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Mensaje por Elizabeth Black Miér Mayo 02, 2012 2:10 pm

Elizabeth Black, era la hermana pequeña de Sirius Black. Ella tenía el pelo negro como su hermano y largo hasta la cintura, sus ojos eran negros como la noche y reflejaban mucha felicidad, pero en ellos también se veían el anhelo por algo.
Elizabeth estaba en su sexto año, su hermano Sirius por el contrario estaba en el séptimo y último curso.
Una tarde después de clase, Elizabeth se fue a los terrenos de Hogwarts para encontrarse con su hermano y sus amigos, pero al llegar al lugar acordado vio a su hermano y a sus amigos, metiéndose con un chico de pelo grasiento de color negro y nariz grande, pero tenía unos hermosos ojos negros pero que demostraban una gran tristeza.
- Hola, hermanita- saludo Sirius mirándola
- ¿Qué diablos estáis haciendo?- pregunto enfadada mirando al chico de pelo negro que colgaba del aire
- Sólo nos divertimos- contesto James Potter
- Bajadlo de ahí- ordeno ella enfadada- Sois cuatro contra uno, debería daros vergüenza.
- Yo no he intervenido- protesto Remus Lupin
- Pues peor aún- gruñí- Porque eres un prefecto, es tu trabajo no el mío encargarte de estos animales.
- Está bien- dijo Sirius para tratar de tranquilizar a su hermana- Cornamenta vamos a bajar a Quejicus.
Bajaron al chico y se fueron antes de que Elizabeth comenzara a regañarlos de nuevo, pero a ella ya le daba igual tenia lo ojos clavados en el chico.
- ¿Estás bien?- le pregunto ella sonriendo
- No es asunto tuyo, Black- respondió el chico
- Sé que mi hermano puede ser un idiota, pero yo no soy igual que él-explico Elizabeth- Y me llamo Elizabeth no Black. ¿Y tú eres?
- Severus Snape- respondió él
Los meses pasaron y la relación de Elizabeth y Snape había mejorado mucho. Una noche mientras ambos observaban las estrellas junto al lago oscuro, Snape le confesó algo a Elizabeth que hizo que su corazón se partiera en dos.
- ¿Qué es eso que me querías decir?- pregunto ella, nerviosa pensando en que tal vez su sueño se haría realidad y aquel chico de ojos negros correspondería a sus sentimientos, sí Elizabeth Black, amaba a Severus Snape como nunca había amado a nadie, pero no encontraba la fuerza para decírselo.
- Estoy enamorado de Lili Evans desde que éramos pequeños- respondió él sonrojado- Me gustaría que me ayudaras a decírselo.
- ¿Quieres a Lili?- pregunto ella en un susurro “Vamos, Elizabeth no dejes que vea lo que sientes por él y menos ahora que sabes que no te quiere a ti”- Severus, creo que Lili quiere a James e incluso que están juntos, lo siento.
- No es culpa tuya- respondió él tristemente- De todas formas ya sólo quedan un par de meses y podre dejar de ver sus caras de idiotas.
Elizabeth suspiro, en un par de meses dejaría de ver a Severus, simplemente podría escribirle cartas, cartas que nunca podrían expresar sus sentimientos.
Y llego el fatídico día, el último día de curso, y Elizabeth veía como el único chico al que había querido de verdad desaparecía de su vida sin saber lo importante que era para ella, pero él no le correspondía, no era necesario decirle nada.
Pasaron los años, muchos años. El señor tenebroso había desaparecido gracias al niño que sobrevivió, el hijo de James y Lili que habían sido asesinados por Voldemort gracias a la ayuda de Sirius Black o esa era la historia que contaba el ministerio de magia, Elizabeth no podía creerla pues Sirius era su hermano y ella sabía que él nunca haría algo así y menos a sus amigos.
Elizabeth vivía cerca de la familia que había acogido a Harry Potter y vigilaba que fuera feliz. Un día mientras leía el profeta descubrió asombrada que Sirius Black había escapado de la prisión, aquello la alegro, intentaría encontrar a su hermano costara lo que costara. Decidió ir al lugar, donde sabría que podría ir su hermano, Hogwarts, además tenía entendido que Dumberdore necesitaba un profesor para defensa contra las artes oscuras.
Ella fue sin perder tiempo a Hogwarts que no había cambiado nada, en la puerta la esperaba el profesor Dumberdore que había aceptado ofrecerle el puesto de defensa contra las artes oscuras.
- Bienvenida- dijo el director
- Gracias, Profesor- respondió ella sonriendo- Le agradezco que me deje estar cerca de Harry ahora que Sirius está libre.
- No es problema- dijo él- Sé que lo protegerás a Harry. Bueno, Severus te espera frente al Gran Comedor para guiarte hasta tu despacho y habitación.
- ¿Severus Snape?- pregunto asombrada, su corazón comenzó a latir con fuerzas, a pesar de todo el tiempo que había pasado y de todo lo que había pasado aún lo amaba
- Sí, es profesor de pociones aquí- respondió el director sonriendo.
Elizabeth se encamino hacia el Gran Comedor, y allí estaba mirándola fríamente. Un Severus Snape marcado por la edad, pero que aún conservaba esos hermosos ojos negros.
- Hola, Severus- saludo ella incomoda, hacia años que no se hablaban ni se veían.
- Sígueme, Black- ordeno fríamente.
