Un rincón para los dos solos. [Ethan y Nerea]

Recuerdo del primer mensaje :

Había quedado con él en la sala abandonada, solo para tener un rincón donde estar ellos dos solos y poder estar tranquilos sin que nada ni nadie les molestase una vez más como la última vez que les molestaron.
Se sentó sobre una mesa con las piernas un poco cruzadas y de brazos cruzados esperándole. La verdad es que tenía unas ganas ansiosas por verle de nuevo, de abrazarle y darle algún que otro beso.
Se levantó y empezó a cotillear la clase esa mientras esperaba a que Ethan llegase y se tirase encima de él.

- No dejaré de hacerlo.. - Dijo en un susurro, no les quedaba mucho tiempo allí y quería aprovecharlo al maximo.

Diez segundos, diez segundos tardo en aprender el cuerpo de la chica de memoria, en un esquema superficial por supuesto, pues aun no se veia capaz de llegar mas lejos de lo que suponía acariciar por debajo del sosten de esta, sin embargo eso ahora le parecía el menor de sus problemas. Todo genio tenía un limite. Aun estaba aprendiendo a canalizar la magia de la mismisima naturaleza, y su magia interior no era precisamente inagotable. Hizo varios calculos y evaluo la situacion. Con ella con el sería incapaz de concentrarse mas de un 35% en canalizar la energía necesaria, teniendo en cuenta que todavía no era capaz de canalizar el 100% de energía que un cuerpo aguantaría, esto reduce a un 20% la energía que sería capaz de obtener con ella a su lado. Esto sumado a sus reservas no hacian mas que 15 % de la energía maxima que obtendría sumando la suya a la de la naturaleza. Aquel conjuro de mundo de ensueño consumia una cantidad incomesurable de energía magica, por lo que supo que en no mas de 15, la sala volvería a ser como al principio.

En su primero minuto acaricio suavemente los labios de ella con sus dedos, cerrandolos con tranquilidad y besando despues su cuello y mejillas, preparando el momento que se avecinaba. En el segundo minuto aprovecho para pegar mas a la chica al cuerpo semi desnudo de el, despues tendría que arreglarse la camisa y queria que ella aprovechase ahora, por lo que no dudo en dejarla acariciarlo y besarlo el pectoral y abdominales. El tercer minuto lo gasto susurrando cosas bonitas al oido de la chica, asió su mano y la acaricio tambien, demostrando que estaba ahi, y que su intencion era seguir estandolo siempre, no deseaba separase de ella en ningun momento de su vida. Ella lo había cambiado. En su cuarto minuto no pudo sin suspirar y hacer un esfuerzo final, su mano libre se movia en lentos y pronunciados deslizamientos por el aire, resgandolo para usar la poca magia que le quedaba hasta que el encantamiento se desvaneciese. Y con esto, el quinto minuto llego y con el, cerró los ojos de la chica, y la beso. La beso fuertemente, con ardor, de una manera de la que nunca había besado a nadie. Una súbita sacudida los meneo en el espacio y tiempo y los situo de nuevo sobre una larga mesa, en la que el yacía tumbado sin camisa, con una preciosa dama sobre el, la cual aun lo besaba (cosa que le reconforto) y una enorme fatiga que recorria su cuerpo.

- Y aqui termina la cita de ensueño... - Dijo jadeando con fuerza, ocultandolo como pudo. Se encontraba realmente fatigado

al notar aquellos besos en su cuello acompañados de caricias. Cuando este la pego a él, le empezó a besar en el pecho, los pectorales y abdominales lentamente con sensualidad. Sonrió agarrándole de la mano mientras este le susurraba cosas en el oído, cosas que nunca otra persona le habían dicho, cosas que le encantaban Cerró los ojos lentamente mientras le besaba como nunca antes había besado a alguien.
Cuando abrió los ojos lentamente sonrió al verle allí con ella lo malo es que ya estaban en aquella vieja clase abandonada aun que debajo de ella seguía aquel muchacho hermoso.
Que lastima... Le miró con ternura acariciándole la mejilla.

- ¿Por? Sigo sin camisa.. - Acertó a decir el chico en un suspiro lleno de vitalidad.

Su sonrisa inundo la sala. Abrazo ala chica y la pego a ella, y volvio a besarla. Esta vez el beso fue mas prolongado, y mucho mas suave que cualquier otro. Poco a poco, sin apartarse de ella, se incorporo, con ella aun sobre el, y se puso en pie junto a ella.

- Creo que ha sido una tarde muy intensa.. deberíamos descansar un poco..¿ No crees? - Y una vez mas sonrio ampliamente hacia la chica.

Realmente necesitaba un descanso, su corazón latia a una velocidad alarmante. En parte por ella, y en parte por el esfuerzo. Respiraba agitadamente y un par de gotas de sudor amenazaron con asomar por su frente. Un prolongado suspiro escapo habilmente de sus labios y reino durante un segundo en la sala. Se abotono la camisa, tratando de no mirar la cara que su novia ponia, pues de lo contrario le costaria atarsela de nuevo ya que ese no era el deseo de la chica, por lo que miro al suelo mientras una sonrisa boba surcaba su cara. Si la magia no los hubiera frenado habrian llegado mucho mas lejos.. Eso amplió su sonrisa.

- Te acompañaré a tu cuarto...

Se pego a él besando le tierna mente mientras lentamente se ponía de pie. Al ver que ya se abotonaba la camisa se mordió el labio, no tenía ganas de que se tuviesen que ir ya pero estaba un poco cansada y seguro que el más por usar su magia todo el rato que estaban juntos pero la verdadera magia que había en la sala era lo que ellos dos sentían el uno por el otro. Aquel sentimiento si que era verdadera magia. Le miró a los ojos mientras se quitaba la corbata de este y se la ponía bien puesta a este. ¡Al fin! Un momento del día que llevaba bien la corbata puesta pero esa vez fue por que ella quiso. Agarro la corbata y lo atrajo a ella mientras aprovechaba para besarle lentamente y asintió a que le acompañase a su cuarto pero lo que de verdad quería es que se quedase con ella, los dos juntos en su cuarto durmiendo arropados en la misma cama, algo apretados para no caerse y ella con la cabeza apoyada en el pecho de este. Agarró su mano mirándole a los ojos sin dejar de sonreír le. Era tan perfecto, como era y como estaba. Buf.. Si pudiese en ese momento no se pensaba ni un segundo lo que le haría.
-Vayámonos pues mi vida-