Sucesos de la Vida [Tercera Generación]

por Alice Lovegood(: Lun Ene 03, 2011 7:29 pm

He estado poco tiempo aquí en el foro :3 Pero quiero compartir este fic con ustedes(: Es sobre la tercera generación xDD Espero que les guste... Este fic ya lo había hecho desde hace mucho tiempo xDD Lo publique, igualmente, hace tiempo, xDD en FanFiction.net bajo el nick de Akira-Chan, así que no es plagio ni nada(:

Espero que lo disfruten(: Tratará bueno... de los años en Hogwarts de Rose, Scorpius y lo demás :k

Sucesos de la Vida
Capítulo I – La Carta

– ¡Papá! ¡Mamá! –Grito una pelirroja mientras corría por toda la casa. Eran las siete en punto de la mañana y Rose Weasley acababa de recibir su carta de ingreso a Hogwarts. Se sentía tan feliz, tan orgullosa. Por fin podía entrar al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

– ¿Qué es lo que pasa Rosie? –Le pregunto su padre, Ron Weasley, agitado.

– ¿Es que no lo vez papá? –Le dijo Hugo.

– Enserio, Ron, eres despistado…

– Hermione… –Su padre a veces podía ser despistado, en especial cuando acababa de levantarse, así que Rose solo empezó a brincar por el salón mientras agitaba el sobre marrón en el aire– ¡Oh…! Ya, capte.

– Al fin, ahora, ¡iré a decirle a Al!

Rose corrió por el pasillo, doble a la derecha y se encontró con una doble-puerta grande de roble. Era la sala de su casa mitad muggle mitad mágica. Cogió el teléfono rápidamente y marco hacia la casa de los Potter.

Albus Severus Potter era su primo y mejor amigo, el -como su nombre lo dice- es uno de los hijos de uno de los Héroes de la Guerra, el famoso Harry Potter, el niño que vivió. Pero Rose Weasley no se queda atrás, ella es hija de los otros dos Héroes de la Guerra, Ron Weasley y Hermione Weasley.

El teléfono se estaba tardando, a lo mejor había mala conexión o algo… Tal vez no había nadie en casa…

Un pitido… dos pitidos… tres pitidos… y al cuarto, el mismo Albus Potter contesto.

– ¿Quién? –Preguntó con la voz un tanto agitada.

– Al, te he dicho que no digas “¿Quién?” cuando contestes, debes de decir “Albus Potter al habla, ¿con quien desea comunicarse” o “Residencia Potter, ¿con quien desea comunicarse?” –Le dijo en broma, estaba muy exaltada como para tomarse en serio cosas ajenas a Hogwarts.

– Hola, Rose, ¡yo también estoy feliz de escucharte!–Le respondió con sarcasmo y después los dos empezaron a botarse de la risa.

– Adivina, adivina, Al –Canturreo.

– ¡Oh, ya se! Te dieron tu carta de Hogwarts

– ¡¿Cómo rayos lo sabes?! –Vocifero en el altavoz.

– Porque sí, a Teddy le pasó lo mismo… ¡Todas las cartas llegan al mismo tiempo para todos!

– Cierto… –Frunció el ceño. Se había acabado la plática…Hasta que…– Oye, este sábado iremos al Callejón Diagon para ir hacer las compras, acompáñanos.

– Ok, nos vemos el sábado en el Caldero Chorreante –Dijo Albus con un tono muy casual, pero en su voz se podía notar lo divertida que sonaba y Rose frunció el ceño mucho más que la vez anterior.

– Sabes, que tuve una mala experiencia en él…

– ¡Oh, vamos! Solo porque te quedaste encerrada en una de los armarios no significa que le tengas que temer de por vida –Albus sonaba cada vez más divertido. ¿Y cómo no? Aquella vez había sido épica, aunque fue un trauma muy grande para Rose y mas porque, aparte de que padecía de claustrofobia también descubrió su fobia a las arañas– ¿Cómo quieres entrar a Gryffindor si eres así de asustadiza?

– Sabes que Ravenclaw también es una opción… Pero ¿sabes qué? Me vale, mejor encontrémonos en Florean Fortescue, nos vemos. Aparte, ¡no solo fue por mi claustrofobia, las arañas eran horribles!

