no es tan normal ver a un chico llorar (libre)

Gritar, esa era palabra que significaba tantas cosas y a lavez tan pocas. Gritar eso era lo que quería en estos momentos. Corrí lo más lejos que pude no quería parar ni siquiera mirar para atrás al ver a todos los niños con los que me había topado y algunos casi se caen al suelo al perder el equilibrio. Yo seguía corriendo hasta que frené en seco pues había llegado al lago y casi me caia dentro y no tenía ganas de bañarme en pleno enero.
Me senté ocultando mi rostro entre mis manos y grité. Las lágrimas se me cayeron por la cara cerré los ojos y esperaba que nadie viniera a tocarme las narices más de lo que estaba.

Volví a mirar para el lago, aún las lágrimas me caían por la cara, un frisbie venía hacía mi cara, y como buen chico en vez de pararlo y lanzarselo a su dueño saqué la varita apunté hacía el objeto y pornuncíe un hechizo -finite incantatem- El fribie se rompió en mil pedazos, guardé la varita. Las lágrimas seguian cayendose por mi rostro y recordé el motivo de mi tristeza, mi padre. Un ser que me transformó en un mosntruo. Él fue el que me puso en Slytherin y no en Gryffindor. ÉL fue el que no supiera lo que es amar. Un ser que nisiquiera es mi padre y nunca lo consideraré como tal.

Cada vez hacía más frío, y yo seguía allí sin moverme a ningún lado pues no encontraba más tranquilidad que la que me daba el lago. La nieve crujia con mis pisadas. "Gritar, una palabra que casi todo el mundo lo hemos experimentado más de una vez" pensé.

Acaba de conocer a una persona muy especial en las cercanías del Bosque Prohibido. Ethan no era un ser social, sino todo lo contrario. No tenía amigos, y rara vez dialogaba con alguien. Pero aquel día era diferente. Charlie Litteton había llegado al corazón del Cooper y habían hablado de cosas que nunca había mencionado frente a nadie. Pero aquel encuentro había terminado, y ahora el Slytherin se dirigía al castillo. Pero en el trayecto, escuchó de repente un grito desolado. Ethan se paralizó en el lugar mientras contemplaba el trayecto de un frisbie que volaba por los aires. El Slytherin buscó a su dueño, pero no había nadie de donde venía el objeto volador. Era evidente que alguien lo había encantado y este se movía sin la necesidad de alguien que lo lanzara. Sus ojos siguieron el recorrido del frisbie hasta que escuchó claramente la invocación de un hechizo que dio directamente en el objeto y este estallo en mil pedazos.
El chico no sabía por qué, pero sus piernas comenzaron a moverse, como si tuvieran voluntad propia. Cuando llegó a pocos metros de distancia del lago pudo ver que un muchacho, que tenía la varita en sus manos, le daba la espalda y miraba en dirección a las profundas aguas.

- Oye, ¿estás bien? -, preguntó Ethan, sin saber qué era lo que lo impulsaba a hablar.

Me dirigìa al lago, queria estar sola, la verdad, el compromiso de Sasha y de Vallois, la tristeza de Erick, me ponia mu triste y furiosa, no me gustaba que mis hermanos estuvieran haciendo las cosas por obligacion, cuando escuchè voces a mi alrededor, mirè en direccion a donde venian las voces, viendo a 2 Slytherins, me levantè y me encaminè a ellos...

- Hola, disculpa, te ocurre algo? *Dije mirando al chico que habia gritado, se le veia algo... Confundido?* Sabes que esto te puede animar un poco, pase lo que pase...

Le entregue una bolsita llena de caramelos, eso siempre animaba a las personas, bueno, al menos a mi si me animaba...

- Deseas hablar de algo? Bueno *dije sonriendole* Puedes contar conmigo, si lo deseas...

Me sentè a su lado, sonriendole, y en silencio...

"Mi gozo en un pozo" pensé la ver a un chico que se acercaba a mí. Me sequé las lágrimas como pude, pues no quería que me viera llorar y menos a un slytherin. - Sí, me encuentro estupendamente- Le dije al chico sin mirarle pues no quería que me viese la cara roja como un tomate. - Me llamo Rubén.- le dije a medida que apareció una chica y se sentó en mi lado. Me ofreció caramelos, desde luego aquí se podía notar la amistad de las personas, amistades de las cuales yo no había hecho ni una.

