Deja vu [Sidilion]

Recuerdo del primer mensaje :

Hacía tan poco que estaba en Hogwarts.. y ya había pasado de todo.. Aun no me podía creer que uno de los amigos que había conocido, según lo que me habían dicho, había muerto. No me especificaron cómo, siempre son esa clase de noticias tan morbosas que sólo los alumnos se inventaban, ya que los cercanos se encargaron de mantener el caso entre profesores y los que presenciaron aquello..
Caminando entre los pasillos interminables y polvorientos, giré el rostro hacia una puerta abandonada. Me detuve, no solía ser demasiado curiosa, pero cuando mi mente comenzaba a inventarse la multitud de posibilidades de cosas que podrían pasar si abría esa puerta, desde luego era incapaz de pasar de ella y no hacerlo.
La puerta hizo un crujido al entrar. Me encontré con una clase vacía, llena de telarañas iluminadas por la escasa luz que entraba por entre las cortinas grises. Avancé hacia los ventanales y corrí las telas, dejando ver una estancia grande.
Pasé el dedo por uno de los pupitres mientras caminaba hacia la mesa del profesor. Aquella sala era interesante, sin duda.. podría venir aquí de vez en cuando. Reí para mis adentros y me senté en la mesa principal, al poco terminando por tumbarme sobre esta.
Suspiré.
Volvía a sentirme sola.. y Dave ya no podría ayudarme.
Fruncí el ceño. Desde cuando era tan dependiente?...
Miré hacia un lado, encontrándome con la empuñadura de la espada que ultimamente llevaba a todas partes.. la había arreglado aun sabiendo que él no lo deseaba. Pero..ya no tenía sentido.

Noté sus brazos alrededor de mi cuello, ahora ya no podía separarme, no quería. Sonreí sin dejar de besarla cuando abrió su boca un poco, me gustaba que hiciera eso, por que no sabía con que me iba a salir en ese momento. No tenía ganas de abrir los ojos, y mucho menos de separarme de ella, la primera chica a la que besaba, sabía de sobra que no me pasaría lo mismo si besase a otra, pero no pensaba hacerlo.
Separé un poco mis labios de los suyos, sonreí, no aguantaría mucho sin volver a sentir sus labios, pero quería decirle algo.

- Chiara... Eres la primera chica a la que beso... No me defraudes...- Dije divertido. Solo quería picarla un poco.

Dudé un momento si sería mejor volver a besarla yo, o que viniese ella por mi, pero no pude aguantar y cedí. El tacto de sus labios era increible, no podía imaginar algo que lo igualase, y por ello sentía la necesidad de besarlos en cada momento, me había creado un vicio.

Sus labios comenzaban a someterse a los míos, tomando partido también. Sus besos se amoldaban a los que le daba, no podía parar.
Pasé mi dedo índice por su nuca, respirando agitada sin abrir los ojos cuando me habló.
Sonreí, me gustaba que fuera yo la primera. Sentía que no iba a dejar que nadie más lo hiciera. Al menos en ese momento, Sidilion era mío.
No pensé en lo de " me gusta hacerlo" hasta horas después, cuando ya era capaz de reflexionar.
- No te arrepentirás.. - susurré sin borrar mi sonrisa hasta que sentí que sus labios volvían a acercarse. Atraída, me dejé llevar, presionando su boca mientras comenzaba a pasar mis manos por su pelo. Expiré aliento, teniendo que respirar de sus labios mientras le hice retroceder unos pasos. Merlín, sabía tan bien... no podía dejar de besarlo una y otra vez, acentuando la intensidad.

Noté que me presionaba un poco para que retrocedira, pero di con la pared. Me gustaba el sabor de sus labios, y al parecer a ella el de los míos, por que no podría separarlos aunque quisiese. Me picó el dragón juguetón, y decidí hacer una pequeña tontería. Abrí la boca ligeramente, y mordí su labio inferior sonriendo. Lo solté y reí casi en silencio. El anclaje que había de mis brazos al rededor de su cintura, no podría romperse ni aun con puro fuego, no quería soltarla, y no lo haría.

Decidí hacer un pequeño descanso. Separé mi cara de la suya unos centímetro, los suficiente como para poder ver su cara bien. Me gustaba ese tono de piel, ese cabello oscuro y liso... Adoraba también sus ojos, era como si hubiesen cogido una pizca de belleza de cada chica de su edad, y la hubiesen juntado en ella. No sabía que decir, por lo que me limité a sonreir.

Me reí un poco cuando mordió mi labio inferior, me gustaba que jugara conmigo. Cuando lo soltó, di tres rápidos besos antes de dejar que se separara un poco, necesitando descansar también. Nunca había estado tan agitada por un beso, seguía pareciéndome extraño que me pasara algo así y con alguien que apenas conocía pero a la vez sentía que si.
- Cansado, joven Griffindor? - pregunté sonriiendo, como si yo no lo estuviera. Miré a sus ojos, hipnotizándome otra vez sin poder apartar la vista. Su forma de besarme no me había recordado a Dave, era lo que había decidido comprobar... Seguramente mi cabeza cada vez era menos racional.- Al final te has arrepentido? - acaricié su cuello desde atrás con mis dedos, haciendo que se estremeciera.

