Ice Blonde. [Aricia M | Louis D]

Había pasado mucho tiempo para que ella creyera que podía volver a amar. Era inegable que su frialdad a las demás personas las atraía, de algún modo paradigmático, a pesar de ser tratados relativamente mal por esta.

Sin Duda alguna, Aricia Mclaggen era una chica que poseía todo, el porte, la elegancia, la manera más táctil de seducir y sobre todo, el poder de tener lo que quiera, cuando lo quisiera. Sin embargo, cuando conoció a un chico en especial, todo cambio.

Ambos iban juntos a Beauxbatons, sin embargo, para él, por así decirlo era tan solo una chica más. Hermosa, pero nada de ella lograba atraerle lo suficiente para planearla como algo más, como a alguien a quien quisiera en su futuro. Eso sin duda cautivo a la Mclaggen, el hecho de no ser la ultima maravilla para alguien, era algo que ella simplemente no podía entender.

La distancia separo el amor secreto que ella le tenía.

Ella intento, realmente lo intento, pensar he incluso salir con alguien más. Sin embargo era incomparable que en otros labios encontraría lo que con una sola mirada tenía en él, ni si quiera Draco Malfoy. que poseía todo lo que cualquier Slytherin pudiera querer.

Tiempo paso para que se volvieran a encontrar, llámese fuerza, quizá destino. Pero así lo hicieron.

Cuando al fin la rubia declaro con el corazón abierto sus sentimientos, el con una sonrisa en la cara, los correspondió.

Seguramente ella aun recuerda la experiencia prohibida, de un amor que era impedido por su padre, muy al estilo “novela dramática”. Pero, ¿Cómo negarse a las sensaciones que este le hacia sentir?.
Por primera vez ella podía ser una persona amable, con buen humor después de verlo. Con una cara triste cuando el no estaba y aun así con un brillo que ilumino aun más sus hermosos ojos azules.

Por primera vez en mucho tiempo, la famosa reina del hielo se había enamorado en todo el sentido de la palabra, el famoso Ravenclaw fue capas de quebrantar su alma, y sacar lo que muchos intentaron.

Un amor como el suyo era incomparable, ahogados entre la ternura y necesidad de estar uno con el otro. Pero claro, en la vida no todo es un hermoso cuento de hadas y su caso no era la excepción.

Cormac Mclaggen tenía un resentimiento peculiar y sobreprotector a cualquiera que se les acercara a sus dos hijas. Él no fue la excepción.
Nuevamente el mundo estaba en contra de ella, de ambos, separándolos y logrando que por primera vez se le viera sufrir por una persona, por un ser vivo, por un hombre.

Aricia estaba llena de gente, siempre se le podía ver acompañada de pretendientes, unos más mediocres que otros. Siempre regalándole costosas joyas, ropa, incluso animales exóticos. Sin embargo nada de eso a ella le serviría. Si, era amable y uno podría creer que sin duda tenían una oportunidad con ella. Que ilusos.

El Ravenclaw había esperado tanto tiempo, si, estaba celoso de los tratos a ella, aunque el no lo quisiera admitir. Y al fin lo decidió, decidió que valía la pena demostrar que entre ella y el había algo más fuerte que el mismo universo.
Una conversación en la sala de prefectos a las doce de la noche fue el inicio, el desborde de sentimientos, las dudas y las esperanzas para que ambos al fin pudieran decir mucho y a la vez poco.

Por que un “Te amo” de parte de ambos era lo suficiente para convencerse a ellos mismos y a los que los vieran que sin duda alguna, Louis y Aricia era algo que nunca se podría olvidar, incluso cuando no estuvieran juntos.

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