¿Te atreves? [Luna]

Me estremecí cuando sentí su tibio aliento cerca de mi oreja. Era una teoría convincente para mí. Resultaba ser que mi amor platónico era una chica lista y agradable, toda una ravenclaw.

Avanzamos los dos hacia la casa, claro que ella se notaba más decidida que yo al avanzar. No sabría decir si fue por nerviosismo, ansias o una fuerte curiosidad, pero resultaba útil.

Puertas y ventanas estaban cerradas con tablas por doquier, pero eso no impedía tomar cartas en el asunto, por lo que tomé la mano de Luna con mayor firmeza y la hice hacia atrás con suavidad. AL principio me miró sin entender nada, pero yo le sonreí dándole a entender que sabía lo que hacía y que confiara en mí.

—Tendremos que hacer una entrada nueva —dije sacando mi varita y apuntando a un rincón— Flipendo.

Como no era un hechizo muy potente, abrió una pequeña apertura en la pared sin causar mayores destrozos. Estábamos listos para ingresar.

Mientras caminabamos trataba de planear algo para entrar sin ser descubiertos pero la mano de Hydrus me detuvo, lo miré un tanto confundida ( ya que habia sido algo totalmente inesperado). El me sonrio e instantes despues su varita sacó unos destellos anaranjados provocando que se habriera un agujero en la casa.

La temperatura comenzaba a descender, o almenos eso me pareció cuando noté que castañeaba los dientes.
Había perdido la noción del tiempo, ¿ cuantas horas llevabamos en Hogsmeade? . Y a pesar de que comenzaba a oscurecer, no le tomé imortancia, después de todo, era aun mñas interesante entrar a un lugar embrujado de noche, cierto?.


_ Supongo que las damas primero - Sonreí sin esperar su respuesta y entré. Me quedé helada por unos segundos, era aun más espantosa de lo que imaginé. Estaba oscura y humeda, como la boca de un lobo hambriento esperando por una presa.


De inmediato saqué mi varita de la gabardina.
_ Lumos - susurré el encanto y me dí la vuelta para esperar a Hydrus . - Hydrus? Dime por favor que sigues ahí.

Sorprendentemente entró ella primero ayudada por un "lumos" bien pronunciado. Estuve a punto de entrar tras ella casi pegado, pero luego pensé que estaba muy nerviosa y que para sacarla de sus casillas un rato podía darme el lujo de jugar un poco con ella, además así podría coquetearle de una manera sutil a esa chica asiática que había llamado mi atención desde que la vi entrar a Hogwarts en primer año.

—¿Hydrus? Dime por favor que sigues ahí —la escuché decir.

Tal vez estaba siendo un poco cruel al dejarla en la oscuridad, pero sería por sólo un par de segundos más. Luego de ese breve tiempo y al escuchar que la respiración de Luna se agitaba por el miedo, decidí entrar de golpe en medio de la oscuridad y la tomé de los hombros.

—¡Luna! —dije asustándola.

Ella se sobresaltó de inmediato y me reí al ver que casi daba un brinco.

—Lo siento, Luna. Sólo era para que te soltaras un poco y entraras más en confianza con la casa —me excusé sin apartar mi sonrisa del rostro.

No obtuve respuesta de inmediato, estaba a punto de correr despavorida cuando Hydrus me tomó por los hombros y dijo mi nombre. Sentí como si mi corazon se hubiese detenido.
Cuando alcé el rostro pude notar una sonrisita de satisfaccion mientras se excusaba. Vaya, despues de todo el caballero galante tenía sentido del humor. Sin pensarlo pegué mi rostro en su pecho y lo rodeé con mis brazos, noté que los latidos de su corazon estaban un poco acelerados.


_ Casi muero del susto, pensé que iba a ser asesinada por un mortifago. - sonrei y me separé un poco para poder ver su expresión. - Bueno, ya estamos dentro. Quieres investigar más?

Mi intento por asustarla había dado frutos. No sólo había conseguido que se corazón se exaltara y comenzara a latir cada vez más rápido, sino que también había logrado que ella se apegara a mi pecho buscando refugio, a lo que reaccioné acariciando su espalda como si estuviera tranquilizándola.

