Open your mind, just like us {Libre-Ravenclaws]

Leer un libro es como soñar con los ojos abiertos. Había estado leyendo uno durante estos días, pero justo lo acabo de terminar. Cerré el libro y lo coloqué sobre mi cama. Es sumamente genial tener nuestra propia biblioteca en la sala común. Dispuesto a ir por otro libro, bajé las escaleras de los dormitorios y me encontré con mis demás compañeros.

No estaba completamente llena la sala, había muchos lugares donde sentarte a charlar. Observé a muchos que no conozco, últimamente han estado llegando muchos alumnos nuevos, lo cual es emocionante. También tenemos el asunto del equipo de Quidditch, y con más alumnos existe la posibilidad de comformar un equipo fuerte. Me acerqué a una mesa para tomar un vaso de agua y después caminé hacia un sofá. Me senté y me dediqué a observar a las personas presentes.

Bostezé. Necesito que algo divertido pase en la sala, si no me quedaré profundamente dormido y apenas son las 6 de la tarde.

Mi visita en Hogsmeade había resultado más oportuna de lo que tenía presupuestado. Gracias a mi tienda en el callejón Diagon tenía mi propio dinero para gastar en uno que otro lujo. Esa tarde había ido a comprar cajas de golosinas al por mayor. Sí, podía ser un exceso de azúcar, pero no tenía planeado comerlo yo solo. Me dieron ganas de compartir con mis otros compañeros en la sala común. Así podríamos tener una excusa para soltar los libros un momento y sólo sentarnos a charlar.

—Quienes estén en la sala vengan al centro —dije apenas entré, sin mirar a mi alrededor.

Deposité sobre la mesa sobre la cual solíamos estudiar unas cinco cajas que había comprado, todas ella repletas de golosinas, entre grajeas y ranas. Podíamos ser estudiosos, pero todos teníamos estómago.

Bajé por las escaleras de los dormitorios. Con aire despreocupado. Había algún bullicio en la sala común, estaban un par de alumnos, el chico rubio me sonaba del Callejón Diagón. Creo haber oído murmullos por los pasillos de que tiene una tienda allí. Lo cierto es que últimamente todo lo que escuchaba de la gente, lo hacía de aquella manera. Desde el baile de fin de curso no tomé contacto con nadie.

Jake desapareció y fue un achaque tan violento contra mí que aún no lo había superado. Ya estaba en el nuevo curso, pero sin él. Apenas prestaba la suficiente atención en clase, con lo buena alumna que siempre fui.

Estaba en el nuevo curso, ya en 5º, y tenía muchas obligaciones. Estudiar para los TIMOS, El equipo de Quidditch, etc.

Pero mis preocupaciones sociales eran mínimas. Ya no sabía nada de los Seufzer, tal vez se fueran de Hogwarts después de todo lo acontecido en el baile.

Fuera como fuera, aún con la cara algo demacrada de haber pasado las vacaciones llorando, bajé a la sala común a intentar volver a sacar esa parte carismática y risueña de mí.

Ví a Louis. Tan encantador como siempre. Notaba que tenía ganas de charlas, así que me senté en el suelo cerca de él, pero solo le saludé con la mirada, pues quizás yo aún no estaba preparada para modestos saludos ni presentaciones formales con los nuevos alumnos.

Obviamente todos notaron que entré, pero tampoco fue un hecho insólito. Una Raven más. Sólo los alumnos de otros años quizás me reconocieran como 'Mira, es Erica, la pareja del antiguo profesor Withlock' o tal vez como 'Mira, es Erica, la Guardiana del equipo...'

Fuera como fuese, sentada en el suelo, me eché los pelos rubios de la cara hacia atrás y por primera vez en mucho tiempo me los recogí con una goma para no tener que volver a echarlos hacia atrás.

- Hola... - Dije en general con voz baja sentada en el suelo apoyando la cabeza en el brazo del sofá.

Me distraje cuando vi entrar a Pegasus por la pesada puerta, después sonreí cuando noté lo que llevaba en las manos y que ya había colocado en la mesa. Los chicos empezaron a tomar pequeños dulces y de pronto sentí la necesidad de probar algún chocolate. En eso seguí la mirada de algunos, y le sonreí a Erica cuando se acercó a mí y se sentó en el suelo.

