mi clase de historia de la magia

Caminaba por los pasillos, con la frente en alto, sin mirar a nadie más, sin despegar la mirada de mi objetivo. Entré al aula, con una elegancia impregnada en mi, me acerqué al profesor con media sonrisa -Buenas días -saludé mientras buscaba un pupitre. Historia de la magia nunca fue mi materia favorita, pero necesitaba ponerme al día con todo lo que había perdido.

Anduve distraidamente hasta el aula de historia de la magia, sin fijarme apenas en donde ponía los pies. Debía acudir a aquella clase por haber faltado el año anterior. Suspire, tal vez con el nuevo profesor la materia se haría algo mas amena. Abrí la puerta del aula y eche un vistazo rápido, otros dos Slytherins ya habían tomado asiento. Saludé con la cabeza al profesor y me dejé caer en uno de los pupitres, a la espera de que terminase de llegar la gente y comenzase la clase.

Estaba en la biblioteca cuando recorde que tenia clase de Historia de la Magia, tenia la vaga esperanza que el profesor fuera el señor Yaxley que habia conocido la vez pasada en el lago, camine hacia las aulas de clase y vi la puerta de la clase.
Me acerque y toque la puerta suavemente, empuje he ingrese, llevaba conmigo varios libros, que al momento de abrir la puerta se me cayo uno.

-Buenos dias - dije mientras veia al profesor - puedo ingresar.
Mi rostro reflejo una leve sonrisa por haber vuelto a ver al profesor Yaxley.

Parecia que mi ingreso a la clase de Historia habia sido un poco escandalosa, me sente en un pupitre y de pronto aparecio mi libro volando y cayo en la mesa, era algo molesto llamar la atencion de los demas.

El profesor dijo haber pertenecido a la casa de Slytherin, vaya novedad, ahora la clase era de los Slytherin, Harry y yo los unicos de Gryffindor. Ademas dijo tener 18 años, muy joven para ser profesor.

-Ademas de tener 18 años, ya enseña, eso es algo increible, como asi pudo tener la facultad de enseñar tan pronto - pregunte

Corrí por los pasillos con toda la prisa que pude y lo que mi resistencia física no me impedía. Era la primera vez que no llegaba puntual a una clase, pero me había entretenido por culpa de los cuidados que requería mi augurey. La pobre criatura estaba sufriendo un caso de nerviosismo particular a causa del nuevo sitio en el que se hallaba y la gran cantidad de gente que había visto.

Entré dando un portazo y medio agachándome para recuperar el aire. No me gustaba llamar la atención, y seguramente me quitarían puntos por ello, pero no podía permitirme el interrumpir una clase de historia de la magia. Cuando respiré hondo por última vez, pedí perdón a toda la clase y me dirigí al último pupitre, avergonzada por lo ocurrido. No volvería a pasar.

-Perdón... -repetí de nuevo; sabía que había creado una situación incómoda. Me odiaba por ello- Es usted nuevo, ¿verdad?

Me dirigí al profesor, intentando hacer como que no había ocurrido nada. Tierra, trágame, me repetía una y otra vez en mi interior.

Deposité la mochila en el suelo y cogí el libro de texto de Historia de la magia, dejándolo sobre la mesa mientras miraba a mi alrededor, para ver qué compañeros tenía. Genial, encima estoy rodeada por Slytherins... No podría irme mejor el día, ironicé en mi interior.

llegue a clase algo tarde entre al salon y fui a sentarme
-disculpe profesor pero me perdi en el castillo- dije viendo al profesor

El profesor mando a que la chica Ravenclaw se sentara a mi costado, era algo bueno ya que empezaria sozaliciar con los de la otra casa. Vi como la chica venia a sentarse a mi costado, se notaba algo cansada, habia corrido mucho.

-Bueno profesor, parece que somos todos, que haremos hoy - dije

comence a tomar nota de lo que decía el profesor... mientras veía a la Gry con aire de superioridad... ya que el profe la había puesto en su lugar

El profesor penso que lo estaba haciendo para molestar, pero mi unica intencio fue que empezaramos la clase, porque queria saber como iba a enseñar.
El profesor, saco su varita he hizo aparecer una camara con diapositivas de duendes, algo que era muy bonito, pero seguia mortificada por el comentario que me habia hecho.

-Profesor, disculpe me puedo retirar, puedo ir a los servicios - dije - es que no me siento bien.

Me senté al lado de una compañera que, al poco rato de ser reñida, parecía encontrarse mal y necesitaba ir al baño. Yo no le veía ningún síntoma, tan sólo el de indignación (gracias al poder poco desarrollado que tenía de conocer el estado de ánimo de las personas que me rodeaban). Suspiré, ahora sí que estaba rodeada por Slytherins salvo una de Gryffindor, pero no era un consuelo muy grande.

Saqué una libreta de dimensiones pequeñas, cogí una pluma negra procedente de mi augurey y empecé a tomar notas de las diapositivas que nos mostraba el nuevo profesor. Puse muchísima atención al tema de los hombres lobo, una criatura que, desde luego, me fascinaba mucho.

La gente no paraba de entrar en Historia de la magia, cosa que me sorprendia, pues otros años era un aula bastante vacia; debia de ser la forma de dar clase del nuevo profesor. Suspire y saque un trozo de pergamino y una pluma de águila para ir tomando apuntes. Eche otro vistazo al aula; Slytherin, dos Gryffindor y una Ravenclaw. Lo peor era que no me sonaba casi ninguno. Era indignante que yo estuviese tan desinformado. Sacudí la cabeza para alejar los pensamientos y preste atencion a la clase

Esbocé una media sonrisa de satisfacción al observar que Charlie había entrado a clase. Yo no era la última en llegar tarde y al menos conocía bastante a una persona, y con eso me bastaba para no estar tensa durante toda la clase. No me volvería a permitir llegar tarde a una clase más, a no ser que August necesitara cuidados urgentes.

Guardé una de sus plumas al descubrir que, por mucho que mojara la punta, no escribía absolutamente nada. Había olvidado que sus plumas repelían la tinta para escribir.

Con un suspiro, rebusqué en mi mochila hasta encontrar una pluma normal y corriente, con la que sí podría escribir sin ninguna molestia. Empecé a anotar las exlpicaciones que había dado el profesor Yaxley tirando de mi mala memoria, pero de la aplastante lógica. No era una clase muy difícil, pero temía que la calidad de mi memoria me traicionara como muchas otras veces.

llegue a la clase, abri la puerta y me sente ,le pedi perdón al profesor y me puse a ver las diapositivas