Ser un Malfoy

Para ser un Malfoy hay que tener estilo. Nada de esos pensamientos pesimistas o dudas por siquiera unos segundos. Nosotros nacimos superiores a los demás. Es algo tan simple y natural que la gente se ordenaba a nuestro alrededor, hechos para seguir órdenes, o al menos… casi todos.

Desde la primera vez que la vi supe que ella no seria fácil de dominar, su mirada fría y esa actitud de que nada ni nadie podía pasar de la imagen que quería proyectar fue un reto desde el principio.

No tenia que olvidar tampoco que era hermosa, su cabello rubio y largo… esos ojos azules que parecían brillar con una luz misteriosa, ese cuerpo perfecto. Se sabia que era parte veela y nadie podía evitar al final aclamarla, aun cuando nunca fuera demasiado agradable.

La primera vez que la vi, también pensé que era preciosa, que casi se podía comparar conmigo… sentada en la orilla del lago lo miraba, su cabello era movido por la suave brisa y en sus ojos había tal tranquilidad que no dude que debía romperla. Tal vez, era solo una excusa para hablarle.

Recuerdo como me acerque, con la cabeza en alto como buen Malfoy, nunca menos que nadie, aun esta belleza debía inclinarse ante mi apellido y mi sangre pura. No me sentaría a su lado, decidí, no me pondría a su nivel, pero aun así, ella debía ser mía.

-No debes exigir nada, odio las chicas que lloran así que no lo hagas, espero la mejor actitud con mis amigos, no quiero que ellos crean que salgo con una chica de mal gusto así que mantente arreglada.- empecé a describir como quería que fuera, obviamente, ella daría lo que sea por ser mi novia y yo lo aceptaba, claro, con unas condiciones.
-¿Disculpa?- pregunto mirándome fríamente, se levanto del piso e inmediatamente note en ella la tensión.
-¿No escuchaste?- pregunte alzando una ceja con burla.- No me gusta repetir, quiero que cuando te hable estés atenta.
-Solo le presto atención a la gente importante, discúlpame, tú no cabes en esa gente.- aunque sus palabras eran cortantes poseía un gran autocontrol, aun con ese suave ceño fruncido se veía hermosa.
-No tienes que fingir que eres difícil, obviamente quieres ser mi novia y esta bien, pero deberás seguir mis condiciones.- pensé de nuevo en mis condiciones y cuando se las iba a contar me detuvo su risa.
-Yo no te quiero- me dijo con burla y yo entrecerré los ojos, su actuación de chica difícil me estaba molestando.- Ni siquiera se quien eres, así que vete, me interrumpes.
-¿Me dirás que no haz estado toda esta semana tratando de llamar mi atención?- pregunte sin una mínima de duda, la había visto, siempre alrededor mío.
-No, no lo he estado haciendo… y ¿Sabes?- lo pensó unos segundos.-creo que ya ocupaste mucho de mi tiempo, ¡piérdete!
-Eres una tonta.- dije riendo, si, por unos segundos había pensado que en realidad no quería estar conmigo, pero era una estupidez, ella me quería y solo actuaba.- me gustas así, espero no aburrirme, pero si lo hago habrá formas de entretenerme.
-Estas loco…- me dijo mirándome curiosamente, se sentó de nuevo en la orilla ignorándome supuestamente, aunque supe que ella realmente esperaba que estuviera junto a ella, decidí no decepcionarme y me senté.
-Entiende que no siempre te mimare, solo por ser el inicio de nuestra relación.- le advertí, ni que pensara que siempre me sentaría en el piso. Mire con desprecio al piso que no merecía mi cuerpo sobre el y me senté. Tendría que botar este pantalón.
-¡Por Merlin! ¿Es que no puedes irte?- pregunto fastidiada y yo la ignore, estaba acostumbrado a que las chicas quisieran llamar mi atención, tanto con coqueteos como con fingidas peleas.
-Te ves mas bonita callada, Aricia.- le dije sin una pisca de duda, me eche en el piso, si, también tendría que botar la camisa.
-Yo siempre me veo bonita.- respondió fríamente, voltee mi mirada hacia ella ¿De verdad…?
-He dicho que más bonita te ves callada, Aricia, así que obedece.- sentía cierta desprecio por las mujeres que se creían igual que los hombres, ellas debían estar calladitas y tranquilas a nuestros deseos.
-Sabes… no soporto un segundo mas contigo, me voy.- se levanto refunfuñando y me reí, me levante y antes que se fuera la tome de la cintura y la atraje hacia mi, le di un suave beso en la boca y la deje ir.
Sus ojos brillaron, había algo peligroso en ese brillo, pero no me importo, éramos novios por lo obviamente la besaría cuando quisiera.
-¿Cómo te atreves…?- levanto la mano y reconocí de inmediato lo que iba a hacer así que tome su mano antes que me tirara una cachetada. Debí saber que no se quedaría así, con la otra mano me tiro una cachetada que ardió en mi mejilla.- No te acerques mas a mi…- me amenazo fríamente.

