Compras oscuras (libre)

Acababa de entrar al Callejón Diagon para hacer algunas compras. Me disponía a comprar algunos artilugios de gran utilidad para el momento de una batalla entra magos:
Un libro de magia experimental para profesionales y un libro de magia oculta de nivel experto.

Observaba cada una de las tiendas de ese lugar tan... sucio y lleno de sangre sucia que pasaba por el lugar sin siquiera pensar que la persona que pasaba a su lado era nada más ni nada menos y que un mortifago de alto nivel.

Por fin llegue hasta la Librería de Flourish y Blotts la cual estaba abarrotada de gente.

Logre entrar empujando a algunos mocosos que se interponían en mi camino y cuando ya tenía en frente al vendedor le pedí los libros solicitados.

El vendedor era mucho más bajo que yo y más viejo, sin mencionar la ropa que usaba todo lo demás eran presentable para una librería.

Pase un dedo por el mostrador y al quitarlo note que estaba lleno de polvo

¿Como podría estar una tienda en tan malas condiciones? me preguntaba mientras el vendedor se subía a una escalera para alcanzarme los libros.

Cuando el vendedor me dio los libros, salí del lugar sin pagar ignorando completamente los insultos del sujeto.

Caminaba de vuelta hacia la puerta que ahora era una pared y daba hacia El Caldero Chorreante cuando una figura familiar pasó por mi costado izquierdo.

Di media vuelta y mis dudas se aclararon completamente.

No podía ver su cara, pero por la forma en la que caminaba parecía que Harry Potter estaba en el lugar.

Todavía no estaba del todo seguro, pero era sospechoso; así que lo seguí.

Mi padre ya me había dado la asignación de cada mes, no era mucho, pero sabía administrarlo estrictamente. Desde hacía ya unos meses, mi padre me escribía con normalidad, pero cada vez se me hacía más dificil responder del mismo modo. Saber que había una posibilidad de que él simpatizara con las ideas de los mortífagos y que quisiera utilizarme en su beneficio había hecho que me volviera aun más desconfiada..
Bien, llevaba lo justo para comprarme un libro nuevo, no tenía planeado comprarme uno de mi gusto, había leido que habían publicado un nuevo libro sobre conocimientos de artes oscuras y cómo combatirlas. Se salía del programa de DCAO, asi que convenía saberlo en tiempos como aquellos.
Recogí un ejemplar cuando lo encontré y pasé mis dedos sobre la tapa, pensativa.
Quizá me había vuelto demasiado anormal? Bueno, qué más daba? Siempre me había gustado saber más, pero nunca me había planteado que iba a comprarme un libro de esos.. ya tenía bastante con lo que me había enseñado mi padre.
Fui al mostrador de la librería con el dinero en mano y vi cómo un hombre se llevaba el libro sin pagar. En su rostro arrogante se veía un aire de superioridad que hizo que quisiera retenerle. Dejé el dinero sobre el mostrador y salí del lugar tras él, siguiéndolo entre la multitud. Parecía que él también perseguía a alguien, tenía suerte de haber elegido ponerme mi uniforme. No destacaba de entre los demás estudiantes.
Fruncí el ceño cuando nos hallamos en una calle menos transitada.
- No cree que sería conveniente pagar por lo que ha robado? - dije en voz alta, sin temer.

Observe a la muchacha con cara de asco ¿como una hechicera se atrevería a decirme eso? ¿No sabe que yo soy el más fiel servidor del amo oscuro? creo que no pues lo dijo decidida y en un tono de superioridad.

Empuje a la joven y volví a mi rastro de búsqueda de Harry.

Logre encontrarlo a no mucha distancia así que acelere el paso y cuando llegue hasta él lo voltee con una fuerza que ni yo conocía capaz.

Estaba emocionado: por fin Harry Potter sería expulsado de la faz de la tierra. Pero toda la emoción decayó al ver que no era Potter, sino un niño pecoso con cara de asustadizo que al verme grito

-MAMI, MAMI-

Rápidamente una señora igual de pecosa que su hijo me lo arrebato de mis manos petrificadas y dijo

-suelte a mi hijo-

Cuando la señora se fue de su mano con su hijo diciéndole algo así como: nunca dejes que un extraño te sujete más, PODRAS HABER MUERTO.

