25 de Diciembre en la sala común (Libre para todos los Gryffindors)

Me había levantado antes de tiempo, hoy me iba con unos amigos a esquiar y a pasar unos días en la nieve antes de irme a Nueva York con Cass,Anna y unos amigos más.

Decidí adornar la casa con motivos navideños y regalarle algo a mis compañeros (casi todo eran chuches y golosinas) ya que me había criado con ellos durante siete años además de que estas iban a ser mis últimas navidades aquí y quería tener un detalle con ellos.
Empecé a repartir los regalos entorno a un árbol de navidad, la verdad que había muchos regalos esparcidos al rededor del árbol asique decidí ponerle los nombres a cada uno. " La verdad que ha quedado bien" pensé.

Me senté en el pollete de la ventana a ver la nieve caer, desde luego era muy temprano miré un reloj y pude ver que eran las 4.00 am " desde luego que he madrugado" la sala común estaba desertica, no se veía a nadie. Yo continuaba mirando la nieve caer hasta que me quedé dormida.

Otra vez el apetito del gordo lo levantaba antes del horario "normal". Eran casi las cuatro de la mañana y tenía hambre nuevamente. Era muy común que Charlie se levantara a mitad de la noche y comiera algún aperitivo, cuando tenía alguno cerca, o fuera a las cocinas en busca de alimentos. Los elfos que trabajaban allí lo conocían muy bien, y siempre tenían algo preparado por si el gordo aparecía.
El Gryffindor comenzó a buscar al rededor de su cama, pero no encontró más que recipientes vacíos, envoltorios abiertos y migas esparcidas por todo el suelo. Luego de refunfuñar un rato, se levantó y se puso la túnica sobre el piyama que vestía. Era rojo y blanco a rayas. Supuso que en la Sala Común no habría nadie, por eso decidió bajar sólo con la túnica encima del piyama. Cuando por fin llegó a la Sala vio que se encontraba desértica, excepto por una chica que estaba dormida junto a la ventana. Charlie no podía identificarla, no la veía y no quería acercarse. Podría despertarla. Pero él no quería que lo vieran así vestido. Comenzó a caminar en puntitas de pie, para no hacer ruido. Su objetivo era el cuadro de la Dama Gorda. Debía salir de allí y dirigirse a las cocinas. Pero algo salió mal. Cuando el gordo iba por la mitad del recorrido, tropezó con algo y cayó al piso, haciendo un ruido impresionante.

Eran las cuatro de la mañana y yo no tenía sueño, hoy era el día en que papá noel llegaba al castillo y nos dejaba algún detalle, ya sean golosinas hasta algún que otro juguete.
Me levanté de mi cama y bajé con sumo sigilo la escalera para no despertar a nadie, pero allí había una niña durmiendo en la ventana y un chico que se había caido y estaba en el suelo, por todos los lados había regalos y el chico se había caido por culpa de uno de ellos.

- ¿te encuentras bien?- Le dije en voz baja para no despetar a la chica que estaba durmiendo y dudaba que no se hubiera despertado con el gran golpe del chico.
- me llamo Sandra- Y ayudé a levantar al chico.

Me quedé dormida en la ventana pero me levanté. Escuché un golpe, no lo ví muy bien pero alguien se había caido. Acto seguido apareció una niña pequeña apareció, escuche su nombre era Sandra, un nombre muy español. Me acerqué a ellos. - ¿Charlie estas bien?- Le pregunté. Había tropezado con un regalo. - Creo que has tropezado con tu regalo- Le dije y le dí su regalo - Toma, papa noel también piensa en los leoncitos- Aunque en todas las notas se podía ver que ponía "Con cariño de Ariadne" Ví como la chica miraba y busqué el suyo por la sala comun y se lo dí. - Toma Sandra aquí tienes tu regalo.- Y le sonreí

Esperaba no hacer mucho ruido y que los prefectos bajasen y nos regañasen pero era navidad esperaba que por un día todos los gryffindors bajasemos y compartieramos alegrías algún que otro villancico y nos juntasemos para hablar, como una gran familia, pero eso era muy díficil ya que había gente que tenía el sueño profundo y no se despertaba por nada del mundo.

Off: Turnos: Ahora voy yo, luego Sandra, por último Ari, y después comienza la ronda de nuevo conmigo...

El chico deseaba que la muchacha no se haya despertado, pero sus esperanzas se diluyeron cuando escuchó una voz femenina que le preguntaba si se encontraba bien. Sin embargo, cuando se dio vuelta vio que no se trataba de la chica que esta durmiendo en la ventana, ya que ella seguía allí.

- Gracias Sandra, yo soy Charlie. -, le agradeció y luego se presentó el chico cuando ella lo ayudaba a reincorporarse.

Se trataba de una pequeña niña, que suponía Charlie, debía estar en primer o segundo año. Antes de que el gordo pudiera agregar algo más, la muchacha de la ventana se había acercado. Era Ariadne, su nueva amiga.

- Sí, estoy bien. -, le contestó el chico mientras se ruborizaba.

Ari tomó el regalo con que se había tropezado y se lo extendió, mientras bromeaba sobre que Papá Noel había visitado el castillo. La chica le dijo que era su regalo, y Charlie pudo ver que al final de la nota decía "De Ariadne".

- Pero si ya me has regalado la escoba Ariadne. No hacía falta otro regalo. Igualmente, muchas gracias. -, dijo mientras buscaba con la mirada el regalo que él había dejado ahí para ella. - Aquí está. -, dijo finalmente.