Me puse de pie rápidamente y tomé dos chocolates, le agradecí a Hydrus con un gesto y regresé a mi lugar. Extendí uno de los chocolates a Erica mientras la saludaba con un "Bonjour".

- ¿Había muchos estudiantes en Hogsmeade? - le pregunté a Pegasus. Había pensado ir, pero algunas veces se llena de alumnos y no es muy cómodo caminar y disfrutar del pueblo.

—Estaba repleto —contesté a Delacour con sinceridad— Hubieras visto la cara que me pusieron cuando compré estas cajas. Podría decirse que hoy dejé a varios sin sus golosinas.

Todo fuera para compartir un momento con todos.

Noté que el rostro de Delacour se incomodaba con mi respuesta. Deduje que tenía ganas de bajar al pueblo, pero como muchos otros prefería quedarse en caso de estar repleto.

—Oye, si quieres bajar hazlo a partir de las 6 PM —le aconsejé— Toma la merienda más temprano y no habrá problema— Pero si tienes apuro en bajar, puedes ir al cabeza de puerco. No será el lugar más seguro del mundo, pero está libre de los enanos del colegio. Se puede tomar una buena cerveza de mantequilla sin mucho alboroto.

Vi que Erica me miraba con desaprobación al escuchar mi sugerencia. De seguro no le gustaba la idea por ser un lugar lúgubre y lleno de personajes dudosos.

—¿Qué? Si todas las puertas están cerradas hay que abrir una ventana, ¿no?

Parecía que sí que habían notado mi presencia a pesar de haber tanto revuelo de alumnos. Seguía en el suelo cuando Delacour me saludó en francés. Lo entendí, por supuesto, y mi cabeza no tomó conscencia de ello, pero mi cara dibujó una sonrisa a modo de respuesta.

Me fascinó la forma en la que acercarse a la gente podía sacarle a uno de una pesadilla tan grande como la que yo estaba pasando. Acababa de sonreír, y quería más y más.

Louis me ofreció un chocolate y lo acepté, pero esta vez forcé la sonrisa aún sin hablar demasiado para agradecérselo.

Los chicos estaban hablando de temas triviales, sin importancia. El chico rubio comenzó a hablar sobre Hogsmeade, dirigiéndose a Louis. Era muy simpático, pues miraba a todos los presentes, como en señal de no querer dejar a nadie fuera de la conversación. Dijo algo sobre un sitio poco común en Hogsmeade, y puse cara de extrañeza. Creo que lo interpretó como una mueca de desaprobación ya que dijo mirándo hacia mí:

—¿Qué? Si todas las puertas están cerradas hay que abrir una ventana, ¿no?

Entonces, para no parecerle grosera asentí y dije: Tienes toda la razón - Aunque la voz me salió aún apagada. Mis cuerdas vocales estaban desentrenadas después de tantas horas de silencio y llanto.

Siguieron hablando, y por mi cabeza pasó la modesta idea de presentarme al chico rubio. Pero era demasiado tener que levantarme, poner cara de estar feliz y ofrecerle mi mano diciendo 'Encantada, soy Erica 5º Año y Guardiana del equipo' Pero rápidamente sacudí la cabeza quitándome la idea de la cabeza y diciéndome a mí misma que si quería salir del pozo tenía que hacer ese tipo de cosas, abrirme a nuevas relaciones, conocer gente, y sentirme acogida de nuevo por gente a la que pudiese llamar amigos.

Así pues me levanté poniendo todo mi empeño y apoyando mis manos en el brazo del sofá, pero antes de estar completamente levantada, Anna había irrumpido en la sala con una tonelada de libros en los brazos y había saludado a los chicos. Me quedé de pie y sonreí levantando la mano a modo de saludo: Hola Anna. - Quizás no me conocía, pero yo si a ella. Era de último curso y me encontraba muchísimas veces con ella en los rincones de la biblioteca ojeando libros.

- G-Gracias por el chocolate - Dije. No sabía muy bien si me dirigía a Louis por ofrecérmelo o al chico rubio por traerlo, pero al menos articulé palabras. Entonces en una eufórica idea de pensar que todo podía mejorar, volví a coger la goma del pelo y a soltarme mis cabellos rubios, como de costumbre.