– Esta… ¿bien? –Albus no pudo terminar de decir su frase, su prima ya le había cortado la llamada.

– ¿Quién era? –Le pregunto Teddy Lupin apoyado en el umbral de la puerta.

– Rose

– Ah, ya, te quiso presumir su carta ¿no? –El chico solo asintió y salió de la sala.

Ambos chicos estaban muy emocionados por su admisión a Hogwarts, sabían que sería difícil. Claro, siendo hijos de personajes famosos en la historia de la magia cualquier persona se juntaría con ellos por la fama, excepto, Alice Longbottom, la dulce y amable Alice, hija de Neville y Hannah Longbottom y Lorcan Scamander, hijo de Luna y Rolf Scamander. Lorcan tiene un hermano, más bien un gemelo idéntico, llamado Lysander y lo único que los diferencia es que Lorcan tiene el cabello rubio y Lysander el cabello negro. A Rose le hubiese gustado llevarse más con Lysander, pero él no hacía nada por integrarse a ellos era muy tímido e inteligente... A lo mejor iba a quedar Ravenclaw o Hufflepuff.

Rose envió las cartas a Lorcan y a Alice lo mas rápido que pudo y mientras esperaba siguió canturreando sobre su carta. Hugo no podía entender cómo es que sus padres seguían sonriendo después de tres horas seguidas del “Me aceptaron en Hogwarts, seré una bruja, tendré varita…”.

El sábado llego muy pronto y las familias Weasley-Granger, Potter-Weasley, Longbottom-Abott y Scamander-Lovegood estaban reunidas en Florean Fortescue.

– ¡Herms!

– ¡Ginny!

– ¡Luna! –Todas corrieron a abrazarse como si no se hubiesen visto en años.

– ¿Cuándo dejaran sus abrazos? No es como si no se hubiesen visto en siglos–Preguntaron Ron y Harry al mismo tiempo y se ganaron una mirada desafiante de las tres madres.

– No debieron de decir eso…–Les dijo Neville, una vez que se saludaron entre sí.

– ¿Y Rolf y Lysander? –Pregunto sutilmente Harry tratando de cambiar el tema.

– ¡Oh! Lysander quiso ir con Rolf a comprar las cosas para Hogwarts –Dijo con un tono soñador. A pesar de los años, Luna Lovegood, ahora Luna Scamander, no había cambiado en nada.

– Neville, ¿y Hannah?

– Está trabajando en el bar, Ron.

– Era obvio, cariño…

Mientras que los adultos estaban distraídos platicando, Lily Potter estaba hablando con Hugo sobre Hogwarts, ellos apenas tenían nueve años, todavía le faltaban dos años más para poder entrar a Hogwarts. James estaba ahí, sentado y aburrido mirando a las personas pasar… Estar sin Fred, sin poder hacer bromas juntó con él, no era divertido que digamos. Ahora muy bien el pudiese estar con él tramando nuevas bromas para el inicio de clases, halloween y navidad… Ellos eran como mugre y uña. Sus bromas eran las mejores de su generación, nadie los había superado hasta ahora. Eran como James Potter y Sirius Black y George y Fred Weasley, igual de ingeniosos y revoltosos.

– Bueno, suficiente charla, ¡tenemos que comprar las cosas para Hogwarts! –Dijo firmemente Alice Longbottom. Ella estaba igual de ansiosa que Rose.

Alice Longbottom era una réplica exacta, en cuanto a físico y a carácter, de su abuela materna, Alice. Tenía el cabello negro azabache, largo hasta la mitad de la espalda, era de peso y talla normal, ni muy delgada ni muy gorda. Ella era optimista y humilde. Siempre te sacaba una sonrisa en los momentos más difíciles de todos.

– Alice tiene razón.

– Ya, ya. Tranquilas –Les dijo Neville, pero siguió platicando con los demás.

– ¿Saben qué? –Albus vaciló un poco antes de continuar– Creo que ya tenemos edad suficiente para poder comprar las cosas nosotros mismos…

Ginny Potter lo volteó a ver alarmada y le dio un codazo a su esposo para que le prestara atención a su hijo.

