Vaya vaya, qué objetos más curiosos [Karen]

Recordé a la perfección la posición de los ladrillos que me dejarían entrar al callejón Diagon. Con mi varita, golpeé unas cuantas veces los puntos exactos y esperé a que la pared se retirara hasta formar un camino que se abría ante el enorme callejón Diagon. Como siempre, estaba repleta de tiendas, alumnos de Hogwarts, padres, aurores, gnomos y lechuzas, además de una alegría vivaz contagiosa.

Esbocé una sonrisa y caminé lentamente, dando una pequeña vuelta y deteniendo mi paso de vez en cuando para observar algunos artículos que me parecían la mar de curiosos: capas que cambiaban de color y aroma, libros que canturreaban su contenido para aprender de una forma más fácil y entretenida, huesos de dragón que se movían por sí solos y hacían música entre ellos, flores cuyo veneno era letal con tan sólo hacerte un pequeño corte, espejos que reflejaban cómo serías físicamente si fueras del sexo opuesto... Algunos inútiles, otros indispensables, pero despertaban en mí cierta curiosidad que de por sí era difícil de saciar.

Decidi ir al Callejon Diagon pero no lo enontraba cierto tenia que golpear la pared la golpee un par de veces y entre no tenia en mente comprar nada peri igual lleve algunos galeones habian muchas personas ahi tanto que no se podia ni caminar habian muchas tiendas la de varitas lechuzas uff ect en eso varias personas me enpujaron y cai junto a una chica lo siento le dije muy apenada mientytras cojia algunas cosas que se me cayeron

Mientras examinaba cómo danzaban varias plumas juguetonas en una tienda de utensilios, escuché la caída de varios objetos y las disculpas de una voz femenina. Me giré y, en efecto, una chica se había tropezado y sus posesiones se habían esparcido por todo el pedregoso camino del Callejón Diagon. Sacudí la cabeza, dándole a entender que no me importaba, y que no era culpa suya lo que acababa de suceder. Saqué mi varita y apunté a los objetos de la chica.

-Wingardium leviosa -pronuncié en voz alta y clara, con un toque divertido. Las posesiones de la joven levitaron hasta quedar más o menos a mi altura, y las deposité sobre sus brazos cuando se incorporó. Por accidente, habíaelevado a mi augurey-. Uy, lo siento, August. Nunca me acuerdo de que eres demasiado ligero...

Esbocé una sonrisa, y miré a la chica. Guardé mi varita y le ofrecí un par de cuadraditos de chocolate que venían muy bien para el estrés, pues la veía muy agitada y algo perdida.

-No te preocupes, muchacha, en el Callejón Diagon es normal que pasen estas cosas. Si necesitas ayuda, no dudes en preguntarme -sonreí con amabilidad.

La chica negaba con la cabeza parece que no le importara que la empuje mientras cojia mis cosas ella saco su varita e hizo el famoso hechizo Wingardium leviosa yo lo habia utilizado en algunas ocasiones pero como estaba tan agitada no me habia acordado que tenia mi varita entonces mis cosas empezaron a flotar pero tambien la peculiar ave que llevaba la chica Muchas Gracias por ayudarme a levantar todo esto le dije con una pequeña sonrisa y me presente Karen Diggory mucho gusto le di la mano y tu eres? le dije por cierto esta era mi primera vez en el callejon Diagon nunca pense que era asi

Le devolví el apretón de manos con energía y firmeza; tanta, que August se removió incómodo en mi hombro por el repentino movimiento. Reí cuando me picoteó la cabeza, haciendo notar mis raíces élficas por la melodía de mi carcajada.

-Akyu Loup, un placer -sonreí ampliamente-. Vaya vaya, así que ésta es la primera vez que vienes aquí, ¿eh? Curioso. El Callejón Diagon es un sitio animado, aunque muy ajetreado y agobiante. Sin embargo, los artículos y los magos que encuentras en este lugar son muy peculiares.

La acompañé a la plaza principal para que la gente no nos empujara ni los objetos de Karen volvieran a caerse. Una vez liberadas del anterior estrés en el que ambas estábamos sometidas, respiré hondo y me estiré para disfrutar del nuevo espacio. August me imitó.

-Una pregunta... ¿Cómo es que es la primera vez que vienes aquí? Te veo muy mayor para que hayas empezado el curso en primer grado. ¿Vienes de otro colegio?

