Encuentro inesperado (Jack Neur)

El vapor del agua invadía cada resquicio del baño de las chicas. Había decidido escoger el más apartado de todos, no solía estar nunca visitado. Normalmente lo comparaban con el de Mirttle la Llorona, a diferencia de que este no tenía a una estúpida fantasma lloriqueando las veinticuatro horas del día.

Las gotas recorrían cada centímetro de mi cuerpo mientras mi cabello rubio empapado se pegaba a mi piel. Mi mente cavilaba sin detenimiento sobre todo lo que había pasado aquella tarde en el Lago. Como aquellas criaturas casi acaban con mi vida y como aquel estudiante intentó protegerme. Emití un pequeño gemido cuando me senté en el agua dejando que la espuma cubriera mi cuerpo. Una pequeña parte de la piedra del baño estaba fría y eso provocó que mis labios dejaran escapar un quejido que aparentemente parecía denotar placer.

Tomé un palo chino que había dejado junto al agua y lo utilicé para agarrar el moño que dejaba al descubierto mi nuca. Después cerré los ojos y comencé a relajarme. Necesitaba pensar en como conseguir el ingrediente que me faltaba.

Era por la tarde y habían acabado las clases, como era muy común no tenía ganas de ir a la sala común, por lo que vagabundé por el castillo durante una hora entera, al final, sin saber qué hacer, me puse a investigar los rincones de Hogwarts por los que nunca había pasado. Mis pasos me llevaron a un baño muy apartado de los otros, ni siquiera me fijé en el símbolo de la puerta que indicaba que era solo para mujeres, me colé en el interior movido por mis ganas de apaciguar aquel aburrimiento que me invadía, tratando de huir de la rutina. Mis pensamientos volaban hacia la noche que había pasado con Cécile en la Casa de los Gritos y la confesión de nuestros sentimientos, estaba demasiado distraído como para prestar atención a todo lo que me rodeaba y como para volver a la sala común a hacer deberes.

El baño estaba cubierto de vapor, algo que me impedía la visibilidad. Caminé medio a ciegas tratando de descubrir el origen de ese molesto vapor. En mi ceguera pude escuchar un gemido… ¿una chica? Me volví hacia la dirección de dónde había venido y caminé con cautela, tratando de ver a través del vapor. Las gotitas que había en el aire se condensaban y se me enganchaban en el pelo y la ropa de forma molesta. Saqué la varita ante cualquier posible encuentro indeseado y apunté hacia el rincón de donde parecían provenir los ruidos. Alcé la voz y dije mientras seguía caminando con la varita en alto:

- ¿Quién eres?... muéstrate.

Me quedé quiero apuntando hacia aquel rincón y con el ceño fruncido, esperando una respuesta. Lo más seguro es que fuera un alumno, quizá más pequeño que yo o alguna criatura que se había colado en el castillo.

Me sobresalté al escuchar su voz. Me incorporé al mismo tiempo que el vapor se volvía menos espeso. Mi mano izquierda ocultaba mis pechos mientras la espuma impedía ver de cintura para abajo. Mis ojos azules se clavaron en aquel muchacho mientras unos colores no producidos por el calor aparecieron en mi rostro.

Al ver que me apuntaba con su varita dirigí mi mirada a la ropa que descansaba a un lado del baño de piedra y observé como mi varita se mantenía oculta bajo mis braguitas. Estaba indefensa,... era una situación indeseada.

Una vez más los genes de mi madre delataban mi belleza como proveniente de la naturaleza, como si me tratara de una veela o alguna otra criatura dotada de aquel don. Un don que yo no pedí.

-¿Quién eres tú?-preguntó una voz suave y sensual con resquicios de frialdad-¿Y que haces aquí?

Al parecer el vapor era debido a que había alguien bañandose. Me sonrojé al ver que era una chica, bastante guapa, pero para mí no superaba la belleza de Cécile. Avergonzado bajé la varita y me di la vuelta rápidamente antes de que mis ojos, como adloescente en estado de exploración, no se desviaran demasiado. Vi a un lado la ropa de la chica, tenía el emblema de Slytherin. Mi nariz de arrugó y suspiré escuchando sus preguntas... tenía una voz suave y sensual, pero también fría.

- Jack Neur... Ravenclaw... y disculpa, no sabía que había alguien... solo estaba explorando un pcoo el castillo, la tarde se hacía... esto... ¿has dicho como te llamas?... en fin es igual, ya me voy.

Di unos pasos hacia la salida sacudiendo la cabeza, totalmente avergonzado por la situación, había quedado como con un compartamiento infantil y además idiota. Me apoyé en el marco de la puerta dudando si ella iba a decir algo más y añadí:

- Lo siento de veras... no era mi intención invadir tu privacidad... - luego sonreí - por cierto... bonita piel, pero demasiado tonta. Nadie dejaria la varita lejos en un lugar tan apartado del castillo.

Suspiré y dudé en si salir o no, esperando a que contestara.

Noté como el chico se sentía un tanto molesto, avergonzado e inseguro. Sabía que no podía confiar en nadie pero había tenido muy buenos modales y quizás me serviría de utilidad en un futuro. Iba en contra de mis principios pero mi mente no lo pensó.

-¡Espera!-le grité viendo como se alejaba. Después me tapé la boca como si no lo hubiera querido decir. Pero en verdad había sido ella la que había hablado sola