Habían salido a las once de la heladería, pero a las doce en punto empezaron las compras reales. El señor Potter y el señor Weasley habían estado mirando la nueva Saeta de Luz que se exhibía en Artículos de Calidad para el juego de Quidditch, habían vuelto a su plática de antes. La Señora Weasley y el Señor Longbottom estaban en Flourish y Blotts observando algunos libros, Ginny Potter estaba junto con su esposo y hermano, admirando la escoba. Lily y Hugo aun seguían platicando, James estaba… en algún lugar… Ya habían comprado la mayoría de las cosas, pero los chicos ya querían pasar a comprar su varita.

– Muy bien, em Alice… ¿Qué nos falta? –Dijo Rose una vez que se alejaron un poco de los adultos.

– Pues… nos falta… Historia de la Magia de Bathilda Bagshot, Mil Hierbas… no, olvídense de ese, papá nos dará uno antes de iniciar las clases… Am… Falta… Filtros y Pociones Mágicas de Arsenius Jiger, la varita –se exalto un poco–, las tres túnicas sencillas y bueno, a ustedes las lechuzas, sapos o gatos. A mí ya me dieron a mi lechuza, es color miel, se llama Betsy.

– Si, igual a mí. Mamá ya me dio la mía es color negra y bueno… em… No le he escogido un nombre todavía… –Dijo Lorcan rascándose la cabeza torpemente.

– A mi me darán mi lechuza otro día, antes de entrar a clases, papá dice que ahora está muy difícil encontrar lechuzas lindas –Dijo Rose encogiéndose de hombros y Albus asintió, afirmando que a él también le darán su lechuza otro día.

– Tienen razón… Bueno, entonces solo eso nos falta.

– ¿Ya escuchaste papá? –Le dijo Albus a su padre, pero esté seguía en su mundo. A veces su papá parecía un niño…

– Siempre quise una lechuza… –Dijo una voz al lado de Alice y vieron que era la Tía Luna, observando El Emporio de las Lechuzas, luego se volteo a mirarlos– ¿Quieren que los acompañe?

– Em…mamá, ¿podemos ir nosotros solos? Queremos hacer las compras nosotros solos por primera vez. ¡Vamos a entrar a Hogwarts!

– Y por eso deben ser pacientes. Para eso venimos, para ayudarlos y acompañarlos.

– ¡Pero Tía…! No nos hacen caso. –Dijo Rose enfurruñada.

– Está bien, está bien. Mione, Gin acompañare a los chicos. Hagan sus… cosas…

– Ok, Luna, ¡pero regresan acá para que los acompañemos para comprar sus varitas!

– Claro, Gin.

– En eso si se preocupa –Masculló Albus.

Caminaron tres cuadras más y llegaron a Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones, entraron y una bruja regordeta y sonriente vestida de una túnica color malva los saludo.

– ¡Bienvenidos! –Dijo aun más sonriente, si es posible, al ver que Albus y Rose entraban.

Alice y Lorcan se preguntaban cómo es que era posible que alguien sonriera tanto mientras que Rose se sentía incomoda y Albus la miraba raro.

– Madame Malkin, buenas tardes.

– Buenas tardes, Luna. Hace tiempo que no te veo.

– Es cierto… ¿Podría darles unas túnicas?

– Claro, claro. Haber, las damas a la derecha y los caballeros a la izquierda…

– Párate ahí, querida y deja que mi compañera te haga los arreglos a tu túnica… Tu también, cariño. Bien, ahora solo, no se muevan. Iré a ver los chicos.

Rose y Alice se quedaron quietas, estaban como estatuas, no querían que las compras se atrasaran más de los que ya estaban. Los alfileres ya estaban puestos en su lugar y la túnica estaba lista en menos de diez minutos. Dos nuevas túnicas color negro estaban listas para usarse, una para cada una, pero como necesitaban tres cada una, lo único que hizo la joven bruja fue clonar la forma de las túnicas. Saliendo de los probadores, se encontraron con Albus, Lorcan y Tía Luna sentados en un sillón.

Como fueron pocos los minutos que estuvieron ahí, pensaron que serían las primeras en salir. Error. Madame Malkin trabaja más en las túnicas de las jovencitas que en la de los varones, estas necesitan de cuidado y tiempo, mientras que las de los chicos solo necesitan unos pliegues aquí, acá y allá y listo, en cinco minutos estaban listas.