Reí divertido ¿Tanto le costaba despegarse de mis labios? Aun que para ser sincero, a mi también me costo mucho hacerlo. Llevé una de las manos que aun estaban en su cintura hasta su cara. Acaricié su mejilla, sonriendo.

- Nunca me cansaré.- Dije mirándola a los ojos. Noté sus dedos por mi nuca, y tuve que contenerme para no reir, me hizo sentir un cosquilleo particular.- ¿Por qué iba a arrepentirme?... De lo único que me arrepiento es de haberte conocido tan tarde...

Sonreí divertido, bajando de nuevo mi mano a su cintura,y acomodándome contra la pared. No sabía por que me pica todo por dentro, no era escozor, era más bien como si alguien me pasase una pluma de cisne por los pulmones, reí un poco al imaginarme la situación, me gustaba esa sensación que solo podía calmar sus labios. No pude aguantarlo otro segundo más y decidí darle un corto beso.

- Yo siento que ya te conozco de antes - confesé curvando mis labios antes de recibir su beso. Me gustaba que me besara, pero debíamos parar si no queríamos enloquecer..al menos yo, estaba peligrosamente cerca de perder del todo la razón.
Tenerlo atapado contra las cortinas hacía que me sintiera más fuerte, pero a la vez me sentía atrapada entre sus brazos, con el pulso latiendo en mi garganta.
- Si sigues así, no podré contenerme..-advertí, alejándome de su boca y dando un pequeño beso en su cuello para apartarme lentamente de su piel, sonriendo y deshaciendo el abrazo con suavidad. Reprimirme me dejaba un sabor amargo, pero Sidilion no era como los demás..no quería cometer los mismo errores. Por otra parte, mi comportamiento diferente con él me daba miedo.

¿Conocerme desde antes?... Pero si nos habíamos conocido hoy... Me conoce a mi... De nuevo esa voz, era muy extraño, ya me había hartado, pensaba pregntarle, y quería una respuesta. Soy ****... ¿Hmmm?...No puedes escuchar mi nombre... aun debes despertarme... Menuda respuesta me dio.
Separé lentamente mis manos de su cintura, liberándola, muy a mi pesar, de mi abrazo. No me gustaba separarme de ella, eso si que nunca lo había sentido... Yo nunca había tenido la necesidad de que una chica estuviese conmigo, o por lo menos de esa manera nunca.
- Tranquila... Por hoy creo qe ya he tenido suficiente... Otro día más.- Dije sonriendo divertido.
La verdad, hasta el día siguiente aun faltaba mucho tiempo, y yo quería volver a besarla como antes.

Sonreí un poco, alejándome más y mirando la espada en el suelo.
- Creo que.. será mejor que te la quedes, yo no podré hacer nada por ella asi que.. Dave querría que la tuviera alguien que pudiera empuñarla. La rompió por mí, pero sigo pensando en que era importante para él.- comenté al volver la vista hacia él. Llevé mi mano hasta la suya, colocándosela sobre la espada. El arma emitió otra vez aquella luz azulada que contemplé con admiración.
Sonreí.
- Ella está de acuerdo, Sidilion - retiré mi mano y le miré a los ojos unos segundos más. - creo que es hora de que me vaya.. - murmuré, sabiendo que en realidad no quería irme de ahí, pero tendría que ir a la enfermería por las heridas. Quizá no volvería a encontrar a aquél chico con tantas personas que había en el colegio.

Sí, quiero quue la guardes tú...

Acepté a llevarme la espada, sacándola fácilmente del suelo. Fruncí un poco el ceño, la verdad, tendrí que haber ido enseguida a la enfermería no ahora, la acompañaría, pero sería muy evidente que si llevo una katana, y ella cortes en las manos, fuese este el objeto que los produció. Me acerqué a ella para susurrarle algo, no me gstaría que desapareciera de mi vida a partir de ese momento.

- Nos vemos en el bosque prohibido... En un par de días...- Murmuré cerca de su oido, sonreí divertido.

La miré una última vez a los ojos, y sin saber muy bien por qué pero qeriendo hacerlo, di un corto beso en sus labios, y me fui por donde había venido, no podía borrar de mi cara esa sonrisa.

Cuanto eran un par de días?.. bueno, acostumbraba ya a ir por el bosque de noche, incluso me había sorprendido encontrar a más personas con el mismo hobby, pero siempre podrías sorprenderte..aunque aun ninguna criatura de por medio se encontraba en mi camino.
- Si.. Hasta pronto- contesté sonriendo antes de que se marchara, aceptando su beso al cerrar un instante mis ojos y ver después cómo desaparecía tras aquella puerta.
Sonreí para mí una vez sola, pero algo en mí aun no estaba bien. Si, ese chico tampoco era como los demás, pero no me abandonaría a sentimientos fácilmente, apenas lo conocía. Tan solo sería un chico más para pasar el rato?..O un amigo?
No lo sabes.
Dejé de cuestionarme, ya que de poco me valía siempre y me dirigí hacia la enfermería.