Extraño(Aricia M.)

Esto es lo más raro que había hecho hasta ahora, después de mi vuelta a la escuela había caído de aventura a aventura lo cual era tan interesante como desconcertante. Debí haberme quedado en mi sala común hibernando como todos los demás sly, pero algo en mi había decidido salir y casi sin darme cuenta estaba en el baño de Myrtle.
La vi acercarse, la iba a saludar cuando acerco su rostro muy cerca al mio, sin pensarlo retrocedi unos pasos, sorprendido por su actitud.
-Eres realmente lindo.- me dijo con un guiño.
-Gracias…- respondí sin saber si reir o asustarme. Esperaba huir corriendo poco dignamente cuando escuche pasos a mi espalda.

Odiaba hacer deberes y demás cuando estaba cansada. Pasaba cerca del "famoso" baño de Myrtle la llorona. Ahora que lo pienso, uno en especial me trae ciertos recuerdos de mal gusto.
Me quede afuera un par de minutos, todo estaba en silencio hasta que dentro se escucho una resilla un tanto molesta, de seguro era Mytle acosando a alguna persona.

Ahora podía tener dos opciones, la primera era que podía irme y dejar que el se las arreglara solo, total, no era mi problema y no creo que se pudiera enterar d que yo estaba cerca de ahi.
Y la segunda, quizá la más insensata por mi parte era ayudar al pobre individuo. Solté un suspiro y con cuidado abrí la puerta para ver lo que ocurría.

Fruncí el seño cuando vi el escudo Slytherin en la capa, ¿que planeaba? que otro perfecto llegara y le bajara puntos a la casa? Pase de largo y mire a Myrtle -- Adiós. -- La chica desapareció un par de minutos después, haciendo pucheros, rode los ojos y luego mire al chico un tanto molesta.

-- Bien, ¿quien eres? --- pregunte sin rodeos.

Yo no era adicto a los comics, me gustaban, si, pero no era un adicto. Al ver a la chica lo primero que pensé era que se había convertido en mi héroe. Existía en ella cierta actitud fría e indiferente que describía a los de mi casa.

Yo en mi casa me comportaba como ellos y trataba de no descordinar, mas por el aburrimiento que sería pelear con los demás que porque me importara su opinión. La chica le dijo adiós y la pobre fantasma se fue haciendo pucheros, no era mi preferida, pero no pude evitar la pena por ella.

Con un segunda mirada note lo bella que era, su cabello rubio era largo y esos ojos azules parecían brillar con un misterio en ellos, sin darme cuenta, sonreí. Todo en ella llamaba la atención aun con esa actitud indiferente, supe que ella coleccionaría corazones.

-Adonis Estridagos.- respondí con una sonrisa, me acerque a ella.- Estoy agradecido contigo, eres mi héroe… creí que tendría que huir de esa fantasma muy poco dignamente.- puse una expresión traviesa.- Apuesto que me regañaras por estar en el baño de chicas, pero para defenderme… - alce las manos en alto.- alguien me obligo a hacerlo.

Arquee mi ceja, su mirada en mi me hizo sentir un tanto incomoda. Se de ante mano que desde hace tiempo debía acostumbrarme a ese tipo de atención en mi, sin embargo no podía terminar de hacerlo, supongo que apesar de todo, no me gusta ser el centro de atención de cada chico, aunque casí siempre es divertido.

cuando se acerco a mi instintivamente di un paso para atras, no me gustaba que la gente rompiera mi espacio personal, ademas les daría el placer de poder sentirme aunque sea un poco más cerca, cosa que solo una persona tiene todo el derecho de hacer.

-- Un Gusto -- dije no muy convencida de eso. --Je m'appelle Aricia Mclaggen... Jefa y prefecta de Slytherin -- sonreí de manera irónica --aunque supongo que debes saberlo ¿no? -- Sí, lo admito, con algunas personas la arrogancia no era muy presente en mi, sin embargo [casi siempre ] con los Slytherin era de esa forma, tan fria, correcta, Perfecta, podría decirse. -- Más bien, antes de darte un castigo, necesito saber la razón por la cual estas en este lugar --Me crucé de brazos y espere una respuesta que fuera por lo menos convincente o coherente, sino, obviamente no le iría nada bien.

Fruncí el ceño, ahora iba a ser castigado… mi primer mes en el colegio y ya estaba castigado, realmente debía tener un record. Sonreí pensando si me pondrían en un cuadro, el record de los mas castigados o algo asi… debía hacer honor a mi cuadro que aun no existía, si ya era castigado ¿Qué mal hacia algo mas? Se alejo de mi y yo me volvi a acercar con una sonrisa traviesa, ¿A dónde huiría si me acercaba lo suficiente? Me acerque otro paso con los ojos brillantes por la aventura.- Discúlpame, soy algo nuevo en Hogwarts… no te conozco, pero espero hacerlo.- su actitud era de alguien temeroso, yo que habia estudiado el comportamiento del cuerpo sabia que cruzando los brazos estaba tratando de defenderse de mi, de alejarme, me pareció muy divertido.- La razón… es porque sabia que ibas a estar aquí y entre para que me castigaras.- evite reirme aunque quise hacerlo.