De repente me acorde de la niña la cual me había retenido para que pagara los libros.

Me di media vuelta y camine hacia la joven, la tome de la túnica y la mire a los ojos

-¿sabes lo que has hecho?-.

Vi cómo el ladrón pasaba olímpicamente de lo que le había dicho después de mirarme con desprecio y retomar a su presa. No fui a por él, pero seguí observándolo desde mi posición hasta darme cuenta de que por su cara se había equivocado de objetivo o lo había perdido. El muy irritado se volvió hacia mí y me levantó de la ropa sin problemas.
Sonreí. Si no iba a pagar, al menos le había estropeado la cacería, supongo que con eso bastaría.
- Ha perdido algo, señor? - dije aun sonriendo al ver sus libros. Reconocía las portadas de magia negra.
Miré a sus ojos, encontrando aquella densa energía que envolvía a ese tipo de personas, sin embargo, no me intimidé por su aire amenazante. A estas alturas lo que menos me iba a intimidar era algo asi, aun por si acaso, tenía aferrada mi varita por si se le ocurría hacer algo estúpido en medio de la calle. Quien sabe, con los tiempos que corrían cualquiera no tenía la cabeza para mantener la compostura en el momento adecuado, no?

Seguí observándola hasta que me respondió si había perdido algo. La levante más aun y le dije

-niña insolente, ¿tratas así a tu amo? creo que no te han enseñado bien los modales-

Luego la abofetee y ella cayó al suelo con sangre cayendo de su mejilla.

Me di media vuelta y observe el callejón, buscando la salida de ese lugar; no debía luchar con ella, el lugar estaba abarrotado de gente y ya habían visto demasiado por el día así que volví hacia la puerta-pared ignorando completamente a la joven.

Comencé a caminar con los libros a mano sin dejar de pensar en esa niña ¿como podría atreverse a hablar así a un mortifago? esa pregunta me recorría la mente a cada paso que daba.

Por fin llegue a la puerta y me disponía a abrirla cuando de repente un ruido me sobresalto e hizo que diera media vuelta para ver lo que sucedía.

Me llevé la mano a mi mejilla, sintiendo la sangre emanando de la piel.
- No tengo amo, ni mucho menos necesito modales si son de este tipo.. - respondí cuando se estaba girando.
Esta bien, todo el mundo sabe cuando debe callarse, no? Pero no todos saben hacerlo..
El que me hubiera pegado sin derecho y tratado de esa forma habrían sido suficientes razones para que cualquiera quisiera batirse en duelo con ese hombre, pero no eran esas mis razones las que me llevaron a levantarme y seguirlo. Total, tenía casos peores con los que morir ya persiguiéndome a cada segundo. Quería saber qué pretendía aquel hombre y por qué había perseguido a un alumno. A quien buscaba?
No era precisamente ético que persiguiera a alguien sabiendo que mis problemas iban a aumentar, pensé mientras caminaba entre la gente hacia la salida donde se dirigía el mago oscuro, pero si no me metía en el mismo hoyo de donde salia esa gente, no comprendería lo que mi padre pretendía hacer con mi poder en beneficio de esa concepción.
Me escondí a tiempo tras una columna en cuanto el hombre de pelo plateado se daba la vuelta.

Mire a todos lados, pero todo parecía normal... menos algo. En el lugar donde estaba esa muchacha no había nada. Pero eso no era lo anormal de la situación; lo que si era que había un rastro de sangre por todo el suelo que llegaba hasta una columna cercana a mí.

Me acerque espacio hacia el lugar. Luego espere un segundo para reflexionar lo que iba a hacer cuando ella se me lanzara a mí; pues era lo que haría.

Decidí tomar precauciones y tomar mi varita para poder reaccionar rápido en caso de que me atacara.

Cuando termine de meditar todo, sostuve firme mi varita con una mano mientras que con la otra sostenía los libros y con un movimiento rápido observe al lugar.