Si es la primera vez que vengo aunque parezca raro pero tiene una explicacion muy breve entonces mejor nos dirijimos a la plaza ya que hay habian muchas personas aunque era divertido pero no queria volver a caer miscosas y que se me perdiera algo eso seria terrible pense en mi mente que daba muchas vueltas entonces Akyu me pregunto si venia de otro colegio y le dije que Si vengo de otro colegio es mi primer año que voi a Howgarts antes estudiaba en Beuxbatons por ese motivo no conocia este peculiar callejon que es muy alegre y muy visitado

Asentí con interés, afirmando mis sospechas. August ladeó la cabeza, curioso por la multitud de cosas y personas que lo rodeaban. A veces sentía miedo porque no estaba acostumbrado a lugares públicos, y menos aún tan abarrotados de magos como lo estaba el Callejón Diagon. Suspiré, necesitaba una buena casa ya.

-De Beauxbatons, ¿eh? Un colegio muy refinado, si se me permite el comentario. Has hecho bien en cambiarte a Hogwarts, Karen, si lo que deseas es cumplir tus sueños con la fuerza de tus deseos, sean benévolos o malévolos. Bien, bien -volví a asentir, contenta-. ¿Quieres que te ayude con las compras? No tengo nada importante que hacer.

En verdad sí. Había viajado a propósito al Callejón Diagon para visitar Gringotts y obtener una nueva propiedad que se adecuara a mis condiciones actuales, y no era trabajo fácil. De hecho, era muy aburrido, por eso me entretenía mirando objetos mágicos y curiosos. Ahora tenía una buena razón para desviarme un poco de mi deber.

Si un colegio muy refinado asente con la cabeza pero no me gustaba mucho por lo que me transferi a Hogwarts el mejor de todos los colegios que he conocido le dije Pues en las compras no tenia en mente que comprar podria yo acompañarte si tienes alguna compra por hacer y tal vez en las tiendas que compre algunas cosas espero que sean necesarias aveces compro cosas que no me sirven rei y vi en su cara la expresion de que si tenia en mente comprar algo mientras veia a la gente que iba de un lado a otro no era de esas personas que le gustaba salir mucho

Negué con la cabeza resolviendo las dudas de que había venido para comprar algo, o al menos, ella no podía ayudarme. No quise mencionárselo, no era algo irrelevante pero tampoco tenía por qué contárselo. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa mi vida?

-Hmm... Dime qué tienes cosas en mente para comprar, y te diré qué es lo que necesitas realmente -quería probarla, saber si estaba preparada para residir en Hogwarts durante la temporada escolar.

Pense en como podria ayudarla ella era mas grande que yo y creo que en eso concordabamos entonces le dije Pues no tenia encuenta comprar nada pero necesito algunas plumas y pergaminos y tambien tinta para poder escribir sabes donde venden todo eso le pregunte y pensaba si tenia que comprar mas cosas

Cerré los ojos, fruncí el ceño, alcé la cabeza y emití un sonido similar a un 'mmm', concentrándome e intentando recordar las tiendas del Callejón Diagon. Mi memoria no era muy buena, y me extrañaba que me hubiesen elegido como aurora... Aunque había que tener en cuenta que, las cosas esenciales, sí que las memorizaba, pero había muchas cosas que olvidaba.

-Creo que se encuentra a dos calles de aquí, cerca de la tienda de trajes -no estaba muy segura, pero tenía la certeza de que rondaba por aquellos lares.

August agitó sus plumas, con cierto aire burlesco. La memoria que me fallaba, la tenía él, lástima que sólo fuera un animal enrtometido. Le miré mal, pero él me dio un picotazo cariñoso en la cabeza. Sonreí.

-Si quieres, luego de hacer las compras podemos ir al Caldero Chorreante a tomar un par de bebidas.

A dos calles de aqui le dije que bien no esta tan lejo mire como el ave que tenia le dio un picotazo en la cabeza pero era cariñoso me recordaba a un pajarillo que tenia en mi niñez y escuche su pregunta al caldero chorreante tampoco habia ido asi que le dije claro si quiero ir a tomar algo tenia un poco de sed pero antes comprariamos las coasa que me faltaban y mire el cielo que estaba despejado que bien no iba a llover o nos mojariamos todas