Observando la luna desde el lago. (Libre)

Caminaba con paso acelerado alrededor del lago; realmente no era un dia tan malo, simplemente, fío. Observe a mi alrededor, y deduje que bien podria caminar un rato mas, sumido en mis cavilaciones, antes de volver al castillo a calentarme junto al fuego con un buen libro entre las manos. Llevaba un ajustado jersey de cuello alto negro, con la túnica cubriendome, en la que destacaban vivamente los colores del escudo de mi casa. Ademas de esto, cubría parte de mi rostro con una bufanda de Slytherin, dejando solo a la vista mis ojos y nariz, esta última algo enrojecida a causa del frío. A unos cuantos metros de mi divisé una figura. Encarné una ceja con extrañeza, mientras me acercaba, sacando una enguantada mano del bolsillo y apartando la tela de mi boca, por si había que entablar conversacion. Exhalé una bocanada de aire, que rapidamente se convirtió en vapor al contacto con el aire frio.

Me habia detenido al ver que la chica se zambullía en el lago. No había sido demasiado dificil identificar el género de aquella figura una vez comenzó a desvestirse, antes de tirarse al agua. Alcancé a ver el escudo azul en alguna de sus prendas; estos Ravenclaw cada vez tenían menos sentido común....yo que les consideraba la única casa que merecía la pena, además de Slytherin. Sacudí la cabeza, medio encogiendome de hombros para mi mismo, dispuesto a emprender de nuevo mi paseo en solitario.

Ya había caminado unos cuantos metros y, tal vez fue el sonido de un chapoteo extraño, tal vez el ruido de una especie grito, fuese lo que fuese lo que llamó mi atención, me obligué a mi mismo a girar la cabeza. Mis orbes se abrieron de par en par al observar a la chica Ravenclaw en el agua, dando brazadas, pataleando inutilmente, luchando con poco éxito por mantener la cabeza fuera del agua. Al cabo de unos segundos ya no se la veía en la superficie. Maldije mi suerte y maldije a la Ravenclaw en voz alta mientras corría hacia el lago, quitándome las prendas superiores de ropa. Mi jersey, bufanda y túnica quedaron abandonados en la nieve junto con mis zapatos mientras, de un solo salto, me zambullía en el lago. El frío me golpeó de inmediato, pero no era tan acusado como cabría esperar. Nadé con la soltura que da la costumbre hasta donde estaba el cuerpo, y me fijé en lo que la mantenía bajo el agua. Maldije mentalmente, sacando la varita del bolsillo de mi pantalón, ejecutando un hechizo no verbal. La planta se desintegro, dejando a la chica libre de nuevo. Pasé con rapidez un brazo alrededor de su cintura y la subí hasta la superficie, procurando que su cabeza quedase fuera del agua.

Una vez en el exterior, y alzándola en volandas, salí con ella del lago, dejándola sobre un trozo de terreno en el que no había caido la nieve. Eché sobre su cuerpo mi propia túnica, pues aún estaba en ropa interior. Parecía que recobraba el sentido. Me aparte el empapado pelo de la cara, sintiendo como mi torso, ya blanco como la leche de por si, destacaba aún mas con la nieve de alrededor. Pensé un momento en el lago; aquella variante de lazo del diablo, que solo se daba en lagos y estanques, era muy rara y excepcionalmente peligrosa para los bañistas. Me pregunté que mas sorpresas desagradables encontraría en aquél lugar.-¿Estás bien?-pregunté a la chica, que ya había abierto los ojos.

Noté como el agua comenzaba a llenar mis pulmones. Intenté sin exito deshacerme de esa planta. Comence a perder el conocimiento por la falta de oxigeno. Al rato senti un sonido cercano a mi, pero no estaba segura de lo que era real o no, los recuerdos se agolpaban en mi mente.
Note que mi pie quedaba liberado y como alguien me sacaba del agua. Y perdí el conocimiento.
Abrí los ojos. Me dolía el pecho y el pie. Observe una figura a mi lado que me preguntaba algo, pero no fui capaz de entender el que. Noté algo suave sobre mi y la deslice a un lado cuando sentia el agua que salia dentro de mi. Comencé a toser. No recordaba muy bien que había pasado. Volví a mirar al chico y conseguí decir un pequeño gracias. Me sentía avergonzada por lo imprudente que habia sido y al verme en ropa interior, el contraste de mi piel blanca con la capa que me cubria en parte, desee que la tierra me tragase.
Me incorporé un poco con esfuerzo respirando aun con dificultad. Observe mas atentamente a quien había sido mi salvador. Estaba empapado.
-Siento que hubieras tenido que pasar por aqui en este momento.- Dije totalmente avergonzada.

La miré, sorprendido, y me eché a reir a grandes carcajadas, apartándome de nuevo el pelo mojado, que había vuelto a posarse sobre mi rostro. Sacudí la cabeza, aun con un resoplido divertido-Bueno, yo realmente no lo siento tanto-comente aun con una sonrisa de oreja a oreja-Y, realmente, tu no deberías sentirlo-añadí simulando meditar-si no llego a andar yo por aquí, mejor no nos imaginemos que desgracia podria haber sucedido-Me encogi de hombros, sabia que mi frase no habia sonado afectada, ni con autentico sentimiento de preocupacion, pero no podia hacer nada por evitarlo, no era que no pensanse en ello, sino que, simplemente, las cosas no habian acontecido asi; no merecia la pena echarse las manos a la cabeza por algo que, por fortuna, había sido posible evitar.