Estaba empezando a aborrecer Hogwarts.¿Cuando vendrían mis padres a recogerme? Estaba empezando a hartarme de no estar en Noruega, echaba de menos mi arco, a pesar de que lo llevababa conmigo, bajo la túnica, me las había arreglado para coser un bolsillo en la espada, por dentro y llevarlo siempre, no me servía de nada, pero me gustaba tenerlo ahi, la varita la solía llevar en el cinturón de los pantalones, nada poco usual. En fin, no se estaba tan mal en Londres, o por lo menos no tan mal como encerrado en Hogwarts. Deambualaba por las calles de Londres hasta que vi algo poco común... ¿Qué hacía allí una taberna?... Oh, como he podido olvidarlo, el Caldero Chorreante. Entré sonriente y busqué la manera de entrar al Callejón Diagón, Tom inclinó la cabeza indicándome por donde, asentí y saqué la varita, probé varias formas de abrirla, hasta que di con la que era. Al llegar, entré en tiendas de todo tipo, no me salté ninguna, incluso las más aburridas eran más interesantes que estar aburrido en mi habitación, parecía que Krush también se divertía en mi bolsillo, asomándose todo el tiempo.

-¿Qué demonios...?- Afiné la vita, había un hombre con unos libros de tapa negra y una varita. Sería un trabajador común, estaría mejorando su tienda, o eso creería si no fuera por que reconocía ese cabello rojizo que había tras la columna. Sonreí, era Alyss, hacía tiempo que no la veía, desde que estuve en la enfermería.- ¡Oye! ¡Alyss! ¡Hey!.

Me acerqué sonriente, no hice demasiado caso del hombre rubio, fruncí el ceño al fijarme en la mejilla de Alyss, estaba sangrando.

- ¡Alyss!... ¿Cómo...?- Acerqué la mano casi rozando su herida, parecía recietnte.- Siempre andas llena de rasguños...

OJOJOJo puedo entrar!!??))

-se dirgio a aquella mistica tienda, noera de sorprenderse en su haber tenia cientos y cientos de libros de magia negra pero el mas importante de todos, el NECRONOMICON al fin llego ala tienda abriendo la puerta, topandose con un hombre alto ...pudo sentir su aura, oscuridad pura....interesante por lo que sonrio mirnadolo de forma en que solo ellos se entenderian, si de verdad era un buen hechizero osucro lo entenderia.
Despues desvio la mirada y se andetro a la tienda viendo al inocente pueblerinode Sidilion y Alyss....por dios, y sangrando, a lqo eu sin dudar saco su varito y al apunto-
EPiskey!...
-sanando la herida instantaneamente y como si nada hubiese pasado, cmaino entre los estantes de la tienda

Observando la cantidad de gente que se había hecho presente en el lugar, decidí largarme sin levantar sospechas ya que el mago estaba más interesado en la chica que en mí. Así que di media vuelta y me dispuse a salir de ese lugar ten asqueroso cuando un joven mago me saludo con una sonrisa. Entendí que no era alguien peligroso... pero si algo maligno.

Decidí seguir al sujeto para ver hacia adónde iba pues, me intrigaba la idea de que me hubiese saludado.

Lo seguí a una cierta distancia y cada vez que él se daba vuelta disimulaba hacer algo absurdo.

Ya casi me había olvidado de los dos jóvenes, ellos seguramente ni siquiera se acordarían de mi, y si lo hacían, lograría escapar a tiempo antes de que me encerraran en Azkaban.

Me escondí de vuelta disimulando mirar una escoba de mal gusto y cuando siguió su camino yo lo seguí preguntándome hacia donde iría.

-al fi doble en una esquina una que no tenai salida y aprovechando que el hombre lo seguia llevo su mano a su pecho, llevandolo contra la pared, sonriendole aun susurrandole, esperando que nadie los esuchase-
Donogan...y tu?...
-sin miedo y sin tpaujos, le pregutno su nombre, wow! debia admitir que los hombres mayores y sobre todo con esa carga de energia engativa eran su debilidad el sindrome lolita o algo asi-

El joven me acorralo contra una pared con una fuerza impresionante y me dijo su nombre. Luego me pregunto el mío y con una voz maligna le dije:

-Malfoy...-

Luego lo empuje para tomar distancia entre él y yo y luego agregue

-seguro que estas buscando lo mismo que yo ¿verdad?-

Luego lo mire y espere su respuesta, al parecer el estaba aturdido por el empujón, pero no lo había hecho muy fuerte, o al menos eso creía, a veces no soy muy bueno controlando esa fuerza, pero estaba seguro que estaba bien.

