Ecos del Pasado (Vallois & Erick)

Estaba anocheciendo, y habia decidido ausentarme algunos dias, en un arrebato de debilidad, fui a visitar la tumba de mis padres y la de la ùnica persona que realmente me importaba... Mi querida Gardenia, me dispuse a rendirle honores a mis difuntos... Caminè bastante, ya habia olvidado la ubicaciòn de sus tumbas, cuando las divisè, me inclinè ante ellas, dejando un ramo de rosas blancas en las tumbas de mis padres, ahì estaban, ordenè y limpie ambas tumbas...

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- Jin'yoku no
saigo kokuu
tsukamu nari

Puse el trozo de pergamino con el poema escrito por mi propia pluma, a modo de ofrenda, me alejè de ahì...

- Sayônara

Luego me encaminè a la tumba de mi adorada esposa, me detuve a mirar el retrato de Gardenia-Sama...

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- Gardenia-Sama... Como puedo educar, de la fora correcta a nuestros niños? *Dije nostalgico*

Ella era la que siempre sabia que hacer con los niños, yo solo era la imagen que tenian para respetar, en que momento se perdio eso? No tengo idea, en que momento me convertì en el monstruo que mis hijos odian... Pues no lo sè... Supongo que fue en el omento en que nos abandonaste... En el mismo instanque en que falleciste, fallecì contigo...

- Gardenia-Sama, por favor, dame la fuerza necesaria para guiar a nuetros hijos en el camino de la vida...

Tomè una pluma, y en un trozo de pergamino, escribì un pequeño poema, que lo dejè como ofrenda, junto al ramo de rosas...

- No conozco el alzarse de la luna,
porque estoy confinado en un cuarto.
No conozco el alzarse del sol
desde que estoy hundido en una celda.
Y no conozco el firmamento claro
porque voy transitando cabizbajo.
No recibo noticias.
Confundo las mujeres con las flores
desde que me hallo ciego.
Y, así, todavía estoy vivo, todavía
conozco el viento frío y el olor de la tierra.

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- Sayônara *Dije en un susurro, que se llevò el viento*

Volteè y me dispuse a emprender de vuelta el camino hacia la salida del lugar, cuando vì que no estaba solo...

La noche ya había caído, no sabia por què estaba ahì, pero algo me había impulsado a seguirlo, a seguir a mi padre, había llegado hasta el cementerio?

- Mi padre entrando a este lugar? Por que no me sorprende en lo absoluto? *Me preguntè en voz alta*

Lo seguì escaleras arriba, escaleras abajo, hasta que llegò a un par de tumbas que jamàs habia visto, y si alguna vez las vi, ya no lo recordaba...

Lo vi poner un ramo de rosas blancas en cada una de ellas, un trozo de pergamino y encaminarse hacia otra algo màs alejada, esa si la recordaba, la unica persona que me habìa amado, a parte de Erick... Gardenia-Sama... Mi madre, solo pude esperar en silencio, verle observar su retrato, dejar un ramo de rosas azules, dejar un pergamino, hablarle de nosotros, observarle irse, mis emociones me traicionaron, salì de mi escondite...

- MADRE! *Gritè inconscientemente cuando mi padre se estaba alejando*

El se volteò apuntando firmemente la varita hacia mi... Lo siguiente de lo que fui consciente fue de una maldicion que rozaba mi mejilla derecha dejando una fina cicatriz...

Una vez màs había intentado huir de casa, digo había, porque mi padre siempre encontraba la forma de hacerme volver, y siempre que escapaba, su castigo era ejemplar, según èl, y presentìa, que esta vez, no seria la excepción, aunque la impresion era la contraria, tomè mi varita apareciendo en algun lugar, lejos de casa ...

- Un cementerio? *La piel se me erizò*

Luego, oi voces, voces de hombres y muy conocidas para mi, Vallois y mi padre? peleando como siempre? Vì como Valls quedò fuera de combate, salì de mi escondite, dispuesto a defenderlo, cuando recordè, a mitad de camino, que justamente de mi padre estaba huyendo, fui atrapado, y sentenciado a recibir castigo...