Saliendo de la tienda de Madame Malkin, Albus les contó a Rose y Alice sobre el chico con él que había platicado en los vestidores. Le había caído muy bien, pero Lorcan solo resoplaba cada vez que hablaban de él, no le había caído bien... Albus decía que era muy cortés, pero Lorcan lo contradecía diciendo que solo era una actuación y al decir esto se ganó una, de las muy pocas, miradas severas de su madre e inmediatamente se calló.

Fueron a comprar los libros que les faltaban a Flourish y Blotts, o sea que regresaron en donde estaban al principio, la calle en la cual sus padres se perdieron en su propio mundo. Compraron los libros y decidieron descansar un rato viendo los estantes de las tiendas, pero no pudieron descansar por mucho tiempo.

– Y bien, ¿vamos por sus varitas? –Dijo Ginny casi inmediatamente después de que los vio. Ellos olvidaron las tiendas y pusieron toda su atención en la pelirroja que les había hablado.

– ¡Mamá! Quiero ir… La otra vez no pude ir a ver como la varita de Jamie escogía a James porque me enferme y Tía Drómeda me tuvo que cuidar –Dijo Lily Potter jalándole la manga a su madre y Harry Potter la alzó en el aire.

– Esta vez sí iras y dime ¿Qué acaso no te gusta ir con Tía Drómeda?

– Si me gusta, ahí estaba Teddy, pero me perdí lo de Jamie… –Todos empezaron a reír ante el berrinche de la niña. Era muy tierna.

– Bien, ahora vayamos con Ollivander.

Llegaron a Ollivander’s y cuando entraron una campanilla resonó por la tienda. El señor Ollivander había salido de atrás de la tienda y una sonrisa se planto cuando vio a todos ahí reunidos.

– Realmente te pareces mucho a tu padre…–Se dirigió a Albus y se volteo para ver a Lily que le sonreía ampliamente– Y tú… eres como tu madre… ¿Cómo era, señora Potter? ¿Veinticinco centímetros de largo, flexible, de caoba?

– Correcto –Ginny asintió.

– Rose Weasley… Eres la combinación de tus padres…Tú, amigo eres como tu padre…–Se acerco a Neville y le sonrió amablemente– Su hija es igual a su madre, Señor Longbottom… ¿Treinta y tres centímetros, nucleó de pelo de unicornio, de roble? –Neville asintió. Ollivander nunca falla…

– Muy bien, ¿Quién primero?

Después de haber comprado sus varitas, regresaron a la heladería y ahí se encontraron con Lysander, leyendo un libro y con James, riéndose solo. La compra fue divertida, pero aun así los chicos estaban nerviosos. A Alice le habían dado dos varitas y con la primera varias cajas se salieron de su lugar, pero con la segunda salieron chispas rosas y azules. Con Lorcan fueron tres y con la primera, el estante de cristal se rompió, con la segunda las cajas se salieron de su lugar y con la tercera, chispas rojas y verdes salieron de la punta de la varita. Con Rose fueron solamente dos, al igual que con Alice, cuando apenas tocó la varita, hubo una pequeña explosión, con la segunda salieron chispas amarillas y rojas. Albus se sacó la lotería, él sacó cuatro varitas. Las primeras tres hicieron un desastre, pero la última lanzo varias chispas de varios colores. Lily estaba muy emocionada, esta había sido la primera vez que veía como alguien compraba una varita. No podía esperar a tener la suya, solo dos años más.

Charlaron un rato más y se fueron a sus respectivas casas. Ese fue un día muy cansado y a pesar de eso, fue muy divertido. Albus, Lorcan, Rose y Alice no podían esperar a que llegara el primero de Septiembre. Solo un mes más y estarían en Kings Cross, andén nueve y tres cuartos.

¿Les gusto? (: Espero que si xDD Oh, y perdonen por el OC entre Luna, Hermione y Ginny u.u'

por **Chloe G. Autriche** Lun Ene 03, 2011 10:37 pm

Genial, que buena onda que hayas colocado tu fic en el foro amiga.
¡Como dije antes, me encanto!
Siempre me encantan tus historias, y, esta no es la excepción :3 Ojalá si subas pronto la conti e.e

por Alice Lovegood(: Lun Ene 03, 2011 10:39 pm

Hahah ._. ... Si recibo comments si(: Rolea en el tema de los jardines D:

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