Observando la Naturaleza [Penélope]

Me encontraba sentado bajo un frondoso árbol en mi lugar favorito de toda la escuela Hogwarts, los jardines donde nos dictaban cuidado de criaturas mágicas, mi asignatura favorita. Así que como siempre me levante temprano y llegue a los jardines donde aún no se dispaba la niebla matutina. Me encontraba allí pensando mientras tocaba suavemente la Ocarina, cuando de repente vi a dos criaturas que me esperaban, una madre y su cría, thestrals.

Me levanté y los acaricie suavemente, luego de mi mochila saque unos pedazos de carne grandes y se los dí, en poco tiempo se los comieron y se los tragaron enteritos, luego seguí acariciandolos. Desde hacia unos años los conocía, una de las veces que vine aqui las primeras veces los encontré, una manada, pero no me hicieron daño, fue cuando empece a saber que vivian aquí aunque muchos alumnos y profesores no lo supieran, al parecer les gustaba el sonido de mi Ocarina, así que venía a traerles comida y acariciarlos. Sin embargo un sonido tras de mi me hizo girarme y al hacerlo vi a una chica de Slytherhin que nunca había visto, solo escuchado su nombre, Penélope Nott. Aunque los Slhytherin tenían cierta reputación no deje la cortesía de lado y le sonreía un poco timidamente.

-Ho-hola... soy David, mis amigos me llaman Dave.

Estaba loca por ir a los jardines a esta hora, me habia levantado temprano y después de bañarme y cambiarme habia salido a los terrenos, mi cabello mojado se dejaba meser por la brisa. Suspire suavemente y me abrase por el frio.
Habia visto a lo lejos a un chico que tiro al piso pedazos de carne, lo mire curiosa, pues aunque la carne desaparecia, yo no veía nada. Me acerque a el, mirándolo con curiosidad hasta que se dio cuenta de mi presencia, se presento informalmente. Yo hize una graciosa reverencia y le ofreci mi mano para que la besara.
- Penélope Nott, no he tenido el placer de verte antes.- le dije con una sonrisa.- ¿Qué haces lanzando carne a la nada?- pregunte mirando hacia donde la carne habia desaparecido.

La chica me dió la mano para que se la besara, pero en vez de eso tome su mano y la mire fijamente, después de un rato les respondí.

-Tienes manos sublimes -le dije inexpresivamente- y ohh, no estaba lanzando carne a la nada, estaba alimentando a estos Thestrals.

Le dije mientras acariciaba a uno suavemente y luego le devolví mi mirada distraida a Penelope.

Pero de repente llego mi mascota buscandome, una pequeña liebre, saltó a mis brazos y la acaricie, su nombre abreviado era Tim, Penelope luego me vio confusa.

Controle una risa, no puedes reírte de él, me dije, se veria muy mal educado que te rieras por su mala educación. Retire mi mano de la suya y mire hacia otro lado para tranquilizarme, no te rias… no te rias… me dije, pero se me escapo una risa pequeña.

- Gracias.- le respondi conteniendo una risa.- nunca me lo habían dicho, es un agradable alago.- mi ceño se frunció al mencionar a esas criaturas, no me gustaban, me recordaban a la muerte, pues solo presenciándola podrías verlo. Despues lo mire, sorprendida.- ¿A quien viste morir?- pregunte impusivamente, pero después me sonroje.- Disculpa… no debi preguntar algo asi…
-
Lo mire extrañada, una liebre salió de la nada y corrió hacia el, salto a sus brazos y el la acaricio. No te rias, me adverti, pero sin poder contenerme me rei realmente divertida. Tanto asi que cai al piso riéndome, estas comportándote horrible, me dije, pero no me importo. ¿Qué clase de chico era el?

La vi y se reia de mi mucho, yo no me rei pero tampoco me enoje, quede inexpresivo y entonces le hable de nuevo.

-No te preocupes no tenias por que conetener la risa -dije mirando a mi mascota- todos se rien de mi, hasta tu ya lo has hecho, pero ya me acostumbre, tambien dicen cosas a mis espaldas, incluso lo de mi propia casa, pero no importa lo bueno es hacerlos reir. Ahh y no te preocupes no me molesta tu pregunta... fue a mi padre, tuvo un accidente, le gustaba estudiar pociones y un dia cometio un error... en fin el xiempre esta conmigo no estoy triste por el... Tim que pelaje de algodoncito tan bonito tienes.

Tim era mi liebre pero ella no lo sabía. Mire a Tim y luego miré a Penelope, con mis enormes ojos, viendo que haria ahora.

Pare suavemente mi risa y fruncí el ceño, odiaba ese tipo de gente, la despreciaba realmente, me levante del piso y arregle los pliegues de mi falda para tranquilizarme, mal, ser impulsiva siempre te trae cosas malas. Mire atrás de el tratando de ver a esas criaturas que despreciaba.

-Veo la razón por la que todos te fastidian…- dije suavemente y me acerque al árbol apoyándome en el árbol cercano.- Nadie respeta a las personas que no se respetan a si mismas.- le comente mirando el piso abajo mio.

Le hablo a su conejo y yo alce una ceja preguntándome si debía reir o debía estar seria porque clase de chico me habia encontrado, lo observe curiosa preguntándome en que casa estaría, hufflepuff, pensé con una sonrisa.

-Debio ser triste eso…- dije suavemente.- ¿Y tu mama?- pregunte.

La volví a ver y ví que estaba enojada, pero entonces le sonreí, veía que ella no comprendía.

-Verás, yo me respeto mucho a mi mismo -le dije seriamente- si no lo hiciera no haría las cosas que hago sin importarme lo que opinan los demás, no pienso ponerle atención a los que se burlan de mi, para que darle importancia personas que se sienten superiores burlandose de los demás, yo creo que estan celosos por que yo soy diferente y todos ellos son iguales... como clones, por eso sigo siendo como soy sin ponerles atención, por que nunca podran cambiarme aunque lo deseen... por cierto, soy de Ravenclaw olvidaba decirte... el sombrero me puso ahí por una razón, por que tal vez soy alguien con una inteligencia abstracta, una inteligencia que pocos pueden comprender, la razón del por que soy diferente. Y si fue triste lo de mi padre... pero tengo a mi madre, ella me cuida muy bien y siempre se preocupa por mi.

Luego puse a Tim en sus manos y le sonreí.

-Tu ves con los ojos, por favor no lo hagas, no seas ciega, si ves con los ojos eres facil de engañar. No juzgues un libro por su cubierta y lo más importante... mantén tu mente abierta

Luego le sonreí y me paré al lado de ella.