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Rincón de Peter
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Rincón de Peter
Bueno pues a mi también me gusta escribir, y siempre que puedo me encanta impregnar mis hojas en letras con grandes significados. Empiezo novelas que nunca a acaban y trabajo en historias que me cuesta llevar a su fin, porque empiezo con otras diferentes.
Os voy a presentar algo que quedó en el olvido. Se iba a tratar de una novela de sumarais, remontada al antiguo Japón. La trama para situar al lector, es sobre una serie de luchadores (voluntarios o involuntarios) que se reúnen para completar la difícil misión de asesinar al tirado señor feudal. Esta parte es la parte introductoria de una de las protagonistas, Sayumi, que no llevo una vida privilegiada.
Espero que os guste
PASADO DE SAYUMI
Aun recuerdo el último soplo que le di a un diente de león. Como mi mente elaboró mi último deseo. Una petición con la cual mi familia se sentiría orgullosa de mí. Lo que cualquier niña hubiera deseado.
-¡Vamos Sayumi!-me llamó aquella voz sedosa y femenina-¡Es hora de comer!
No pude observar con detenimiento como los pétalos del diente de león se perdían en la lejanía pues mi madre había acatado toda mi atención al haberme nombrado desde el interior de nuestra casa.
Nunca supe que límite tenía el margen en el que me mantenían mis padres. Solo ahora comprendo el porque de nuestra mudanza. Porque abandonar aquella gran mansión en el más esplendoroso Japón para ir a una casita apartada de la sociedad. Un establecimiento de fría madera y piedra colocada apenas en el linde de un majestuoso bosque.
-(Papá!)-grité con brillo en mis ojos mientras me lanzaba a los brazos de mi querido padre.
-Disculpe a nuestra hija-expresó mi madre mientras sus ojos mucho más verdes que los míos se dirigían a los de un hombre no muy joven cuya presencia había pasado inadvertida frente a mí-Sayumi saluda al Sr. Koburo.
-Gomenasai-me disculpé mientras me separaba de mi padre y elaboraba una pequeña reverencia arrodillándome en el tatami y estirando mis manos sobre él.
El gesto del hombre se arrugó mientras unos dientes no muy agradables asomaban a través de la finura de sus labios en forma de sonrisa.
-Que simpática es la pequeña Sayumi-dijo mientras me acariciaba el cabello liso, sedoso y de un color madera brillante-En verdad es como una princesita*-
*Sayumi significa mi princesita
-Es un placer conocerle Sr. Koburo-dije de nuevo mientras me colocaba junto a la mesa y tomaba el cuenco que mi madre me había llenado con ramen.
-Sayumi él es un viejo amigo de tu padre-dijo mi madre mientras acariciaba la mano de mi padre y ambos fijaban sus miradas en mí.
Entonces supe que algo estaba pasando al instante. Aquella actitud fue la misma que adquirieron cuando el comprador de mi antigua casa compartió su almuerzo con nosotros. Sus miradas eran exactamente iguales que las que utilizaron justo antes de comunicarme que teníamos que marcharnos de allí.
-¿Qué ocurre (mamá)?-pregunté apartando el cuenco y mirando con seriedad a mis padres.
-Es una chica lista-dijo el Sr. Koburo mientras bebía un poco del sake con el que mi padre le había deleitado.
-Se parece a su madre-sonrió mi padre.
-Hemos pensado que deberías de ir una temporada a vivir con el Sr. Koburo-expuso mi madre-Estar rodeada de tanta vegetación quizá pueda llegar a trastornarte mi niña.
Los ojos de mi madre brillaban a cada palabra que decía al mismo tiempo que su garganta se atascaba con brusquedad. Estaba a punto de llorar por lo que era imposible que aquello fuera el significado de mi viaje.
-¡Mientes!-grité frustrada comprendiendo como una vez más se aprovechaban de mi inocencia.
-Tu madre no miente pequeña Sayumi-dijo el hombre mientras acariciaba mi rostro enfurecido- Esa es una de las partes de que te tengas que venir conmigo-
-¿Y las otras?-pregunté mientras me miraban con sorpresa-¡Sí! ¿Las otras partes?-
-Eres demasiado pequeña para comprenderlas mi niña-dijo mi padre.
-¡No soy pequeña!-protesté pensando que podía convencerles para quedarme con ellos-¡Ya tengo seis años!-
Rompieron a reír para después seguir comiendo ignorando mis protestas. Y siguieron haciéndolo incluso cuando nuestro trasporte llegó a la puerta. Un hombre delgado el cual llevaba a cuestas un carro en donde podíamos sentarnos.
-Despídete de tus padres-dijo el Sr. Koburo mientras me acariciaba la pierna con una de sus manos arrugadas por la crueldad de los trabajos que hubiera desempeñado en su pasado.
-No-dije enfadada-No quiero que parezca que no los voy a volver a ver-
Entonces el muchacho comenzó a caminar dejando atrás a mis padres que rompían a llorar. Mi casa se perdió en la lejanía mientras la ciudad aparecía poco a poco al final del camino.
-Es que,… no los vas a volver a ver-dijo él.
Entonces perdí los estribos. Intenté escapar pero no pude y cuando mis llantos llegaron a su límite no pude evitar emitir grandes gritos. Justo en ese momento fue cuando la mano de aquel hombre me golpeó con brusquedad.
Sus ojos me miraban como si fuera a secundar el movimiento si repetía alguno de mis malos gestos.
-Ahora me perteneces a mí-dijo-Y pronto serás carne de la grandiosa Katsura-
Como podeis ver, aun no está finalizado, el documento original es más largo. Pero tampoco quería aburriros a si que cuando querais subo la continuación
Os voy a presentar algo que quedó en el olvido. Se iba a tratar de una novela de sumarais, remontada al antiguo Japón. La trama para situar al lector, es sobre una serie de luchadores (voluntarios o involuntarios) que se reúnen para completar la difícil misión de asesinar al tirado señor feudal. Esta parte es la parte introductoria de una de las protagonistas, Sayumi, que no llevo una vida privilegiada.
