Habitación 27 (Zayn)

Debido a mi terrible aburrimiento y mis ganas de fiesta, decidí salir por ahí a dar una vuelta. A lo mejor aquella noche conocía a alguien, o me metía en alguna pelea, o por la mañana aparecía con dos cientos tatuajes nuevos y un piercing en la ceja... A saber. Iba vestido con unos tejanos largos, oscuros, ya que por la noche refrescaba, una camiseta negra con unas decoraciones un tanto extrañas, colores amarillo, verde y rojo, además de que llevaba una gorra con mi nombre escrito. La verdad, hacía mucho que no entraba en El Caldero Chorreante, por lo que me acerqué a ver quién había. Entré tranquilamente, la misma decoración que la última vez que entré, poca gente, y la camarera entrada en carnes, que ya me conocía. - ¡Zayn! ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que te vi por aquí? Estás muy grande y pareces un chico fuerte. - Dijo la camarera, toda alegre por mi visita. - Hola, señora Doris. Supongo que habrá pasado un año, y gracias. - Respondí con una sonrisa en mi rostro, esa mujer había sido como una madre para mi, desde que empecé en Hogwarts.

Doris le sirvió lo que parecía ser una cerveza de mantequilla a una chica que había sentada en la barra, por lo que no me dijo nada durante unos segundos, ya que la pobre señora era algo olvidadiza. - Vaya, un año... Deberías pasarte más a menudo, ¿acaso en Hogwarts no os dan vacaciones? - Ella rió ante la broma. - Anda, tienes nuevos tatuajes, ¿eh? No deberías hacerte tantos, luego, cuando eres mayor, se te deforma la piel y ya no quedan bien. - Comentó de una manera tranquila, obviamente diciendo lo mejor para mi. - Sí, tenemos algún día libre, pero no tengo tiempo para pasarme por aquí. Tengo ya varios tatuajes, me hice en navidades el del micrófono y una pluma que tengo en el cuello. - Seguía sonriendo, ella era tan amable con todos... - Entiendo. Bueno, ¿qué quieres que te sirva? - Me preguntó Doris, y yo sólo hice un gesto con las manos, que conocía perfectamente. Se agachó e inmediatamente se escuchó el sonido de una nevera abrirse, para sacar una coca cola y dejármela en la barra. - No me gusta tener bebidas muggles por aquí, pero las tengo sólo por si vienes. - Ella volvió a reír, y se fue hacia las escaleras, ya que le habían llamado escasos segundos después de entregarme el refresco. Yo sólo me quedé en silencio.

Cada vez que leo el título se me viene a la cabeza un final pervertido para este tema xDD
Ódiame :B

-----------------------------

Después de que Doris se marchara me quedé mirando la decoración del Caldero Chorreante. No había cambiado nada en años, los mismos cuadros, mal posicionados o torcidos, montones de mesas y sillas de madera... Respiré profundamente, con tranquilidad, mientras abría la lata de coca cola y, unos escasos segundos después, le daba un trago largo. Escuché a la chica de al lado aclararse la garganta (tenía que ser ella, no había otra persona en el bar) y terminó preguntándome si yo era alumno de Hogwarts, que le sonaba haberme visto por ahí. - Hola, pues sí, soy alumno de quinto grado. Supongo que tú también eres alumna de Hogwarts... - Respondí, con una sonrisa. Volví mi mirada a la cantidad de botellas que estaban tras la barra. Dejé la coca cola en la barra y crucé mis brazos mientras seguía mirando toda la sala. Miré de nuevo a la chica, cabello negro y largo, ojos claros, muy bonitos a decir verdad. - Mi nombre es Zayn. - Dije con la misma sonrisa de antes.

Recordé lo que me dijo Doris, si me hacía tantos tatuajes, cuando fuera viejo se me deformarían. No me gustaba mucho esa idea, pero me encantaban casi tanto como las golosinas. El último que me había hecho había sido un micrófono en una pequeña explosión de tinta, en el antebrazo derecho. Uno de los más caros, pero realmente bonito.

Aquella chica respondió a mi pregunta. Era un año más mayor que yo, por lo que iba a sexto grado. Luego se presentó, diciendo que su nombre era Kenadee y que le sonaba mi cara, además de que ella había comenzado a asistir a Hogwarts ese año. Nada raro, la verdad. Miré su cabello y luego sus ojos, pero inmediatamente aparté la mirada para no parecer grosero y evitar sonrojarme, que me pasaba cuando miraba unos cuantos segundos a una chica. - Está bien hacer amigos de otros grados, ¿no? A mi me ha tocado Gryffindor, pero Ravenclaw o Hufflepuff no habrían estado nada mal. Tú tienes cara de ser de Ravenclaw. - Reí por lo bajo y tomé otro trago de mi refresco muggle. A lo mejor lo último que dije, eso de "tienes cara de ser de Ravenclaw" le ofendía... - Perdóname si te a ofendido lo de tener cara de Ravenclaw... Soy un poco estúpido al decir las cosas sin pensar antes. - Me disculpé, no quería causarle mala impresión, ya que con ella tenía oportunidad de hacer otra amiga.