- Padre... Te lo suplico, por favor no! *Dije suplicando, humillándome, cosa que Vallois nunca hacia cuando lo castigaban a èl*

Cuando me dì cuenta de lo que sucedìa, Vallois, ya estaba de pie y esperaba en silencio, sus ojos estaban apagados, sin vida, algo le habìa ocurrido, cuando escuchè a mi padre lanzarle un hechizo a Vallois, que obviamente, estaba desprevenido, o bajo efecto de algo...

- Padre! No! *al instante escuchè como Valls fue privado de su libre albedrio*

Vallois estaba con la mirada perdida, sin duda, nuestro padre esta vez, si se luciria con mi castigo...

- PADRE! *Gritè desesperadamente, pero fue en vano*

Vi como Vallois blandió su varita hacia mi, con odio y furia, como si deseara matarme... No pude hacer otra cosa que retorceme de dolor, cuando el dolor cesó, los vì a ambos, como si fueran la familia ideal, padre e hijo abrazados para una fotografia de la cual yo, no formaba parte, cayendo en un negro sueño...

Luchando contra la maldición de mi padre, que obviamente era mas versado que yo en los duelos, pero eso no me amedrentarìa...

- Crucio! *Dije lanzando la maldicion directo contra mi padre*

Decidì esconderme tras algunas lapìdas, esperando un milagro... Que no llegò... a mi lado, pasò el mismo hechizo que habia usado en mi padre, obviamente, no lo habia lanzado con toda la potencia...

- Deprimo! *Dije con rabia*

Cuando le escuchè hablar de mi antigua novia, culparme de matarla, de culparme de escapar durante toda mi vida, en vez de enfrentar las cosas, fue la gota que derramò el vaso, me puse de pie, y lo encarè, viéndolo a los ojos, con odio...

- Crucio!

Lo siguiente que recuerdo es a Sakura cayedo muerta frente mis ojos, por mi propia maldición, Sakura, la chica a la que había amado durante mucho tiempo, y que ahora era una màs en la lista de cadáveres que dejaba atras, Me levantè, decidido a todo, apuntando mi varita hacia mi propio padre...

- Sectumsempra! * Dije agitando violentamente la varita*

La sangre comenzò a brotar del brazo de mi padre, quien intentaba conjurar un escudo, lo mirè, como cazador a su presa, mi padre estaba de pie frente a mi, sorprendido de que me hubiese atrevido a atacarlo, no iba a darle oportunidad de lastimarme otra vez...

- Crucio! *No iba a darle tregua, èl no tendrìa piedad conmigo, yo tampoco la tendria*

Verle retorcerse de dolor, sangrando del brazo... No me detendria, por supuesto, no lo mataría, era mi padre, pero tampoco le demostraria piedad, me vengaría por ponerme en este infierno en el que vivía...

- Crucio! Crucio! Crucio! *Dije desesperado*

Verle asì, indefenso, a mi merced, exitaba cada fibra de mi ser, me invadia y poseìa la venganza en su estado màs puro, me poseìa esa ciega rabia, el deseo de venganza, los recuerdos de mi fallecida novia, se apoderaron de mi, verla ahì, desangrándose, por interponerse en una de mis habituales peleas entre mi padre y yo...

- Aun piensas que solo soy un crio? *Preguntè con una fria voz, cargada de odio y sed de venganza*

Escucharle decir, que solo era eso, un crio, y no un verdadero hombre, alguien digno de respeto, con un hilo de voz, pero estoico, orgulloso, como siempre, lo unico que admiraba en èl, pero tambien lo que màs odiaba... No le daria chance de contra-atacar...

- VALLOIS WINCHESTER! *Dije furioso* COMO TE ATREVES A DESAFIARME!

Observè a Vallois alzando su varita para intentar defenderse...

- NO TE HE DICHO QUE TE CASARÀS CON QUIEN YO ESTIME CONVENENTE?

Me miraba como si fuese un lobo herido, dispuesto a atacar al cazador, levanté la varita contra mi propio hijo, el verdadero heredero de los Winchester...

- Crucio *Dije en un susurro*

Al instante, Vallois comenzó a retorcerse de dolor, soltando su varita, me miraba desafiante, mas eso no impidió que siguiera castigándolo, susurrar por piedad...

- No te servirà de nada suplicar

Verle ahí, tirado en el suelo, indefenso, me enfureció más aun, verle humillado, como si fuese un simple criado, no el futuro Señor Winchester...