—Descuida, no dejaría que fueras atacada por un mortífago. Aquí tienes a Hydrus para defenderte —le dije sonriente en medio de la oscuridad.

Me llamaba la atención el hecho de que no hubieran ruidos en la casa. Era como si todos los rumores que decían de ella fueran falsos, o eso parecía. Estábamos allí para investigar y claro, también para compartir algo con una carga adicional de adrenalina.

—Todo parece estar en silencio —dije mientras iluminaba la estancia con mi varita— Sólo hay una forma de averiguar si de verdad esta casa está embrujada o la habitan mortífagos malvado —dije con un tono aterrador.

Si Hydrus no lo hubiera mencionado no habría notado que la casa de los sustos estaba en completo silencio. Los ruidos que habias escuchado desde el exterior habian desaparecido. Me puse aun más nerviosa y mi valentia se fué a los suelos. Busqué nuevamente la mano de Hydrus y la aprete con fuerza.


_ Te seré sincera, estoy comenzando a inquietarme - respiré ondo y seguí. - Pero creo que debemos seguir.

Bueno ya estabamos adentro, que más podiamos perder? El sonrio y nos encaminamos hacia lo incierto. Por momentos se escuchaba crujir la madera lo que provocaba que mi piel se erizaba.

Ella tenía miedo. Lo podía sentir en el contacto de nuestras manos. La suya temblaba levemente, pero lo suficiente como para sentirla. Afirmé su mano más a la mía para transmitirle tranquilidad. Lo admirable de Luna era que a pesar de todo quería continuar y seguir adelante, es decir, cumplir lo que habíamos dicho de explorar el lugar y descubrir qué causaba esos ruidos.

—Vamos Luna, no temas —dije sonriéndole— No te pasará nada conmigo y si hay algún peligro, primero tendrá que pasar por mí antes de llegar a ti, ¿entendido?

Con eso subimos las escaleras conmigo adelante alumbrando con mi varita. No sentía muchos ruidos, pero Luna aseguraba que estaban ahí. Tal vez era porque los nervios nos hacían imaginar cosas en nuestras cabezas o porque ella notaba cosas que yo no.

No pude evitar sonreir cuando dijo con un tono dulce que el me protegeria.

_ Solo te hace falta la armadura para ser un noble caballero. - Si, en definitiva entendía porqué la mitad de las chicas de mi casa ( e incluso de otras ) suspiraban al escuchar y ver a Pegasus. - Pero no te preocupes, que sé defenderme sola... Claro que no me importaría ser rescatada por tí.

Solté una risita nerviosa al decir lo último. ¿ qué tenia de malo intentar coquetearle a Hydrus? Podría aminorar el miedo con mi inocente y poco experimentado coqueteo. Cuando llegabamos a la segundda planta me sentía más tranquila al comprobar que no había nada tenebroso, solo había muebles rotos por todas partes cubiertos por una gruesa capa de polvo y grafittis de demás valientes que se habían atrevido a entrar.

Reí cuando me comparó con un noble caballero. Quizás porque en el fondo quería ser eso. Proteger aunque sabía que Luna era suficientemente valiente y segura como para no necesitarme, pero de todos modos quería que supiera que estaba allí. No tenía nada de malo y menos cuando a ella no le molestaba que estuviera de su lado.

—Me gustaría rescatarte —admití mientras llegábamos a la segunda planta y los rayados de las paredes resplandecieron bajo la luz de mi varita— Aunque al decir verdad, me gustaría ser más fuerte para poder rescatarte de cualquiera. Así como estoy ahora no soy una gran amenaza para los de afuera.

Claro que me refería a Voldemort y a todos esos engendros que causaban destrozos. Debería estar tranquilo porque Luna era de sangre pura, pero también tenía en cuenta que esos monstruos no sabían diferenciar cuando se trataba de fidelidad. No importaba tu ni clase ni el estatus de tu sangre. Sólo importaba a quién eras leal.