haciendo "amigos" Dani

Después de las clases y de haber ido a comer fui a los baños más próximos del gran comedor, necesitaba entrar pronto. Ese día había comido bastante poco, tenía el estómago revuelto y ganas de devolver, de hecho, fue eso lo único que hice nada más entrar a los baños. Me sujeté el pelo aprisa y levanté la tapa del retrete para vomitar.

Suspiré aliviada, llevaba casi toda la mañana sintiéndome mal, y ahora por fin se me había pasado... Al salir me fui a mirar a uno de los espejos de los lavabos, tenía una pinta horrible, estaba despeinada, y las ojeras ocupaban la parte inferior de mis ojos. Suspiré frente al lavabo y me lavé la cara esperando arreglar algo. Tomé agua en mi boca para hacer gárgaras y quitar el mal sabor que me había quedado. Después, desabroché un poco la camisa para secarme la cara con ella. Como me viera algún profesor con esas pintas no dudaría en hacerme preguntas... así que comencé a arreglarme un poco para que no pareciera nada extraño.

Cogí mi lápiz de ojos y comencé a hacerme la línea en éstos.

Por querer ir a ver a los chicos del equipo de Quidditch me pillo la lluvia ¿Quien iba a pensar que se arruinaría el precioso sol con el que amanecimos y se pondría a diluviar? Estúpido tiempo. Y claro, a todos a los que, como a mi, nos cogió de improvisto, echaron a correr tapándose con las capas o entre ellos, pero yo no, total, ya estaba mojada, mi peinado ya se había estropeado, por lo que me eche a andar tranquilamente en dirección al castillo.
Cuando llegue a los baños, suspire aliviada de que ningún profesor me hubiera visto, ya que estaba empapada y había dejado un rastro de agua por todo el colegio, perfecto para alguien se resbalase y terminara con un buen chichón.
- Por Merlin, pensaba que no llegaba nunca - Hable en alto, sin darme cuenta de que no estaba sola.
Dubois, si, la que fue mi mejor amiga estaba allí, hecha una pena, maquillándose frente al espejo. No pude evitar reír, yo pensaba que llevaba malas pintas, pero ella no se quedaba corta.
Suspire y rodé los ojos a lo que pasaba por su lado sin querer mirarla, primero me quería arreglar, luego ya tendríamos nuestra discusión diaria. Me senté en el lavabo contrario a donde estaba ella y me retorcí el pelo con cuidado de no mojar mas el suelo. Tenia toda la ropa chorreando agua y me iba a resfriar, genial

Me seguí maquillando hasta que oía alguien entrar, di un pequeño bote pero seguí, hasta que oí la voz de Daniela Génova, parecía mentira que nuestra relación hubiera podido cambiar tan radicalmente de la noche a la mañana.

Pude oír perfectamente cómo se reía al mirarme, paré por un momento, dispuesta a decirle cualquier cosa para cerrarle esa boca tan grande que tenía, pero seguí maquillándome para no tener un ojo diferente de otro.

Después, me arreglé un poco el pelo y me coloqué la camisa. Me asomé un poco para ver la situación de Daniela, la verdad es que tampoco estaba mucho mejor que yo. Me deje asomar desde su punto de vista, dando a entender perfectamente que la estaba mirando a ella. Me crucé de brazos y giré un poco la cabeza.

-¿Que te hace tanta gracia?-pregunté seria mirándola fijamente.

Al escuchar la pregunta de Dubois, deje de retorcerme la ropa y la mire desde el espejo con una sonrisa socarrona. ¿Tan pronto quería discutir? Me hace gracia la pinta que llevas, el tono que usas cuando hablas conmigo, la envidia que me tienes, y lo fracasada que eres desde que te deje sola, de eso me rio. ¿Quien se cree que es para hablarme a mi así?.
- ¿Te hago una lista o te lo imaginas tu solita? - La conteste con otra pregunta burlona - Ah, y no se te ocurra volverme a hablar con ese tono guapa, que yo no soy ninguna de las niñatas de Hufflepuf con las que te juntas ahora - Yo tendría que haber estado también en esa casa, pero el maldito sombrero me hizo leona.
Espere alguna amenaza con esa voz de chica dura que ponía cuando discutíamos mientras me centraba de nuevo en mi imagen. Me quite la capa y la tire encima de una de las encimeras del baño, recogí mi pelo en una coleta alta y me eche agua en la cara para limpiar todo rastro de maquillaje corrido por las gotas de lluvia.

La miré sin inmutarme ante su comentario de mis nuevas amigas, total, se confundía, tenía amigas de todas las casas, aun que bueno, era cierto que eran más las que eran de Hufflepuff. Lo que realmente me molestó fue el tono que decía que utilizaba, como no me oía ni siquiera me podía enfadar por ser verdad o mentira.

