Cazadores de mitos?

Recuerdo del primer mensaje :

Finalmente Math accedió a venir conmigo a la casa de los gritos, después de ir a tomar un té y un café, dimos una pequeña vuelta por Hogsmade, le fui indicando las tiendas mas importantes, para que la próxima vez que viniera, pudiera defenderse a al hora de caminar por esas pequeñas y retorcidas calles. Después de un rato algo corto, nos encaminamos hacia la casa de los gritos. Estaba alejada de Hogsmade, del resto de casas, y su aspecto tétrico no es que invitara mucho a entrar en ella, pero sentía curiosidad.

-Ésta es.-me quedé parada al principio del camino que estaba ya dentro de los límites de esa mansión fantasma.

Miré a Math esperando ver su reacción, pero la verdad es que a mi no me impresionaba demasiado esa casa. Si, vale, era cierto que inspiraba respeto, pero a mi al menos, no me daba miedo... al menos por ahora.- No tienes por qué entrar si no te apetece.-le avisé temiendo que se echara atrás.

Me puse a mirar la casa, parecía que la zona estaba sumida en un silencio absoluto, además, comparado con Hogsmade, lleno de vida, ésto parecía completamente tétrico.

La primera en entrar fue Gabrielle por lo que fue mojada completamente, aguante la carcajada que luchaba por salir.
Math entro detrás de ella, y se coloco justo en su espalda cuando se escucho mi voz, ambos preguntaron lo mismo "¿Quién eres?"
-Soy la dueña de esta casa, y todo aquel que osé entrar en ella sin mi permiso debe entregarme sus ojos- resondí aún con el hechizo sonorus.
Con un movimiento de mi varita hice que la puerta se cerrara y que los muebles comenzaron a moverse por toda la habitación, aquello estaba resultando divertido y por suerte aún no me habían visto.
-No saldreís de aquí sin dar lo que os pido, debeís decidir quien de los dos será mi víctima- les dije que voz sinietras.
Tal vez estaba llevando la broma un poco lejos, pero era realmente divertido por lo que iba a continuar para ver que clase de magos y de personas eran realmente.

Me estaba sonando algo extraño todo... ¿que debíamos entregarle nuestros ojos? A saber si era hasta un retrato de la vieja dueña, y se dedicaba a asustar a los que osaban entrar en su antigua mansión. La verdad era que me estaba asustando un poco, pero no me encajaba algo...

-Nuestros ojos ¿eh?-pregunté, pero no esperaba ninguna respuesta en concreto. Me separé de Math y me adentré en la habitación, aproximadamente hacia la mitad de la sala, intentando ver algo, me pareció ver algo de movimiento en uno de los lados. Pensé realizar el hechizo "homenum revelio", pero eso seria la opción fácil y prefería alargar la escena.- Si quieres mis ojos ven a por ellos.

Esperé situada en el medio de la habitación, apoyada sobre todo en una pierna, mientras mi brazo se doblaba para apoyar la mano en la cadera.- Estoy aquí.-avisé esperando a que algo o alguien viniera, prestando especial atención al lugar donde me había parecido ver moverse algo.- Si no puedes venir a por ellos no creo que puedas causarnos mucho más daño...-dije confiada, la verdad es que en situaciones así era capaz de demostrar la sangre fría (o insensatez).

''de modo que el fantasma o lo que quiera que fuera quería nuestros ojos'' pense ''pues la lleva clara''.

Escudriñé atentamente la habitación vuscando una explicacion racional a lo que estava ocurriendo.

- ¿Que les pasa a los tuyos? - le pregunte a la voz.

Los muebles cada vez se movian a mayor velocidad, estaba realmente asustado, pero no me marcharía de allí, si llegasen a ponerse las cosas muy feas me quedaría allí con tal de que Gab se pudiera marchar.

Mientras tanto Gabrielle trataba de provocar a la voz, cosa que a mi me pareció perigroso a la vez que divertido, mientras buscaba el origen de la misma.

- Esto es ridiculo - dije alzando la varita - ¡lumos máxima! - arroge la luz que salió de la varita cerca del techo, en el centro de la habitación, por encima de nuestras cabezas, con el fin de ver mejor.

Giré lentamente sobre mi mismo para ver todos los puntos de la habitación, desgraciadamente la luz no alcanzaba a alumbrar lo que estaba por las paredes, aunque me pareció percivir algun movimiento entre las sombras.

- ¡Vamos! - exclame - sal quien quiera que seaas - dije - o ¿acaso esres tan cobarde que temes a un par de adolescentes? - pregunte imprudentemente.

- Esto se parece cada vez más a una satira de una peli de terror - le susurre a Gab.

Ambos mostraba mucha valentia, pero sin duda Gabrielle era mucho más valiente que Math. Pero él como bien Ravenclaw uso su mente, para descubrirme solo hacia falta algo de luz, no había muchos escondites.
Pero no iba a ponerselo tan facil, al menos se llevarian un ultimo susto. Alce mi varita y muy bajo pronuncie unas palabras y de ella surgio una serpiente que se acerco lentamente a ellos.
Sabía que la serpiente llamaria su atención de nuevo por lo que esparcí un poco de polvo de oscuridad sabiendo que la serpiente no era peligrosa, solo era para asustarlos.
Mientras todo estaba oscuro decidí meterme en un armario que estaba en el otra punta de la habitacion pero al pasar por el lado de ambos, empuje a Gabrielle haciendola caer sobre Math.
Me escondí aguantando la risa y esperando a que me descubrieran.

