Una bebida suave (Ted)

Salía del castillo a un paso apresurado. Las cosas en Hogwarts no le gustaban mucho, eran en verdad... muy... raro para Belle. Aún no conocía a nadie que no fuese de su casa y se sentía incomoda. Las miradas por su aspecto aún seguían. Pensaba que aquí en Hogwarts ella se sentiría más segura... no porque tuviese miedo de su integridad moral, sino física. No le importaba tanto el físico, pero tampoco iría con un ojo morado por todo el colegio.

Para darse un descanso de la problematica que pasaba hoy, Belle decidió dar un paseo por Hogsmeade. Hacía frío, pero ella ya estaba acostumbrada a eso. Con parsimonia veía las diversas tiendas que habían ahí. Eran en verdad muy curiosas... En especial Zonko. Sus amigos de Durmstrang estarían maravillados con esto. Les encantaba hacer bromas y ella siempre se les unía.

Con un suspiro desvió su mirada y encontro un pub con un letrero arrida de la puerta. Este rezaba: Las Tres Escobas. Había escuchado sobre eso y todas esas criticas eran muy buenas. Con una sonrisa, se acomodo su pelo sujetado por un listón azul y se dirigó al local. No se sorprendió al ver a tantas personas ahí. Era un lugar popular. Tampoco se sorprendió al ver que era una miniatura comparada con las demás personas. Frunció el ceño. ¿Cuanto medían aquellas personas? ¿Dos metros?

Empujando a la muchedumbre, llegó hasta una mesa libre al final del pub. Su ceño se volvió más pronunciado al darse cuenta de que estaba demasiado lejos de la barra. Con su estatura menos de ciento sesenta metros no esperaba que los meseros la atendieran rápido, mucho menos verla...

Me quede sentado en la mesa de las tres escobas tomando un vaso de whisky de fuego disfrazado de cerveza de mantequilla con olor, forma y todo menos sabor y grado de alcohol, cuando derrepende una chica se sento en la mesa en que estaba sin darse cuenta que yo estaba ahí.

-Se que soy discreto y todo pero si te educaron se pide permiso para sentarse- Dije con una voz profunda, con tono bajo y misteriosa pero elegante como si fuese un noble ingles sin mover mi mirada y los ojos celestes del vaso sin tomarle importancia a mirar a la chica.

-Soy Ted Lupin, en todo caso...-

Una voz grave la hizo sobresaltarse. Se volvió al lugar donde provenía la voz y se sorprendió al ver aun chico alto y de aspecto salvaje, más sin embargo, su tono de voz cordial no cuadraba con la imagen. Frunció un poco el ceño. A pesar de tener ese tono cordial, su actitud no mostraba eso. Sino todo lo contrario. Bufó un poco y enarcó una ceja.

- ¿Disculpa? -preguntó ofendia, aunque su voz dulce no ayudaba mucho.

No le gustaban para nada aquellos chicos que se iban pavoneando por el lugar y sobre todo, no le gustaban las personas que se creyeran tanto como para no mirarla a la cara.

- Siento interrumpirlo, señor, pero no hay otras mesas disponibles -solto un suspiro y se acomodó mejor en su asiento, no le importaba nada ahora. Solo quería una buena bebida y ya.