Observe mis pantalones, que chorreaban agua y, con una mirada a la chica, comencé a quitarmeles-Discúlpame-dije tras ver su mirada de asombro. Me reí para mi mismo; llevaba ropa interior limpia, y de color negro, por lo que no se me transparentaria nada por muy empapados que tuviese los calzoncillos. Me mordí el labio, diciendome a mi mismo que era un caso perdido, que menudo exhibicionista estaba hecho. Escurrí los pantalones como si de una fregona se tratasen, haciendo que un gran chorro de agua callese a mis pies. Los sacudí un par de veces y sonrei; seguian humedos, pero al menos ya no goteaban. Volví a ponermelos, junto con el cinturón-Caín Lancaster-Me presenté cuando me hube abrochado la hebilla, haciendo una exagerada reverencia, con una media sonrisa burlona.

-Esque sentí una especie de llamada desde el agua, nose, es algo...raro.- Dejé de mirar el suelo y al mirarle me sorprendí al verle quitarse los pantalones. Me hizo gracia la disculpa.- No pasa nada, tranquilo.

Me levate cogiendo todo mi pelo y lo escurrí. Despues cogí la capa ocn la que había sido tapada y la colgué del árbol para que se secase un poco.

-Anna Kocran, encatada.- Sonreí y comence a buscar mi ropa ya que se notaba un poco mas el frio llendo en ropa interior. Aparte necesitaba tapar la cicatriz que recorria mi blanca tripa, ya que me había comenzadoa doler del frio.

La observé con las cejas algo arqueadas-Si, es algo extraño-corroboré ante sus palabras. Me acerqué hasta donde estaba mi ropa, volviéndome mientras ella se vestía. Cogí mi jersey, pasandomelo de nuevo por la cabeza, notando al momento el calor que me infundía. Recogí a mi vez los zapatos y calcetines, secándome bien los pies antes de volver a ponérmelos. Me envolví en la capa, que Anna había dejado colgando de una de las ramas del árbol, para terminar de quitarle la humedad adquirida con la nieve y el agua del lago. Giré la vista de nuevo hacia ella.

-Ahora mismo lo importante es que no ha pasado nada peor-comente con un medio suspiro, sentandome en un lugar donde no habia caido nieve, sin tener muy claro de que comenzar a hablar

Terminé de vestirme rapidamente. El calor que daba la ropa poco a poco se iba notando. Observé a Caín y me sente a su lado no sin cierta distancia.

-Desde hace bastante tiempo, muchas veces noto como si me llamara el agua... No el agua en si, sino algo del agua... Es, muy extraño y me obliga ha entrar en el agua sino no deja de chillar..-

Le miré un poco asustada, pensaria que estoy loca. Me hice un obillito y miré el lago. Sentía que me observaban pero intenté dejar de pensar en ello. Volví a mirarle.

-Pensaras que estoy loca...-

Escuché sus palabras con atención y fijé mi mirada en el lago, cuyas tranquilas aguas, en las cuales parecia posible incluso andar, no parecian exponer todo lo que alli habia acontecido hacia unos escasos minutos. Una cínica sonrisa se pinto en mi cara, pensando que bien podría parecerse a mi familia, con un exterior inmaculado, pero una autentica trampa mortal en el interior. Giré levemente la cabeza, procurando imaginar que criaturas estarian acechando en las profundidades de aquél agua. Y luego sus palabras volvieron a mi mente de nuevo.

-Fantasmas del pasado...-susurré con voz casi inaudible aun con la mirada perdida, Mis fantasmas estaban vivitos y coleando, se paseaban por los callejones mas concurridos y comian en la misma mesa que yo cuando permanecía en casa durante las vacaciones. Un susurro velado, un comentario en voz no lo suficientemente baja..."abominación"; "monstruo"...palabras que parecian susurrar las paredes de mi casa cada vez que las rozaba. Sacudí la cabeza, volviendo a la realidad-Ni mucho menos-comenté-considero que toda persona ha de tener dentro de si misma la cantidad exacta de locura-Me rodeé las rodillas con los brazos, a la vez que intentaba esbozar una sonrisa-Si no, seria demasiado aburrido, ¿no crees?

Escuchaba lo que me decia y una sonrisa surcó mi cara.

- Seria aburrido, si. Pero si la locura te la inyectan no estas preparado para ella...-Instintivamente recorri con mis dedos la cicatriz que tenia en el brazo y volvió a mi recuerdo de aquella vez que me atacaron aquellas criaturas y las heridas que me hicieron y un escalofrio recorrió mi espalda.

Sentí una risita en mi mente. Otra vez no... Miré mi pierna asustada pero no había ninguna marca ni ninguna herida nueva. Intente dejar de pensar en ello.

-Este sitio no se parece nada a Durmstrang.- Refiriendome al colegio.- ¿Has estado en este colegio siempre?.- Le volví a mirar.