Comencé a asustarme un poco, no tenia exactamente miedo, solo era que me incomodaba no saber por dónde andaba, y estaba notando movimiento no sabia muy bien por dónde, además al haber visto a la serpiente segundos antes de que todo se volviera oscuro, era un incentivo importante. Pero era un poco extraño, la verdad era que no terminaba de creerme que hubiera un espíritu ahí, y ahora que lo pensaba, esa voz me había recordado a alguien, aunque no sabía a ciencia cierta a quién.

Oí algo moverse, pero como no veía nada no me arriesgué a disparar ningún conjuro por si le daba a Math, y eso complicaría bastante las cosas. Sin embargo, me sobresalté bastante cuando noté que algo me empujaba y me hacía caer sobre Math.

Al poco de iluminar un poco la estancia, apareció una serpiente, como salida de la nada, lo que hizo que extremara la alerta agarrando con más fuerza la varita; luego todo se volvió oscuro, de una oscuridad misteriosa e impenetrable que ni siquiera el más poderoso lumos podría rasgar.

- ¿Que demonios...? - comencé a decir cuando noté un movimiento y segundos después Gab caís sobre mi como si hubiera sudo empujada por algo o alguien - ¿Estas bien? - le dije - parece que los diabólicos fantasmas de esta casa son bastante corpóreos - comenté.

La ayude a incorporarse mientras examinaba desde el sitio la habitación en la que poco a poco la oscuridad fue dispersándose; la serpiente aún seguí ahí y sorpresivamente estaba demasiado tranquila; ''es imposible que este reptil viva en una casa deshabitada, como también era imposible que un fantasma lo haya convocado, si es que es de esas serpientes'' pensé.
Entonces se me ocurrió una idea.

- ¿Que tal si buscamos al fantasma? - propuse - mmm, ¿por donde comenzar? - dije reflexivo - tal vez deberíamos hacer estallarr los muebles - comenté - aunque por otro lado sería una lástima se ve que son de buena calidad - miré ia Gab y le pregunte - ¿Donde te esconderías si fueras un fantasma?

-La madre que...-comencé a blasfemar pero no terminé para no ofender a nadie. Me recoloqué en mi posición inicial alerta mirando por todos los rincones, la oscuridad fue desapareciendo poco a poco en los segundos siguientes. Atravesé la habitación completamente para situarme frente a la ventana, y de un movimiento de varita hice que se abriera, dejando pasar la luz del exterior poco a poco.

Miré a Math.- Si fuera una fantasma...-comencé a pensar.- Si fuera un fantasma no me haría falta esoconderme, si fuera otra persona, bajo una mesa... dentro de un armario...-dije en voz alta para que se oyera y esperé u par de segundos a que algo apareciera, pero no pasó nada.

-Arg...-dije desquiciada. y moví mi varita moviendo los muebles y quitando las sábanas de algunos que tenían, esperando que tarde o temprano apareciera algo. A la vez, fui buscando dentro de los armarios que había por la habitación.

Me hizo gracia oírla blasfemar, al poco rato, cuando la oscuridad se disperso totalmente vi que la ventana estaba abierta; obviamente había sido Gab quien la había abierto y ese era el motivo de que la oscuridad desapareciera con celeridad. Después ella contestó a mi pregunta de forma muy deductiva y comenzó a mover los muebles de la habitación despejando las telas que los ocultaban para verlos mejor.

- Cierto - murmure y luego mirando el movimiento de los muebles se me ocurrió una idea - mmm, Gab, ¿que tal si nos aseguramos de cerrar bien estos muebles y seguimos con la exploración de la casa?, no se ¿un fermaportus tal vez? – propuse– aunque quizá podríamos…

Me acerqué a uno de los armarios y con un movimiento de varita lo abrí

- En este no hay nada – dije encogiéndome de hombros y cerrando la puerta del armario con suavidad.

Luchaba por no reír, de verdad pensaban que se los iba a poner tan facil para encontrarme. La idea de ellos era buena, pero por Merlín...olvidaban que eran magos y obviamente yo era una bruja así que no terminaria tan facil mi diversión.
Comenzaremos con una distracción- pense sonriendo tranquilamente.
No había nada mejor que hacerles mirar algo para poder salir, convoque el hechizo Expecto Patronum e hice que mi Sirena comenzara a rondearlos haciendolos observarla, ese era mi momento. Decidí que era hora de salir de allí, pero no iba a romper el mito de que la casa estaba encantada, se llenaría de personas chismosas y de parejas buscando un lugar donde estar solos y eso a Teddy no le iba a agradar.
Antes de salir del armario convoque un hechizo que hacía poco había aprendido.
-[color=green]Caeca Temporalis/color]- murmure de forma que no pudieran oirme, este hechizo me volvia invisible por un corto periodo de tiempo, acto seguido con un movimiento de varita abri todas las puertas de la habitación, incluidos los armarios y salí corriendo sin hacer ruidos dejando a Gabrielle y a Math allí pensando tal vez que había sido obra de la casa o tal vez de un humano, pero por suerte jamás sabrían que había sido todo obra mía.