Buscando luciérnagas (Libre)

- Me aburro... Me aburro... Me aburro... Me aburro... - canturreaba mientras caminaba entre las lápidas. Supuestamente tendría que estar en mi dormitorio, pero invoqué una escoba, salí por la ventana y tras volar un buen rato llegué hasta este cementerio. Realmente me aburría mucho, asi que me puse a correr con la escoba entre las manos hasta chocarme con una gran estatua. No me gustaba su pinta, era bastante tétrica, asi que decidí ir en la dirección contrária. Entonces fue cuando las ví. Eran luciernagas, o algo muy parecido, porque desde que había llegado a Hogwarts no me sonaba haber visto ninguna, así que las seguí hasta llegar a un claro. Había varias lápidas colocadas en una posición extraña, y entonces llegó una extraña araña gigante. La miré con curiosidad durante unos segundos hasta que ella levantó dos de sus patas traseras y las abalanzo sobre mi. Me aparte de un salto de su trayectoria y saqué mi varita. Realmente no sabía ningún conjuro defensivo ni tampoco de ataque, solo Lumos y Accio, asi que de mucho no me podría servir. Me alejé dando pequeños paso de la araña, pero ella no se quedó quieta y volvió a la carga. Puse la varita delante de mi cara, un poco asustada, y la araña golpeó la varita, mandándola lejos.
Oye! empecé más enfadada que asustada. Te parece normal atacarme de la nada, amenazarme, y encima mandar a freir espárragos a mi varita?! Como me la hayas roto será tu culpa, eh?! le grité muy enfadada mientras la amenazaba con un dedo, y la araña volvió a la carga. D-dejame! exclamé mientras buscaba alguna salida.

Mientras contemplaba a la araña un chico, más bien un hombre enorme, se acercó e hizo que la araña se fuera. Al principió le miré con curiosidad y me quedé callada, ya que no estaba bien hablar con desconocidos. Pero decidí hacer con el una excepción ya que me había salvado.
E-em... Gracias... No, estoy bien... murmuré muy flojo. ¿Y si el era peor que la araña? Le miré de pies a cabeza, y era como 10 veces más grande que yo. Vale, tal vez lo esté exagerando, pero si que era enorme! Ladeé la cabeza mirando por donde se había ido la araña y entonces hice un puchero. Le hiciste daño a la pobre señora araña... murmuré mientras me alejaba lentamente pasito a pasito de él, pero me quedé pensativa.
Ey ey! Tu eres el que vuela! exclamé orgullosa de acordarme de él mientras le señalaba animada. Me agaché para coger mi varita y volví a sonreír. Pe-pero siento no acordarme de tu nombre... volví a murmurar entre triste y desanimada y bajé la cabeza. Yo soy Grace Tempest y tengo 12 años y voy a segundo en Hogwarts y voy a Ravenclaw y hace poco que llegué y me da miedo volar pero vine aquí con mi escoba... murmuré todo a la vez porque estaba nerviosa y no sabía como explicar que me había ido por la noche. ¿Le dirás a algún profe que me fui? pregunté más nerviosa, ya que eso podría significar un castigo, y no tenía ni idea de en que consistía, pero prefería no averiguarlo por si acaso.

Off: Siento si es mas corto que el anterior! D:!

Parecía que se sentía mal por haberle recriminado que le había hecho daño a la araña, y le mire entre asustada y preocupada.
N-nu! La señora araña no era mi amiga, era mala malosa porque quería comerme! exclamé exaltada mientras daba pequeños saltos, dándole a entender que me había salvado.
Jugué un poco con mi escoba mientras el se presentaba, y mientras el decía su nombre sonreí. Me sonaba mucho ese chico, y poniéndole nombre era más fácil acordarse de él.
Bueno... Pues no tenía sueño, asi que salí volando... murmuré entre divertida y arrepentida. Entonces me subí encima de mi escoba y me levanté unos pocos centímetros del suelo para estar a su altura. Me dí cuenta de que si el intentara volar con mi escoba parecería un adulto subido a una moto en miniatura! Miré a Viktor con curiosidad, ya que habían muchas cosas que quería preguntarle del mundo mágico, pero no me atrevía. No quería parecer una ignorante.
Finalmente decidí preguntarle todo lo que tenía en mente, que no era poco.
Viktor! Es verdad que aquí hay ranas que se pueden comer? Y es verdad que con la varita se puede sacar agua? Y es verdad que los gigantes existen? Y es verdad que los fantasmas existen? Y es verdad que existe Honeydukes? entonces cambié, y salté de la escoba a su espalda. Y es verdad que... Wo! Pareces un oso! acabé exclamando mientras me colgaba de su espalda como un mono.