No me agradaba que la gente me mirra de la misma manera que el. No era que me asustara, más bien me parecía un tanto acosadora, incomoda para ser sincera.

Sonreí -- Bien, Adonis, obviamente quisieras conocerme, Todo Hogwarts lo desearía así... tienes ventaja al ser Slytherin -- Hice mi cabello hacía atrás, arquee mi ceja. -- De hecho, yo en tú lugar me sentiría afortunado al poder hablar conmigo. -- Si, lo sé, la arrogancia al igual mi ego se habían elevado un poco, por no decir mucho.
Sin embargo no me gustaba para nada que la gente creyera que podrían tratarme de la misma manera que a la demás gente, porque obviamente yo no era como las demás personas.

Solté una carcajada cuando dijo que esperaba que estaba ahí para que yo lo castigara.-- ¿Qué sucede?, ahora es tú etapa de seductor y un mal coqueteo? -- solté un suspiro -- Mira, niño, es imposible que yo caiga en ese juego, simplemente porque soy yo, Aricia Mclaggen -- dí un paso hacía atras y ya había llegado a la pared, me recargue y comencé a pasar mis dedos por entre mi cabello-- Y no te puedo castigar del todo, tendría que dar un reporte y de cualquier modo nos bajarían puntos, cosa que obviamente no sería nada positivo. Así que.... tendremos que llegar a un acuerdo... -- lo mire de manera divertida, como siempre, tener ciertos rangos, traen ciertos beneficios -- Podrías hacer mi tarea, y ese tipo cosas que normalmente hacen por mi algunos ravenclaws. -- sí, algo denigrante para un Slytherin, pero de cualquer modo el no tenía mucha pinta de ser uno.

Suspire, ¿Realmente esta era nuestra prefecta? ¿Este era el ejemplo que les daba a todos? Sonreí fríamente, dispuesto a enseñarle una lección que nunca olvidaría y que con suerte, evitaría que avergonzara mas a nuestra casa. - ¿Sabes en que caso me sentiría realmente afortunado? Si nunca hubiera pasado estar charla…- lo mire fijamente, pero esta vez ya no veía una mujer, era una pena que las chicas de nuestra casa no fueran más que cascaras vacías. Su risa exagerada, su forma de hablar y de fingir indiferencia era realmente aburrida, pensé en decirle que era suficiente castigo escucharla, pero primero la lección.- Quedemos en claro que no, para que desee seducir a alguien debe ser alguien… interesante- resalte la última palabra con una sonrisa fria y que dejaba a luz mis intenciones. Coloque mis manos a cada lado de su cabeza apoyadas en la pared, pero no acerque mi cuerpo al de ella.- Eres realmente tonta ¿verdad? Acabas de decirme que no me castigaras porque eso sería perjudicial para nuestra casa, por lo tanto, ¿en realidad crees que me humillare a hacer tus deberes? ¿De una chica a la que le falta sangre en el corazón e inteligencia en el cerebro? – me reí divertido por la situación.- Olvidalo, cariño, anda a peinar tu cabello.

Sonreí. ¿De verdad había gente tan estúpida que creía que sus comentarios completmente estupidos podrían afectarme si quiera un poco a mi?. En primera el chico era un completo extraño, su apellido no tenía ni el más minimo valor en el mundo magico. En segunda, es obviamente un chico que no conoce los hermosos y perfectos valores de nuestra casa y en tercera, pues no hay un punto exacto. Lo más seguro es que termine destrozado, podría simplemente pedir un cambio de casa, o al final tener que aplicarle un castigo aunque eso perjudicra un poco a Slytherin.

Solte un suspiro, ni ganas de contestarle tenia, pero esto se haría más aburrido de lo que esta.

--Bueno, señor "muy interesante" usted tendrá al final su castigo, puede o no quererlo, sinceramente me importa poco si así lo desea, porque al final la jefa y la prefecta soy yo. En segunda, controlaría tu lenguaje conmigo, no es muy benefactorio si quieres seguir vivo y en tercera; mi cabello no necesita cepillarse, ya que siempre esta perfecto. -- Me acerque a él y mi mirada estaba sobre la tuya --Las cosas se pueden hacer de dos maneras... como yo quiero por las buenas o como yo quiero, por las malas. --Mi tono paso a serio, seco, indiferente, de un momento otro pase a la manera en la que podría a llegar a ser con un hufflepuff. Aunque creo que Adonis esa corriendo con mucha más suerte. l