- Gracias por los caramelos pero eso no me va a cambiar el estado de animo- y se los devolví.
No quería nada, no me apetecía nada, y menos hablar. No me gustaba la presencia de la chica pues todos los de su casa me caían mal y no eran dignos de estar en este prestigioso colegio, pero eso era algo que yo no lo podía evitar asique no tenía más remedio que aguantarme.

Esto sique no me lo podía ni imaginar. Una hufflepuff ofreciendo ayuda a un Slytherin esto era digno de verse. Había silencio y solamente se podía escuchar el viento en los árboles. Ellos querían hablar,hablemos pues.- Está bien. Hablemos- Les dije en un tono serio, y mi voz se heló, pues a estos extraños le iba a contar mi historia.

Off: Hagamos un sistema de turnos... Ahora voy yo, luego Shalimar y por último Rubén, y así sucesivamente. Qué dicen?

Ethan conocía muy bien el sufrimiento, era su fiel compañera desde los ocho años. El chico estaba mintiendo, era evidente. Aunque le dijera que se encontraba estupendamente, el Cooper sabía que era mentira. Y pensaba decírselo cuando terminó de presentarse, pero algo lo interrumpió. Una chica de Hufflepuff se había acercado y también le preguntaba a Rubén si se encontraba bien. Era evidente que el chico no era buen mentiroso, no podía engañar a nadie. Ethan miró como la muchacha le ofrecía caramelos y luego se sentaba en el césped sonriendo.
Le realidad se hacía presente. El chico había admitido que los caramelos no le harían cambiar el estado de ánimo. Ethan nunca en su vida había consolado a nadie, es más, pocas veces hablaba con las personas.

- A veces no hace bien hablar. Sólo tienes que hacerlo en el momento indicado, sino no servirá de nada. -, le dijo el chico cuando Rubén había indicado que si era lo que querían hablarían.

El pequeño rubio había dicho aquellas palabras como una sentencia. Él creía que era mucho mejor guardar los recuerdos, el sufrimiento y las lágrimas. Pero aquel día había conocido a un Gryffindor que había cambiado aquella creencia. Es por eso que él decía que las cosas debían ser contadas en el momento preciso, sino no servirían de nada.

Los mirè en silencio, evaluando la situacion, Hablar en el momento preciso, tenia sentido, pero en mi caso... Nunca me sirvio de nada, siempre postergada en bien de Vallois, pero no podia odiarlo por eso, el era bueno con nosotros, ademàs, tampoco habia buscado tener su posición en el clan...

- Si bien puede que no sirva de nada Cooper, al menos te sacas eso de adentro, y puedes continuar, creeme, sè por que lo digo *Dije pensando en Vallois* Las palaras solo sirven si tù, por voluntad propia las dejas salir de tus labios, de lo contrario, no, no sirven de nada...

Tal vez lo habian pasado mal en la vida, yo que sè? Lo que si tenia claro, era que ser un Winchester era una maldicion horrible... Preferì callar, siguiendo el ejemplo de Vallois, hablando solo si alguien se interesaba... Despues de todo, nuestra familia era nuestra peor maldicion...

- Bueno, pues puedo decirles esto, porque nosotros, los Winchester, estamos malditos por nuestra propia familia... *Dije mirando fijamente al lago* Asì que... Que puede ir peor que las cosas para nosotros?

Ok, no querìa ponerme de victima, pero es que si tu propia familia te rechazaba por ser quien eras, no veìa que podia ser peor...

Caminaba dando saltitos por el lago pero algo me hizo parar, a lo lejos había dos chicos consolando a un chico. Me acerqué a ellos no me gustaba ver a un chico triste. - Ho..Hola, chicos- Les dije a medida que me acercaba a ellos. - El chico está tris...triste, lo dicen sus ojos- Y me paré delante de él. Era Slytherin y seguro que era un poco orgulloso. - Ah se me olvidada- y me di una palmada en la frente - me..me llamo Burbuja-

Me senté al lado de él y le pasé una mano por la espalda no lo conocía de nada pero me daba igual. Me quedé en silencio al igual que estaba todos esperando que contaba. Por su cara se podía ver que ha sufrido mucho. Y ver a un chico así es muy triste. - Chico, no estes triste, la vida es de..demasiado bonita como para que estes triste- y le sonreí de medio lado.

Volví a mirar el lago en silencio, esperando que contase algo. Esperando para animarle.