*Apareci leiendosin mirar al horizonte mi libro de mi tio cuando oi voces en la sala comun sin mirar a nadie dije*

-Hola buenas...-[/b]-dijese notaba que estaba leiendoy concentrado en la lectura cuando la olor a chocolate me despisto y baje el libro vi dos chicas y dos chicosbueno conmigo tresy mire las chocolatinas meapetecia cojeruna pero nose de quien eran y si estaban ali para picar y ademas era nuevo sociable lo era pero si callado timidio no creo que lofuera asin que deje el libro y dije mi nombre por educacion y presentacion asin podia relacionarme con mas gente[b]-Mi nombre es Erik..Erik Sanguini...-dijeespero queno les importe que sea un descendiente del vampiro Sanguini no lo era pero tenia esos pdoeres ocultos de un vampiro pero sin ecesidad de sangre mie a los presentes y dije con permiso-Puedo cojer chocolate por favor...-dije esperando la respuesta mire a los demas esperando susnombres habia una chica que por su cara estaba algo triste o desanimada asin que nose si empezaria yo hablar o ellos pero ellos ya comenzaron a dar tema de conversacion.

—Adelante, para eso lo compré —invité a Sanguini a sentarse— Tú también, Anna. Recuerda que me debes una carrera en escoba y el azúcar te va a dar energía.

Me gustaba vernos reunidos en medio de la sala común, porque aprovecharía de tratar con aquellos con los que no me relacionaba usualmente. Quizás por eso entre todos los dulces que había adquirido había decidido llevar más chocolate, porque la gente suele olvidar sus problemas cuando lo consume, algo así como el alcohol, pero que hace menos daño,

Me fijé en Erica cuando concordó conmigo. Sabía su nombre, conocía su apellido, pero nunca nos habíamos presentado. Lo mismo me pasaba con gran parte de mis compañeros. Quise aprovechar el momento.

—Creo que la mayoría no se conoce —les sonreí— Tal vez sepamos nuestros nombres, pero qué importa. Yo soy Hydrus Pegasus. ¿Y ustedes?

Muy pocas veces tengo el placer de hablar con mis compañeros. Mucho menos de presentarme con todos. Sonreí cuando más alumnos se unieron a nosotros, entre ellos Anna, a quien salude con un gesto, y un chico al cual no tenía el placer de conocer. Me acomodé en mi asiento y asentí ante las palabras de Hydrus.

- Soy Louis - me dirigí a todos - acompaño a esta dama en la prefectura de la casa - señalé a Anna, sonreí - y me alegra que los Ravenclaws se unan para comer chocolate - añadí.

Hice un espacio en el sofá donde me encuentro e invité a Erica a sentarse allí. Luce cómoda sentada en el suelo, pero por una extraña razón siento que debería tratar de levantarse.

- La tristeza sabe como hundirte, pero si no tratas de evadirla, te será difícil levantar el rostro y sonreir - le dije a Erica en secreto, le susurré al oído. No sé que pasa en su vida, pero si puedo ayudarla, lo intentaré - ¿Quieres sentarte aquí? - le pregunté, sonriendo de manera sincera.

Se unió un chico nuevo al poco rato de presentarse Anna. Era totalmente desconocido para mí, seguramente fuese nuevo, ahora que iba a comenzar el nuevo curso.

Parece que el chico rubio leyó mi mente y creyó necesario una presentación formal. Me alegró que no tuviese que comenzar yo, ya que Louis le siguió.

El chico rubio dijo su nombre, Hydrus Pegasus.Era un nombre muy curioso, pero con mucha personalidad. Creo que le iba muy bien ese nombre.

Louis se presentó como el prefecto señalando a su lado la bella Anna, también prefecta de la casa. Pensar en las Prefecturas me hizo recordar a Jake. Él era miembro honorario de la casa. Pensar en él me causó como una ácida sensación mental que al parecer se reflejó en mi cara, ya que Louis, amablemente me ofreció asiento y me invitó a superar mis problemas y a luchar por salir de aquél pozo de depresión. De veras lo intentaba con ganas.

- Gracias Louis - Le sonreí, y antes de sentarme miré a todos y clavé mis ojos en los de Hydrus y me presenté: Yo soy Erica Rowland, 5º Curso y Guardiana del equipo de Quidditch. Encantada - Dije - Siento, si no estoy muy lúcida, no han sido las mejores vacaciones del mundo - Dije, disculpando mis apáticos modales, y no parecer grosera con mi cara poco sonriente. Pero me callé sin entrar en detalles, no quería convertir aquella simpática velada de compañeros en la sala común en una reunión de solteros abandonados anónimos.