Cuando me explicó los motivos de su huida, se dibujó una sonrisa en mi rostro. Era una niña curiosa y traviesa, que solo tenía una mala noche y las imprudencias le hicieron que esa noche empeorara. No me explicaba como, si esa araña iba a comerla, palabras de ella, me recriminaba que la hubiera lastimado, pero que importa, ella estaba bien y eso importaba. Luego me dio a entender que la salvé y me sentí satisfecho, esa sensación que te invade cuando terminas de hacer algo, y lo hiciste bien y era un deber, pero eso no te hace sentir esa satisfacción sino, el que alguien más lo aprecie y te lo agradezca , dejar de sentirnos uno más del montón por unos segundos es lo que todos queremos a veces y así me sentía.

- No te preocupes, todos estuvimos nerviosos los primeros días de nuestro primer año...

La observé de pies a cabeza, escuchándola con atención, parecía medio dubitativa, debatiendose entre dos cosas, yo no lograba adivinar que podía ser. Quizás seguía teniendo miedo, o quizás no sabía si realmente confiar en mi. No la culpaba por eso, mi figura no debía inspirar nada bueno a una niña como ella.
Cuando por fin pareció haberse decidido continuó hablando, y ahí comprendí todo, era una hija de muggles, no conocía nuestro mundo. Debía estar fascinada, si había algo que había aprendido era todo lo posible sobre los muggles y había aprendido bastante. Antes de reir solté una risa, realmente comenzaba a agradarme esa chica. Cuando se sintió en confianza soltó todo y se trepó a mi, como un monito.
Antes de responder la tomé por los hombros y la cargué en mi espalda más comodamente a caballito, fui por las dos escobas, me tomó un rato encontrar donde había quedado la mía y mientras le fui contando.

- Bueno Grace, verás tienes la suerte de ser una maga, y seguro serás una muy buena - le sonreí - si, aquí tenemos unas ranas de chocolate, en realidad son chocolate con forma de ranas que fueron hechizados para poder moverse y poder saltar una vez, como si tuvieran vida propia. También es cierto que con la varita puedes sacar agua, aunque aprenderás a hacerlo también aprenderás a hacer cosas mucho más geniales. Y si los gigantes existen, son criaturas mágicas violentas y enormes que viven en tierras muy alejadas donde hace mucho frío, realmente asustan; también existen los fantasmas, son la huella de un ser vivo que al morir no quiso dejar esta vida y se aferró a ella y a un lugar de preferencia y allí quedó como un recuerdo en forma de fantasma... en Hogwarts hay varios, y hasta cada casa tiene el suyo... el tuyo es la Dama Gris, o Helena Ravenclaw... como prefieras decirle... jajaja ¿Alguna otra duda? - volví a reir y a sonreír.

Se estaba cómodo encima de Viktor, y además el me acomodó, así que no tenía intención de bajar de su espalda ni aunque él me lo pidiera. Estaba empezando a sentir un poco de sueño por el calorcito de su espalda, pero intenté no dormirme y gruñí un poco. Entonces suspiré.
Entonces si se mueven y saltan puede que también tengan sentimientos y sufran si alguien se las come... Y seguro que los gigantes son violentos porque los magos les han hecho violentos... Porque nadie puede ser violento por nada, no? comencé. A veces entraba en un pequeño estado de depresión y ese era uno. Si alguien muere tendría que aguantarse y no dejar una huella suya en este mundo, ya que los seres queridos de esas personas pueden sufrir teniendo alguna esperanza de que ellos se queden, mientras que no son nada más que espíritus sin vida... acabé y volví a suspirar. Entonces sonreí de nuevo. No quería que Viktor pensaba que yo siempre estaba así.
Lo que sería guay sería poder hacer que los muertos se levantaran! exclamé alegremente ya sabiendo que había un conjuro para eso, pero sería complicado aprenderlo, o eso me habían dicho. Miré como Viktor cogía las dos escobas y bostecé. Realmente se estaba comodo en su espalda calentita... No me di ni cuenta de cuando me dormí.

