Tomando un respiro [Granger]

Estaba cansado y decidí tomarme un respiro, así que no tuve mejor lugar que ir al invernadero ya que a esta hora no habría nadie. Al llegar entre y comencé a caminar entre las plantas, me encantaba ver tanto verde. Me adentre mas en el invernadero y me senté en un banco que allí había. Comencé a pensar en mi familia y en todas las responsabilidades que esta me daba, obligaciones que no quería tener y no me gustaban nada. Recordé mi infancia con melancolía, pues en esa época todo era mucho mas fácil. Sin embargo, no me dejaría vencer por unas estupideces. Al fin y al cabo, terminaría haciendo lo que sentía. Estaba cansado de recibir ordenes de todas partes y el colegio se volvía cada ves mas denso, últimamente estaba con muy mal humor. Peor de el que tenía diariamente y comenzaba a odiarme a mi mismo.Permanecí sentado hundido en mis pensamientos.

Había cometido un imperdonable descuido: olvidar mi libreta de apuntes sobre herbología en el invernadero. Apenas logré librarme de los innumerables deberes que me retenían en la sala común de Gryffindor, me apresuré a dirigirme a aquel sitio. Disfruté del recorrido, con aquel aroma de hierba fresca, húmeda por una ligera brisa. Me sorprendí al encontrar abierta la entrada del invernadero. Entré sigilosa, admirando a mi paso las muchas plantas que allí habían. Finalmente divisé aquello que con tanto ahínco estaba buscando, tomé la libreta, dispuesta a salir de inmediato. Logré escuchar entonces el sonido de un frágil tronco de madera al romperse, tenía la extraña sensación de estar siendo observada. Con un movimiento bien calculado, extraje mi varita del bolsillo de la túnica y continué avanzando por entre los enmarañados pasillos.

-¿Hay alguien allí?- Pregunté llanamente, apuntando hacia el sitio de donde había provenido el sonido, haciendo una pausa, en espera de obtener respuesta.

Sentí la presencia de alguien en el lugar, al parecer había tomado algo y se había ido o no del todo. Estaba muy distraído como para notar si se había ido o no, así que no le di importancia. Mire a mi alrededor, mucho verde, plantas, plantas ohh y.. más plantas.¿ Pero si me molestaba porque demonios estaba allí? De todos modos, quería estar solo. Tenía la mirada perdida en una planta que llamó mi atención en cuanto una voz me saco de mi trance.
-¿Hay alguien allí?
-Ahh? - la voz provenía de la entrada, era una chica. Me parecía familiar así que avance hasta la entrada y cuando pude ver era..
- ¿Granger? ¿Qué haces aquí? -estaba sorprendido, ¿ Qué hacia ella ahí? Siempre metiéndose donde no debía estar. Bufé y al ver que tenía su varita fuera yo también saque la mia.
- ¿Acaso quieres pelear? -la mire fulminandola con la mirada.

Al parecer no era yo la única sorprendida, ¿qué podía estar haciendo Draco Malfoy en el invernadero?, me pregunté a mí misma. Desde que Hogwarts había reabierto, eran contadas las veces que había visto a Draco Malfoy, ya fuera en los pasillos del castillo o en las aulas. Su aspecto parecía más demacrado de lo usual, como un estigma de la profunda preocupación que lo aquejaba. Dí un paso hacia atrás aún sin bajar la guardia ni por un instante.

-Una libreta de apuntes, ¿lo ves?.- Dije con von voz clara, mostrándole brevemente la libreta que lalvaba sujeta con la otra amano, intentando con ello obviar el hecho de que no estaba en aquel sitio por la simple intención de "merodear" en los alrededores del castillo.

-Esto no tiene ningún sentido...- Murmuré con cierto hastío, lentamente, dejé de apuntarle con mi varita. Estaba segura de que no había motivos suficientes para armar un lío. Hubo entonces un momento de silencio, no sabía que más decir, después de todo nuestra relación siempre se había caracterizado por su algidez.

Me quedé parado observando su libreta, era obvio que no tenía intención alguna de pelear conmigo así que guardo su varita y yo le imite. Seguido de eso un silencio se apodero de la situación y al notarlo carraspeé mi garganta para interrumpirlo.
-No te he visto desde que comenzaron las clases.. -dije intentando sacar conversación aunque eso no era normal en mi, ¿desde cuando tenía ganas de hablar con Granger? ¿Y qué razón tenía para hacerlo? Definitivamente había perdido la cabeza. Miré hacia otra dirección esperando una respuesta de su parte, aunque no sería raro que me dejara sin una y se marchara. Nunca nos habíamos llevado bien,¿porque tendríamos que hacerlo ahora?. Admito que la idea era un disparate y además mis padres siempre la habían despreciado, "Jamás te juntes con esa sangre sucia, Draco" decía mi padre cada vez que la veíamos en los partidos de quidditch; y aunque yo no pensaba exactamente lo mismo de ella nunca me rebelé contra ellos. Todo este tiempo había sido un cobarde, que cumplía ordenes y deseos de sus padres.