Acerqué mi mano al chico rubio, y después a este chico nuevo, Sanguini, pues me parecían los más desconocidos para mí. Después me senté al lado de Louis llevándome otro chocolate a la boca y pensando sobre que tema podía hablar. Era todo lo que me apetecía en ese momento.

-De la habitacion con el pentagrama invertido en la puerta se escucho una sonora risa, si la habiatcion apartada, era un noble un conde debia tener su privacidad el motivo de su risa era causado por que al fin habia logrado crear un compuesto 1080 uno de los mas potentes venenos, eso era lo que habia ocasionado su risa(similar a la del video)

hizo una breve pausa en sus aposentos para darle orden a sus creaciones, misma pausa que sirvio para escuchar el buillicio de la sala comun por lo que decidio abrir la puerta y saca la cabeza para ver que habia, de la habitacion se despedia un aroma a incienso, una vez con la cabeza fuera pudo ver a los prefecto que NUNCA habia visto trabajando, y algunos de sus compañeros que estaba ahii, por lo que rodo los ojos y suspiro, volviendo a su habitacion cerrando la puerta de golpe

*Note un movimiento de una puerta debia ser ese tal Donogan Bathory lo notaba por su olorporqueme pasaba esto a el porque estaba destinado a tener estos pdoeres y sentidos si no era uno de ellos escuche atentoalosdemas comiendo una rana de chocolate y dije*

-Perdonar pero Donogan le pasa algo-dije interrumpiendo la conversacion y sonrei con una cara de dudas en mi.


*Espere respuesta y mire hacia la puerta algo le estaria pasando a el o algoraroni idea el raro era el siempre era el raro mira a los demas y me sente comodamente escuchando a Louis anna Hydrus un nombre muy bonito parece una constelacion*

Era agradable escuchar los nombres de mis compañeros y ver cómo cada uno tenía su manera de hacerlo. Por ejemplo, Lois se había dirigido a todos nosotros cuidando de no dejar a nadie atrás y Erica se había presentado con una mezcla de dulzura y una evidente melancolía en sus ojos.

Donogan llamó mi atención. Hacía mucho tiempo que no veía a alguien tan apartado. No iba a pasarme todo el día preguntándome el por qué de su actitud, pero lo que podía hacer era tratar de reunirnos. Anna dijo que siempre era así de apartado y Erick podía darse cuenta de las actitudes de él. Parecía ser todo un personaje.

—Pero la idea de esto es que nos reunamos —dijo mientras el chocolate se derretía en mi lengua antes de bajar por mi garganta— ¿Nadie lo conoce más o menos bien? Para que quiera acercarse a comer algo o simplemente sentarse.

Quise hablar. Sentí la tremenda necesidad de hacerlo. Esa chispa de habladora se había encendido en mí.

- Bueno, Donogan considera este tipo de eventos y reuniones entre estudiantes una perdida de tiempo. - Dije con honestidad y tratando de que mis palabras no sonaran discriminativas, pues no lo eran. - Él no suele llevarse bien con nadie, en especial con las chicas. Su mundo gira en torno a sus libros de 'Artes oscuras', Charlas prolongadas con algún dudoso Slytherin y Revistas de moda muggles.

Creí no haber hablado demasiado. Pero dije todo rápido, como si me hubiese aprendido todo ese párrafo. Tal vez lo hubiera hecho. Son tantas las veces que la gente hablaba de Donogan y tantas las veces que yo respondía que no había por qué preocuparse de su premeditada actitud.

Tomé una ultima chocolatina, el estómago aún no estaba acostumbrado a tanta glotonería. Y me levanté del sofá escrutando las caras de mis compañeros intercalando sus opiniones casi como si estuvieran conectados mentalmente. Fui a el perchero junto a la puerta y saqué un bolígrafo de mi bolso. Siempre llevaba ese tipo de cosas en el bolso. Haber pasado tanto tiempo en el mundo muggle me hacía apreciar ese tipo de cosas, en comparación con las plumas y tinteros que aquí en Hogwarts usábamos.

Escribí en la palma de mi mano una nota. Encapuché el bolígrafo y me acerqué de nuevo al sofá mientras prestaba atención a lo que los demás decían.