Ese fue el encuentro que tuvo con Severus, ni un cómo has estado, qué es de tu vida, nada simplemente una orden.
El curso transcurría con tranquilidad, hasta que una noche mientras Elizabeth miraba por su ventana vio como Severus iba corriendo hacia el sauce boxeador, ella sabía lo que había allí, el lugar donde el licántropo Remus Lupin se transformaba en lobo. Sólo los amigos de Sirius conocían ese lugar. Elizabeth se puso su capa y salió corriendo tras Snape, se coló por debajo del sauce boxeador, y allí se encontró con Harry Potter, sus amigos, Severus Snape y Sirius Black.
Elizabeth al ver a Sirius lo abrazo con fuerzas mientras que por sus mejillas corrían lágrimas de felicidad.
- Hola, hermanita- dijo Sirius con una voz que no era la suya, era una secuela de la prisión.
- Aléjate de él, Black- ordeno Severus
- Severus, por favor sé que es difícil de entender pero sé que Sirius es inocente- explico colocándose delante de Sirius- Sirius, explica todo lo que tenga que explicar.
Después de toda la explicación de cómo Peter, más conocido como Colagusano, traición a los Potter e hizo pensar que había sido Sirius, Elizabeth tuvo que dejar inconsciente a Severus y mientras esto pasaba Peter huyo destruyendo así cualquier oportunidad para demostrar la inocencia de Sirius, que fue retenido hasta que llegaran los dementores.
Por suerte de algún modo Sirius pudo huir, Elizabeth no se podía explicar que había pasado, pero era feliz hasta que mientras estaba en su despacho la puerta se abrió con violencia y entro un Severus Snape realmente enfadado.
- ¿Qué ocurre, Severus?- pregunto ella asombrada
- TU TIENES LA CULPA DE QUE BLACK SE HAYA ESCAPADO- grito Severus- ERES IGUAL QUE TU HERMANO, UNA INCOMPETENTE.
Elizabeth no se podía creer lo que decía, la insultaba, a ella que lo había amado durante tanto tiempo. Elizabeth le dio una bofetada con todas sus fuerzas, Severus se quedo asombrado.
- No me puedo creer que haya amado a alguien como tu- susurro ella peligrosamente- No me lo puedo creer.
- ¿Me has amado?- pregunto Snape extrañado
- Sí- respondió ella mas enfadada aun- Pero lo único que podías hacer tu era pensar en Lili y no eras consciente de ver que te amaba. Lárgate de mi despacho Snape.
Elizabeth saco a Snape de su despacho y cerró la puerta dejando que sus lagrimas salieran, le había dicho lo que sentía por él, pero de la peor manera posible.
Elizabeth dejo Hogwarts al terminar el curso, no podía seguir en el mismo lugar que Severus Snape.
Los años pasaron y hubo una gran lucha, Voldemort había regresado y Hogwarts luchaba contra él. Pero a Elizabeth solo le importaba encontrar a aquella persona que había traicionado a todos, Severus Snape quien resulto ser un seguidor fiel de Lord Voldemort.
Hogwarts estaba prácticamente destruido, había personas luchando por todos lados, pero Elizabeth sabia donde tenía que ir, Severus Snape estaría sin duda cerca de Voldemort.
Ella llego al lugar donde debería estar Voldemort pero allí se encontró sólo con Severus, un Severus herido de muerte. Elizabeth al contemplarlo olvido por completo todo lo enfadada que estaba con él.
- Severus- susurro ella acercándose a él
- Black- respondió débilmente- Me alegro de poder verte, necesitaba decirte algo, antes de morir.
- No digas eso, Severus- rogo ella con lagrimas en los ojos.
- Escúchame, por favor- dijo él
Elizabeth no se lo podía creer, Severus Snape diciendo por favor.
- Lamento todo lo que he hecho en mi vida- dijo mirándola a los ojos- Pero lo que más lamento es haberte mentido
- ¿A qué te refieres?- pregunto ella
- Te dije que amaba a Lili, pero no era así, sólo quería ver si te molestaba eso y así me darías una pista para saber lo que sentías por mi- explico Severus sonriendo- Pero no dijiste nada, no cambiaste tu expresión. Así que supuse que no me amabas y después me hice mortifago.
- Severus…yo aún te quiero-susurro Elizabeth besando los labios ya casi fríos de Severus.
- Ya es tarde- dijo él- Pero me alegro de haberte oído decir que me quieres. Se feliz.
Y con estas últimas palabras Elizabeth observo como el gran amor de su vida había muerto después de confesarle que siempre la había amado.
Pasaron los años, ya no había luchas todo había acabado. En una pequeña casa de campo se podía observar a una mujer de noventa años que observaba el horizonte como si esperara a alguien. De pronto sonríe y se dirige hacia su pequeña habitación y se tiende en su cama con una sonrisa en los labios y los ojos cerrados.
Al abrirlos vio a su lado a su amado, Severus Snape y ella ya no era un mujer mayor sino la Elizabeth joven que sonreía complacida a Severus. Ya ninguno de los dos estaba vivo pero podrían estar juntos para siempre.
Fin!!!!!
Espero que os haya gustado, aunque no me convence mucho la historia pale

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Mensaje por Math Stone Miér Mayo 30, 2012 8:12 am

Es buena tu historia, me a gustado mucho ¿tiene segunda parte?

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