Me sorprendió ver a Sidilion por ahí, y más siendo de que apenas conocía nada de Inglaterra. Mi escondite se fue al traste en cuanto me saludó y yo miré hacia el hombre que ya me habia descubierto. Al parecer desechó la idea de enfrentarme cuando bajó su varita con intención de marcharse.
- Estoy bien - susurré cuando Sidilion ya se encontraba frente a mí. Aun seguía con mis ojos en el hombre que habia intentado seguir.. pero no parecía ir a ningun lado en concreto. Quizá estaba dando un rodeo para despistar?
Miré hacia mi amigo apenas unos segundos, pestañeando algo nerviosa.
- Es solo un rasguño...- agrandé los ojos cuando vi a Donogan abrirse camino entre la multitud hacia nuestra dirección. Me quedé inmovil cuando me apuntó con su varita, pero por algun motivo sabía que ya no tenía la misma intención con la que me había amenazado en el comedor. Sentí cómo curaba mi herida y tuve que bajar los ojos. Por qué de repente todo el mundo que había creído que había desaparecido volvía sin explicacion? Coincidencia? Puede... pero aun tenía el asunto del señor del pelo blanco. No tenía tiempo de pensar tanto como solía hacer.
- Gracias..- dije a tiempo antes de que el chico de mi casa siguiera su camino,( ya estaba obviamente habituada a su comportamiento) esta vez seguido por el mago oscuro.
Me quedé mirando la escena unos pocos segundos y devolvi la vista a mi amigo.
- No creo que sea seguro que les dejemos a solas.. - aunque por otro lado, sabia que tendrian cosas en común..pero Donogan me confundía tanto que no sabía si mis sentimientos de protección se veían justificados o no.

-sobres ellos, pendia un foco ya cais en sus ultimas horas de vida util sus destellos dejaban ver como la spupilas de DOnogan perdian ese cyan y mutabana a un pecaminoso carmin, aun sonriendole-
mucho gusto caballero
-fue asicuando la luz zobre ellos, volvio a iluminar esto, suss ojos volvian a su color original-
claro qque no, por que lo mas seguro esuqe tu vengas por magia negra aun de prinpiantes....
-lo miro, cruzando los brazos-

Apareció Donogan como de la nada... De verdad, ese chico era muy peculiar, quería conocerlo, nuestro primer encuentro no fue precisamente... Cordial. Volví de nuevo a Alyss su herida ya no estaba, pero su afán por averiguar lo que tramaban el hombre rubio y Donogan parecía casi tanto como el mío, pero antes de ir a espiarlos, la miré seriamente.

- ¿Ha sido él...? -Pregunté reifiriéndome a la herida.- Lo ha hecho él...¿Verdad?

Sentía como el fuego nacía en mi interior, era como si tuviese la obligación de protegerla, pero apenas la conocía, ni dos semanas y sentía como si fuese... Algo así como mi hermana, intenté calmarme pero no pude contener una pequeña lengua de fuego azul. Sellé mis labios y dirigí la mirada a donde se habían ido, por suerte no lleveba los sonoros zapatos de Hogwarts, llevaba mis botas qeu eran más ligeras y sigilosas. me puse tras una estantería cercana, pero no podía oir lo que decían me daba rabia, ¿Qué tramaba Donogan con ese tipo? Debía averiguarlo, quizás se estaba peleando con él... No, si lo estuviesen haciando haría mucho ruido, aun que Donogan tenía... Ese libro... Setía el mismo dolor, pero más intenso en mi, por suerte había mejorado mis defensas. Hice una señal a Alyss para que se acercase, quizás deberíamos acercarnos más. Avancé de puntillas hasta otra estantería, el ángulo de visión era perfecto, no nos podían ver, aun que nosotros a ellos tampoco, pero si que pude oir algo.

