ya que no es li mio y ya tengo bastantes cosas en que pensar enves de estar divagando por una simple presentacion.

Mire a Let despues de su pregunta y empece a reir a carcajadas esta bien que me odie, pero si hace eso sabe que no comera mas de mi mano... dije mirando a Let que me ofrecia una mirada asecina, e´l sabia que era verdad, ya que le aguantaba muchas agresiones, por lo menos de una vez le marco un limite, Let volvio a bajar del arbol y se puso en mi rodilla y viio de nuevo el paquete que me trajo no trae nota, ni idea de porque me lo mando, Let, pero te aseguro que no es comida le dije con el seño entrefruncido y regreso a la rama del arbol.

Observé durante un buen rato a la lechuza. Me interesaban, como cualquier cosa que tuviese que ver con el mundo mágico. Y me resultaban bastante monas, a pesar de que los pájaros siempre han tenido fama de ser bastante sucios. Observé cómo se posaba en la rodilla de Brohard y alargué la mano para acariciarla. Tenía unas plumas bastante suaves. Ojalá tuviera una lechuza, pensé para mí misma. Pero tenía mil preguntas sobre el mundo mágico que no había resuelto. Aparte de que sus ojos me fascinaban... En cierto modo. Como me ocurría con los gatos de mi ciudad natal, sólo que las lechuzas amaestradas no huían al intentar acercarte a ellas.

-¿Cómo harán para no perderse al hacer un envío?pregunté en voz alta sin darme cuenta.

OFF: Disculpa mi retraso. No he podido coger un PC en varios días.

Observe como Let se dejaba querer por la chica "mustio" pense a verlo tan manejable, parecia que me odiaba, aunque en realidad sé que entre Brez, Whisky y el, tenian buena compañia, claro, confiaba mas en mi perro, y despues en la dragon, ya que despues de "eso" se volvio muy dependiente de mi y bueno... yo un poco de ella he de admitir.

Escuche la pregunta de mi acompañante y le sonrei con una de mis sonrisas encantadoras que me gustaba poner despues de que me sacaban de mi ensimismamiento no sé, creo que una conexion que tienen con los magos, pero yo no puedo asegurarte nada de ello ¿tu que te imaginas? sentia raro estar hablando con alguien que primero me invito a sentarme y luego me hablba de una manera tajante, pero bueno alomejor no la agarro en su mejor momento

-Es lo que intento averiguar, pues soy hija de muggles y desconozco mucho sobre la magia.-respondí.

Aquello era una verdad como una catedral. Era hija de muggles y no lo negaba. Y mi innata curiosidad me forzaba a querer aprender todo lo posible sobre el mundo mágico. Sobre todo me atraía el mundo de las criaturas, pues adoraba a los animales desde bien niña. En cierto modo también los veía como amigos, pues eran leales, de hecho en el mundo muggle siempre corría alguna leyenda de algún perro que había velado hasta la muerte la tumba del amo. Admiraba mucho su lealtad, lástima que no pudiera decir lo mismo de mi especie.