*Escuche a Erica aqui cada uno tiene sus secretos y yo tenia en el mio no lo dejaria notar por nada delmundo asin que tome mi pocion para asegurarme que estaba bien aquellanoche sin ataques de sed ni nada por el estilo asin que Donogan tenia una fama de esas de mediocridad punta vaya para que unirse a los mortiofagos los que se unen es que tienenn miedo y pense que donoganno lo tendria y sonrei desviando mis pensamientos y pregunte*

-De donde sois yo soy de aqui de hogsmeade a las afueras...-dije sonriendo

Donogan entró con toda la teatralidad del mundo. Nunca he hablado con él pero digamos que estoy algo acostumbrado a su forma de ser. Todos nos distrajimos al verlo entrar, e Hydrus de verdad parecía preocupado. Erica dijo casi todo lo que yo pensaba así que no mencioné nada hasta que Erik habló.

- Yo nací en Francia pero actualmente vivo con mis padres y mis hermanas aquí en Londres - me aclaré la voz antes de hablar - Estudié en Beauxbatons, digamos que estoy aprendiendo como ser un chico inglés. Tengo que admitir que la comida es mejor aquí.

Sería interesante vivir en Hogsmeade, no me sentiría tan lejos de la magia del castillo como cuando me voy a casa en vacaciones.

Erik había interrumpido los pensamientos a cerca de Donogan, preguntando por nuestra procedencia. Ya sabía que Louis era de Francia, pero no sabía que Anna provenía de Durmstrang, siempre la creí de Hogwarts desde un principio.

- Yo nací en Bristol, aquí en Inglaterra y vivía con mis padres hasta que entré en Hogwarts, que poco después mi madre desapareció - Tragué saliva pero no me sentí afligida, consideraba aquello una herida prácticamente cerrada, incluso aún cuando encontraba carteles de bruja desaparecida por las calles de Hogsmeade y algunos rincones de Londres mágico. - Y mi padre, bueno, está superándolo, por lo que hae 2 años que vivo con mi abuela muggle, aquí en Londres.

Creí haber dado la mejor descripción de mi procedencia, así que escruté las caras de mis copañeros esperando una cara de asombro o aprobación. Quizá un simple asentimiento con la cabeza para dar paso al siguiente testimonio.

Me aclaré la voz mientras me echaba los pelos rubios de la cara hacia atrás.

Siempre había pensado que Erica era de sangre pura, pero resultó que tenía sangre muggle por sus venas, al igual que yo. Debí suponerlo al ver ese brillo especial en sus ojos que radiaba dulzura, característico de los muggles. Su madre había desaparecido y por eso debía tener ese aire melancólico, pero yo me sentía feliz por ella. ¿La razón? Al menos ella estaba segura de que su madre la quería, en cambio yo sabía que mi madre estaba viva, pero había decidido no criarme, no verme crecer, no ser parte de mi vida y en definitiva a no ser mi madre.

Viendo que todos habían compartido parte de sus vidas e historias, también quise hacerlo. Aunque era mucho más aburrida que la del resto.

—Soy nacido en Londres y como mi madre era muggle, nací en un hospital muggle —comencé explicando— Pero por circunstancias de la vida viví solo con mi padre en Hogmeade hasta que cumplí los 11 y llegué a Hogwarts. Me quedé a vivir en el castillo, porque con los viajes de trabajo de mi padre apenas tenía tiempo para mí, así que para solucionarnos la vida a ambos me vine a vivir aquí.

Tomé un chocolate más dando a entender que ya había compartido parte de mi historia.

—La vida puede ser dulce o amarga —dije mientras el sabor del cacao atravesaba mi garganta— Pero de las dos formas es deliciosa —dije saboreando el chocolate.

Hydrus, el chico rubio, había permanecido atento a mi comentario. Sentí que me entendía por alguna extraña razón, y luego una vez escuché su testimonio, entendí por qué. Su madre había decidido apartarse de su vida. Si bien no era el mismo caso que el mío, el sentimiento de abandono o de soledad era similar.

- ¿Y a qué se dedica tu padre? - Pregunté, por curiosidad, intentando alejarme del tema maternal, pues posiblemente no fuera el mejor momento para hablar de ello. Quizás en una conversación y lugar aparte fuese indicado, pero no en aquél momento. Aunque ya sospechaba que los demás conocían la historia de mi madre. Si bien no era una bruja conocida, si lo fue su desaparición.