Un Malfoy no tiene ni un momento de duda y siempre tenemos lo que deseamos aun cuando lo que deseamos no desea estar con nosotros. Saque mi varita rápidamente y la desmaye, cayo en mis brazos y la sostuve unos segundos en mis brazos, hermosa…, pero no seria de utilidad hasta que le enseñara quien era el jefe.

La lleve cargada hasta la sala de los menesteres y me sorprendí de lo ingenuos que eran las personas de este colegio, ingenuos o totalmente hipócritas, me miraron cargándola y después alejaron su mirada como si esto no fuera su incumbencia, tenían razón.

Con delicadeza la senté en el muido sillón y aunque lo dude por unos segundos la amarre con magia al sillón para evitar sus movimientos. Aparecí otra silla y me senté frente a ella, su rostro se veía extrañamente angelical, con los ojos cerrados y el cabello cayendo en suaves hondas… apoye mi rostro en mis manos.

Poco sabría decir cuantas horas pase mirándola, podría decir que estaba evaluando mi próxima compra, Aricia como cualquier cosa que me perteneciera debía ser perfecta para mí y me debía adorar como todo lo mío.

Lentamente, empezó a abrir los ojos, levante la cabeza y mi corazón empezó a latir rápidamente, me vería y tendría que decir que me adoraba. Al verme, al principio vi su confusión, pero al ver alrededor sus ojos se enfriaron.

-Libérame…- dude por unos segundos y eso me molesto, por unos segundos quise hacerlo, pero recordé que no lo haría, no aun.
-No hasta que me digas que me adoraras.- respondí con una sonrisa burlona ¿Quién tenia el control, querida?
- Me das asco, nunca te podría siquiera querer, ahora libérame y no seré demasiado mala.- negué con la cabeza y empecé a alejarme.
-Supongo que mañana tendrás otras perspectivas, no me gustaría tenerte aquí muchos días.-
-¡Espera! ¿Me dejaras aquí?- por fin sentí algo de humanidad en su voz y al voltear necesite todo mi autocontrol para no sonreír.
-No si me adoras…- respondí suavemente, me acerque a ella ya que se mantuvo callada y acaricie su rostro, miro hacia otro lado y en su rostro había algo parecido al asco. Fruncí el ceño y me aleje.- Disfruta del cuarto maravilla, he especificado que nadie aparte de mi pueda encontrarte.

Pedí una puerta que me llevara a un cuarto más pequeño donde pudiera ver lo que pasaba en esta, sin que me viera ella y entre. Me acerque al vidrio que me mostraba a Aricia, no la dejaría aquí sola ni sabiendo que nadie la encontraría. Debía domarla, pero no matarla.

Escuche sus gritos, me senté en el sillón y la mire fijamente por horas, era extraño como cuando nadie estaba a su alrededor mostraba toda la humanidad que no parecía existir cuando hablaba con otros. Sus gritos poco a poco se detuvieron y los reemplazo las lagrimas, eso me hiso levantarme de inmediato. Sin pensarlo, abrí la puerta y corrí hacia ella.

Levanto la mirada y después miro hacia otro lado tratando de ocultarme sus lagrimas, pero era demasiado tarde, corrí hacia ella y bese su rostro, adorando cada parte de ella, seque sus lagrimas con delicadeza, ella no parecía querer luchar y yo lo agradecía, pues nunca me había comportado así, nunca me había importado el dolor ajeno.

