Compras para el nuevo Año [Paulette, Gabrielle, Armand]

Esa mañana había ido al callejón Diagón yo sola para comprar los libros de mi siguiente año. Estaba nerviosa, me gustaba ir a comprar el nuevo material de curso, me recordaba lo que estaba a punto de llegar... el volver a ver a todos, a Math, a Katt, Aly, Eli, Megan... y bueno, a decir verdad, también echaba un poco en falta mis riñas con Paulette, gracias a ella, mi mal humor se cobraba en peleas o disputas hacia su persona, así que la verdad, era como si recibiera un masaje cada vez que estaba cabreada.

Comencé a mirar varios de los libros que había por ahí, herbología, algas mágicas, árboles milenarios, hasta que vi uno que me llamó la atención, "cien plantas venenosas". La verdad es que tenía que ver conmigo, debía ser el único libro que había llamado mi atención en toda mi vida que tratara sobre herbología... Así que lo cogí en mis manos con intención de comprarlo junto al resto de los libros que la carta decía que necesitaríamos.

Me giré para ir a otra sección de la tienda, cuando me encontré de frente con Paulette, no pude esquivarla por la cantidad de gente que había, solo podía ir en dirección a ella para casi chocarnos... la iba atener que saludar si o si... Cuando me quedé frente a ella solo pude intentar sonreír.- Hola...-dije examinando su vestimenta, iba muy elegante, parecía una mujer adulta, de los colores de su casa además, verde y plateado... contrastaba mucho conmigo, que solo llevaba unos vaqueros rotos por las rodillas, unas converse rojas, y una sudadera blanca y roja algo grande para mi... como decía, nada que ver con ella... ni siquiera me había molestado en coger ninguna capa... para el entorno en el que estaba, resultaba demasiado muggle...

Me quede boquiabierta cuando dijo todo eso, no la interrumpí, simplemente esperé a que terminara, al contrario que ella, yo era educada... Vi como su mirada se posaba en cada prenda que llevaba ese día, la verdad es que iba bastante muggle, pero yo veía de una forma más práctica.... para mi eso era realmente cómodo. La verdad es que no es que tuviera mucho apego a la moda mágica, a veces me gustaba vestir de una forma y a veces de otra, así de simple.

-Si tienes algún problema por que vista de ésta manera, no tienes más que dejar de mirarme... se que te resulta complicado dejar de mirar el cuerpo que deseas pero...-le pone una mano sobre el hombro.- No pega en una chica con tanta "clase" como tú.-dije con algo de ironía, tomando sus palabras anteriores al referirse a mi como una chica con poca clase.- Si quieres algún día te vendo algo de estilo y personalidad.... bueno mira... te la regalaré, que se ve que te hace falta.-dije mirando su conjunto de los colores de su patética casa, acaso no había otros?! No había remedio... había crecido pensando que lo normal es seguir las cosas de otros, y así iba a seguir, marcada por lo que otros le decían... me parecía una persona con muy poca personalidad.

¿Débil y poco atractivo? La verdad era que no es que me sobraran quilos, en realidad parecían faltarme, pero nunca había pensado que fuera poco atractivo... Pero lo que de verdad me molestó fue que hiciera alusión a cómo Math pasaba de mi últimamente, yo pensaba que seguramente estaba ocupado, pero... ¿y si es cierto?¿Y si no me veía Math atractiva y no sabia como decirmelo? Intenté contener mis ganas de lanzarme contra ella y matarla "Tranquila Gabrielle, en Hogwarts tendrás muchos rincones solitarios para patearla" Me dije a mi misma, pero mi expresión debía de ser de odio total hacia ella... y me daba igual que se diera cuenta.

-Que yo no tengo ni personalidad ni estilo?-pregunté mirándola de arriba a abajo.- Me lo esta diciendo la chica que intenta disimular sus cartucheras con una patética falda de tubo?-dije mirándola, la verdad era que me daba un poco de repelús... que había hecho? ¡¿coger las cortinas de su abuela y enrollarse en ellas?! Por favor...- Mira chica... los años 40 ya pasaron... y aunque no fuera así... te sienta demasiado mal... de hecho, te hace más cadera y culo de lo que ya de por sí tu tienes... de tu patética camisa prefiero no hablar... en serio... eres daltonica? Verde y plateado, por si no queda claro que eres sangre limpia....-reí.- muy patético por tu parte, intentar que todo el mundo se de cuenta de lo que eres esperando ser especial por ello...

