observando el lago de noche [libre]

‘Diffindo’ Estaba observando las plumas de azúcar con atención mientras un hechizo se escuchó tras de nosotros y en un par de segundos un sonido seco de un metal crujir y romperse sonó a unos pasos de nosotros. Alcé una ceja al percatarme que el pomo de la puerta era el dañado frente a aquel acto tan infantil, una risa me taladró la cabeza mientras giraba mi cuerpo para ver como una chica salía de su escondite. - ¿Qué le pasó a la puerta? Chica, no somos sordos… escuchamos tu diffindo – le dije con frialdad y aires de superioridad – pero no te preocupes linda… Alohomora – agregué apuntando la puerta- Ahora puedes salir - espeté con arrogancia y severidad.

Mi rostro se petrificó ante la actitud de aquella chica, al parecer entre Kevin y ella había algo que él se había limitado a ignorar. Aunque fuese lo que fuese, esa chica de nombre Alex definitivamente no era una digna persona de ser considerada Slytherin. Al parecer el sombrero había errado nuevamente, negué suavemente con la cabeza al ver como una lágrima escapaba de sus ojos ¿Qué diablos? Aquello definitivamente era mucho para mí ¿Qué no la saludara? Oh por Merlín esa chica estaba loca, como si entre Donovan y yo hubiese pasado algo. – Saben, esto es mucho para mí – espeté fríamente- mejor me iré de aquí y ustedes arreglan sus problemas románticos – hablé con tono de burla porque evidentemente esos temas no eran de mi agrado.

- Pero sabes chica, te recomiendo que no actúes de esa manera… de lo contrario no lograrás que se fijen en ti – la miré de forma altiva de la cabeza a los pies- Adiós Kevin, nos vemos luego, si es que tu amiga no hace otro escándalo – le sonreí al chico y me di la media vuelta para alejarme del lugar.

Sentí como mi brazo era capturado por una mano tibia por lo que giré mi cuerpo hacia Donovan – No tienes que darme explicaciones – le expliqué con tranquila seriedad, en realidad no me importaba el tema de lo que estaba sucedido si no de cómo se daban las cosas. Tomé los dulces mientras hacia un ademan para que me soltase el brazo ya que no era necesario. – ¿Para qué me voy a quedar? Prefiero evitar hacer llorar a esa chica – me comenté encogiéndome de hombros – Lo estábamos pasando bastante bien y si ella cambiase su actitud incluso podríamos haber estado los tres pero las exageraciones y los escándalos no van conmigo – espeté de la misma manera que antes aunque ahora me fijé en su mirada al hablar.