Préstamo [Persephone]

Me encontraba en el Callejón Diagon dispuesta a pedir un préstamo para una casa, pues ya era hora de tenerla en vez de gorronear en la de mi hermano. Me perdí por el laberinto de calles y tiendas hasta llegar a las grandes puertas de Gringotts, tan bonitas e imponentes como siempre. Subí las escaleras, entré y me dirigí al mostrador central, contemplando la inmensidad del banco. Cuando llegué, toqué la campanita de mesa un par de veces en espera de alguna atención.

-¿Hola? -pregunté, por si acaso.

Llegó al banco una bruja que ya conocía. Le había vendido un augurey en la tienda de mascotas. La recordaba perfectamente. -Hola, bienvenida a Gringotts. ¿En qué puedo ayudarte?- le dije esperando que me reconociera. Tenía poco tiempo de haber dado a luz, pero no había cambiado sustancialmente como para que no me reconociera.

Tras esperar un par de minutos que se me pasaron enseguida, la voz familiar de una chica llamó mi atención. Reconocía a la muchacha que se posaba ante mí, pues era la dependienta de la tienda de mascotas, aquella que me vendió a mi querido August... Sonreí. Lo último que había visto de ella habían sido sus lágrimas al despedirse del augurey, y desde entonces me preguntaba si solía llorar cada vez que vendía una mascota.

Miré su tripa, notando que aún estaba embarazada. ¿Aún? No sentía el aura del niño que debía estar dentro. No notaba nada... ¿Habría nacido ya, o tal vez...?

Sacudí la cabeza.

-Buenas -saludé de forma amigable-, me gustaría hacer un préstamo para adquirir una propiedad, en el valle de Godric.

-Yo te conozco. Tu compraste un Augurey en mi tienda.- le dije al reconocerla. -Claro, pasa por favor y toma asiento, en breve traeré la documentación necesaria para la adquisición de tu propiedad.- recién había llegado el catálogo de nuevas propiedades disponibles en el Valle, que pensaba mostrarle por si le interesaba alguna.

Off. Perdón mi retraso T_T

On.

Asentí con la cabeza sonriente, contenta de que la dependienta me recordora perfectamente. La verdad es que había pasado mucho tiempo desde la última vez que la había visto.

-August está muy feliz, disfruta mucho de su nueva vida -le comenté antes de que se fuera a buscar la documentación.

Me senté y esperé a que llegara con el catálogo. Cuando regresó, consulté las viviendas disponibles en el valle de Godric, pero ninguna me parecía apta para mi oficio como aurora. No podía vivir en un lugar donde famosos magos ya habían residido, porque podría correr el peligro de que los mortíagos me encontraran allí y me atacaran por sorpresa. Evidentemente, tampoco podía vivir en cualquier sitio. ¿Y si...?

-¿Existe alguna posibilidad de que pueda obtener una propiedad en Little Hangleton? -le devolví el anterior catálogo y esperé su respuesta con una amable sonrisa.

-Me alegra que August esté bien. Yo tuve que traspasar la tienda porque desde que nació mi hijo me he vuelto alérgica al pelaje y plumas de los animales. Ahora me dedico a administrar Honeydukes en Hogsmeade. Es un trabajo más tranquilo porque tengo quien atienda mientras me hago cargo de mi bebé.
Si me permites un momento, voy por el catálogo.- me ausenté unos momentos y cuando regresé le entregué el catálogo.

-¿Little Hangleton?- inquirí. -Ese lugar no es muy agradable para vivir, es una zona muggle.- recalqué, sin embargo me imaginé que ella sabía algo y tenía otros planes para querer vivir en dicho lugar.

-Me alegra que August esté bien. Yo tuve que traspasar la tienda porque desde que nació mi hijo me he vuelto alérgica al pelaje y plumas de los animales. Ahora me dedico a administrar Honeydukes en Hogsmeade. Es un trabajo más tranquilo porque tengo quien atienda mientras me hago cargo de mi bebé.
Si me permites un momento, voy por el catálogo.- me ausenté unos momentos y cuando regresé le entregué el catálogo.