- Te hablaré como quiera, si no estás conforme ve a quejarte a alguno de tus prefectos y deja de hacerte la tipa guay... siempre has sido una niñata que no sabe defenderse sola, aun no se por qué te puso el sombrero en Griffindor...-la miré de arriba a bajo examinándola- seguro que no te puso en Hufflepuff por que no tienes ni la característica principal.-dije con odio, pensando en la lealtad, lealtad que me debería haber guardado en su tiempo antes de que se cargara todo.

Me quede allí de pie muy cabreada, tal vez ahora le había molestado demasiado con el tema de las casas, pero estaba dispuesta a asumir ese riesgo con tal de tener la última palabra en ésta conversación.

Pareció no inmutarse con lo de sus amigas, vaya, pretendía molestarla con eso, pero bueno, con eso solo me demostró lo que la importaban. Si hubieran dicho eso de alguna de mis amigas mas allegadas..no me hubiera quedado tan tranquila como ella claro esta. Aunque a lo mejor luego se va corriendo a contárselo, pero sinceramente me la igual, es como es.
- ¿Sabes que? Ahora agradezco no haber entrado en esa casa. Gryffindor es mucho mejor, he conocido gente que vale la pena, todo lo contrario a los que he conocido de Hufflepuf, empezando por ti - Escupí con rabia y la dirigí una mirada de asco e hice un gesto con la cabeza. Ese era uno de los pocos temas en los que me sentía débil, ya que ella sabia perfectamente la ilusión que me hacia ser una tejona y lo mal que lo pase cuando me toco en la casa roja.
Así que me centre en lo primero que me dijo ¿Tipa guay? ¿Se había escuchado ella misma? Y justo me lo decía ella, la única que llego a conocerme en profundidad, sabia que yo era así, no me pintaba ninguna mascara ni intentaba ser quien no era por ser mas popular ni nada por el estilo.
-¿Que tal si pasas de esta "tipa guay" y te sigues arreglando? Falta te hace...- Dije susurrando aunque lo bastante alto para que me escuchara claramente - Aunque como bien dicen "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

Levanté una ceja incrédula cuando comenzó a arremeter contra mi casa, la verdad es que eso era algo que me ofendía, pero la ignoraba, no merecía la pena ponerse mal por esas palabras que además eran mentira. Me limité a asentir con la cabeza como si ya estuviera creyendo, con un gesto irónico en mi cara.

-Empezando por mi ¿no?-reí pero me cortó sugiriéndome que me arreglara, como si estuviera horrorosa.- Bueno, al menos yo me encuentro así estando enferma, mientras que tu te ves obligada a arreglar eso que tienes tu por cara, todos los días. Dije bastante enfadada, siempre me había fastidiado el tema de usar maquillaje, no me gustaba, pero a veces las ojeras afloraban en mi cara y veía necesario ocultarlo...

Apreté el puño cerca de la varita, por si se ocurría sacar la suya al quedarse sin argumentos.

Puse los ojos en blanco y una sonrisa irónica se dibujo en mi rostro. Cuanta originalidad en su comentario. Me mire en el espejo ya con la cara limpia y sin ningún rostro de maquillaje y me guiñe un ojo exageradamente para que se diera cuenta.
- Ui si, soy tan fea que de mirarme el espejo se esta empezando a agrietar, mira ¿Lo ves? - La pregunte con tono alarmado señalando con un dedo una esquinita del espejo - Venga Dubois, pensaba que tenias mas imaginación a la hora de insultarme ¿La pobre esta enfermita y no se la ocurre nada? Pobre - Y esta vez la hable burlona y me eche a reír dándola la espalda, buscando la base por alguno de los mucho bolsillos de mi capa húmeda, espero que el maquillaje no se hubiera mojado, entonces si tendría un problema.
Me percate del pequeño detalle de su puño apretado, seguramente cerca escondería la varita. Enarque una ceja mirándola tras el espejo y suspire.
- Te creía mas inteligente querida ¿Crees que me voy a batir en duelo contigo en los baños? No estoy tan loca - Negué con la cabeza sin poderme creer que se la hubiese pasado por la cabeza aquella idea.

Me estaba empezando a cabrear de verdad, si había una persona que realmente me enervaba, esa era Daniela Génova... horrible... era horrible estar con ella.

Lo curioso era de que a pesar de no querer saber nada de ella, le seguía hablando cuando nos cruzábamos, y aunque no tuviéramos nunca que hablar y fueran todos insultos, parecía que las dos queríamos tener la última palabra, y así las conversaciones se mantenían durante un largo rato.

-De verdad dices que quieres más? Quieres que de verdad diga lo que todos piensan de ti? No te arriesgues, hasta el más fuerte corazón de un león podría derrumbarse, y no quiero ser la causante de ningún intento de suicidio en Hogwarts, además, recuerda que ahora que no me tienes a mi no tienes a quien mangonearle y llorar en su hombro siempre que te apetezca...- dije orgullosa de que ya no tuviera que aguantar ninguna tontería suya.

