Tomando algo que pueda sacar del aburrimiento. [Libre]

por Liv Sula Scodel Vie Sep 09, 2011 4:41 am

Necesito desconectar... Fue el pensamiento que tuve mientras observaba la ventana de mi habitación. La casa estaba tan vacía últimamente sin Charlotte y el echo de vivir alejados del resto del mundo no ayudaba para nada. Era un mortifago, si, pero a veces se echaba en falta el simple echo de oír el ruido de las calles. Me levanté de la cama dejando el libro que tenía sobre mi regazo a un lado y me miré en el espejo. Hacía días que no salia y mi imagen se había descuidado bastante. Ojeras, pelo enredado. Miré el reloj y al ver la hora decidí salir a tomar algo por ahí. Me metí en el baño aseandome bien, sintiendo como mi cuerpo gritaba aleluya. Después de enfundarme en un vestido corto de color negro y recoger mi pelo en un moño decidí salir de aquel sitio. Opte por llevar un zapato plano, cómodo y un pequeño bolso donde garudé mi querida varita. Suspiré y salí por la puerta.

Llegué a aquel bar al que me di cuenta de que no entraba mucha gente. "Perfecto" pensé. No tendría por que esconderme. Me acerqué a la barra y pedí una hidromiel a un tabernero algo mayor. Esperé a que me lo sirviera y me puse a contemplar el lugar. No había mucha gente, un par de borrachos clientes habituales. No era un sitio especialmente grande, con una escalera al fondo que me pregunté hacia donde iria. El lugar no tenia muy buena higiene, pero no me importaba. Había estado en sitios mucho peores. Me distrajo de mis pensamientos el camarero al cual pagué y luego cogiendo el vaso me fui a una mesa alejada de la puerta, pero con perfecta visión de todo el establecimiento. Había oido que había mas mortifagos por el pueblo, pero solamente había visto a pocos. Dí un trago a mi bebida esperando, quien sabe, algo de compañía.

por Dominic Tereshkova Vie Sep 09, 2011 12:03 pm

Clases, clases, clases, y en todas ellas iba mal. ¿Acaso la educación impartida en ese enorme castillo era tan aburrida como sus absurdas diferencias entre sus casas? No estaba harto, algunas cosas parecían interesantes, otras un poco menos, sin embargo, y muy a pesar de las reglas dentro del castillo, salté la reja y me fui de pinta, hice novillos, me salté clases o cómo fuera que lo dijeran allí, me asombraba la exquisita variedad de acentos que encontraba dentro del castillo. Eso, era lo más interesante de todo.

Anduve por las calles hasta que encontré un bar de mala muerte, y bueno, si estaba brincándome reglas, ¿por qué no una más? Entré y me acerqué a la barra, le pedí al cantinero, con un tono poco amable y, según yo, característico de las personas que entraban en ese lugar, que me sirviera uno de sus whiskeys más fuertes. Lo colocó delante de mí de mala gana, un poco se derramó, le dediqué una mirada de "seguí haciéndote el boludo y te rajo", apuré el vaso, bebí todo de un trago y comencé a tocer ruidosamente por el ardor en la garganta. Lo bueno es que no había mucha gente dentro que mirara mi vergonzosa actuación. Aunque comportarme como chiquillo delante de la chica en la mesa del rincón... huumm

por Lucan Spungen Vie Sep 09, 2011 1:03 pm

Como todo buen Slytheirn, sentía desdén por ciertas reglas. Una de esas era que no podía estar fuera de la cama en altas horas de la noche y menos para ir a un lugar tan poco "seguro" como era el Cabeza de Puerco, que era adonde me dirigía. Era el único lugar en el cual podía verme libre de todas esas caras coloridas y voces chillonas de ciertos personajes indeseables el colegio cuyos nombres no tenía la intención de recordar.

Momento me dijo el hombre en la puerta Tú no tienes la edad suficiente para entrar.

