Una tarde que parece prometer {Jane B.}

Era una cálida mañana de invierno, a pesar de la estación en la que estábamos, el clima era de lo más agradable me levanté y me estiré un poco, normalmente acostumbraba a leer un poco antes de continuar con mi día. Me alisté y baje al gran comedor, era normal que a esas horas no hubiera mucha gente despierta, por alguna extraña razón me levanté más temprano de lo usual, ubiqué un lugar en la mesa Ravenclaw para tomar mi desayuno, comería algo ligero en esa ocasión, un cereal de avena con una par de tostadas integrales y un jugo de naranja, esa era mi idea de un desayuno enérgico, en otros días comía mejor pero no exigía gran demanda física ese día, al menos eso pensé, leía el profeta, habían algunos artículos interesantes, terminé mi lectura y me levanté. Caminaba a paso lento, para observar a través de las ventanas como se veía la nieve iluminada por el sol, algo que en verdad se veía muy relajante.

Seguía caminando, por mi mente pasaban muchos pensamientos en ese instante, los encuentros que había tenido con mis compañeros, las clases que parecían aflojar un poco y como en ocasiones me dejaban sin vida por unos días, en fin, era parte de mis estudios en el colegio y los estaba disfrutando. Me había perdido en mis pensamientos que para cuando me dí cuenta, me había tropezado con una roca que había en el suelo, caía lentamente al suelo, justo antes de caer puse mis manos en el suelo para apoyarme con estas y dar un giro en el aire para caer de pie, tenía tiempo que no hacia ese tipo de acciones, tomé la roca y la arrojé por una ventana abierta. Mantuve mi paso hasta que llegué a un lugar hueco en el que no habían ventanas y la acústica del lugar se hacía más que notable. Comencé a oír unos pasos por lo que me giré para de quién se trataba.

Continuábamos frente a frente, no podía evitar perderme en la mirada de ella, respondiendo a lo que había dicho solamente dijo que siempre la tendría, algo que habíamos acordado hace mucho tiempo atrás, no dejaríamos que algo nos separase, ni hoy, ni nunca. A lo que besé su frente, sentí un sentimiento de tranquilidad al apaciguar un poco aquel sentimiento que tenía, aunque no sería lo suficiente. En un abrir y cerrar de ojos ella haló mi corbata nuevamente, sólo que ahora no se detendría en un simple cara a cara, esta vez, llevo mis labios a los suyos, era la primera vez que entre nosotros pasaba esto. Estaba sorprendido, al momento negué internamente, ya luego dejé llevarme por el momento, sentía cosas por ella, pero no quería dejar que eso arruinara nuestra amistad si no resultaba como esperábamos, me limité a cerrar los ojos y continuar aquel beso inesperado. Debo admitir que sus labios se sentían muy bien, eran suaves y la vez carnosos, me perdí en aquel beso que, había salido de la nada y esperaba que no pasara a más, eso para tratar de no comprometer nuestra amistad.

Se podría llamar incómodo a lo que había sucedido, al menos para personas normales, Jane y yo no dejaríamos que algo así afectase nuestra amistad, ella muy bien sabía que sentía algo por otra persona pero, de alguna manera me sentía atraído hacía ella por lo que no lo vi mal, aquel beso inesperado duró a lo mucho un par de segundos, ella, de golpe había apartado de su cuerpo, y se levantó algo tímida arreglando su cabello como si nada hubiese pasado. Tomé el vaso de jugo que habíamos dejado ahí y le di el ultimo sorbo a este, al finalizar, lo tragué lentamente para tratar de pensar en otra cosa, aunque debía de admitir que no había sido nada desagradable ese beso, al instante me di unas palmadas en la cara para alejar ese pensamiento de mi cabeza, mientras ella seguía peinando su cabello con la mano comentaba acerca de que sería bueno que Blair estuviera con nosotros en ese verano, ella era otra amiga de nosotros, eramos como si estuviéramos divididos en tres partes y cada uno de nosotros completara al siguiente y así, nos habíamos conocido desde el primer día en el expreso a Hogwarts, habíamos pasado muchas cosas juntos, entre ellas buenas y malas, se podría decir que nuestra relación era la mejor que podría haberse conocido en el castillo, aunque eso sería muy egocéntrico de mi parte, aunque lo considerase una verdad. Finalicé de tragar lo que quedaba de jugo para pensar un poco lo que decir después de aquel beso, le comentaba.

- Supieras que tengo un tiempo sin verla, sería genial pasar un verano los tres juntos, podríamos jugarle bromas a Jason como cuando pequeños. Tendríamos que preguntarle si no tiene planes para el verano, sería genial pasar el verano juntos, además, no les he enseñado mi casa de dos plantas, la amarán.

Dije en un tono emocionado, ya había superado en parte lo que había sucedido en unos minutos, eso gracias a su comentario y mi rápida respuesta al cambiar el tema. Era cierto, debía mostrarle mi casa, quién sabe si podríamos pasar unos días ahí, el ambiente era muy bueno, por eso mismo la mande a comprar en ese lugar, aunque mi padre financió la mayor parte de la acción y siempre le agradecería por eso, pero la decoración era algo que no dejaría que tocara, ni siquiera a mi madre. Me imaginé a nosotros tres en la casa haciendo de las nuestras como cuando eramos más pequeños, sin duda, sería inolvidable.