Soltó el comentario del duelo, al cual levanté una ceja.- Nunca sabes que tipo de traición te puedes esperar de una persona.-dije haciendo hincapié en demostrar lo traicionada que me sentía por ella.

Puse los ojos en blanco y la mire con pesadez a través del espejo. No me había importado nunca lo que pensaran de mi, la opinión ajena nunca me influyo. ¿Tan poco me conocía? Si, sabia que no era santo de devoción en el colegio y que mucha gente me tenia asco por mi apariencia de orgullosa.
- Espera que poco cara de que me importa lo que digan - Hice un gesto con el dedo indice en el aire - ¿Que crees, que me tirare desde la torre de adivinación después de que me digas que el 80% de los alumnos de aquí me odian? No vas a tener tanta suerte Dubois, venga, suéltalo lo estas deseando, siempre has sido así. Intentando sentirte mas aceptada que los demás - Dije con asco, mirándola de arriba a abajo. - ¿Mangonearte? ¿Ahora vas de victima? Creí que todo lo que hiciste por mi fue porque eramos amigas, no para echármelo luego en cara - Es verdad que ella era la única que me había visto llorar, que se había quedado conmigo horas y horas hasta que me tranquilizaba, pero yo también había hecho cosas por ella, no la debía nada.
Asentí a lo que dijo, es verdad que esa era una regla básica, nunca des la espalda a alguien, por mucho que confíes en el.
- Eso no te lo puedo discutir, llevas toda la razón - Fue lo único que conteste, si ella estaba dolida conmigo, yo estaba dolida con ella. Lo era todo para mi y ahora ahí estábamos, a punto de sacar las varitas, mirándonos con rabia, buscando un comentario para herirnos. Sinceramente me daba pena, pero ya no podíamos dar marcha atras.

La miré dolida.- Si eras mi amiga, pero en más de una ocasión digamos que "ejercías" ese título si te apetecía o no.-mantuve mi mano cerca de la varita, pero mucho más relajada. Después caí en la cuenta de que en realidad no tenia mucha idea de lo que decían de ella, o al menos de lo que yo había oído decir sobre ella a más de una persona, la verdad era que no estaba segura de si era cierto o no.- Crees que lo único que piensa la gente de ti es que te odian?-reí, pero cuando dijo que me gustaba hundir a la gente decidí dejar de insultarla, al menos de momento, si comenzaba a largar cosas sobre ella le estaría dando la razón.

Me dolía mucho pensar que nuestra amistad se hubiera roto. Lo peor de todo no era la razón original por la que se fastidió, sino toda la lista de insultos y malas acciones que ha desencadenado, realmente, me parecía todo una #?%$, después de haberme separado de Daniela no pensaba volver a tener ningún amigo de verdad más.

Desvié la mirada con gesto fastidiado, no creo que sea tan mala como me pinta, que bien se la daba ir dando pena por las esquinas, a saber que habrá contado de mi por ahí en la sala común de Hufflepuf o en las clases en las que no coincidíamos, yo solo conté mi verdad, no perdí el tiempo en hacerla una mala imagen, que la conocieran por ellos mismos - Pues mas tonta fuistes tu si me lo permitiste sin decir nada - La corte con una falsa sonrisa.
- Ah, ¿Que dicen mas cosas de mi? - Pregunte como sin querer darle mucha importancia, aunque por dentro me muriera de curiosidad, no me gustaba ser cotilla, pero seguro me echaba unas risas cada vez que lo recordaba - En ese caso - Me senté encima de uno de los lavabos con las piernas cruzadas - Soy todo oídos, cuéntame las maravillas que se cuentan de mi por ahí, ya me deben conocer hasta en las cocinas ¿No? - Bromee, siempre lo hacia con ese tema.
Lo peor de todo era que habíamos discutido por terceras personas, y eso me daba mucha rabia. Yo cuando tenia un problema con una persona que fuera por algo que nos hubiera echo o dicho, no por otros, en fin, ya no valía la pena recordarlo y hacerse mala sangre. Solo quedaba la guerra por quedar siempre por encima de la otra, por tener la ultima palabra y sentirte bien.

Me quedé mirándola, ¿Ahora se acomodaba? Parecía que ésto iba para largo... Comenzó a preguntarme qué era lo que la gente iba diciendo de ella.- Pregúntaselo a ellos.-dije resueltamente.- Seguro que tienes infinidad de buenos amigos ahora que estarán encantados de investigar sobre el tema.-dije orgullosa, no quería decirle nada de lo que oía pro ahí por si pensaba que simplemente me lo estaba inventando- Además, ¿para qué te lo voy a decir si creerás que es mentira?-dije resueltamente.- Aunque te odie no soy tan cruel.-dije mirándola de arriba a abajo. ¿Sería cierto? no sabia cómo había podido cambiar ella desde que no eramos amigas, pero... por cómo se comportaba ahora podría resultar ser un rumor acertado. Por si acaso preferí no decir nada.

Suspiré, me estaba cansando demasiado ésta situación.