tonteando entre cadaveres (libre)

estaba tan ocupada haciendo y pensando en varias cosas, que de un momento a otro sentia la locura. harta de todo ello decidi salir a caminar y despejarme y mas que nada relajarme. decidi ir al cementerio pues ¿que lugar mas tranquilo que ahi?. al llegar la verdad me dio miedo, pero decidi entrar y olvidarme de todo ahi, no queria saber de ninguna materia, por lo que me fui a recostar en un tumba. cerre los ojos y me puse comoda.

- bueno tranquila al fin. ya despues pienso en materias y esas cosas, ahora quiero saber como me voy a entretener aqui.

vi a todos lados buscando algo que hacer, divertido claro. dijo no fui a asear e lugar. despues pense que podia jugar con mi varita pero esta aun no me la daban. me levante y comenze a caminar por el cementerio queria algo con que pasar el rato la verdad no veia nada bueno.

- tal vez no fue tan buena idea venir aqui.

pensaba mientras miraba las estrellas, la verdad comenzaba a pensar que venir de noche no habia sido tan buena idea y mas con el frio que hace. de todas formas eso no cambiaria el hecho que fui a calmarme ahi, por lo que comenze a caminar por el lugar.

Había salido a caminar. Porque estaba un poco hiperactiva y necesitaba distraerse con algo... o con alguien.
Antes le gustaba salir al cementerio porque le inspiraba temor, y la verdad es que le gustaba pasar susto, era como una especie de prueba que se imponía ella sola. Hasta que había obtenido una resistencia especial a las películas de terror, lugares tenebrosos y esa cosas.
Caminaba lentamente por el cementerio como si ella misma fuera un zombie. Comenzó a cantar suavemente para distraerse un poco. La verdad no le asustaban los cementerios, solo le inspiraban tristeza.
Así que las zapatillas de deporte que levaba sonaban rítmicamente contra el suelo, casi al ritmo de la canción que cantaba: Memory, de la obra cats. Lamentaba mucho no tener un piano en frente, se lo hubiera pasado de lo lindo. Cuando iba ya por el coro escuchó pasos en dirección a la izquierda. Ding-ding-ding-ding... ¡lotería!. Calló y comenzó a sonreír con su cara más malvada mientras se giraba en esa dirección. Y no es que fuera un sicópata o algo así. Se fué escondiendo detrás de las tumbas hasta que llegó al origen de las pisadas. Si era alguien que se veía sospechoso simplemente daría media vuelta. Pero era una chica, y por lo que vió ella se acomodó descaradamente sobre una tumba. Se acercó por detrás y cuando estaba los más cerca posible, saltó sobre ella mientras gritaba desaforadamente.
Entonces se dió cuenta de quien era.
- ¡Dorothy! -gritó mientras sonreía locamente.