- Quiero decir, por curiosidad, por eso que has dicho sobre los viajes, y todo eso... - Aclaré.

Después de esto crucé los brazos mirando algún sitio donde sentarme, pero sin perder de vista a Hydrus, que estaría apunto de contestarme.

Estaba dispuesto a seguir escuchando las historias del resto junto con sus lugares de procedencia y anteriores escuelas cuando mi hsitoria pareció llamar la atención de Erica como a mí me había llamado la suya. Probablemente nuestras historias no eran tan diferentes en cuanto a las secuelas y los sentimientos que dejaban huella en nosotros. Fue por eso que contesté sus dudas encantado.

—Es cierto, no mencioné en qué trabajaba —dije apenado— Él observa criaturas mágicas alrededor del mundo. Tú sabes, para averiguar cosas de ellos que no se han descubierto aún y luego escribe sobre ello. Claro que a veces se mete en problemas por contemplarlos muy de cerca —reí recordando aquella vez en que olvidó ajustarse las orejeras antes de examinar a una banshee. El resultado fue que quedó noqueado en el suelo al escuchar su grito mortal. Era un total distraído.

Me quedé tan concentrado en las divertidas escenas de mi memoria que olvidé en dónde estaba y con quiénes estaba.

—Oh, lo siento. Me distraje —me disculpé. Al parecer yo no era muy diferente a mi padre— A propósito, ¿sus padres qué hacen?

*Escuche donde vivian y me alegre de saberlo bueno a la pregunta de hydrus de si imis padres trabajan como podia decirles que mi padre era semi vampiro y lo mataron los mortifagos no queria mentir asin que dije casi todala verdad pero nada de semi vampiro los mire*

-Mis padres murieron por los mortifagos pero creo que eran aurores...-dije recordando lo poco de mis recuerdos-Vivo con mi tio que se dedica a escribir reatos de su vida...-dije sin decirles nada creo que si me pillasen tendria de decirles todo pero nose tenia miedo.

*Coji una rana de chocalte y me la comi y coji otra jugando con ela mientras saltaba y emepze a cantar una cancion bajo una nana muy melodiosa y bonita recordando esos momentos de miedo y venia mi madre sonrei a veces los hechaba demenos demasiado y todo y dije lo unico que se me ocurrio*

-A veces se hecha menos un abrazo de tu padre o madre o un beso de buenas noches..-dije comiendome la rana por fin.

No pude evitar dibujar una sonrisa y agachar la cabeza cuando Hydrus explicaba el trabajo de su padre y se ensimismaba en sus pensamientos, quizá recordando algo divertido. Su pelo rubio y esa cara de estar como en otro lugar le daba un aire infantil, y hacía realmente gracia.

Después, cambié mi gesto, volví a poner cara de seriedad, mientras Erik explicaba lo de sus padres. Tenía la certeza de que sus padres fueron brutalmente asesinados por mortífagos. Yo no tenía esa seguridad, pero a menudo sospechaba que mi madre...En fin, que no estaba realmente desaparecida, y que quizá algún mortífago hubiese andado de por medio en esta historia.

Sonreí a Hydrus, indicándole que había prestado atención a su relato, y de repente volví a sentir la necesidad de hablar, dejándo de lado los pensamientos negativos.

Era algo sumamente adictivo. No sabía que charlar era tan liberador, mientras lo hacía, no recordaba nada de lo anterior. Nada del baile, de que me dejaron plantada, de que Jake desapareció, del regreso del Señor Tenebroso, del ataque mortífago en la escuela... No recordaba nada de eso mientras hablaba.

- Mi madre se dedicaba al arte de la adivinación. Era buena estudiante, pero nunca fue ávida de habilidades potentes. Mi padre, pertenece a una familia de Slytherin bastante acaudalada. Él fue Raven, como yo, y su ambición en la vida era convertirse en profesor de una escuela de magia. Pero no pudo, y ahora trabaja para el Ministerio de Magia. Aunque desde hace tiempo se da de baja cada poco tiempo y luego vuelve, según se encuentra.

Creí haber narrado la Biblia en verso, pero era esa adicción a hablar que comenzaba a llenarme cada hueco de mi cabeza. Apenas había parpadeado, y tampoco había dejado de sonreír, mientras escrutaba la cara de todos, y miraba a Hydrus, contestándo a su pregunta, la misma que yo le había hecho segundos antes.