Anocheciendo (Allie S. Hirsch)

Me puse unos tejanos claros y una camiseta azul de tirantes.
Aunque ni siquiera conocía bien a ese chico, los nervios estaban allí, esperando, preparados para atacarme. Así lo hicieron cuando pisé el exterior de la sala común.
Caminé apresada por los pasillos hasta llegar al lago. El viento era fresco, pero agradable. Vi al chico con el que me tenía que ver, y fui hacia él, sonriendo de forma algo nerviosa.

- Muy buenas - me dijo, sonriéndome.

Me froté el antebrazo, y dije, con una sonrisa, intentando poner entusiasmo a mi respuesta:

- ¡Hola!

Escuché con una sonrisa su saludo. Había llegado a la hora que habíamos acordado y eso me alegra, me gustaba la gente que era puntual.

- ¿Cómo estas? ¿Todo bien? - pregunté con amabilidad. No sabía casi nada de la chica y le quería preguntar bastantes cosas para conocerla mejor. Como mucha gente sabía, preguntar me encantaba.

- Ahora que lo pienso aún no te he visto con la túnica de Hogwarts. - comenté observando su ropa, la cual era bonita. - ¿A qué casa perteneces? - acabé preguntando. Intuía que a Slytherin no, ya que nunca la había visto por la sala común y esperaba que tampoco perteneciera a Gryffindor.

- Muy bien, gracias - contesté, con una sonrisa.

- Ahora que lo pienso aún no te he visto con la túnica de Hogwarts. - me dijo, mirándome - ¿A qué casa perteneces?

Me mordí el labio inferior, y contesté:

- Soy Ravenclaw. Tu eres Slytherin, ¿verdad?

- Sí, soy un orgulloso Slytherin. - comenté sonriente ajustándome bien la bufanda que llevaba la cual era de esa casa.

- ¿Y qué me puedes contar sobre ti? ¿Cuales son tus gustos y aficiones? - pregunté con simpatía esperando no molestar a la chica con ellas, realmente quería conocerla había algo en ella que me animaba a hacerlo.

Mientras esperaba su respuesta me acomodé mejor a orillas del lago, estaba a gusto sentado allí.

- Pues...

Me senté con él a la orilla del lago, dejando un espacio prudencial entre los dos.

- Bueno... Soy bastante activa. No puedo soportar mucho rato sin hacer nada, me gusta el deporte, no puedo vivir sin él, y adoro leer. A parte de eso, creo que mis hobbis son bastante extensos...

Dejé ir una risita, para luego decir:

- ¿Y qué hay de ti?

Atentó escuché lo que me estaba contando sobre ella, parecía que le gustaba el deporte igual que a mí.

- ¿Te gusta el quidditch? - pregunté. - Es mi deporte favorito, aunque realmente me gustan casi todos. - comenté con una sonrisa pensando en todos aquellos deportes que había practicado alguna vez.

- A mí me gusta la música, la lectura también sobre todos libros de historia de la magia y me encantan las pociones. - finalicé diciendo.

- Como ves tengo bastantes gustos, aunque si te los digo todos acabaría aburriéndote.

- Oh, no lo creo... No soy de esas que se aburren con facilidad - dije, ofreciéndole una sonrisa -. Lo cual es una ventaja a agradecer en algunas clases, la verdad... - añadí, bromeando.

Acaricié la hierba sobre la que estaba sentada, i sonreí al ver una florecita azul al lado de un matojo.
Un nomeolvides... pensé, sonriendo, i cogiendo la flor. Se la enseñé a David.

- Mira, un nomeolvides. Es mi flor favorita...