Surtiendome de dulces, y viendo especimenes humanos... (Libre)

Caminando las calles de Hogsmeade decidi internarme en la mayor tienda de dulces, ya que hacia mucho no compraba dulces y la verdad que muchas noches a la semana me levantaba con ganas de comer golocinas, entre a ver que conseguia.

En Honeydukes no se encntraba nadie comprando, y la verdad ya olvidaba precios y algunos sabores.. caminando entre las cosas a la venta, me cruce con una chica comprando, al ver su cesta note que llevaba dulces como para un batalon entenro, y por ende supuce que ella sabria mucho mas que yo precios y sabores.

Perdon que la moleste - le digo con cordialidad - pero podrias guiarme, si no es mucha molestia, a comprar, por qeu la verdad hace mucho que no vengo y ya casi ni recuerdo sabores o las cosas ricas - le dedico una sonrisa para infundirle confianza.

Eso de decidir dar un paseo por Hogsmade sin abrigo había sido una idea pésima. Estaba helada de frío y su humor decaía lentamente. Frotándose los brazos con las manos, decide ir a tomar algo a las Tres Escobas.
Camina con paso ligero, intentando entrar en calor, cuando ve el escaparate de Honeydukes. Se le ilumina la cara. Nunca ha entrado en la tienda, y de pronto se le antoja comprar el artículo más chocolateado que encuentre.
De la alegría ante la idea del chocolate, y por el frío, prácticamente echa a correr y abre la puerta de golpe.
Con el despiste casi atropella a dos estudiantes que estaban en la puerta, y los mira apuradísima.
- ¡Oh, perdonad! - se lamenta con una mano en la boca - ¿Os he hecho daño? Es que acabo de ver la tienda por primera vez, y de la emoción... - se justifica, realmente apurada.

Me fijé en un muchacho de 7º que saludó a la chica con un beso. Parecían muy unidos por lo que me sentía un poco fuera de lugar en su conversación como para preguntarles a ellos.
Decidí recomponer mi compostura, nadie parecía herido así que tomé una cesta y empecé a llenarla de productos ultra-chocolateados.
- Me pregunto si habrá algo relleno y cubierto de chocolate... - comenté como para mí.
Me di cuenta de que al chico rubio al que había estado a punto de atropellar con la puerta parecía también un poco perdido en la tienda, así que me acerqué a el inmediatamente, para sentirme mínimamente cobijada.
- ¿Quieres que exploremos la tienda juntos? - le pregunto, sonriéndole.

Sam se queda completamente impactada cuando ve a la chica hacer el bombarda.
Sin pensarlo dos veces y extrañada por la ausencia de los dueños deja su dinero sobre el mostrador, carga con lo que ha cogido de chocolate, y sale tras la Ravenclaw, a la carrera.
- ¡Eh! - la alcanza por la calle, poniendo cuidado de no resbalar con la humedad del suelo - ¿Qué ha pasado ahí dentro?
Realmente hace un frío que pela, y cuando habla se forma un denso vaho blanco que se desvanece despacio al mezclarse con el aire.
- ¿No estaban los dueños de la tienda cuando entraste? - le pregunta a la chica, extrañada.