Alcé una ceja ante ese gorila sin cerebro. Yo le enseñaría con quién estaba tratando. Saqué de uno de los bolsillos de mi abrigo un buen monto de galeones que ni miré y lo puse en el bolsillo del sujeto. Con eso se ablandaría.

¿Decías? pregunté con voz altanera

Pase usted, señor Spungen contestó cordialmente el débil hombre.

Sin perder más tiempo, entré al oscuro lugar en el cual no se podía saber con certeza quién bebía a tu lado. Si alguien del colegio me viera allí dentro pensaría que ando en algo oscuro y tendría razón en pensarlo. Algo en el ambiente de ese lugar me indicaba que debía poner atención y yo siempre obedecía a mis instintos.

Mi vista recorrió las mesas una por una viendo a mi compañero Dominic entre ellas, pero mis ojos se detuvieron cuando distinguí con dificultad una marca tenebrosa que se ocultó rápidamente bajo su manga. Busqué el rostro del dueño de esa particular marca y encontré que era una chica que bebía tranquilamente.

¿Quién lo diría? pensé divertido Si no hubiera visto su marca, jamás pensaría que se tratara de una seguidora del señor tenebroso.

Sigilosamente me senté cerca de ella, pero no demasiado. Gente con su vocación se sentía fácilmente importunada y no quería provocar más de lo necesario.

Deme algo costoso y fuerte pedí al cantinero Podría ser mi último trago considerando que el señor tenebroso está rondando por ahí hablé con intención de ver qué reacción tomaba la joven cercana a mí.

por Dominic Tereshkova Vie Sep 09, 2011 10:08 pm

Me recompuse de a poco. Intenté pasar desapercibido por los comentarios que había escuchado en la mente de aquel chico que entró en la taberna. Por el reflejo en mi sucio vaso miré dónde se sentaba y me percaté de las miradas furtivas que le echaba a la chica que había llamado mi atención poco antes. No estaba bien informado de todo al respecto de ese tan sonado "Señor Oscuro" su fama no era internacional y en mi país su nombre tan sólo servía para vender copias de periódicos.

Con un gesto de mi mano, le indiqué al cantinero que me sirviera otro igual, me miró con desdén pero igual me sirvió lo que pedí. Su mirada no me interesó, ahora mi atención, disimulada, estaba centrada en esas dos personas. Quería, ante todo, saber más de ese tal Lord Voldemort.

por Liv Sula Scodel Dom Sep 11, 2011 5:07 am

Me acomodé el vestido que llevaba, la verdad reí para mis adentros imaginándome como se me debería de ver en ese bar de mala muerte yo apostada como una princesita. Le dí un trago a la bebida, y me centré en observar a la gente del bar. Las mesas estaban casi vacías, en una de mas al fondo reconocí a alguna que otra persona, pero tampoco me importó mucho no prestarles atención.

Algo me llamó la atención. Un chico jovencillo, quizás ni si quiera podría entrar aquí, estaba pidiendo de los whiskys mas fuerte. Novato... Pensé. No sabía donde se metía y por la reacción que tubo pude comprender que el tampoco. Reí observando ese breve espectáculo y vi como otro chico entraba. Ambos del colegio, pero el segundo parecía algo mayor. Me acomodé en mi silla mientras pedía al camarero otra hidromiel. Sentí la mirada del chico en mi brazo, observando mi querida marca. La verdad, es que en aquel bar siempre había muchos mortífagos y ya estaban acostumbrados a verlos.

Cuando vino el tabernero con mi hidromiel, escuché como se sentaba y pedía el segundo joven. Comentario atrevido, pensé para mis adentros. Al verle observarme de reojo comprendí que intentaba hacer. Le sonreí enseñándole la marca. Pasé un dedo por encima e hice que la serpiente se moviera. Después le dí un trago a mi bebida y dejé de mirarlo, aun sonriendo.

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