Me habia entretenido platicando con algunos conocidos del Banco, y es que tenía tanto tiempo de estar fuera de Londres, que no habia visto a muchos de mis contactos que recientemente necesitaba tener cerca, definitivamente era hora de volver a tomar mi posición dentro del mundo mágico de Londres.

Con una sonrisa traquila, saludaba a algunos encargados de tiendas, gente de SangrePura, de buenas familias que estaban de compras para sus hijos, o simplemente cosas personales.

Habia dejado ir a Paulette sola hacia la librería, me habia dado cuenta de que ella comprendía el mensaje de ser un Sangre Pura, siempre diferente a los demás, siempre mejor, lo mejor de lo mejor y sonriente, entré a la librería donde habia visto a mi hermosa hija, entrar.

Escuché un golpe, un manotazo en realidad y al entrar, vi como una chica mal vestida estaba incomodando a mi pequeña heredera e iba a acercarme cuando me detuve a escuchar la respuesta de Paulette, una sonrisa satisfecha se dirigió a mis labios, mi hija era digna de portar su apellido y su sangre.

Me acerqué al ver como aquella chica seguía ofendiendola, si bien ya veía que Paulette no necesitaba que la defendiera, pero odiaba que trataran a mi hija de ese modo.

-Buenas tardes...-saludé escuchando las ofensas hacia mi hija, ver a Paulette con el ceño fruncido, apunto de perder la postura, me hizo ver a la otra chica.

Desarreglada, ropa muggle, su rostro perfilado, no era fea, pero su ropa no era ni por asomo estilizada ni pulcra, ni tampoco elegante, me recordaba a....

Aparté mis pensamientos y sonreí amablemente.

-Paulette, querida... ¿me presentas a tu... compañera?-

Me ofendió que dijera por toda la cara que yo era poca cosa, tal vez no lo dijo directamente, pero por sus palabras parecía que quería insinuar que yo no era digna de portar ninguna prenda bonita, como si me fuera a quedar mal... la verdad es que ultimamente me sentía además un poco mal con mi apariencia, desde que habia empezado a tener problemas con Math, desde que hablaba menos con el me costaba mas comer, pero no pensaba que eso se me notara tanto como para que Paulette me dijera que no seria capaz de rellenar nada... comencé a hacer una lista de insultos en mi cabeza, todos dedicados a ella.

Dijo eso último y vi que el que parecía su padre se acercaba a nuestro lado, a juzgar por su expresión y por el volumen en el que estábamos hablando, imaginaba que nos había oído. Se situó junto a nosotras y pidió a Paulette que le dijera quien era yo, comenzó a examinarme con la mirada "echame una foto, pesado" pensé, pero me contuve, era un hombre que intimidaba un poco, además si se trataba del padre de Paulette no convenía hacerle enfadar...

Su hija me presentó como Gabrielle ¡DIBOIS! ¿!cómo podía hacer esa ofensa a mi precioso apellido francés?! Suspiré y miré al padre de Paulette.- Lo que su hija queire decir es que soy Gabrielle DUBOIS-dije haciendo especial hincapié en la letra.- Pero se lo perdono, tantas mezclas de sangre deben afectar a la memoria..-dije con tono comprensivo, como si no quisiera realmente meterme con ella. Entonces me fijé en que también aclaraba que era mestiza, así que opté por darle la razón.- Como bien ha dicho su hija, soy mestiza, aunque mis padre son magos.-expliqué en tono pacifico.

Me quede callada mientras ellos dos comenzaban a arremeter contra mí. Me parecía increíble que en lugar de intentar tranquilizar a su hija, hiciera todo lo contrario, sustituirla en la absurda pelea, tal vez de una manera más pausada y respetuosa (dentro de lo que cabe) que su hija, pero fuera d e lugar igualmente.

Me mordí un poco el labio para dejarlos hablar, si no les dejaba seguro que se pondrían a armar un escándalo, lo mejor sería dejarles decir lo que quisieran hasta que me dejaran la palabra.

-En efecto señor, llevo mezcla de sangre, pero no supone para mi ningún inconveniente, si es su caso, por favor, le rogaría que si tan horrible le parece, dejara de hablar conmigo, ya que supongo que esta conversación es para usted igual de molesta que para mi, aunque bueno, puedo decir que para mi debe ser más incómodo, ya que intento mediar con una inútil sangre limpia y su padre abusón, el cual no parece tener otro pasatiempo más entretenido que el de solucionar los asuntos de su hija.-me paré un momento y le examiné de arriba a abajo.- Parece evidente que sus asuntos propios se les escapa a usted y a si su conocimiento , puede que éstos les parezca más fáciles, pero a mi parecer no debería meterse... creo que debería "jugar con los de su edad"