Espero que os guste
PASADO DE SAYUMI
Aun recuerdo el último soplo que le di a un diente de león. Como mi mente elaboró mi último deseo. Una petición con la cual mi familia se sentiría orgullosa de mí. Lo que cualquier niña hubiera deseado.
-¡Vamos Sayumi!-me llamó aquella voz sedosa y femenina-¡Es hora de comer!
No pude observar con detenimiento como los pétalos del diente de león se perdían en la lejanía pues mi madre había acatado toda mi atención al haberme nombrado desde el interior de nuestra casa.
Nunca supe que límite tenía el margen en el que me mantenían mis padres. Solo ahora comprendo el porque de nuestra mudanza. Porque abandonar aquella gran mansión en el más esplendoroso Japón para ir a una casita apartada de la sociedad. Un establecimiento de fría madera y piedra colocada apenas en el linde de un majestuoso bosque.
-(Papá!)-grité con brillo en mis ojos mientras me lanzaba a los brazos de mi querido padre.
-Disculpe a nuestra hija-expresó mi madre mientras sus ojos mucho más verdes que los míos se dirigían a los de un hombre no muy joven cuya presencia había pasado inadvertida frente a mí-Sayumi saluda al Sr. Koburo.
-Gomenasai-me disculpé mientras me separaba de mi padre y elaboraba una pequeña reverencia arrodillándome en el tatami y estirando mis manos sobre él.
El gesto del hombre se arrugó mientras unos dientes no muy agradables asomaban a través de la finura de sus labios en forma de sonrisa.
-Que simpática es la pequeña Sayumi-dijo mientras me acariciaba el cabello liso, sedoso y de un color madera brillante-En verdad es como una princesita*-
*Sayumi significa mi princesita
-Es un placer conocerle Sr. Koburo-dije de nuevo mientras me colocaba junto a la mesa y tomaba el cuenco que mi madre me había llenado con ramen.
-Sayumi él es un viejo amigo de tu padre-dijo mi madre mientras acariciaba la mano de mi padre y ambos fijaban sus miradas en mí.
Entonces supe que algo estaba pasando al instante. Aquella actitud fue la misma que adquirieron cuando el comprador de mi antigua casa compartió su almuerzo con nosotros. Sus miradas eran exactamente iguales que las que utilizaron justo antes de comunicarme que teníamos que marcharnos de allí.
-¿Qué ocurre (mamá)?-pregunté apartando el cuenco y mirando con seriedad a mis padres.
-Es una chica lista-dijo el Sr. Koburo mientras bebía un poco del sake con el que mi padre le había deleitado.
-Se parece a su madre-sonrió mi padre.
-Hemos pensado que deberías de ir una temporada a vivir con el Sr. Koburo-expuso mi madre-Estar rodeada de tanta vegetación quizá pueda llegar a trastornarte mi niña.
Los ojos de mi madre brillaban a cada palabra que decía al mismo tiempo que su garganta se atascaba con brusquedad. Estaba a punto de llorar por lo que era imposible que aquello fuera el significado de mi viaje.
-¡Mientes!-grité frustrada comprendiendo como una vez más se aprovechaban de mi inocencia.
-Tu madre no miente pequeña Sayumi-dijo el hombre mientras acariciaba mi rostro enfurecido- Esa es una de las partes de que te tengas que venir conmigo-
-¿Y las otras?-pregunté mientras me miraban con sorpresa-¡Sí! ¿Las otras partes?-
-Eres demasiado pequeña para comprenderlas mi niña-dijo mi padre.
-¡No soy pequeña!-protesté pensando que podía convencerles para quedarme con ellos-¡Ya tengo seis años!-
Rompieron a reír para después seguir comiendo ignorando mis protestas. Y siguieron haciéndolo incluso cuando nuestro trasporte llegó a la puerta. Un hombre delgado el cual llevaba a cuestas un carro en donde podíamos sentarnos.
-Despídete de tus padres-dijo el Sr. Koburo mientras me acariciaba la pierna con una de sus manos arrugadas por la crueldad de los trabajos que hubiera desempeñado en su pasado.
-No-dije enfadada-No quiero que parezca que no los voy a volver a ver-
Entonces el muchacho comenzó a caminar dejando atrás a mis padres que rompían a llorar. Mi casa se perdió en la lejanía mientras la ciudad aparecía poco a poco al final del camino.
-Es que,… no los vas a volver a ver-dijo él.
Entonces perdí los estribos. Intenté escapar pero no pude y cuando mis llantos llegaron a su límite no pude evitar emitir grandes gritos. Justo en ese momento fue cuando la mano de aquel hombre me golpeó con brusquedad.
Sus ojos me miraban como si fuera a secundar el movimiento si repetía alguno de mis malos gestos.
-Ahora me perteneces a mí-dijo-Y pronto serás carne de la grandiosa Katsura-
Como podeis ver, aun no está finalizado, el documento original es más largo. Pero tampoco quería aburriros a si que cuando querais subo la continuación
Peter Aure
268
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Re: Rincón de Peter
Bueno como nadie comenta lo haré yo
Esta muy chida!
Esta muy chida!
Samara Erín
32
Edad :
La reencarnación de la belleza cubierta por una coraza de hielo
Boggart :
44
Cantidad de envíos :
Re: Rincón de Peter
El miembro 'Samara Erín' ha efectuado la acción siguiente: ¡Probar suerte!
'Ataque' : 5
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ADMIN2
1127
Cantidad de envíos :
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