Off: Escribes demasiado! D:!

Poco a poco notaba como se iba durmiendo sobre mi. La oía cansada y realmente lo parecía, también salir a esa hora luego del viaje que implica ir hasta el castillo desde King Cross era agotador, sumado a eso la aventura de esa noche, para una niña de once años era totalmente comprensible.
Esta vez, cuando habló, lo hizo como si fuera mayor y más experimentada, la podía sentir entristecida y con un profundo dolor que ocultaba, yo no era quién para pedirle que me contara solo podía demostrarle mi apoyo.

- Bueno, en realidad ese pensamiento estaría bien pero no es así, las ranas no están vivas así que no tengas miedo por comertelas no sienten nada y son deliciosas. -tomé aire antes de continuar, yo también estaba algo cansado pero debía aguantar- Pues realmente no conozco a ningún gigante, si te puedo decir que los magos nunca se comportaron bonito con ellos, es cierto pero sinceramente no lo sé, te queda de tarea averiguarlo cuando seas una gran maga...

Llegué a una tumba enorme y decidí descansar allí un rato, por lo tanto apoyé las dos escobas contra la lápida. Luego tomé asiento sobre la tumba y pasé a Grace a mi regazo por si no quería bajarse aún. Luego de tragar saliva, proseguí.

- Pues desde luego todos los queremos, y aún así no existen muchos fantasmas porque a la hora de morir todos sabemos que es una etapa de la vida y nos despedimos de este mundo en paz, los fantasmas suelen ser quienes aún no están en paz para irse de este mundo y quedan como huellas, pero luego esa huella ya no puede ser borrada... Y no, no existe hechizo que pueda revivir a nuestros seres amados y tampoco existe ninguno para existir para siempre sin pagar un precio muy caro y sin ser un hechizo oscuro y tenebroso. Aún así no hay forma de revivir a los que perdemos, no hay magia capaz de hacerlo simplemente, solo queda dejarlos ir y recordar los momentos bonitos y hacer nuevos con otros seres amados...

Finalmente suspiré, Grace se había quedado dormida en mi regazo, la rodeé con un brazo, abrazándola y me quedé dubitativo, ¿qué fatal desgracia le había sucedido para pensar así de los pobres fantasmas y tener esas esperanzas de revivir gente?

Off: Lo siento, es lo que me sale u-u

Off: Alguien me dijo que te parecía adorable! *w*! Así que voy a dejar de ser adorable! xD!

No me acuerdo de cuando me desperté, ni tampoco de cuando volvió la grana araña a estar delante nuestra, pero simplemente estaba quieta. Respiraba pesadamente pero estaba quieta. Miré a Krum, quien seguía durmiendo, y me aparté un poco de él. Había estado mal quedarse dormida cerca de un conocido que había conocido hacía poco tiempo. Miré a la araña un poco triste, quien seguía sin hacer nada, y le puse la mano encima de la "cabeza", por llamarla de alguna manera. Entonces suspiré y cerré los ojos.
Tu debes ser como los ogros... No violenta porque quieres, sino porque te han obligado a serlo... murmuré aun con los ojos cerrados, y cuando los volví a abrir la araña de repente parecía más agresiva, pero continué con la mano encima de su "cabeza". Estaría bien... Que todos pudieramos convivir en paz y que nadie muriera estaría bien... susurré y la araña pareció tranquilizarse. No sabía si era porque me entendía, o porque mi voz parecía calmada, pero también cerró los ojos por unos momentos. Entonces sonreí mostrando todos mis dientes. Pero bueno, que pena que ese no sea el caso. murmuré, saqué una navaja y se la clavé entre los ojos. La araña chilló y se fue corriendo.
La proxima vez no intentes atacarme... musité y gruñí, y finalmente volví a sentarme al lado de Viktor.

Off: Lo siento! D:! Pero en cuanto más intento escribir más corto me sale! D:! Y además que se supone que se puede hacer después de dormir? D:?