Descansando (LIBRE)

No debía hacer más de una semana que había llegado a aquel majestuoso colegio de magia, a Hogwarts y me habían sucedido tantas cosas buenas... Había entrado en mi casa soñada, en Gryffindor y ya me había dado varios paseos por Hogwarts. En ese momento estaba sentado en un sillón rojizo frente una chimenea apagada admirando aquella sala y observando hasta el más insignificante de los detalles. Estaba plagado de cuadros que me miraban de manera descarada para después cuchichear entre ellos, entre ellos descubrí el rostro sereno de Godric Gryffindor que parecía orgulloso de lo que veía. También se dejaba ver que esta sala era la sala común de la casa, era inconfundible, ya que estaba ambientada con los colores del escudo: las paredes rojas enmoquetadas y algunos elementos plateados y de color oro que adornaban los muebles. Habían unas escaleras que llevaban al cuarto de los chicos y otra diferente al cuarto de las chicas.
Unos días atrás había experimentado por equivocación que pasaba si subías las escaleras que llevaban a la habitación de un sexo opuesto al tuyo, las escaleras se convertían en un resbaladizo tobogán... Aunque todo esto era realmente interesante y aún me quedaban muchos años en Hogwarts para descubrir todos sus secreto, siendo sincero... Me estaba empezando a aburrir el hecho de no conocer a nadie aún. Esperaba con cierta ansía cruzar la mirada, un saludo y quizás una interesante conversación con algún Gryffindor que pasara por allí. Sonreí con optimismo y me recordé que nadie había salido de Hogwarts sin haber hecho alguna amistad, y por descontado alguna enemistad...

atravese el orificio del retrato, cansada de todo un dia de clases, pero feliz. una semana habia llegado a su fin. tenia 2 dias para descansar y , aunque no tenia muchas ganas, hacer mis deberes. no tenia muchas amistades en el colegio y en ese momento ellas estaban muy ocupadas con las diferentes asignaturas. asi que me encontrabba sola. deseaba poder hacer otras amistades. en ese momento encontre la oportunidad. un chico de mi edad, pelo castanio y ojos claros estaba sentado junto a la chimenea.
me acerque a el con una sonrisa y luego de suspirar unas veces, me acerque para saludar
-hola, soy mecha-le dije feliz. espere a que me contestara.

Me sorprendió una chica que debía rondar mi edad, entró por el retrato y pronto me saludó y se presentó. Me quedé un poco conmocionado, ya que no me esperaba que ella fuera a conversar conmigo. Correspondí su sonrisa y le dije:

- Hola! Soy Tote Sánchez, encantado.- le tendí una mano esperando que me la estrechase mientras observaba sus rasgos afilados y su delgada figura. Después de decir aquello me aparté un poco para que se sentase conmigo y le comenté:

- Qué tal?