- Vallois *Dije con la voz cargada de ira y odio* Tu estas comprometido con Sasha, por esa razón la adopté, para que sea tu esposa, Erick es solamente tu mano derecha, no tu amante *Dije volviendo a inferirle aquel dolor infernal a mi propio hijo*

Aquello me irritaba aùn màs, el oirle decir que no amaba a su novia... Fingí no escucharle, a medida que aquellas palabras salían de sus labios, mi ira crecía más y más, con cada movimiento de mi mano, el cuerpo de Vallois se retorcía más y más, ya no hablaba, ya no suplicaba, solo lloraba, un hilo se sangre comenzó a brotar de sus labios cerrados, estaba, completamente inconsciente...

- Ennervate! *Dije con un movimiento de varita* Imperius! *Dije tomando por completo el control de mi propio hijo*

Este castigo, para ellos, serìa ejemplar...

Lautrèamont, nos miraba complacido, como si disfrutara el espectaculo frente a sus ojos, yo solo podìa verlo como un monstruo...

- WINCHESTER!! *Dije sin medir mis palabras, faltandole completamente el respeto a mi padre* LIBERALO O LO MATO!!

Apuntè directamente al pecho de Vallois, dispuesto a todo...

- WINCHESTER!! ORDENALE DEJAR DE ATACARME! *Lo mirè con odio* JURO QUE LO MATARÈ!

Alzè la varita hacia Vallois, susurrando palaras malditas...

- Avada Kedravra! *Fallè por escasos centìmetros, de matar a mi propio hermano*

Vallois seguia de pie frente a mi, sin emoción alguna, me abalanzè sobre èl, intentando hacerle entrar en razón...

- Relaskio! *Dije agitando mi varita*

Vallois salio expulsado hacia la pared, cayendo inconsciente... Me acercuè a Lautrèamont...

- Te estoy dando una ùltima oportunidad *Dije con la voz, fria coo el acero* Liberalo o lo mato aqui y ahora...

-Me dijo friamente, que era el proximo jefe del clan, quien me estaba castigando, que èl solo se limitaba a observar, sus palabras me helaron la sangre, entonces no habìa otra alternativa...

- Lacarnum Inflamarae! *Dije viendo como Vallois Reaccionaba*

Vallois se libri elegantemente, haciendo una delicada floritura, y las llamas se apagaron, Vallois estaba decidido a todo, lanzandome de vuelta mi propia maldicion, ahora, el fue quien fallo por escasos centìmetros, me lanzè contra èl, reaccionando instintivamente...

- Desmaius! *Dije aturdiendo a Vallois*

Me encaminè a mi padre, con la varita en alto, y sin darle tiempo a reaccionar, ataquè...

- Sectumsempra!

Esquivò mi ataque, respondiendo rapodamente con un potente cruciatus, que me dejò inmovil en el suelo, con el cuerpo adolorido, y con un hilo de voz, murmurò mi propio hechizo, mirándome con odio, tratándome como un niño, diciendo me que si iba a atacar a alguien, debìa desear verle destruido, no solo alejarlo de mi, se volteò y saliò del cuarto... Para mì, todo se volvio negro...

Cuando Erick cayò inconsciente, sentì, como todo cobraba sentido, mi hermano caia por mi propia varita, entonces, me volvì contra mi padre, alzando mi varita contra èl...

- Crucio! *Dijo blandiendo la varita con la otra mano* Sectumsempra! *Dije al sentir el corte en mi rostro*

Alzè mi varita y dije en voz fuerte y clara...

- Avada Kedabra! *Dije apuntando a un costado de mi padre, matando una rata que se le acercaba*

Disfrutè el ver su rostro de sorpresa cuando dije esas palabras malditas...

- Desmaius!

Me volteè y lo dejè ahì, esta vez, se habia salvado, pero no iba a demostrarle piedad ni nada parecido, siempre me habia inculcado el orgullo de ser un Yakuza, pero sobre todo, un Winchester, bien, era su turno de sentir lo que era ser humillado, porque esto, sin duda, se sabria, salì del lugar, dedicandole una sonrisa burlona a mi aturdido y malherido padre, sacando a mi hermano de ahì...