Le di otro trago a la coca cola y noté que ya me la había terminado en el anterior trago. Tiré la lata a la basura y suspiré. La verdad es que hacía bastante calor en el bar, pero había varios aires acondicionados sin encender. Hacía años que tenía un permiso de Doris para encender esas máquinas, miré de nuevo a Kenadee. - ¿Tienes calor? Así pongo el aire acondicionado. - Pregunté, esperando su respuesta mientras la miraba a los ojos.

Le dio un ataque de risa, que realmente yo no entendí el por qué, pero sonreí al ver que, de alguna manera, ella estaba riendo. Su cara estaba roja de la risa, bebió de su pedido y me dijo que tenía calor, así que encendí el aire acondicionado. A los pocos segundos una ola de aire fresco llegó hasta la barra. Me dijo también que se había reído por imaginarse como águila, ella era una Hufflepuff. "Dios, creo que hay más tejones por Hogwarts que en el mundo entero...", pensé, pero yo seguí sonriendo. Era muy agradable sentir el aire frío acariciando tu piel y moviendo levemente tu cabello... Pasé la mano por mi cabeza, tirándome el pelo hacia atrás, pero al quitar la mano volvió a su sitio de nuevo. Resoplé. - No pasa nada, es bueno para el cerebro reír. Y desde que he entrado me has parecido una chica muy seria, si me permites que te diga. - Dije, mirando el aparato que estaba justo delante de nosotros y nos proporcionaba ese aire sólo con apretar un pequeño botón, luego miré a la hufflepuff de nuevo.

Kenadee se aclaró la garganta y sonrió, diciendo que se lo decían pero que realmente no lo era. Asentí con la cabeza lentamente. - Cuando te conozca más lo sabré de verdad. - Dije y reí. Iba a contestar su pregunta, pero dijo que lo sentía si parecía entrometida. - No, tranquila, no me importa que me hagas preguntas... Es una buena manera de conocer a la gente. - Contesté. - Me aburría bastante, así que he decidido venir aquí aprovechando que la dependienta me conoce, para tener conversación con alguien. Aunque veo que ella está algo ocupada. - Añadí, mientras se escuchaba por el piso de arriba cómo Doris le echaba la bronca a alguien...

Seguramente alguna persona que no hizo lo que tenía que hacer. - ¿Tú que haces por aquí? - Le pregunté, mirándola. Tenía los ojos cerrados frente al aire acondicionado, pero cuando los abrió me fije bien bien en el color que tenían. Azul grisáceo... Realmente bonitos. - Tus ojos son muy bonitos. - Susurré lo suficientemente fuerte para que ella me escuchase.

Al parecer Kenadee tenía que pasar la noche en el Caldero Chorreante porque sus padres no se podían pasar a buscarla, que se iría al día siguiente. Ella echaría de menos el colegio... Vaya, eso me pareció un verdadero escándalo. El curso no había sido muy complicado, pero a mi no me deban ganas de que las vacaciones terminaran, sería realmente agobiante. Cuando susurré que sus ojos eran muy bonitos la vi sonrojarse, agradeciéndome el halago. Yo reí. Siempre me había parecido tan tierno que las chicas se sonrojasen... Me preguntó qué haría en las vacaciones, me encogí de hombros.

- Pues si te digo la verdad, no tengo ni idea, seguramente mi familia venga a verme y vaya a Bradford o a algún sitio, pero no hay ganas de salir de casa. - Dije tranquilamente, recordando la conversación que había tenido varios días antes con mi padre. Dijo que vendría con mis hermanas a verme, pero claro, no era muy de fiar... - ¿Estás con alguien? Lo digo porque de camino hacia aquí pensaba en quedarme diez minutos, pero si estás sola te puedo hacer compañía. - Pregunté. "One moment, Zayn..." - Con eso no quiero sonar a depravado ni nada, ¿eh? No vayas a tomártelo raro y... - Me mordí la lengua sin querer de hablar tan rápido. - Bueno, da igual, ya me callo. - Reí, todavía con la lengua algo dolorida.