Una noche enfrente la chimenea (Libre)

Entré en la sala común practicamente tiritando. Como apenas conocía el castillo, había tenido la suerte de encontrar en la puerta principal de los terrenos a una chica de Slytherin a la que había venido siguiendo. Eché un vistazo rápido a la estancia. Estaba completamente vacía. Perfecto. Sólo se encontraban allí dos chicas, una de ellas parecía tener mucho frío. No era de extrañar. Iba a ir decidido hacia los dormitorios para poder estar solo un rato más, pero cambié de opinión. Me quité el abrigo, sostiendiendole aún en la mano. Me acerqué sigiloso hacia las dos muchachas, y puse mi abrigo sobre los hombros de la que parecía tener más frio.

- Puedes quedartelo, yo ahora no tengo frio - dije con una sonrisa.

Sin embargo, decidi dejarme puestos la bufanda y los guantes para que el frio no terminara de apoderarse de mi cuerpo.

- ¿Puede preguntarse qué hacen dos chicas solas cuando todo el mundo está por ahí disfrutando del calor del castillo?- dije con una sonrisa, tomando asiento al lado de ambas.

Al poco de poner el abrigo sobre la chica, noté como dejaba de temblar un poco. Después escuché su comentario, y no pude evitar reir como consecuencia. Acerqué mis manos al fuego, todavia con la sonrisa en el rostro. El fuego, reflejaba un conjunto de sombras y luces sobre mi rostro que resaltaba de vez en cuando el color azulado de mis ojos. Fijé la vista en la llama. Siempre me había gustado observar el fuego, desde que era pequeño, junto a Jamie, abrazados en el sofá. Miré alrededor, con la esperanza de que ella estuviera por allí, pensando lo mismo que yo. Pero obviamente, eso no iba a ocurrir. Ahora Jamie tenia otras cosas en las que pensar. Sonreí dejadamente. Quité los guantes de mis manos y los posé a mi vera, todavia sumido en mis pensamientos.

Miré a las chicas que estaban a mi lado, y pude ver lo mismo. Tres mundos diferentes sumidos en aquella preciosa llama. Volví a sonreir.

- Es curioso el poder de abstracción que puede llegar a tener el fuego, verdad? - dije volviendo a mirar aquella hipnótica llama.

La chica desvió su mirada del fuego; había escuchado a la perfección las palabras de la joven. Sonrió con malicia mientras volteaba la pagina de su libro.
-No pueden evitarlo, esta en su naturaleza ser tan entrometidos- empezó a leer aquel libro de runas antiguas, a veces aquella chica solía ser demasiado estudiosa para ser una Slytherine, no era en vano que el sombrero seleccionador hubiese dudado en mandarla a aquella casa en lugar de Ravenclaw.

Habia estado toda la tarde encerrada en el dormitorio ya que los exámenes se acercaban. Necesito urgentemente algo de civilización, asi que decidi bajar a la sala común.

Miré alrededor, para observar quien estaba allí, pero no vi ninguna cara conocida. Observé que cerca de la chimenea habia un grupo de chicos que parecian inmersos en una buena conversación.

Caminé hacia ellos y cuando llegué, les sonrei.

- Hola, ¿puedo acompañarlos? - dije mientras señalaba un sofa que estaba cerca.