-Déjame libre, Malfoy.- por primera vez dijo mi apellido y yo reí suavemente, así que no sabía quien era yo.
-Aparentas ser tan fría… inhumana…- ella bajo la mirada y yo con un dedo levante su vista hacia mi.- pero aun eres una chica y aunque nunca lo admitas… debes ser protegida.- la envolví en mis brazos y bese sus mejillas.- Déjame cuidarte, Aricia… - acerque mi boca a la suya y el beso que antes había sido tan frio se sintió ahora tan cálido.
Saque mi varita y la desamarre, espere que sus manos se envolvieran en mi cuello, pero en cambio, sin darme cuenta, todo se volvió negro.

Al despertar, ella me miraba con una sonrisa, baje la mirada y no me sorprendí de verme amarrado como ella lo había estado antes.

-¿Realmente creías que te besaría sin ningún objetivo?- pregunto ella, pero no sentí en su voz la frialdad de antes, su varita estaba en su mano y la mía en su bolsillo.
-¿Me dejaras aquí?- pregunte sin ningún tipo de miedo.
-Yo no volveré por ti, Malfoy, te dejare morir aquí por atreverte a tocarme.-
-Creo que el castigo es demasiado injusto, pero aun así lo acepto.- los Malfoy siempre nos salvamos, si en un momento sentía que realmente estaba en peligro aun con miles de hechizos anti aparición aparecería en mi casa en segundos.
-Pues bien…- dijo ella, me miro por unos segundos y camino lentamente hacia la puerta, volteo a mirarme por última vez y se fue.
-La parte mala… ella no podrá encontrar de nuevo este cuarto porque especifique que solo yo podría encontrarlo.- dije en voz alta pensando.- la parte buena, aun no siento peligro…

Me debí quedar dormido unas horas, pues al despertar me moría de hambre. Un Malfoy comía en horarios rígidos y yo debía haberme pasado una o dos comidas. Pedí a la habitación un cuchillo en mi mano y apareció suavemente, empecé a cortar la cuerda y cuando por fin me libere, me estire unos minutos.

Mire la puerta por unos segundos y solo por curiosidad me dirigí hacia la otra habitación. Aricia dormía en el sofá con una pequeña sabana sobre ella. Negué la cabeza con una sonrisa, tal vez… nuestra relación no estaba del todo perdida. Con un suspiro, volví al sofá y pedí al cuarto amarrarme como antes.

Con una sonrisa, espere a que ella se levantara.

Me encanto genial genial te amo Helena

Querida Helena, no sé si matarte o reír; creo que puedo matarte mientras río.

Debo decirte que me gusto esa forma tan... peculiar en la que me describiste. ¿de verdad soy asi? [siento que he realizado mis metas ]

-Aparentas ser tan fría… inhumana…- ella bajo la mirada y yo con un dedo levante su vista hacia mi.- pero aun eres una chica y aunque nunca lo admitas… debes ser protegida.- la envolví en mis brazos y bese sus mejillas.- Déjame cuidarte, Aricia… - acerque mi boca a la suya y el beso que antes había sido tan frio se sintió ahora tan cálido.
Saque mi varita y la desamarre, espere que sus manos se envolvieran en mi cuello, pero en cambio, sin darme cuenta, todo se volvió negro.

Al despertar, ella me miraba con una sonrisa, baje la mirada y no me sorprendí de verme amarrado como ella lo había estado antes.

Esa creo que fue de mis partes favoritas, seducción con engaño... mi especialidad, maybe (?)
Y por cierto, creo que describiste a Malfoy... más humano de lo que era... okno. Técnicamente captaste su... esencia, aunque fue débil al verme llorar... pero después de todo ¿quien no?.

En fin, si fuera Fanfiction estarías en mis favoritos, aunque en mi mente lo estas.

Gracias y nuevamente, me encanto.

jajajajajajajajaajaj xD si eres IGUAL!!!!! .-. o al menos yo te veo asiiiii aparentas ser tan inhumana, pero por dentro eres muy dulce y mas preciosa que tu fisico exterior *W* xDD Malfoy hubiera dejado llorando a cualquiera, pero con ello quiero decir que tu le eras diferente, que sentia algo por ti aun cuando ni a el mismo quisiera aceptarloooo!

Gracias Luna siempre estas leyendo todos mis fanficss xDDD aun cuando escriba mas pesimo que rana congelada

buenisima