Al poco tiempo respondió, se exaltó cuando la invite junto con Blair a mi casa, era la primera que irían por lo que sería una completa sorpresa para ellas. Me dijo que le contaría en el dormitorio esa misma noche. En un cambio drástico de conversación, me caía la culpa por haberme apartado tanto tiempo de ellas, hasta me había dicho que no me sentaba junto a ellas en el Gran Comedor, era cierto todo eso que decía por lo que me encogí de hombros mientras, ella movía su pelo de forma un poco brusca. Sacó su varita de uno de los bolsillos de su túnica para empezar a jugar con ella en sus dedos. Cuando pasaron unos segundos, conjuró Accio sobre unas grageas, en la cocina habían muchas por lo que no habría de que preocuparse. Observaba como tenía las grageas en la mano y veía como se encogía de hombros, seguramente pensaba en lo del beso. Rápidamente, se me vino a la mente una idea para tratar de alegrarla, saqué mi varita de la túnica para luego tomar una de las grageas que había en su mano para hacer una cosa que seguramente le alegraría, la puse en mi mano para con mi varita decir.

- Engorgio

Dije en tono bajo, ese hechizo era utilizado para hacer que la cosas aumentaran su tamaño. Agrandé la gragea lo suficiente como para que cubriera mi boca, su forma era perfecta para mostrar una sonrisa que, posiblemente haría sentir mejor a Jane, con mi mano derecha la puse sobre mi boca y con mi mano izquierda le tocaba el hombro haciendo seña de que volteara a verme, seguramente eso haría que se alegrar un poco.

Había funcionado, reía por lo que había hecho, una alegría me empezó correr por el cuerpo al verla así. Segundos después tomaba la gragea de mi mano para darle un mordisco, comentaba que al ser tan grande, ¿cómo se la iba a comer? al instante que la mordió casi vomitaba en el acto, dijo que sabía a moco de troll, algo realmente desagradable. En tono bromista, dijo que me tocaría comérmela toda, una expresión de angustia se dibujó en mi rostro por unos momentos al ver su cara me relajé un poco. Tomé un poco de aire para comentarle algo acerca de lo que me había dicho, sabía muy bien lo que iba a decir para hacer que continuara estando alegre.

- ¡Rayos! creo que tomé la gragea que no era. En serio, ¿Serías capaz de hacer que me comiera una gragea gigante de moco de Troll? ¿Qué te habré hecho para merecer tal castigo?

Dije en tono bromista y a la vez preocupado, nuestra amistad era tan grande que nada nos podría apartar de nosotros, sonreí un poco al pensar eso. Estuvimos unos segundos sin decirnos alguna palabra, algo que realmente me extrañaba, la única vez que había un silencio así entre nosotros era en clases y a medias, porque susurrábamos. Ella rompió ese silencio que comenzaba a incomodarme, se confesó ante mí por lo del beso, decía que le agradaba o más bien, le gustaba que nuestra relación no se viera afectada por aquel beso que surgió repentinamente. Mi expresión cambió a una mas seria, debía decirle lo que en verdad sentí o sentía después de aquel beso. Pensé un poco lo que diría para que no pasara nada, aunque en realidad tampoco pensaba que fuera a pasar algo, es sólo para ser precavido.

- Si te soy sincero, no espere ese beso, y debo decir que por un momento lo disfruté, pero cuando volví en mi me di cuenta que era algo indebido, te aprecio demasiado como para dejar que algo como eso afecte nuestra amistad. Pero por los momentos, estoy mas que complacido con nuestra amistad y que esto no la haya afectado para mal, de verdad, no tengo palabras para agradecerlo lo buen amiga que has sido.

Dije con toda la sinceridad del mundo, era cierto cada palabra que había dicho, me sentía más que agradecido por tener una amiga como ella, no habíamos tenido ni una sola discusión en lo que llevábamos de relación, simplemente no podía creer lo buen amiga que era. Me recosté quede observando por una ventana que estaba frente a las escaleras en lo que esperaba su respuesta, no sabía muy lo que diría, pero me hacía una idea, al menos un poco.

Me miró seriamente en lo que respondía a mi pregunta. Me decía que si eras capaz de hacerlo por todo lo malo que le había hecho. Una expresión de preocupación se asomo por mi cara al escuchar aquel comentario. Rápidamente soltó una risa lo que me relajó un poco. Seguidamente tomó la varita para reducir nuevamente a su tamaño normal la gragea de Troll y arrojarla frente a nosotros. Ya vendrá Flinch y su gata a encargarse de eso, pensé. Seguidamente, se quedó mirándome y una sonrisa se vio en su cara, seguramente era al comentario que le dije acerca del beso. De manera bromista, me dijo que la amaba y que debía agradecerlo. A lo que luego soltó una risilla y me golpeo en el hombro, acompañados de un guiño con el ojo. Mostré una sonrisa para seguirle el juego un poco. Tomó otra Gragea de su bolsillo y la mordió, esta tenía un color rosa pálido, al momento en el que la mordió, acercó la otra mitad a mi boca mientras me daba a probar. Movió lentamente el pedazo de gragea mientras saboreaba el sabor de esta, tomé con mis dientes la gragea y se la quite de los dedos. -Debo admitir que tenía tiempo sin probar una de estas.

Dije antes de tragar la gragea recién masticada. Me quedé mirándola a los ojos nuevamente, por alguna extraña razón no podía dejar de mirarlos, puede que me recordasen a cierta persona que había logrado robar mi corazón. Sacudí mi cabeza un poco para luego volver mi mirada por unos de los arcos y observar el lugar desde ahí. Esperaría la respuesta de Jane ante el comentario de la gragea y me quedé pensativo un poco en lo que me respondía. Cuando salí de mis pensamientos en mi mente surgió la pregunta que le haría a continuación. Y, cuéntame, ¿Me ha extrañado nuestra mamá?.- Dije con una sonrisa, bien era su mamá, pero con el trato que teníamos la podía considerar mi propia mamá. Me giré a ella para esperar su respuesta nuevamente.