-¿Little Hangleton?- inquirí. -Ese lugar no es muy agradable para vivir, es una zona muggle.- recalqué, sin embargo me imaginé que ella sabía algo y tenía otros planes para querer vivir en dicho lugar.

La miré con sorpresa. ¡Así que ya había nacido el niño! Entonces debía haber sido hace poco, por el volumen de su barriga. Al instante me invadió un alegre sentimiento que me hizo olvidar, por un momento, la angustia de tener que bsucar un hogar fuera de miradas indiscretas.

-¡Enhorabuena! -la felicité con emoción.

Asentí con la cabeza cuando afirmó que Little Hangleton era un lugar poco adecuado para una estancia fija y, además, un auror.

-Lo sé, por eso precisamente necesito una vivienda allí. Por asuntos de trabajo y personales, usted ya me entiende.

-Gracias, de verdad.- le dije por su comentario del nacimiento de mi hijo. -Seguramente puedo encontrar algo que será lo más optimo para tu trabajo. Dame un momento por favor.- le pedí mientras me levantaba de nuevo del escritorio.

-Por supuesto. El tiemop no es de nadie, así que tómese el que haga falta -sonreí.

Mientras la chica buscaba la documentación para mi nueva y todavía no adquirida propiedad, contemplé la estancia que me rodeaba. Mirase donde mirase, siempre veía lujo: joyas, mármol, estructuras enormes y gigantescas, dimensiones grandísimas, cuadros perfectos, esculturas con el más mínimo detalle... Me ponía enferma. Sabía que un banco necesitaba la máxima seguridad para mantener almacenados el dinero y los objetos más valiosos y peligrosos del mundo, pero el lujo que servía sólo de decoración, sobraba.

Y luego había gente pasándolo mal por escasez económico en sus bolsillos. Repugnante.

Regresé con unos panfletos de propiedades muggles. -Esto es algo muy extraño, no pensé que tuvieramos aquí información sobre Little Hangleton, pero al parecer has corrido con suerte.- le extendí las revistas. -Si gustas ver las fotografías. Son un poco diferentes porque no son mágicas, sin embargo alguna de las propiedades puede resultarte atractiva.- me senté mientras ella hojeaba las revistas.

-Oh vaya, pues sí que he tenido suerte. A ver a veeer...

Cogí los panfletos que Persephone me ofrecía y empecé a mirar las fotografías, sin importarme el coste de éstas. Me resultaba un tanto extraño observar propiedades muggles, estando acostumbrada a un lugar rebosante de magia y fluidez. Las estancias eran rudimentarias, aburridas, de un color muy soso y apagado, con jardines mal cuidados. No me gustaban... hasta que la vi. Una casa pequeña de un único piso y completamente blanca salvo el tejado, que era negro. El jardín era precioso desde mi punta de vista: lleno de matojos, con árboles desnudos, rosas blancas por todas partes y un cementerio cercano. Lo que hacía hermosa la casa era la nieve que la rodeaba, que le daba un aspecto elegante y puro. Pequeña y bonita era lo que buscaba.

-Creo que me quedaré con ésta -le señalé la fotografía de la casa que me había fascinado-. ¿Cuánto vale?

Miré la fotografía que me señalaba. -Esta pequeña propiedad cuesta 5000 galeones, sin embargo puede ir financiada a razón de 100 galeones a la semana y un enganche de 1000, para poder obtener las llaves. Nosotros nos encargaríamos de realizar el pago con el dueño muggle. Recibirás las llaves en cuanto des el enganche. En ese tiempo, el banco se encargará de todos los trámites necesarios.- le expliqué mientras anotaba los datos de la propiedad.


(Puedes pasar a visitar tu casa aquí: https://harry-potter-saga.forosactivos.net/f174-casa-de-akyu-loup )