Desenfermación -.- (Rose wisliams grint y libre)

Todas las mañanas de toda su vida había tenido el mismo problema: sentirse mal. Y no era algo sicológico, ni mucho menos. Si no físico; cada vez que se despertaba amanecía con mareos. Y no de estos mareos en los que se mueve el mudo delante de tus ojos, si no de estos en los que sientes ganas de vomitar todo el tiempo, como si tuvieras el estómago en la garganta. ¿Alguna vez te has tomado un gran tazón de leche y luego subido a una montaña rusa cerca de cuatro veces seguidas? Ella se sentía más o menos así.

Así que había ido caminando lentamente al baño, y tratando de no poner cara de estreñida. Pero como si fuera divertido estar enferma. A veces se le vencían las rodillas y tenía sujetarse a las paredes, pero a pesar de todo no era una misión imposible caminar. Poniendo un pie detrás del otro hasta que llegó al baño.

Gracias a Dios está vacío –pensó. Se miró en el espejo para descubrir que tenía cara de pescado, como siempre en las mañanas. Sí, realmente era una pesadilla con uniforme. Se atusó el cabello con las manos y trató de componer una sonrisa. Le salió tristona, pero era sonrisa al fin y al cabo.

Tragó saliva compulsivamente cuando otra arcada la invadió. No había necesidad de inclinarse sobre el lavabo, ya que nunca tomaba desayuno por miedo de vomitarle a alguien encima… o vomitarse ella encima. Pero aún así se acercó a la entrada del baño, cerró la puerta y luego se afirmó al lavabo. Respiró hondo. Ojalá se le pasara pronto…

Lo primero que hice al despertar, como todas las mañanas era pedir 5 minutos mas que se convertían en 10, luego en 15 y así hasta llegar tarde a la primer clase; típico no se quita eso ni volviendo a nacer -bueno....quizas no tanto- me levante a la primera, moviéndome como marioneta deshilachada mientras intentaba despabilarme. Una vez arriba bostezando como león (abriendo la boca y casi saliéndome murciélagos de ella) decidí mejor ir de urgencia al baño, que si no me entregaría como urgida a la cama y al sueño. Me “peine” o al menos esa era la intención claro, teniendo el pelo tan lacio solo basta una sacudida y se acomoda solito, me vestí pero ni la corbata me acomode así que arrastrando la túnica y los zapatos me dirigí al baño. Al entrar casi me voy de sopetón contra la puerta del cubículo porque venia bostezando y los ojos se me volvieron lagunas por tremendas lágrimas. Me acerque al lavabo y cuando llegue parecía que el estomago me dijo hasta de lo que me iba a morir – cállate - simplemente dije con desidia mientras daba un sorbo al agua de la llave.

-se me antoja desayunar algo tibio… - me dijo mientras acomodo las ropas que venia arrastrando –…o una pasta, o una sopa… -continuo y vaya que si se me antojaba, ahora el cerebro era mi estomago- aunque… que hora será? Creo que es muy temprano como para ir al comedor… -y así seguí, hablando conmigo misma mientras sufría por no poder colocarme como debe la endemoniada corbata, vaya… como odiaba hacer los nudos de la corbata, y así me quede parada frente a los lavabos, luchando con ese trocito de tela, y parecía que iba para mucho rato.