Tomó un regalo mal envuelto. El gordo no era muy hábil con las manos, y le había costado mucho envolverlo. Se trataba de la colección completa de las figuras de los magos y brujas famosas que venían con las ranas de chocolate. Él ya tenía su propia colección completa, pero había comido tantas ranas en su vida que poseía dos colecciones completas más.

- Espero que te guste. -, le dijo mientras le extendía el regalo.

Luego, Charlie comenzó a abrir el que ella le había dado para ver de qué se trataba.

- ¿Hay regalo para Sandra? Pero, ¿le has hecho regalos a todos los Gryffindors? ¿Cómo has sabido los nombres de todos? -, le hizo tan rápido las preguntas que le dio vergüenza.

Habia terminado la ultima ronda de prefecto vigilando la parte sur del castillo, bueno había terminado hacer horas e ir hacer una ronda a la sala común, pero a decir verdad, pero me entretuve con algo mejor por el camino, iba despeinado, con la camisa mal puesta y una sonrisa; agarraba con fuerza mi suéter y mi túnica en la mano y llegue al retrato con paso lento y dubitativo como quien no quiere irse a dormir y quedarse con aquello que lo entretenía tanto, la mujer del retrato -con la que había tenido muchas discusiones el ultimo par de meses por mi hora de llegada- no tuvo cambio esta vez ¿puedo saber que haces fuera a estas horas? me dijo de forma altanera, molesta claro porque la desperté, y siempre me hacia la misma pregunta aunque ella sabia cual había sido una de mis razones para salir.

como prefecto, tengo que patrullar, por favor no me hagas el cuento largo son las 4 de la mañana y quiero hacer esta ronda antes de regresar a mi habitación... mi cama... eso es lo que quería ver en las siguientes 8 horas, ya que por fin salimos de vacaciones bien... pero debes dejar de hacer algo en tu my ocupada agenda, luego no se te reconocerá por las ojeras que te cargaras en unas semanas le sonreí y le dije la contraseña, mire la sala común con ojo critico y vi tres siluetas

Los reprendería si no fuera noche buena... o ¿es navidad? dije mientras revolvía mi cabello distraídamente desubicando -por décima vez en 3 horas- la razón de mi comentario... ahí estaban Charlie que era de mi año y me caía bastante bien, Ariadne que desde que llegue a quinto en la escuela no pude reconocerla hasta ser Prefecto desde hacia un año, pero de igual forma me caía bien y Sandra, una de las leonas mas pequeñas -en mi opinión- que no conocía bien, pero desde lejos se veía que era una persona tierna, aunque siempre me han dicho "no juzgues a un libro por su portada"

Por la puerta apareció Erick Brohard nuestro prefecto que aunque yo no lo conociera mucho todo buen gryffindor lo conocía y hablaba muy bien de él. -¡Feliz Navidad Erick. Estabamos abriendo lor regalos que nos ha hecho Ariadne!- le dije entusiasmada mirando a la chica para ver si le podía dar su regalo al prefecto.

Busqué por toda la sala y lo encontré - Toma Erick. Abrelo a ver lo que es. El mio ha sido unas ranas de chocolate, grageas y un ¡peluche de un nundu!- y se lo enseñé. Desde que había llegado al castillo había hablado muy poco con Ariadne pero lo suficiente como para saber que mi patronus era un nundu y el suyo un perro. Miré a Charlie mientras que me comía una rana de chocolate y ví como le entregaba un regalo a la joven.
En realidad en esta casa se tenían detalles los unos con los otros por eso me encantaba estar aquí, además que en Gryffindor la gente era muy respetuosa conmigo me ayudaban en todo lo que podían y eso me gustaba.

Me daba un poco de pena pensar que este iba a ser el último año de ellos. Pero era navidad asique no me preocupe mucho. - Esperad un momento- Me acordé que tenía galletas hechas por mi madre y un bizcocho hecho por mi madre lo hacían muy ricos. Subí corriendo a mi habitación y los cogí. - Tomad, son galletas y bizcocho hecho por mi mamá. Coged todo lo que deseis- Y los dejé en una mesa.
- Por cierto Charlie que te ha regalado Ariadne- le pregunté pues no lo había visto.

Charlie tenía un regalo para mí eso si que no me lo esperaba. - Gracias Charlie y le dí un beso en la mejilla- Lo abrí era una colección de ranas de chocolate, nunca había acabado la colección. - Muchas gracias. Ahora podré decir que tengo una colección de los cromos de brujas y magos famosos- y le sonreí.

La puerta se abrió y apareció nuestro prefecto Erick. - Buenas noches Erick- Le dije.- Estamos abriendo nuestros regalos de navidad- Le dije. Sandra me preguntó si podría darle su regalo. - Claro que sí- pero la chica ya había salido a la busqueda del regalo.Apenas había hablado con ella, pues apenas coincidiamos pero me dijo que su patronus era un nundu, asique le compre uno pero me las ví y deseé para encontrarlo.

Acto seguido Sandra subío las escaleras para buscar algo y trajo galletas y pasteles hechos por su madre. - Muchas gracias por todo Sandra- Le dije cogiendo una galleta. Estaban muy buenas. - Yo tengo zumos de calabaza, y no se que más.- lancé un hechizo para que mi mochila viniese, de ella estrajé zumos, leche y alguna bebida alcoholica y la dejé en la mesa.
- Bueno chicos ahora os toca abrir vuestros regalos- y cogí un zumo