Mire al joven, solté una carcajada y le dije


-mira niño, seguramente has oído hablar de los mortífagos ¿no?, bueno, ellos son los más fieles lacayos del innombrable, y yo, yo soy el más fiel servidor del amo tenebroso, así que dime, ¿me ayudaras o no?-

Luego mire hacia un costado y hacia otro y note que algo se acercaba, así que le dije

-vamos, rápido, no tengo todo el día para ti-

Seguí mirando en todas direcciones, pero no veía nada, solo lo sentía, era como... como un hechicero joven ¿ahora todos se han hecho niños? pensaba mientras escuchaba lo que la joven tenía para decirme.

-Rio por lo bajo, lo cierto era que Donogan lo superaba mucho mucho mas en locura y en conocimiento prohibido, ademas algunso meses atras el señor tenebroso se habia ausentado habia que explicarle algo a aquel altanero hombre-
Tu lo has dicho eres un lacayo, asi que mas respeto por favor que estas hablando con tu jefe inmediato...
-volteo a todos lados susurrando-
Por ahora el señor tenebroso no esta, sabes lo impredecible que es antes de partir me nombro como su mano derecha de hecho tuvimos una praactica juntos le enseñaba necromancia...saca tus propias conclusiones...
-lo miroserio, con la mirada preñada de sinceridad no tenia nada que ocultar todo era cierto

Mire al sujeto el cual estaba tranquilo. Debía sentirse afortunado de no estar en estos momentos en el suelo aturdido por un maleficio.

-la verdad que no me sorprende, que un novato se diga así mismo que es superior a una persona solo por entrenar con él, debes demostrarlo, debes demostrar que eres capaz de matar a alguien ¿qué te parece si ejecutas a alguno de esos jóvenes de allá atrás?-

Dije señalando un hacia la derecha. Lugar donde estaba escondido ese joven. Lo sabía, porque podía sentir su respiración, tan clara como el agua.

Sabía que era un reto para él, pero era la única forma que había de demostrar que él era un mago oscuro en cierta forma.

- y ¿qué dices?-

No seas ridiculo, cansado estoy de los comunes matones mortifagos que ya tienen esa fama, el hacer eso solo llama la atencion y el peligro de perder a los nuestros en azkaban....
tenemos el libre alvedrio pero no podemos ir por ahi actuando tan estupidamente , ademas esto no es un reto por que lo que verdad quieres es que yo haga lo que tu quieres Malfoy, mas obvio no te pudiste ver....
-le sonrio, añadiendo-
Los nigromantes respetamos a la muerte y la honramos ... y si, la necromancia es mi fuerte, si buscas un poco mas de aprendizaje te puedo ayudar
-dio al media vuelta y camino con los brazos cruzados donde Sidilion sin borrar la sonrisa de su rostro-
Sidilion...que grata sorpresa

Le hice una sonrisa forzosa y le dije

-sabía que no podrías... está bien, no te culpo, pero alguien que sigue las ordenes del amo oscuro no temería matar a un insignificante hechicero...-

Luego di media vuelta y salí del callejón, me dirigí hacia la puerta de salida con cara de decepción, pues pensaba que esa persona era mas... maligno y digno de ser una persona tan... aceptable, pero me equivoque, y sentía también que había desperdiciado el tiempo pues ya había pasado casi una hora desde que compre los libros y ya debería estar en mi mansión.

Continúe mi paso sin preocuparme por lo que estuvieran haciendo esos jóvenes, seguramente le estuviera contando la charla y seguramente vendrán tras mi para delatarme o asesinarme... pero daba igual.

Oí los pasos de Donogan, no era tan estúpido, había cazado miles de veces, sabía lo que significaban esas pisadas, sabía que me buscaba, y que me encontraría tras esa estantería, en la que solo había libros con nombras cada uno más raro que el anterior.

- ¡Oh! Hola Donogan, te fuiste antes sin saludar, y bueno, decidí esperarte, hace tiempo que no te veo...¿Cómo va todo?- Por lo menos nos se notaba mi nerviosismo, en ningún modo podría ser capaz alguien de diferenciar cuando mentía de cuando no lo hacía, no cambiaba el rostro ni mi forma de ser.- ¿Quién era ese tipo? ¿Sois familiares?

No me importaba que lo fueran o no, pero quería saber por qué se había parado a hablar con alguien que seguramente era el causante de la herida de Alyss.